Por: Victor Zajdenberg
El título de “cazadores” utilizado para esta nota proviene del libro de memorias escrito por uno de ellos, “EL CAZADOR” de Tuviah Friedman. En cambio Simon Wiesenthal, otra gran personalidad integrante de los que sintieron la necesidad de buscar e identificar a los criminales nazis, prefirió el término “JUSTICIA”, aunque los medios utilizados y los fines a alcanzar hayan tenido los mismos objetivos: rastrear, ubicar y ayudar a detener a los prófugos nazis para llevarlos a la Justicia a fin de impedir la impunidad de los asesinos de 6 millones de judíos, entre ellos 1 millón de niños, gaseados e incinerados en los Campos de exterminio.
A estos dos protagonistas mencionados habría que citar también a Fritz Bauer, Jan Sehn y al matrimonio de Beate y Serge Klarsfeld
De familia judía y como Dr. en Ciencias Jurídicas ejerció en las Universidades de Heidelberg, Múnich y Tubinga. En 1933 llega Hitler al poder en Alemania y lo cesantean como Profesor judío por lo que en 1936 emigra a Dinamarca. Invadido este país por el Ejército nazi, sus amigos lo ayudan a huir hacia la neutral Suecia donde se refugia.
Recién en 1949 regresa a Alemania y de 1950 a 1960 ejerce como Fiscal del Estado y lo cumple a pesar de los grandes obstáculos y trabas de la corporación judicial que provenía, en gran parte, de la época nazi.
Ayudó a rehabilitar a los que intentaron asesinar a Hitler. Logró instrumentar el primero de “Los procesos de Auschwitz” (1963-1981) en Alemania Occidental contra los integrantes de las SS (Schutzstaffel) que planificaron, organizaron y administraron ese monstruoso campo de la muerte, logrando capturar y sentenciar a 22 de esas repulsivas bestias sub-humanas.
Informó al Mosad (Servicio Secreto del Estado de Israel) la dirección de Adolf Eichmann en Argentina pues desconfiaba de la Justicia y la Policía alemana, operativo que fue exitosamente realizado por integrantes del famoso organismo.
Antes de fallecer en 1968 recalcaba que “En la Justicia vivo como un exiliado y afuera vivo en un país extranjero enemigo”. Hablaba de la “eugenesia nazi de los burócratas alemanes”.
A él se le debe el conocimiento de los más terribles detalles que sucedieron en Auschwitz: la gasificación de civiles judíos en su inmensa mayoría, también de gitanos y homosexuales, en los cobertizos especialmente preparados para realizar esa ignominiosa tarea; la incineración posterior de los cuerpos desnudos sin vida; los repugnantes experimentos médicos que se realizaban con los cautivos y el trabajo esclavo elegido para aquellos que consideraban físicamente aptos para realizarlo.
Jan Sehn fue el Juez Instructor del “Caso Rudolf Höss”, Comandante de las SS que dirigió el infierno de Auschwitz, sentenciado a morir en la horca justamente en esa zona. Vivía junto a su esposa y sus cinco hijos en una residencia frente al Campo quienes veían a los presos con sus indumentarias a rayas y olían las emanaciones que brotaban del mismo.
Asimismo estuvo a cargo del Alto Comisionado formado para investigar los crímenes nazis cometidos en Polonia y ha participado de la Comisión Militar Polaca de Investigación de Crímenes de Guerra, publicando en 1957 toda su trayectoria en el libro “Oswiecin-Brzezinka” (Auschwitz-Birkenau).
Sobreviviente de varios Campos de Concentración y de Exterminio nazis, entre ellos el de Mauthausen de donde fue liberado por las tropas aliadas, estableció su vivienda en la ciudad de Linz, puerto sobre el Danubio en Austria, donde en 1947 ha fundado un “Centro Histórico de Documentación del Holocausto”, dedicando casi toda su vida a la búsqueda de nazis fugitivos, culpables del genocidio más monstruoso en la historia de la humanidad, para llevarlos ante la Justicia.
Después de los Juicios de Nüremberg, en toda la cómplice Europa y en Alemania y Austria en especial, se impuso un manto de olvido y apatía para no proseguir con los juicios al nazismo.
