Parashat Shlaj Lejá
Rebelión del pueblo
Este Shabat 23 de Sivan de 5784. 29 de junio de 2024, se leerá la Parashá de Shlaj Lejá: “Envía tú” del libro de Bamidbar.
Resumen
Dios ordena a Moshé escoger 12 representantes jefes de cada tribu para enviarlos a explorar la Tierra a donde debían entrar. La expedición duró 40 días, llegando con informes fantásticos sobre la tierra y muestras de frutos de ella, pero 10 de los exploradores, advirtieron que la tierra era excelente pero el pueblo era fiero y las ciudades grandes y fortificadas. Esto asustó a Israel pero Caleb, uno de los 12 exploradores, de la tribu de Judá, trató de tranquilizar al pueblo diciéndoles que podrían entrar; sin embargo casi el resto de exploradores se encargaron de difundir el pánico entre la gente indicándole que la tierra se tragaba a sus habitantes y que los hombres que allí habitaban eran gigantes. El pueblo de Israel se asustó y lloró a Moshé deseando regresar a Egipto. Yehoshúa y Caleb, se rasgaron las vestiduras y trataron de convencer al pueblo, explicándoles que si Dios quería, entregaría ésta tierra a Israel; pero el pueblo se les rebeló agresivamente.
Dios quiso destruir al pueblo; pero rogó Moshé por el pueblo de Israel para que no lo destruyera, Dios los absolvió no sin darles un castigo: no verían la tierra prometida, excepto Caleb, quien había cumplido en pos de Dios. También los menores de 20 años serían los pobladores de la tierra de Canaán, de quienes habían creído que iban ser el botín de éstos pueblos, además, entraría también a Canaán Yehoshúa Bin Nun. El resto erraría en el desierto durante 40 años, uno por cada día que estuvieron explorando. El resto de los exploradores murieron por una epidemia por ésos días, por haber difamado la tierra.
El pueblo se sumió en duelo. Arrepentidos por haber dudado, quisieron ir a combatir para entrar a la Tierra, pero Moshé les advirtió que no debían ir ya que Dios no estaba con ellos. Desobedeciendo las palabras de Moshé, fueron a enfrentar a los amalecitas y a los Cananeos siendo derrotados según la advertencia de Moshé.
Después de esto ordenó Dios sobre las ofrendas que debían hacer al llegar a la tierra prometida, tanto el pueblo de Israel, como el converso que viva entre Israel, una misma Ley y un mismo derecho, para todos ellos.
Cuenta la Torah que un hebreo estaba recogiendo en Shabat leña y fue hallado culpable siendo éste lapidado por la trasgresión.
También se hace reseña sobre la Ley de colocar Tzitzit (flecos en la punta de la ropa) con un hilito violáceo para recordar y cumplir los preceptos Divinos.
Respetar al extranjero. Comentario de la Parashat Shlaj Leja por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.
Explicaciones
Números 13: 12: “Por la tribu de Dan, Hamiel hijo de Guemalí”.
El significado del nombre Hamiel es: Dios de mi pueblo. Él, representante o descendiente de la tribu de Dan cuyo nombre significa justicia.
Hamiel (Amiel – Haniel) fue uno de los 12 espías enviados por Moshé a revisar la tierra donde iban a entrar por orden Divina, él junto con otros nueve espías dieron una mala noticia falsa sobre la tierra lo que hizo que el pueblo de Israel se asustara y se negaran a entrar a la tierra que Dios había ordenado entrar. Por esta negación, los 10 espías que hablaron mal de la tierra y su influencia sobre la población murieron como parte del castigo Divino y al pueblo no se le permitió entrar, quedaron entonces en el desierto durante 40 años, de acuerdo con los días que demoraron en el reconocimiento de la tierra.
De los 12 espías que revisaron la tierra, 10 dieron información que desanimó al pueblo y la consecuencia fue dramática. A veces una minoría se empeña en una idea incorrecta y arrastra a una mayoría a un estado errático. Ente la fe y la inteligencia, una persona puede llegar a tomar una decisión más clara, sin dejarse influenciar de una mayoría, esto enseña que no siempre hay que seguir al populacho, a una mayoría o a un dirigente que enseña causas no estudiadas o no justas. Para eso, siempre es necesario utilizar la conciencia, la sabiduría, y especialmente la fe.
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Números 13:11: “Por la tribu de Yosef, Por la tribu de Menashé, Gadí hijo de Susí”.
Interesante este versículo. Yosef tuvo dos hijos, Efraim y Menashé. De cada uno de ellos se desprendió una tribu. Ahora bien, En el versículo 8 dice “Por la tribu de Efraim: Hoshea hijo de Nun”, pero en este versículo que estamos estudiando, aparece Menashé como hijo de Yosef. ¿Acaso no fue también Efraim hijo de Yosef?
