Discurso del Embajador de Alemania en Colombia, Dr. Peter Ptassek, con motivo de la clausura del Limmud Bogotá 2019
24 de febrero de 2019, 17:00 horas, Hotel Casa Dann Carlton
Alemania, Israel y el pueblo judío, de 1945 a la fecha. Recomponiendo las relaciones y forjando un futuro promisorio
Estimado señor Goldstein (gerente de Limmud Bogotá)
Estimada señora Abadi (encargada de relaciones internacionales de Limmud Bogotá) Estimado señor Alfredo Goldschmidt (rabino),
Damas y caballeros,
queridos niños y adolescentes:
Para mí es un gran honor poder clausurar con un discurso esta edición del festival de aprendizaje Limmud en Bogotá. Hace poco (3 días) no sabía qué es el Limmud, y ahora ya hago parte de él, cada día aprendemos algo. Espero que las distintas actividades del día de hoy hayan sido enriquecedoras y que hayan contribuido al desarrollo personal de cada uno de ustedes.
En este festival del Limmud se pudo aprender sobre el compositor Gustav Mahler, sobre el populismo, sobre inteligencia artificial y sobre fútbol.
¿Qué es lo que une todos estos temas? No es obvio: el amor al estudio, la curiosidad de ampliar el horizonte y de descubrir nuevos terrenos.
Aquí se trata de un conocimiento que se pone a disposición cuando empieza la discusión. Este conocimiento une y tiende puentes. Acá se trata de aprender del otro. Eso es lo que me gusta mucho. ¿Por qué?
Precisamente en los tiempos del populismo esta es la actitud que nos ayuda a perseguir objetivos comunes, superar los egoísmos nacionales y generar la paz y la reconciliación.
En otras palabras: Lo que Alemania e Israel están haciendo juntos desde hace décadas, en realidad no es otra cosa que un Limmud bilateral. Aprendemos uno del otro y cada vez descubrimos algo nuevo en el otro y tenemos la voluntad de estar abiertos, miramos el pasado y el presente para manejar el futuro.
Las relaciones entre Israel y Alemania tienen un carácter particular. Ambos países colaboran estrechamente en las áreas de la economía, la cultura y la educación. No quiero ocultar que después de la época del nacionalsocialismo no siempre ha sido fácil construir esta relación, y por eso mismo para nosotros es una relación muy especial. Lo que es demasiado fácil no tiene valor.
Porque el Estado alemán y el pueblo judío comparten una historia triste y terrible. Durante el holocausto más de seis millones de mujeres, hombres y niños judíos fueron asesinados.
Sin este pasado no se pueden entender las relaciones entre Alemania, Israel y la comunidad judía.
Para el primer Canciller Federal de la República Federal de Alemania, Konrad Adenauer, la reparación moral y económica del pueblo judío era uno de los fundamentos de la política alemana. Desde los años 20 del siglo 19, Konrad Adenauer mantuvo siempre buenas relaciones con el pueblo judío y después del holocausto impulsó la reparación de este.
Adenauer consideraba la reparación como un deber de los alemanes y como parte de la reconstrucción de Alemania como Estado de derecho. Si bien dicha reparación sólo puede tener un carácter simbólico – porque no se puede revertir el asesinato de seis millones de personas – el Canciller Federal se esforzó por entablar contacto con el Estado de Israel.
En 1960 se reunieron Ben Gurión y Konrad Adenauer para discutir el apoyo alemán para Israel y el inicio de relaciones diplomáticas. Pero aún pasarían varios años antes de que los dos países oficialmente establecieran relaciones diplomáticas. Sin embargo, desde entonces comenzó el proceso de escucharse mutuamente y de aprender el uno del otro, proceso que hasta el día de hoy sigue dando sus frutos.
Pero los dos países se fueron acercando no sólo a nivel de Gobierno, sino también de las sociedades civiles. En 1958, trece años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, fue fundada la organización Acción Reconciliación Servicios de Paz (Aktion Sühnezeichen), cuyo objetivo es la expiación de la culpa del tiempo del nacionalsocialismo a través de voluntariados de alemanes en Israel. Desde 1995, este intercambio es recíproco.
