Por: Jack Goldstein
Secreta y no la visitamos, a diferencia de la no secreta en Bahrain a donde no quisieron llevarnos. El mundo árabe se transforma y muchos cambios son simpáticos hacia nosotros. Estados del Golfo Pérsico (Omán, EAU, y Bahrain) han dado muestras efímeras pero valiosas de aceptación al mundo judío y al Estado de Israel. Qatar, la oveja negra de la zona, promotora de revoluciones islamista y hogar de Al Jezeera -que no pasa día sin demonizar a Israel- también ha tenido muestras de acercamiento a líderes en el mundo judío, si bien sus intenciones puedan ser dudosas y terminar siendo arma de doble filo. El próximo año, pasaportes israelíes serán bienvenidos en los Emiratos Árabes aún sin haberse establecido relaciones diplomáticas. El lenguaje de odio de tantas generaciones hace difícil vender a sus poblaciones un acercamiento rápido, aún si la amenaza iraní así lo requiera. Ser amigable con judíos, pero odioso con Israel sigue siendo el rasero. Eso les permite venderse como sociedades progresistas, aunque políticamente distantes de la entidad sionista.
Ya habrán visto los emiratíes en sus propios televisores la imagen de banderas de Israel hondearse en competencias deportivas celebradas en sus propios estadios. El Hatikva es de los himnos cortos que existen y el tiempo borra la memoria de su melodía. Pero una sinagoga es tema aparte pues evidentemente constituye una estructura permanente, donde suele verse una Estrella de David en su exterior y letras (o al menos palabras) hebreas en sus fachadas. Quizás por eso la nueva sinagoga de Dubai no tenga dirección conocida ni website. Pero ya existe y son varios los artículos que se han publicado al respecto. Es de asumir que, para sus vecinos en algún barrio elegante para los miles de expats, sea obvio lo que pase adentro. Algo de esta envergadura solo puede darse con el beneplácito de los emires.
Ross Kriel es reconocido abiertamente como presidente de la comunidad y junto con Yehuda Sarna, el nuevo rabino, se encarga de organizar los rezos semanales, las reuniones para las festividades y acomodar en el segundo piso a quienes cuidan shabat. Me curiosea saber cómo habrá sido el proceso de importación de su rollo de Tora. Se sabe que ya se han celebrado circuncisiones y bar-mitzvot y ningún vecino se ha quejado con el sonido del shofar ni se ha sorprendido cuando una choza fue construida entre palacetes en octubre pasado. Lo que pasa en la sinagoga de Dubai no sale de la sinagoga de Dubai. En la calle nadie anda con kipa. Vaya uno a saber si para cuando en la vecina Abu Dhabi construyan la Casa Abrahámica para albergar bajo un mismo techo templos dedicados a cada una de las tres religiones, su sinagoga termine siendo la más cara del mundo. Conociendo la fastuosidad del Golfo, no sería de extrañarse.
Bibliografía
The Associated Press. Leaders of Secret Dubai Synagogue Hopeful About Future of UAE's Jewish Community