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El "Schindler" taiwanés

Por: David Alejandro Rosenthal

Ho Feng Shan, quien se encuentra reconocido por el Yad Vashem en Israel, con el respectivo título de justo entre las naciones, se cree que salvo alrededor de 7.000 almas judías en Austria. El Doctor Ho, nació en China, en un hogar muy pobre, pero se convirtió en diplomático, gracias a su inteligencia y esfuerzo. Estudio en Múnich donde recibió el título de "Magna Cum Laude" por su doctorado (PhD) en Economía Política. Estando en el servicio exterior, es decir en la carrera diplomática de la china nacionalista pre Mao, le fue designado la tarea de Cónsul en Viena. La capital austriaca, cuna del saber y del arte, que albergaba una importante y floreciente comunidad judía. Algo más de 120.000 judíos residían en la capital del ya extinto Imperio Astro-Húngaro. 

El joven diplomático, Ho Feng Shan, hablaba un alemán perfecto. Se desempeñó como cónsul entre el año 1937 y el 1940, plena guerra mundial. Austria, país natal de Hitler, era un objetivo militar y estratégico natural del macabro plan para la dominación del mundo. Siendo así, Austria fue invadida y anexada a Alemania en el mismo 1938, cuando el Doctor Ho llegaba como Cónsul. Shan era un hombre noble, de forma humana y sabia actuó al emitir visas chinas a los judíos perseguidos por el régimen nazi que empezaba con su feroz cacería.

No fue fácil para el Doctor Ho, pues el embajador chino en Alemania, pidió que se acatara la orden del régimen Nazi de no dejar a los judíos traspasar las fronteras. El embajador chino deseaba estrechar vínculos con el nuevo régimen, sin embargo, la persona que era Shan, le impedía seguir estas órdenes y desafío a su embajador con el argumento de que el Ministerio de Exterior Chino le había ordenado mantener una política democrática y liberal, contraria a la que los Nazis consecuentemente habían impuesto en Austria.

El embajador chino en Berlín simpatizante de los Nazis, Chen Jia, no creyó en estas palabras que el Doctor Ho le trasmitió, fue así que envió a un espía a la oficina en Viena del consulado chino, que por cierto era la casa de un judío y luego de intentar sorprender al justo Ho, no encontró nada, ya que el rumor de que estaba entregando visas a los judíos había corrido no solo por la comunidad judía, sino que había traspasado fronteras. La casa donde fue el consulado chino, fue expropiada por los Nazis. China se quedó sin consulado y el Gobierno se negó a buscar otro y rentarlo. He aquí, cuando se conoce un verdadero justo entre las naciones. El señor Lee le rento a una mujer judía pequeños locales con su propio dinero para poder continuar realizando la valerosa y heroica labor. 

Las visas que emitía el Doctor Ho, eran única y exclusivamente para viajar a Shanghái, lo cual no era un destino muy apetecido ni conocido en la época, sin embargo, China al igual que Republica dominicana no estableció un límite de entrada de judíos, como si los demás países, incluido Colombia. A Shanghái alcanzaron a arribar alrededor de 25.000 judíos europeos que perseguían de las masacres Nazis. El caso de Austria demuestra la cruenta y ágil deportación con la que el nuevo gobierno Nazi inicio la deportación en masa de judíos a campos de concentración y de exterminio desde la invasión en 1938. La mayoría de judíos asesinados fueron exterminados en los campos de Dachau y Buchenwald.

Al ver semejante horror, donde estuvo a punto y donde efectivamente se perdió la esperanza, tener cualquier tipo de visado era lo que importaba, desde que el país fuera reconocido por el sistema internacional, no importaba cual fuese. Sin embargo, entregar visas chinas a judíos austriacos era algo más que un documento, era el pasaporte a una nueva vida, en la mayoría de los casos y más allá de esto un pasaporte a la vida. Había un beneficio que era mucho más interesante, tener el visado chino permitía dirigirse a otros países. Siendo así, el destino final nunca fue Shanghái, más si, Estados Unidos, las Filipinas, Israel de la época, Inglaterra y Suramérica. Lo increíble es que estas visas ayudaron a que desde Italia o en la misma URRSS, miles de judíos pudieran escapar de Hitler.

