Desde hace décadas apoyo a Israel en su lucha por subsistir y desarrollarse como pueblo. Desde el 7 de octubre de 2023, fecha del criminal ataque de los hamas –así, en minúsculas, como debe ser-no a una unidad militar ni a la sede del gobierno israelí, sino a un concierto de jóvenes y a varios kibutzim cercanos; ese apoyo se ha hecho más necesario que nunca, pues la prensa internacional, dominada sobre todo por tendencias políticas enemigas de Israel, se ha dedicado a desinformar y a deformar todo lo que sucede en Gaza, y ha creado un aura muy negativa alrededor de los esfuerzos de ese pueblo por defenderse de los reiterados ataques de los terroristas.
Apoyo a Israel porque desde Gaza y desde el Líbano, donde campea libremente jeisbolá (también en minúsculas y “cubanizado”); le lanzan decenas de misiles todos los años y nadie protesta ni denuncia eso, desde la prensa y los países enemigos y antisemitas.
Apoyo a Israel porque me parece una monstruosidad que presidentes de países latinoamericanos llamen a la destrucción del estado hebreo, de un país, de un pueblo.
Apoyo a Israel porque en muchas ocasiones sus ciudadanos, sus artistas, sus deportistas y otros de sus representantes; han sido atacados por terroristas y ningún periódico y grupo de “activistas” han condenado esos ataques malévolos.
Apoyo a Israel porque su ejército defiende a su pueblo, mientras que los hamás y los jeisbolá se esconden detrás del pueblo a quién dicen defender; y propician muertes indiscriminadas de civiles, sobre todo mujeres, niños y ancianos. Gaza está llena de túneles, con bocas en hospitales, escuelas, casas de viviendas y otras instalaciones civiles, para propiciar su destrucción por parte de Israel y estimular la opinión pública en contra del estado hebreo.
Pero sí, yo apoyo irrestrictamente a Israel, porque:
Es un pueblo que se estableció hace miles de años en esa región desértica, a la que nombraron desde hace siglos Judea, Galilea, Samaria y no Palestina. Allí creó una nación, con su cultura, sus ideas, su idioma, sus costumbres. En ese desierto trabajó duro e inteligentemente y lo convirtió en un vergel. De sus manos y sus mentes salieron monumentos culturales como la Biblia y muchísimos descubrimientos y avances filosóficos, científicos y literarios, como la administración, la jurisprudencia, el humanismo, la economía, la contabilidad, la demografía, la ética, la química y la física aplicada, la sicología, la nutrición, el urbanismo, la ciencia histórica y la geografía; entre otros aportes. De esas arenas infértiles salen miles de toneladas de naranjas, tomates, toronjas, limones y otras frutas todos los años, a base de inteligencia y trabajo.
Es un pueblo que ha sido inevitablemente envidiado por vecinos y otros que no lo han sido tanto, por esos u otros logros; lo que ha motivado que, con cierta frecuencia, a través de los siglos han sido tratados de ser destruidos, borrados del mapa, expulsados de sus tierras. Pero, ¡que obstinados han sido los cabrones israelitas, no se dejan destruir, no se dejan matar, no bajan la cabeza! Ni los romanos, ni los babilonios, ni Hitler han podido destruirlos. Y los terroristas de hamás y de jeisbolá, tan pequeños, tan malvados, tampoco podrán.
Muchos de los más grandes aportes a la ciencia y las artes y a la vida práctica; han salido de las mentes y las manos de los judíos. He estudiado por libros de autores judíos, pero no recuerdo haberlo hecho por ninguno de algún autor de la otra parte. Es una deuda muy grande la que tengo con Jesús, Einstein, Marx, Newton, Freud, Moisés, Weiner, Hertz, Maimónides, Lilienthal, Marcus, Berliner, Eichengrun (me tomo una aspirina diaria), Magnus, etc. ¿Cómo podría agradecer lo suficiente a Chaplin o a Spielberg, por no mencionar a otros cineastas? ¿De qué manera podría pagarle a Gershwing por su Rapsody in blue o al grandioso Moisés Simmons por su Manisero? ¿Y a Kafka? ¿O al gran pelotero Hank Greenberg? ¿O al maravilloso violinista y director de orquesta Jasha Heifetz?
¿Y no agradezco nada a científicos, filósofos y autores de la otra parte? Por más que trato no recuerdo a ninguno verdaderamente importante. ¿Contaría entre ellos Salman Rushdie, condenado a muerte por un allatolah chiita? Es importante, pero no me ha emocionado. ¿Y al cineasta Mohammad Rasoulof, castigado a latigazos por sus propios compatriotas o a la deportista iraní perseguida y condenada a muerte por saludar a sus contrarias israelitas? A todos ellos les reconozco por mostrarle al mundo lo que pasaría si los enemigos de Israel; logran el poder mundial. Pero francamente no les agradezco mucho por sus aportes a la ciencia o las artes.
