Audio Marlene Himelfarb
“Tenemos bastante religión como para odiarnos, pero no suficiente para amarnos.” Jonathan Swift.
Si nuestro Di-s de Abraham, de Itzjak y de Iaakov nos concedió la libertad para convertirnos por convicción en Su Pueblo … ¿Para qué renunciar a nuestra identidad para adoptar la de otros pueblos?
Si Hashem Padre de Israel -Bendito Sea Su Nombre- nos ha mostrado reiteradamente el valor de la tolerancia y del “camino del medio” mencionado por nuestros sabios ¿Para qué nos mostramos intolerantes y para qué escogemos ideas extremistas?
Si nuestra historia y nuestro legado cultural como pueblo de Israel, nos han permitido concebir una y otra vez la centralidad de Shalom como un valor moral y social supremo ¿Para qué escogeríamos la guerra como primera alternativa? y ¿en nombre de quién?
Si nuestros valores y nuestra espiritualidad nos confieren ampliamente la opción de transformar la realidad para bien y disfrutando de la belleza de la Creación de Hashem ¿Para qué permitimos que se cometan atentados ecológicos? y ¿en nombre de quién?
Si nuestra tradición cultural y religiosa valora decididamente la humildad ¿Para qué permitimos -e inclusive promovemos- la soberbia y el sectarismo?
Apéndice. 2 interrogantes etimológicos (los significados anotados corresponden a la Real Academia Española de la Lengua y se señalan en itálicas; los subrayados son del autor).
1. La palabra “economía” se refiere a la administración recta y prudente de los bienes. ¿Podrá armonizar de una vez por todas con la palabra “ecología”, entendida como la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos entre sí y con su entorno? ¿Será que la obsesión por defender particulares intereses monetarios y materiales nos seguirá obnubilando para continuar ignorando el valor de los seres vivos que Hashem nos encomendó cuidar para bien de Su Creación?
2. La palabra “religión” se refiere al “conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto”. Pues si esta definición de religión es la que ha ocasionado los conflictos bélicos más grandes de nuestra historia, entonces la búsqueda de la paz personal y social (Shalom) no ha sido el propósito fundamental de la mayoría de las religiones. Panorama definitivamente preocupante y el cual implica que las principales religiones –o al menos las 3 confesiones monoteístas- deben llegar a un acuerdo definitivo y de punto final sobre este tema tan álgido. De lo contrario, podemos ir olvidando la posibilidad de acercarnos a Shalom. Y sin Shalom simplemente no lograremos “remendar” este planeta tan agujereado y maltratado. Pero atención: esto no es solo responsabilidad de nuestros líderes religiosos: tod@s estamos involucrados en forma consciente o no; deberíamos reconocer semejante responsabilidad.