Resulta que Hoshea, fue un personaje tan importante después, que probablemente por eso recibe una atención preferencial no como hijo de Yosef sino por sí mismo, representando a la tribu de Efraim; Hoshea, fue el mismo Yehoshúa, quien sucedió a Moshé a la entrada a la tierra de Canaán, pero ya durante las vivencias en el desierto ocupó un papel relevante. Más adelante veremos el cambio de nombre de Hoshea a Yehoshúa (Núm. 13:16).
Otra importante razón: Menashé fue también hermano de Efraim y cabeza de una tribu, pero no se quiso tampoco borrar el nombre de Yosef como parte de las tribus de Israel.
Números 13: 1 y 2: “Por la tribu de Yosef, por la tribu de Menashe: Gadí hijo de Susí”.
Ya anteriormente de había visto que Yosef se había dividido en dos tribus por sus dos hijos: Efraim y Menashe. En el versículo 8 se menciona a Efraím cono una tribu independiente, sin mencionar a su padre “Por la tribu de Efraím: Hoshea hijo de Nun”. Pero al referirse a la tribu de Menashe, sí es mencionado Yosef.
Probablemente, al ser Hoshea, quien más tarde se le llamó Yehoshúa, el líder sucesor de Moshé, se le dio el privilegio de ser él por él y no por ser hijo de Yosef. Se verá que en el versículo 16, se recuerda que Moshé había denominado a Hoshea Bin Nun: Yehoshúa.
A veces se rinde un honor a los hijos de un personaje por ser hijos descendientes de éste, sin embargo, cuando una persona es elevada por su liderazgo, es grande por sí misma, sin el apoyo social de haber sido hijo de alguien importante, aunque su padre lo hubiese sido.
Éste hecho es relevante tanto para el hombre que recibe el honor por sus virtudes, como para el padre que se siente honrado por la virtud de su hijo.
Números 13:10: “Por la tribu de Zebulún: Gadiel, hijo de sodí”.
Zebulún era la tribu más aguerrida, también fue la tribu de marineros ya establecidos en la tierra de Canaán. Durante la travesía en el desierto, junto con la tribu de Judá e Izajar, iban a la vanguardia del campamento. Gadiel fue uno de los 12 espías enviados a reconocer y estudiar la tierra de Canaán antes de entrar a ella, por orden de Dios, pero fue uno de los que habló mal de la tierra, decepcionando al pueblo y creando entre la gente incertidumbre y temor, hasta llegar a la rebeldía de no querer entrar a la tierra.
Es interesante que un descendiente de una tribu guerrera y además, nombrado entre los líderes escogidos de su tribu, no fuera leal a su ancestraje, olvidando la valentía y exponiendo al pueblo a la duda en la palabra de Dios.
Olvidar la herencia cultural y las enseñanzas de los padres y de la Torah, equivale a una triste pérdida de valores que llevan a un final no deseado. Que tengamos la visión y la fortaleza de seguir los pasos de la rectitud, y de la halajá entregada por Dios.
Números 13: 19: “Y cómo es la tierra en la cual él habita, si es buena o mala y cómo son las ciudades en las cuales él reside, en campamentos o en fortalezas”.
Cuando Moshé envió a los 12 exploradores a investigar la tierra donde iban a entrar para poseer, desde el desierto de Parán, esta fue una de las órdenes sobre el informe que debían traer. Al principio del capítulo se lee la orden que da Dios a Moshé: debía enviar un hombre, jefe de cada tribu para explorar la tierra, mas no le dio detalles de qué era lo que debían investigas en esa exploración. Moshé les indicó por dónde debía ir y qué tipo de información debían traer.
El Rabino Samson Raphael Hirsch explica que no era importante saber qué tipo de gente o de tierra iban a conquistar, ya que como fuere, buena o mala, gente fuerte o débil, no era el aspecto buscado. La exploración quería demostrar que iban a entrar a una tierra fértil habitada por gente poderosa y que aún así Dios les iba a dar la victoria, y el pueblo debía estar preparado sabiendo a quién harían frente ya que no temiesen en el momento de enfrentamiento. Esa exploración traía consigo una lección que serviría en todo el tiempo.
Dios Creador del universo, para Dios no hay nada difícil de hacer. Los humanos nos regimos por las leyes de la naturaleza que Dios impuso en el universo y en la tierra específicamente, pero el Poder Divino está por encima de la naturaleza. Dios da fuerza a quien desea dar fuerza, y la bendición que en ése momento que tenía el pueblo, era que Dios les había hecho saber directamente que tendrían la fuerza para vencer, entrar y poseer. El temor que se apoderó de ellos, siguiendo la rebelión de 10 de los exploradores, significó la negación al mandato y reconocimiento Divino, lo que les generó la negación de Dios al milagro de enfrentar en ese momento al poblador y tomar la tierra que se les había dado por herencia a sus antepasados, Abraham, Isaac y Yaacov.