Por más que esos estúpidos estudianticos de algunas universidades, que esas “turistas de flotillas de yates”, que esos tontos útiles que obligan a cancelar eventos deportivos o esos miserables periodistas de alguna prensa se empeñen; no puede borrar la gran realidad que significa el aporte judío a la cultura universal. Y eso hay que reconocerlo y agradecerlo.
Apoyo a Israel, porque algunos de sus especialistas vinieron a Cuba a enseñarnos técnicas más racionales de cultivo y riego y estuvieron aquí desde 1959 hasta 1967, sin cobrar nada, trabajando mucho y aportándonos sus saberes y destrezas.
Jesús, judío arameo, nos dijo a todos “amaos los unos a los otros”. Es el humanismo al más alto nivel concentrado en seis palabras. En contraposición a esa filosofía de paz, amor y unión; tenemos en un libro “sagrado”, algunas perlas como las siguientes:
“Cuando deis con un infiel (esos somos nosotros, los no musulmanes. Nota del autor), golpeadle en la nuca”.
“Dios no ama a los transgresores. Matadlos allá donde os los crucéis”.
“Matad a los politeístas donde quiera que los halléis”.
“Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres, en virtud de la preferencia que Dios les ha conferido sobre ellas… Amonestad a aquellas cuya infidelidad temáis, encerradlas en habitaciones aisladas y golpeadlas”.
“Combatidles hasta tanto que no tengáis que temer la tentación y hasta que todo culto sea el del Dios único”.
No continuo con esos ejemplos para no extender demasiado este trabajo. Pero un último comentario debo realizar: mientras que Jesús y las concepciones religiosas hebreas y cristianas (y budistas, taoístas, etc.) prohíben y critican a la acción de mentir como algo muy repudiable, eso no ocurre así en ese otro libro “sagrado”; dónde se autoriza a mentir a los “infieles” (recuerden que esos somos nosotros).
¿Entienden ahora por qué apoyo a Israel?
Esa cancioncita (me resisto a llamarle “himno”, por respeto a esta palabra) que cantan los hamas, los jeisbolá y los idiotas y estúpidos que los apoyan; dice que ellos poseerán todo el terreno “del río al mar”. Consecuentemente esto significa que arrojarán de allí a 10 millones de israelíes y que destruirán al estado de Israel. Sus directivos y patrocinadores, como los allatollas chiitas y algunos gobernantes de otras latitudes, han proclamado muchas veces que quieren destruir a Israel. Y constantemente lo intentan. ¿Tienen derecho a destruir a un país, a un estado, a 10 millones de personas? Si aplicamos la lógica que leímos en 4, sí, porque los israelitas son infieles. Pero ¿es humanista eso? ¿Qué piensan de eso lectores?
¿Y los israelitas que piensan al respecto? ¿Se oponen a un estado palestino en esas tierras?
En 1948, cuando la ONU decidió crear el estado de Israel en sus tierras originales, los representantes judíos estuvieron de acuerdo con que se creara también un estado árabe palestino. Paradójicamente, los que se opusieron a que esas regiones “del rio al mar” se dedicaran a un estado árabe fueron Siria, Jordania y Egipto, entre otros, reclamantes de porciones de esas tierras. La historia recoge otras cuatro oportunidades en que los hoy llamados palestinos hubieran podido crear su estado. Quizás la ocasión más recordada se produjo en el año 2000, cuando el entonces líder Yaser Arafat se negó a firmar los acuerdos de Camp David en EE. UU.
No sé si van entendiendo por qué apoyo a Israel.
Me pregunto, ¿sabrán todos esos tontos útiles que apoyan a hamas y a jeisbolá, que en Israel viven 400000 árabes palestinos, los cuales tienen los mismos derechos que todos los demás ciudadanos judíos, incluso la representación en el parlamento? No hemos escuchado ninguna voz de apoyo a hamas salir de esos árabes-israelitas. ¿Conocerán esos idiotones que en otras zonas de Palestina, donde no domina hamas y si lo hace Al Fatah, otra facción árabe palestina, viven otros cientos de miles de palestinos, los cuales se han mantenido en paz durante este proceso? ¿Recordarán esos pobres diablos manipulados que en años anteriores la guerra en Gaza era entre hamas y Al Fatah? ¿A quién apoyaron?
¡He dicho! (Por ahora)
La Habana Cuba, agosto de 2025