La noble tarea del Doctor Ho, debe ser recordada, pues en ese entonces en el que casi ninguna embajada ni consulado ayudo a los judíos perseguidos, un solo hombre pudo salvar más de 4.000 vidas. Solo un Cónsul, pero más que eso solo un buen hombre fue necesario. Y, todavía algo más sorprendente es que esto fue algo desconocido hasta la muerte del Doctor Ho. 

Fueron familias enteras las que fueron salvadas por este grandioso hombre asiático. El Doctor Ho tenía amigos dentro de la comunidad judía vienesa, y se podría decir que ayudo a todos los que se acercaron a en la búsqueda del permiso. Es probable que de esas personas ya no queden muchos sobrevivientes, pero en Canadá, fue a parar uno de esos que recibieron las visas y dio fe y testimonio de que el Señor Shan, le había entregado a él y a su familia 20 visas. Una sobreviviente de la Shoah, que emigro a Israel, fue salvada junto con su familia por el Doctor Ho y su gran generosidad. Cuando su hermano fue deportado a Dachau, gracias a la visa pudo irse con ella. Miles son las historias desconocidas y conocidas, gracias a la generosidad y justicia de este gran hombre. 

El consulado chino en Viena fue visto con largas filas de judíos pidiendo su pasaporte de escape, un milagro protegió al Señor Shan de ser deportado. 7.000 judíos para el año 1938 habían dejado Europa Nazi, cruzaron por Italia y por Suiza las fronteras y portaban visas chinas. La gente se quedaba haciendo las filas días y noches. El Señor Shan tuvo que volver a China luego de su valiosa labor. Tuvo un llamado de atención por desobediencia al embajador chino en Alemania, hacia el año 39. Finalmente, para ser destituido de su cargo en el 40 y así darle fin por obligación a lo que fue uno de los mayores actos de solidaridad en la Shoah, al menos 7.000 vidas salvadas, sin contar luego la descendencia de estas.  

Posterior a Austria, el Doctor Ho, se dedicó a la defensa de su país en la confrontación con el Japón. Sin embargo, luego de que el comunismo a cargo de Mao se hizo con China, él se fue con el Gobierno del generalísimo Chiang Kai-shek, fundador de Taiwán, convirtiéndose naturalmente en taiwanés. 

Consiguiente a esto, siguió siendo diplomático. Fue embajador en Egipto, luego en Méjico y Bolivia, terminando en Colombia. Es así que el Doctor Ho vino a Colombia entre el año 1970 y 1973. Precisamente en Colombia, fue acusado de malversar fondos del Gobierno de su país, esto fue negado por él y sin haberse resuelto este caso. El Embajador Ho Feng Shan, fue despedido y perdió su pensión. El Gobierno le acuso injustamente de algo que seguro fue una calumnia, pues el alego que un subordinado a causa de que él no lo ascendió hizo estas falsas acusaciones de fraude. Posterior a esto, el Doctor Ho, emigro a Estados Unidos a California. 

Los últimos años los dedico al servicio social y a su iglesia en San Francisco, pues era anglicano, estuvo al servicio de los misioneros anglicanos antes de ser diplomático, dado que fue educado en la niñez por misioneros suecos en China. La vida del Doctor Ho, fue dedicada a los demás y sus actos lo harán perdurable. De las ultimas cosas que hizo, fue escribir sus memorias: "Mis 40 años como diplomático" hacia el año 90. En el año 2000, Yad Vashem, le concedió al honorable señor Shan, el título de "Justo entre las Naciones". También en 2008 el Senado de los Estados Unidos de América emitió una resolución en honor a él. Y, finalmente en el año 2015, el Presidente taiwanés, entrego a la hija del Doctor Ho, un certificado en honor a su servicio valeroso como embajador, en una ceremonia donde participo el Gobierno de Israel. Lastimosamente todos los honores fueron otorgados luego de su muerte. Fue un justo oculto, mantuvo un perfil siempre muy bajo y esto es aún más valioso.