40 años más adelante el pueblo de Israel entra y se posesiona finalmente de la tierra, donde vivieron alrededor de 800 años, hasta que se corrompió con idolatría e injusticias el pueblo de Israel, motivo por el cual dejó de merecer la tierra que Dios les había entregado. Nuevamente, Dios ha permitido que el pueblo de Israel posea su tierra, hoy el pueblo de Israel, no es un pueblo idólatra, no se va detrás de ídoslos falsos, hay justicia. Quiera Dios que cada hombre y mujer del pueblo de Israel tenga la oportunidad de ver la luz de la verdad, la justicia y el amor que nos guía según la Torah, hacia el camino que Dios nos muestra, para seguir siendo merecedores de la tierra y estar en situación de paz en ella.
Números 13:9 → “Por la Tribu de Biniamin Palti hijo de Rafú”.
Por cada tribu se eligió un representante líder que iba a conformar el grupo de exploradores de la tierra de Canaán. Después de la bendición que dio Yaacov antes de morir, a Benjamín, se esperaba que fuera un hombre fiero y guerrero, sin embargo éste elegido fue uno de los que llegaron con la noticia que la tierra de Canaán era aterradora, lo que influyó para que la gente del pueblo se asustara y no quisieran entrar, desobedeciendo la orden Divina. Por culpa de 10 de los exploradores, como Palti que trajeron malas noticias de la tierra, el pueblo tuvo que quedarse en total 40 años en el desierto, sin tierra, sin hogar.
Esto enseña que el libre albedrío del hombre puede llegar a derrumbar los sueños más nobles y las posibilidades positivas, cuando el alma se acobarda y se pierde la fe en las promesas Divinas, o se pierde el camino de la Torah. Cada ser humano tiene una misión en la vida y cada ser humano, en el fondo de su alma lo sabe. Para poder registrar la misión, es necesario apegarse a la ley Divina, a la Torah y entenderla. Recordando las palabras del profeta Zakarías: “No es con la fuerza, ni es con el poder, sino con Mi espíritu”.
Números 13:8 y 16 → “Por la tribu de Efraim: Hoshéa hijo de Nun… Estos son los nombres de los hombres que había enviado Moshé, para explorar la tierra; Denoiminó Moshé a Hoshea Bin Nun: Yehoshúa”.
Este personaje, Hoshea Bin Nun, quien fue denominado por Moshé como Yehoshua, fue el líder por parte de la tribu de Efraím entre los que fueron escogidos para explorar la tierra de Canaán (años más tarde Israel y Judá, años más tarde Palestina y hoy nuevamente Israel), que entregaba Dios al pueblo de Israel. El significado del nombre Yehoshua, según Rashi, es salvación. Yehoshua ya había sido nombrado por Moshé como su ayudante aún desde sus mocedades –Números 11:28-. Posteriormente lo eligió para escoger los hombres que debían luchar contra los amalecitas quienes venían a atacar a los hebreos estando en el desierto –Exodo 17:9-.
A veces no deben ser los hijos quienes suceden en el liderazgo a sus padres, como se ve en éste caso. Yehoshua fue un líder desde su juventud y Moshé, como profeta que era, supo desde un principio que Yehoshua le sucedería y por ello lo acogió como su ayudante. No por ello se quiere menos a los hijos, sencillamente a veces, las capacidades son de quien las posee en beneficio de una mayoría o de una población. Sin embargo, como vemos en el caso de Aarón, cuya responsabilidad era la del Tabernáculo y lo que correspondía a éste, sí fueron por herencia (y orden Divina), los sucesores de éste trabajo Santo.
El video del Rabino Goldschmidt nos enfoca sobre la importancia de apartar algo de lo que tenemos para compartir con otras personas que lo necesitan, no como caridad sino como parte de nuestra mentalidad y ley.
Explicación
Números 13:5 → “Por la tribu de Shimon, Shafat hijo de Jorí”.
El Rabino Ari Kahn, de la Yeshive University, -colaborador de Aish Hatorá y otros sitios de pensamiento judío-, comenta sobre la ascendencia de algunos personajes descritos o mencionados en la Torah. Esta idea de mencionar ancestros y su influencia futura, fue utilizada como arquetipo posteriormente. En el caso de Shimón, recuerda el rabino Kahn, sobre las palabras de su padre Yaacov antes de fallecer, a Shimon y Leví: “Que su furor sea maldecido porque es poderoso, y su cólera porque es cruel…" (Bereshit 49:7). El furor de Levi, posteriormente se manifestó haciéndose del lado de Dios, después del pecado del becerro de oro. En tanto que el furor de Levi, a través de la historia se manifestó, por medio de la rebeldía, fanática. En un principio, la masacre del pueblo de Shejem, que había secuestrado y violado a la hermana de Shimón, y se verá en la Parashat Pinjas –en unas 4 semanas- en la que un descendiente de Shimon se pasea frente a toda la comunidad con su mujer midianita la idólatra.
