Por: Bernardo Kliksberg
Fue el peor atentado terrorista contra población civil judía después de la finalización de la segunda guerra mundial. A 25 años de su perpetración es imprescindible reflexionar.
Eran las 9.53 am del 18 de Julio de 1994. En Pasteur 633 sede de la Asociación Mutual Israelita de la Argentina, la AMIA, institución central de la comunidad judía, se desarrollaba la multifacética actividad diaria. La labor espiritual, educativa, cultural, social, de velar por los nacimientos, las bodas, los funerales, de apoyar, cuidar, orientar, estaba funcionando a toda marcha, atendiendo a las centenares de personas que acudían todos los días. Al mismo tiempo la preparación de actividades en las que la AMIA era pionera a nivel de todo el país, como la protección a los discapacitados, y otras, estaba en plena acción.
Sonó una explosión que se escuchó en gran parte de Buenos Aires. Donde estaba ese alto edificio, que inspiraba el respecto y el afecto colectivos, no quedo nada. En pocos minutos se transformó en solo una montaña de escombros.
Todo desapareció, y se convirtió en una gigantesca sepultura con 86 víctimas adentro, de lo que solo salían algunos gemidos de sobrevivientes temporarios. Al mismo tiempo 300 heridos. Entre ellos los que pasaban por la calle, vecinos cercanos, los conductores de algunos autos.
AMIA pasó a ser la Ciudad de la Matanza, que evocaba el gran poeta Jaim Najman Bialik es sus descripciones sobre los pogroms de kishinev.
Ardieron las personas, y los libros de una de las mayores bibliotecas judías.
En primer lugar honor, a los humildes y entregados trabajadores de la institución que perecieron, a los miembros de la comunidad que se hallaban allí, a los afectados por estar cerca.
Bendita sea su memoria, Dios ampare a sus familias de las que fueron arrancados de un momento a otro.
La comunidad entera, la ciudadanía argentina, el judaísmo del mundo, el Estado de Israel, muchos en el mundo exigieron explicaciones, y que se hiciera justicia. Un crimen de tal magnitud, no podía correr la misma suerte que el atentado realizado dos años antes en 1992 contra la Embajada de Israel en la Argentina cuyos responsables nunca se encontraron. Era imprescindible se hallara a los culpables de AMIA, para que se supiera que no se puede matar inocentes, sin castigo, que la vida humana es sagrada como lo proclama la biblia.
La comunidad encabezó su lucha con el llamado bíblico JUSTICIA, JUSTICIA, PERSEGUIRAS. La biblia repite justicia dos veces para enfatizar su importancia, y que esa lucha no debe abandonarse nunca, hasta que se logre que la haya. No dice justicia reclamaras, sino perseguirás. Quiere lanzar el mensaje de que cada uno debe hacer todos los esfuerzos para perseguir que se haga justicia.
Surgió de inmediato Memoria Activa, una combativa organización de familiares de las víctimas que concito, el interés universal con una manifestación semanal en los tribunales, el mismo día y hora del atentado, otras dignas organizaciones de familiares, la comunidad protestó y reclamó, a través de una incesante acción jurídica, y grandes actos anuales.
A 25 años no hay nadie arrestado, ni imputado, el camino estuvo lleno de pistas falsas, encubrimientos, y todo tipo de obstáculos. El expediente que tiene hoy 500,000 páginas no condujo a ningún resultado.
La decisión comunitaria unánime es una sola. Como dice la Biblia, continuar luchando hasta que frente a un crimen de tal magnitud aparezcan evidencias firmes. La comunidad con la solidaridad de todo el pueblo judío, e Israel, ha optado por el PERSEGUIRAS de que habla la Biblia.
La matanza de la AMIA y la impunidad en torno a ella, debe llevarnos a todos a redoblar esfuerzos pare detener los alarmantes desarrollos antisemitas actuales. Los últimos informes de acreditadas instituciones internacionales europeas y americanas, dicen que hoy hay una nueva ola antisemita. La favorece el desarrollo de partidos y movimientos xenófobos y racistas, que proclaman el odio al inmigrante, a las minorías, y el antisemitismo tratando de ganar el favor de las masas en serias dificultades económicas y sociales.
Los neonazis, neofacistas, y xenófobos, han ganado poder político en diversas naciones europeas. La nueva derecha alemana, arraigada en Alemania del Este avanza en los parlamentos. Uno de sus líderes, Alexander Gauland, dijo: “El Holocausto es una pequeña deposición de pájaro en más de 1000 años de exitosa historia alemana”.
Víctor Urban el líder xenófobo de Hungría, integró a su gobierno a los neonazis y lleva adelante una campana implacable contra un prominente filántropo judío George Soros. El Gobierno polaco prohibió se reclame contra los colaboracionistas polacos del nazismo, se rinden homenajes a líderes pronazis durante la guerra en diversos países europeos.
Según una encuesta de CNN 20% de los europeos dicen que los judíos tienen demasiado influencia en las finanzas y la política, el 34% de los europeos saben poco o nada sobre el Holocausto, .el 32% afirman que los judíos explotan el Holocausto para mejorar su posición.
En Francia las acciones antisemitas subieron en un 100% en el 2018, en Alemania e Inglaterra en un 60%.
En Europa 43% de los judíos no van a las sinagogas o instituciones comunitarias por temor a su seguridad. No usan asimismo kipot por miedo. El 80% de 2700 jóvenes judíos de 12 países entrevistados, consideran que el antisemitismo viene creciendo en sus países, dan gran importancia en ello a los medios sociales. 45% tienen miedo de mostrar en público que son judíos, 44% han sufrido ataques antisemitas.
Se impone denunciar y enfrentar combativamente las nuevas formas del antisemitismo, de todos los tipos.
A 25 años del atentado contra la AMIA, la institución se levantó de sus cenizas, y nuevamente es un pujante faro de construcción judía, y nacional. Los asesinos no lograron su objetivo de destruirla. No pudieron doblegar su espíritu. Hoy corresponde, recordar y honrar a las víctimas, seguir exigiendo justicia, y rendir homenaje a las víctimas, combatiendo las nuevas formas del antisemitismo.
Rabi Shimon Ben Gamiel dice en el Pirkei Avot que el mundo se sostiene en tres pilares: la verdad, la justicia y la paz. Buscar la verdad y la justicia en el caso AMIA y crear paz a través de la erradicación del antisemitismo, la xenofobia, y los racismos, es afianzar esos pilares, y hacer TIKUM OLAM (reparar el mundo).
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*Doctor Honoris Causa de la Universidad Hebrea de Jerusalem y de numerosas universidades de America Latina, Europa, y Asia. Asesor de la ONU, Unesco, Unicef, Fao, Oit Ops, y otros organismos internacionales. Autor de 65 libros, traducidos a diversos idiomas, Entre ellos el best seller mundial AS PESSOAS EM PRIMEIRO LUGAR que escribio con el Premo Nobel , Amartya Sen,publicado por Companhia Das Letras.