Imprímeme

Un colombiano judío en Siria

Por: León Hochman

Audio a cargo de Dr. Paul Heller

Noviembre 17/2019

Hace tiempo venia buscando la oportunidad de visitar Siria. En vista de que no había podido ir yo solo, en el mes de junio de este año tomé la decisión para ir con un grupo, estuve esperando hasta mediados de octubre cuando recibí la noticia de que la visa de turista para el grupo había sido aprobada, siendo este el primer grupo de ciudadanos estadounidenses en recibir una visa para visitar Siria en calidad de turistas.

Volé desde Miami a Estambul para hacer conexión a Beirut, mi segunda visita a esa hermosa ciudad, en el hotel me integré a los otros 10 miembros del grupo. La idea era ir por tierra desde Beirut en el Líbano hasta Damasco en Siria.

Beirut estaba encendida con miles de personas en las calles protestando porque les pusieron un impuesto a las llamadas telefónicas por WhatsApp, a pesar de que el primer ministro Saad al-Hariri reversó la medida, las protestas no habían cesado ya que la gente seguía manifestándose contra la crisis económica del Líbano, el desempleo y la corrupción. 

Al día siguiente salimos en la madrugada pensando que a esa hora no encontraríamos las calles y las carreteras bloqueadas, pero no fue así, había muchos manifestantes que habían bloqueado, quemando llantas y con piedras, las carreteras principales y la autopista que llevaba a la frontera con Siria, nuestro conductor la verdad hizo una tarea titánica ya que cada vez trataba de convencerlos de que nos dejaran pasar porque éramos turistas y que nos llevaríamos una mala impresión del Líbano y sus gentes si no nos colaboraban, unas tres veces le funcionó logrando que nos quitaran las barricadas para dejarnos pasar mientras nos saludaban levantando el dedo pulgar, pero otras cinco veces no quisieron y al conductor cada vez le tocaba ir por vías alternas para luego volver a la autopista  y nuevamente se repetía el bloqueo, yo pensé en algún momento que no íbamos a lograr llegar a la frontera pero la perseverancia y conocimiento del conductor por fin nos logró llevar al paso fronterizo del lado libanés.            

En la frontera nos estaba esperando un bus sirio con un conductor y un guía quien nos llevó para hacer la emigración del Líbano, después fuimos en el bus al lado sirio de la frontera el cual estaba cuidado por los ejércitos de Siria y de Rusia, los soldados rusos estaban con sus uniformes y tanques rusos. El guía recogió nuestros pasaportes y nos dijo que esperemos, al poco rato volvió y llamó a una de las integrantes del grupo, le dijo que su pasaporte tenía problemas porque el funcionario de inmigración sirio encontró un sello de entrada a Jordania por la frontera terrestre con Israel, a pesar de que el pasaporte no tenía el sello de Israel, el funcionario sabía que ella había salido de Israel a través del Puente Allenby. La compañera del grupo fue deportada al Líbano, nuestro guía llamó a la oficina en Beirut para que le enviaran un taxi a recogerla y llevarla de vuelta al hotel.

En Siria visitamos tres ciudades, Damasco que junto con Jericó se disputan el título de la ciudad habitada continuamente más antigua del mundo, y dos ciudades cristianas Saydnaya y Maaloula en donde pudimos apreciar las ruinas que dejaron los ataques de ISIS.

De regreso a Damasco, por petición mía, el guía, nos llevó a conocer la Plaza Marjeh en donde fue ahorcado el espía israelí Eli Cohen.

Otra petición que le hice al guía fue que me llevara al Barrio Judío, él me dijo que me llevaría a mi solamente al final del día después de terminadas las actividades.  

Esa noche me encontré con el guía en el lobby del hotel y nos fuimos caminando hasta el Barrio Judío, allí encontramos las casas que abandonaron los judíos en 1992 cuando Hafez al-Assad, padre del actual presidente de Siria Bashar al-Assad, dejó salir a los judíos con la condición de que no podían ir directamente a Israel sino a algún otro país. De 50.000 judíos que había en Siria, hoy día quedan menos de 100.

Lamentablemente ya era de noche, a pesar de que me advirtió de que no tome fotos debido a la cantidad de garitas con vigilantes e informantes que hay en las calles, me arriesgué y tomé algunas aunque quedaron muy oscuras debido a la pobre iluminación. 

El barrio tiene sus calles muy angostas, las casas están habitadas por familias sirias, el guía pidió permiso en una de ellas, habitada por un escultor, para que me la mostrara, la sinagoga pasa totalmente desapercibida solamente que tiene una placa escrita en Hebreo encima de una de sus puertas.                                         

Regresamos al Líbano también por tierra, los bloqueos seguían por lo que tuvimos que desviarnos nuevamente varias veces hasta que pudimos llegar al hotel.

Al día siguiente salí del hotel con cinco horas de antelación a mi vuelo a Estambul y conexión a Miami, a donde gracias a Dios llegué bien después de haber estado en uno de los países más difíciles de visitar.

Habiendo estado en Siria, me quedan otros 9 países por visitar para completar todos los países del mundo.