Simon Wiesenthal decide actuar, y lo hizo hasta 2003, logrando llevar a la Justicia a más de 1100 criminales de guerra nazis (Tom Segev, 2010), por lo que ha sido denominado merecidamente como “La conciencia del Holocausto”.
Ha escrito varios libros fundamentales para que las generaciones futuras no olviden la tragedia de la Shoá (Holocausto Judío) entre ellos: “El Libro de la Memoria Judía”; “Justicia, no venganza”; “Los límites del perdón-Dilemas éticos”; Holocausto, una historia de amor”, en este libro, impreso en 1981, relata porque, por primera y única vez, renunció a la persecución de alguien ya identificado.
Explicando su retiro en 2003, a la edad de 94 años, señaló que “Mi trabajo está hecho”. “Encontré los asesinos que buscaba. Viví más tiempo que ellos”.
El Centro Simon Wiesenthal prosigue actualmente denunciando el antisemitismo en todo el mundo, vigila y denuncia a los grupos neo-nazis y mantiene vigente el recuerdo y la memoria legados por su fundador.
Llevado de muy joven a un Campo de Concentración nazi pudo escapar alistándose, luego de muchas dificultades, en el Ejército Polaco, los que actuaban primero en la clandestinidad para luego liberar a Polonia, junto con el Ejército Rojo soviético, del invasor alemán. Una de sus funciones inmediatas oficiales fue el nombramiento como responsable de la captura de oficiales de las SS en la ciudad de Danzig (luego Gdansk) y sus alrededores, como también de los que colaboraron con las atrocidades cometidas conjuntamente con los nazis.
Trabajó unos años con Simon Wiesenthal en Viena, pero harto de comprobar como Austria quería olvidar su tenebroso pasado nazi se trasladó a Israel con todos sus archivos para seguir desde allí su tarea de “cazador”, tal como se lo conoció. Justamente su libro de memorias escrito en 1961 lo intituló “El Cazador”.
Luego de la ayuda prestada en la operación de captura en Argentina y juzgamiento en Israel de Adolf Eichmann fue nombrado en la ciudad de Haifa Director del “Instituto para la Documentación de los crímenes de guerra nazis”
Sus archivos se guardan en Jerusalem, en el Centro de Memoria del Holocausto “Yad Vashem”.
“Son una pareja de leyenda. Su biografía, una auténtica epopeya. Nada predestinaba a esa hija de un soldado de la Wehrmacht y al hijo de un judío rumano muerto en Auschwitz en convertirse en los “cazadores de nazis que todos conocen” (Los Klarsfeld-Luisa Corradini-LA NACIÓN-25/8/2019).
Todo comenzó ante la indignación de ambos integrantes de la pareja Klarsfeld cuando en 1967 Alemania Occidental eligió como Canciller a Kurt Kiesinger, un ex nazi que ocultaba su pasado como miembro prominente del Partido de la Democracia Cristiana (CDU).
A partir de ese suceso y hasta el presente “Los Klarsfeld” han desarrollado una intensa caza de nazis y colaboradores por todo el mundo, con el objetivo de llevarlos ante la justicia del país que corresponda para juzgarlos por los inicuos actos realizados durante el nazismo.
Uno de sus principales logros fue la detención en 1987 y juzgamiento posterior de Klaus Barbie, Jefe de la Gestapo de la ciudad de Lyon, culpable de asesinar a franceses de la Resistencia y de la deportación de niños judíos hacia los Campos de exterminio nazis.
Una tarea adicional muy importante fue la desarrollada por Beate y Serge en la investigación para recuperar los nombres de las decenas de miles de judíos franceses llevados y desaparecidos en los Campos de Exterminio nazis.
El libro “Memorias” que están presentando a nivel mundial es el fruto de la dedicación de estos últimos años en la construcción de la historia de la “solución final” de los judíos, incluso en los dominios de los colaboradores nazis de Vichy (zona supuestamente “libre” de Francia durante la 2ª. GM, pero que acataba todas las órdenes de Hitler).
Después de casi 60 años juntos prosiguen edificando para la humanidad la necesidad de recordar y no olvidar esa terrible época ideológica abyecta que representó el siglo XX para que nunca jamás pueda volver a repetirse.