Por: Victor Zajdenberg
No se pierda este fragmento del “lago de los cisnes”, en “la muerte del cisne”, interpretado por Maya Plisetskaia enternecedor.
A 100 años de su nacimiento (1925) y 10 de su fallecimiento (2015) vale recordar a la más grande bailarina de Ballet de todos los tiempos, no solo por su impresionante técnica sino también por sus emocionantes presentaciones que elevaban el alma de los concurrentes a lo más alto del espíritu humano.
Su magnífica interpretación de "El lago de los Cisnes" en Buenos Aires ha quedado tan grabado en nuestra retina y en la mente que no podrá desaparecer jamás.
De padre (Mikhail Plisetski) judío ashkenazí de Bielorrusia y madre (Rajel Messerer) judía de Lituania, Maya nunca ha renegado de su herencia judía. Sus padres sufrieron el terrible antisemitismo soviético de la época de la represión stalinista.
El padre fue fusilado en 1938 y la madre enviada a un "gulag" (campo de concentración llamado campo de trabajo) acusados ambos de "enemigos del pueblo" por su condición de judíos. Maya fue criada por una tía.
En su libro autobiográfico "Yo, Maya Plisetskaia" (1994) escribe abiertamente y sin complejos: "Ser judía es parte de mi ser". Reivindica con valentía y orgullo que ser judía es inseparable de su identidad y de los sufrimientos de su familia. Lo describe con absoluta claridad sin disimularlo ni suavizarlo u ocultarlo.
Cuenta entre sus amargas vivencias que en 1947 no pudo salir de la ya desaparecida URSS pues no le quisieron otorgar el visado correspondiente. Cuando preguntó por qué, le respondieron sonriendo "ya sabes, eres judía".
Maya, siempre serás recordada por tu excelencia como bailarina de Ballet, por tu hermosa personalidad y por la fortaleza en la conservación del judaísmo. ¡Gracias por todo ello!