Por: Victor Zajdenberg
Audio Raquel Goldschmidt
Con un anuncio de fundamental trascendencia Donald Trump, el Presidente de los EE.UU, sentó las bases de la legitimidad y legalidad de la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán: “Después de 52 años, es hora de que Estados Unidos reconozca plenamente la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán que es de importancia estratégica y de seguridad crítica para el Estado de Israel y la estabilidad regional”.
Si bien la ONU (Naciones Unidas) no reconoce dicha soberanía, hace miles de años atrás ya existían aldeas y ciudades judías en el Golán:
1) En la aldea talmúdica de Kisrin, emplazada donde hoy existe la ciudad de Katzrin, capital del Golán, se han realizado excavaciones en las que se han encontrado casas y una gran Sinagoga.
2) Gamla era una ciudad amurallada, con torres de vigías, donde existían 29 Sinagogas.
3) En el Museo de Antigüedades Kshatot Rejavam (Los Arcos de Rejavam), cuyo nombre fue establecido en memoria de Rejavam Ze´evi, ministro asesinado por terroristas palestinos, pueden encontrarse numerosas pruebas sobre la vida judía en las Alturas del Golán.
4) Hasta 1917 el Golán integraba el desaparecido Imperio Otomano y era la zona de tránsito entre Siria y Eretz Israel, lugar por donde los ingleses del General Allenby, junto con los batallones judíos formados por Vladimir Jabotinsky y la participación de Moshé Dayan, cruzaron para liberar la ciudad de Damasco en Siria.
5) Desde las Alturas del Golán Siria participó con otros países árabes no solo de la guerra contra el naciente Estado de Israel en 1948/9, sino en el permanente bombardeo contra las colonias y ciudades de la Galilea del Norte, por lo que en las guerras de 1967 y 1973 Israel consolidó la recuperación de los Altos del Golán dándole un status definitivo en 1981 que fue aprobado por la Kneset (Parlamento) de Israel.
Si se prescindiera de las innegables referencias históricas y se tomaran hechos objetivos universales puede ser observado la existencia de uno de los pocos paradigmas que casi nunca cambian y es que, cuando un país o imperio inicia una guerra y es derrotada inevitablemente pierde regiones, ciudades y tierras que consideraba suyas por el paso del tiempo o de la fuerza. A la ONU, que se ha convertido en una simple y hemipléjica escribanía antiisraelí, parece que no le importan las analogías históricas y geopolíticas que, con solo considerarlas, dejarían de hacer el ridículo ante los seres pensantes de este mundo.
1) Una de las más recientes es la reconquista de Crimea por parte de Rusia y la fingida ocupación de Ucrania Oriental. EL mismo Putin, Presidente de Rusia, reconoce que “Crimea para los rusos es como Jerusalém para los judíos”.
2) Un poco más lejano en el tiempo es la pérdida de Alemania, durante la 2ª. Guerra Mundial, de la ciudad de Danzig, hoy llamada Gdansk por Polonia.
3) Qué hablar de las enormes pérdidas del Imperio Otomano, del Imperio Austro Húngaro, del Imperio Zarista y del Imperio Japonés.
4) Siria ha iniciado y perdido 3 guerras contra el Estado de Israel y es el único caso que, con una desfachatez descomunal, exige la propiedad de tierras a las que, como ya se ha visto, por motivos históricos, militares y geopolíticos, nunca podrán acceder. Una situación ya reconocida por el Presidente Trump de los Estados Unidos.