Extracto de los libros “The Forgotten Ally” de Pierre Van Passen y “A la Verdad por el Error” de Jaim Weitzman.
Hubo un instante en el siglo pasado, hace 100 años atrás, en que el Pueblo Judío y el Pueblo Árabe fueron, por un corto tiempo, aliados y a su vez ambos pueblos llegaron a ser partícipes indispensables de la mayor potencia económica y militar de aquella época, Gran Bretaña.
En esa etapa histórica Inglaterra y Francia integraban La Entente que luego se transformaría en la Triple Entente con el ingreso de la Rusia zarista a la 1ª. GM (1914-1919).
El otro bando en la guerra estaba constituido por la Alemania del Kaiser, el Imperio Austrohúngaro y al poco tiempo se les acopló Turquía y su Imperio Otomano.
El antagonista común de árabes y judíos, el odiado conquistador y ocupante de sus territorios durante casi 500 años, era en aquel entonces el Imperio Turco que en 1453 asaltaba Constantinopla e invadía todo el Cercano Oriente y Palestina.
Brillante oportunidad para el Imperio Inglés de prometer al Pueblo Judío y al Pueblo Árabe liberar sus tierras del yugo otomano como premio por la colaboración de ambos en la guerra con Turquía. Los ingleses destinaron al famoso comandante “Lawrence de Arabia” para incorporar a los árabes a la lucha proveyéndoles de instrucción y armamento.
Famosas fueron las conquistas de manos turcas de la ciudad de Ákaba, el desierto jordano e Irak con la arremetida árabe que “Lawrence” había proyectado. Paralelamente el Ejército inglés entra en Palestina desde Egipto y el General Allenby, con apoyo de brigadistas judíos, penetra en Damasco-Siria y termina de desalojar a los turcos.
Simultáneamente el ministro inglés Lord Balfour presenta el 2/11/1917 una declaración de su Gobierno, la célebre “Declaración Balfour”, proclamando la constitución de un Hogar Nacional Judío en Palestina, como retribución a los aportes científicos del Dr. Jaim Weitzman y el esfuerzo de los combatientes judíos en la guerra que libraba Gran Bretaña. Las relaciones entre los representantes árabes y judíos en los Acuerdos y Declaraciones no podían ser mejores.
El 3/12/18 se firma un Acuerdo entre el Emir Faisal y el Dr. Weitzman donde participaron Félix Frankfurter, delegado Sionista de los Estados Unidos, y “Lawrence de Arabia” como representante inglés. El Acuerdo fue elaborado con un lema común: “Arabia para los árabes y Palestina para los judíos”.
El 3/3/19 el Emir Faisal escribe una carta notable a Félix Frankfurter de la cual solo se reproducirá una pequeña parte. “Deseo aprovechar esta oportunidad de mi primer contacto con los Sionistas norteamericanos para decirles lo que he dicho a menudo al Dr. Weitzman. Creemos que los árabes y los judíos son primos de raza, que sufren opresiones similares y que unidos se han podido dar los primeros pasos hacia el logro de los ideales nacionales.
Nosotros los árabes contemplamos con la más profunda simpatía al Movimiento Sionista. Sabemos que las propuestas presentadas por la Organización Sionista son moderadas y apropiadas. Les deseamos a los judíos la más cordial bienvenida a la Patria. Con el Dr. Weitzman estamos trabajando juntos por un Cercano Oriente reformado y renacido y nuestros ambos Movimientos se complementan en esa obra. El Movimiento Judío es nacional y no imperialista. El Movimiento árabe es nacional y no imperialista. Anhelo y mi gente anhela conmigo un futuro en el cual nos ayudaremos recíprocamente, de manera tal que los países en que estamos mutuamente interesados puedan tomar su lugar en la Comunidad de los Pueblos civilizados del mundo. Sinceramente suyo, Faisal”.
Pues entonces… ¿qué sucedió en los años siguientes?...
El Imperio colonialista francés sacó a relucir de la galera los “Acuerdos de Sykes-Picot” de 1916 firmados con el Imperio colonialista inglés a los efectos de repartirse el botín después de la guerra y junto con este Acuerdo oficial había otro secreto que lo especificaba con lujo de detalles.
El 10/8/20 se firma el Tratado de Sévres en el cual, Irak, Transjordania y Palestina pasan a manos del Mandato Británico y el territorio Sirio-Libanés será administrado por el Mandato Francés. El Emir Faisal fue destronado; despidieron a Lawrence de Arabia y el Hogar Nacional Judío fue prorrogado sin fecha, lo que impidió poder salvar a millones de judíos, más adelante, durante el fuego del terror nazi.
Todas las promesas realizadas fueron olvidadas por Gran Bretaña inducida por la ávida Francia. Todos los esfuerzos invertidos en procurar un Medio Oriente de Paz y progreso, el sueño de Faisal, Weitzman y Lawrence, fueron borrados por las potencias coloniales en su afán desmedido de poder.
Mientras tanto se sembraron las semillas sangrientas de los futuros acontecimientos terroríficos de la 2ª. GM y del inacabado Conflicto Árabe Israelí.