En este capítulo, Shafat, de la tribu de Shimon, líder que fue en representación de su tribu al reconocimiento de la tierra de Canaán donde iban a entrar por orden Divina, fue uno de los que se rebelaron describiendo ésta tierra de manera que asustó al resto del pueblo y como consecuencia desobedecieron la orden Divina de entrar a la tierra.
Cada persona puede tener alguna inclinación hacia la violencia, hacia la rebeldía, hacia la ausencia, la apatía, etc. Pero ésta se puede reenfocar, tal como lo hizo la tribu descendiente de Levi. Solamente hay que analizar y enfocarse en la verdad, la justicia, la Torah y la sabiduría.
Números 13:6 → “Por la tribu de Yehudá: Kalev, hijo de Yefuné”.
El R’ David Ben Israel, -Judaísmo Virtual y Judaísmo Hoy- explica detalladamente la interesante personalidad de Kalev, el jefe de la tribu de Yehudá, quien fue uno de los doce expedicionarios que supieron no dejarse llevar por la corriente y por la mayoría, a su regreso de explorar la tierra. Mientras que todos culparon a Moshé, Kalev lo defendió, y con todos los argumentos trayendo a la mesa todos los milagros y actos que el líder había hecho por el pueblo. Kalev insistió en seguir con el plan Divino que lideraba Moshé y seguir a conquistar a Canaán. A pesar que el pueblo se dejó llevar por las malas y falsas noticias de los demás exploradores, Kalev, junto con Yehoshúa insistían tratando de convencer al pueblo de la importancia de continuar con el plan Divino. A pesar de ello, el pueblo no entendió el punto de Kalev y no lo siguieron, por el contrario, le agredieron.
Un líder verdadero, que tiene su verdad basada en hechos anteriores y demuestra sus palabras, muchas veces no es seguido por la muchedumbre que se deja llevar de la mayoría, simplemente porque “es la mayoría”, y no se detienen a pensar y analizar; por ese motivo, muchas veces sucede que un pueblo puede perder un buen líder que le puede llevar a finales de historia exitosa y beneficiosa para ellos y sus futuras generaciones. Es importante en la vida saber tener una posición inteligente, pensada y masticada, escuchar muy bien los dos lados de la historia, basarse en hechos pasados, pruebas y argumentos lógicos y tomar una decisión sea o no con la mayoría.
Números 13:7 ➙ “Por la tribu de Issajar: Igal hijo de Yosef”.
De acuerdo a la página web de Chabad, el nombre de Igal significa “El redimirá”. Igal fue uno de los 12 espías que fueron a reconocer la tierra de Canaán para el pueblo de Israel, tal como se describe en éste capítulo, donde aparece el listado de los nombres de los enviados.
Ahora bien, Igal fue uno de los mensajeros que posteriormente hablaron mal de la tierra de Israel por lo que asustaron al pueblo de Israel y finalmente el resultado fue que no les permitió Dios entrar a conquistar y poblar la tierra de Israel. Hasta allí es historia conocida.
Pero analizando un poco, el nombre de Igal: “El redimirá”, es un nombre de optimismo y esperanza. Sus padres legaban en este hijo la esperanza de la redención Divina, y fue creciendo con ése nombre y elegido como uno de los espías, tenían fe en él. Pero al final, fue su propia decisión seguir la ola de la mayoría del equipo de 12 personas donde solamente 2 de ellos daban fe de una tierra conquistable con la ayuda Divina.
Nuestra vida y nuestro futuro están en nuestras manos y en la fe que tenemos en las palabras Divinas. Cada padre espera que su hijo sea un(a) triunfador(a), un hombre o mujer de bien, recto, justo, etc. Pero cuando el hijo ya es adulto, y consciente de su responsabilidad ante la vida, sus decisiones son suyas y no de sus padres, en sus manos puede estar no solo su futuro sino incluso el futuro de todo un pueblo. No puedo achacar la culpa a Moshé de haber escogido mal al equipo de hombres enviados, porque cada elegido era el que su familia consideraba el mejor representante de la tribu. Pero ésta historia enseña que no siempre los líderes proceden como deberían, que no todos los dirigentes entienden su misión Divina, que no hay que seguir siempre a la mayoría aunque pensemos que son los que tienen a razón y finalmente, que no somos responsables de nuestros hijos después que ya son mayores.