Un año después se fundó en Bonn la Asociación Germano Israelí. Hoy la organización cuenta con 4600 miembros que se definen como amigos de Israel y comparten el objetivo de “unirse por encima de las divisiones partidistas para obrar en solidaridad con el Estado de Israel y su población”.
En 1969, Willy Brandt asume el cargo de Canciller Federal. En vista de los crímenes cometidos durante el nacionalsocialismo en nombre del pueblo alemán contra los judíos, ya en la época de Adenauer, Brandt había reconocido la responsabilidad histórica permanente de Alemania.
Para Brandt, esta responsabilidad se traduce en el deber de los alemanes de proteger la vida de los judíos. La inviolabilidad del derecho a existir de Israel fue una de las convicciones fundamentales de Brandt. Por eso fomentó la reconstrucción de la vida judía e impulsó la reconciliación con el pueblo judío.
Willy Brandt describe las relaciones entre Alemania e Israel como “relaciones normales con carácter especial“. ¡Bien dicho!
En 1973, Willy Brandt es el primer Canciller Federal alemán que visita el Estado de Israel. Durante su visita, no sólo marca la relación entre ambos países con la fórmula ya citada de las “relaciones normales con carácter especial“.
A pesar de todas las críticas que a lo largo de su vida Willy Brandt le hizo a la política israelí, la solidaridad con Israel siempre fue parte de sus principios. Y el pueblo de Israel puede estar seguro de nuestra solidaridad hasta el día de hoy y en el futuro.
El intercambio juvenil permite a nuestras nuevas generaciones conocer el malestar y las profundas heridas del pueblo judío y de comprender por qué somos responsables de las consecuencias históricas del holocausto. Por eso el intercambio juvenil es una parte valiosa de nuestras relaciones con el pueblo judío.
Nuestras nuevas generaciones no participaron en los sufrimientos tan horribles del pueblo judío. Los jóvenes de hoy no tienen la culpa de los actos cometidos por las generaciones anteriores. Pero sí tienen conciencia de la historia común y cargan con la responsabilidad por las consecuencias históricas. Como el Presidente Federal Richard von Weizsäcker lo dijo ya en 1985: “El que cierra los ojos ante el pasado, queda ciego para el presente”.
Nosotros no cerramos los ojos ante el pasado, sino que asumimos la responsabilidad. El derecho a existir del Estado de Israel seguirá siendo siempre una posición fundamental no negociable de la política exterior de Alemania.
En el Gobierno de Angela Merkel, ambos países inician consultas intergubernamentales. Por sus méritos por el Estado y el pueblo judío, en 2014 Angela Merkel fue distinguida con la máxima condecoración que otorga el Estado de Israel, el orden “Itur Nesi Medinat Israel“.
Es decir: Hemos logrado construir una nueva relación basada en el respeto y el aprecio mutuo.
En los últimos diez años, las relaciones germano judías se han convertido en una alianza viva y fuerte. Combatimos el antisemitismo, el racismo y la xenofobia en todas sus manifestaciones. Angela Merkel impulsa una nueva cultura de la memoria y muestra su cercanía con la comunidad judía.
La relación entre el pueblo judío y el alemán está marcada por particularidades. Además de la responsabilidad histórica de Alemania, existen alianzas únicas entre ambos pueblos. El intercambio juvenil activo y la cooperación sindical son muestras de ello.
El intercambio cultural en muchos niveles es hoy un asunto indiscutible. Yo viví muchos años en Berlín y vi con gran alegría que en nuestra capital la vida judía vuelve a florecer cada vez más. Los jóvenes israelís tienen mucho interés en la cultura alemana y especialmente en Berlín.
Esperamos que esta amistad se siga profundizando en el futuro. Nuestro futuro común promete un mundo, una relación sin odio. Juntos hemos creado un lazo de amistad único y complejo, el cual para nosotros es de inmenso valor.
Hemos aprendido a vivir juntos en lugar de combatirnos. Quiero invitarlos a todos ustedes a salir al encuentro del otro para seguir forjando la amistad germano judía. ¡Manténganla viva con todas sus particularidades! Estén abiertos unos para otros y traten a los demás con cordialidad y respeto. ¡Vivan en armonía unos con otros!
Muchas gracias.