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Música samaritana, melodías de tiempos remotos

Por: Jack Goldstein

Para celebrar el Bicentenario de la Independencia de los Estados Unidos, el famoso director y compositor Krzysztof Penderecki fue comisionado para producir una obra musical. Inspirado en la obra literaria “Paraíso Perdido”, consideró prudente remitirse al génesis de la historia de la civilización judeocristiana. Israel sería su inspiración, y la encontró no entre melodías judías, sino entre las muy curiosas y poco conocidas músicas de los casi desaparecidos samaritanos. La “Canción de los Mares”, que relata la historia del éxodo en el momento en que el pueblo de Israel cruza el Mar para dirigirse a la Tierra Prometida fue, además, la lírica perfecta para relatar la fundación de la república americana.

Para los 750 samaritanos que viven hoy, aquellos descendientes de las tribus perdidas del norte y que nosotros consideramos, su música es tema de gran orgullo y conexión con un pasado milenario. Culturalmente, no es mucho lo que queda de ellos. Pocos textos históricos, casi nada de literatura, algunas ruinas, pero su música la llevan en el corazón y les gusta exhibirla como prueba de una pasado puro, distante y divino, cantada en hebreo antiguo / arameo. Personalmente, la considero curiosa y particular. Me es interesante desde un punto de vista histórico, lejos de apasionarme musicalmente. Como ciertas especies, son apenas curiosas y si se consumen en pequeñas cantidades. Monofónica la llaman los conocedores; monótona la llamaría yo. No es muy desarrollada ni sofisticada. Son cantos a cappella, la mayoría de ellos sin acompañamiento instrumental alguno. Por lo general, organizados en 24 stanzas de 4 versos cada una, son interpretados por grupos de cantantes -los de derecha y los de izquierda-, divididos en dos grupos que se alternan de a 2 versos. En ciertos casos, han incluido el uso de liras y cuernos. Su repertorio, según me cuentan, es de más de 1.000 canciones, pero varias de ellas son diferentes melodías para una misma lírica y muchas de ellas pueden sonar repetitivas para el oído no entrenado.

A continuación, les comparto algunos breves pero significativos ejemplos:

- Canción de Moises:  


- Recitación del Shema Israel:


- El Dios del Monte Gerizim

- La gloria es para Dios  


Bibliografía: