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Alaska, la última frontera americana

Por: Jack Goldstein

… y también mi última frontera. El pasado mes de mayo logré coronar Alaska y con eso completé visitas a los 50 estados de la unión americana. Resulta que para más paisanos de los que vivimos en Colombia, Alaska es su hogar, una remota región que está lejos del millón de habitantes, así que fue apenas normal que le dedicara un breve artículo a este rincón de nuestra judería, a esos 6.000 “frozen chosen”.

Antes de que el gran estado del extremo del continente pasara a manos americanas, ya habían llegado algunos paisanos, unos persiguiendo el Dorado en Klondike y Nome y otros dedicadas a la caza de pieles.  Algunos citadinos colegas montaron hoteles en lugares como Skagway, donde los mercadearon por horas, como en caso del burdel de la señora Goldberg cuya foto (la del burdel) les comparto a continuación.

Proyectos para recibir refugiados de Rusia escapando pogroms, y luego de Europa escapando de los Nazis, fueron rechazados. Fue un soldado judío quien se encargó hacer el cambio de guardia entre rusos y norteamericanos en 1867. Para 1885 se establecerían los primeros residentes en Juneau y Anchorage. Dawson City, con su fiebre de oro, fue la primera comunidad organizada. Nome registró para 1900 un Rosh Hashana atendido por unas 60 personas, incluida la esposa del famoso aventurero Wyatt Earp de quienes escribí en el artículo sobre judíos vaqueros. Siguieron las comunidades de Fairbanks, que tuvo a un alcalde judío en 1920, y Fort Wainwright, las cuales durante la Segunda Guerra Mundial recibieron un alto número de soldados judíos. En 1939 Ernest Gruening se convirtió en gobernador del territorio y fue su primer senador cuando Alaska se convirtió en estado en 1958

Durante la segunda Guerra Mundial, decenas de miles de soldados judíos pasaron por la base aérea Elmendorf, en Anchorage, donde se estableció una capilla, atendida alternadamente por rabinos ortodoxos y reformistas. Ahí también se construyó la primera mikve del estado. La comunidad más grande hoy en día es la de esa ciudad, que también contó con alcalde judío entre 1948 y 1951, Zachariah "Zach" J. Loussac. A hoy ya son tres los que han servido en ese cargo. El estado ha contado con jueces de su Corte Suprema, un Fiscal General y varios gobernadores. Sin que esto sea sorpresa, desde 1991 cuentan con un centro Chabad. Quizás por motivos de distancia, los judíos de Alaska presentan un índice de afiliación comunitaria más alta que el promedio americano. Existen comunidades en Juneau, Ketchikan, Sitka, Fairbanks, Wasilla y, la mayor de todas, en Anchorage. Como anécdota, la congregación Sukkat Shalom en Juneau, constituida en 2005 se mercadea como destino exótico para Bar Mitzvas y se encarga de organizar un festival anual de cine judío. Caminar por las calles de los pequeños pueblos que reciben a los cruceros le deja a uno la sensación de estar paseando por cualquiera de las islas del Caribe:tantas tiendas de ropa y joyerías con mezuzot a la entrada por doquier.

Para rematar, entre las curiosidades, Alaska cuenta con cuatro picos de montañas nombrados en honor a cuatro famosidades judías del estado, los montes Ripinski, Neuberger, Applebaum  y Gruening

Bibliografía:

· "The Jewish Community of Alaska". Beit Hatfutsot Open Databases Project.

"8 Facts About Jewish Alaska",  Gabriel Friedman. The Forward.