2024-03-28 [Num. 976]


Parashat Jukat

La vaca roja

Este Shabat 10 de Tamuz de 5782, 9 de julio de 2022, se leerá la Parashá de Jukat: “decreto”, del libro de Bamidbar.

Resumen

Vacaroja

Ordena Dios que Eleazar, el Cohen, hijo de Aarón, sacrifique una vaca roja perfecta. Después otro cohen la quemaría, arrojando Elazar, una madera de cedro a la quema. Otro hombre puro recogería sus cenizas siendo colocadas fuera del campamento bajo custodia de la congregación de Israel. Estas cenizas serían utilizadas para purificar a las personas y objetos que hubieran estado en contacto con un cadáver humano, siete días después de haber estado en contacto, mezclando de ellas con agua surgente (manantial) y rociándolos con un hisopo. También la casa y objeto, donde hubiese estado en contacto con el fallecido, habrán de ser purificados. Aquél que no se purificara, su alma quedaría truncada del pueblo, esta era necesaria para poder entrar al Tabernáculo (y posteriormente al Templo).

Muere Miriam, hermana de Aarón y Moshé, siendo sepultada en Kadesh.

No había agua para beber y el pueblo se levantó a protestar contra Aarón y Moshé,  Dios ordenó a Moshé congregar a la gente y hablar a la roca de la cual saldría suficiente agua para la congregación y los animales. Moshé y Aarón estaban frente al pueblo, habló Moshé al pueblo diciéndole: “¿Acaso de ésta roca os vamos a sacar agua?”. Moshé, frente a todos golpeó dos veces la roca con la Vara, salió tanta agua que abastecieron la sed de hombres y animales, pero Dios castigó a Moshé y a Aarón por no haberlo consagrado ante la congregación, no permitiéndoles entrar a la tierra prometida llegado el momento.

Moshé envió emisarios al rey de Edom a quien contaron su historia y pidieron permiso para pasar por su territorio, pero el rey de Edom reunió a su ejército y se interpuso furiosamente no permitiendo su entrada. Moshé se vio obligado a desviar su camino llegando hasta la montaña de Hor.

Ordena Dios que Aarón y su hijo Eleazar suban a la montaña donde Moshé quitó las vestiduras de Aarón y las entregó a Elazar, a quien nombró Cohen (sacerdote) sucesor, después de lo cual Aarón murió. Todo el pueblo lo lloró durante 30 días.

El rey de Harad en el Neguev, se levantó y atacó a Israel, pero Israel lo enfrentó por consejo y ayuda de Dios saliendo victorioso y tomando sus ciudades.

Se desplazaron desde la montaña para circundar la tierra de Edom, pero el pueblo se desesperó por el largo camino y se quejó furiosamente a Moshé, Por lo que Dios les envió una plaga de serpientes venenosas, esta vez el pueblo le rogó a Moshé reconociendo su error. Moshé rogó por los aquejados, y Dios le ordenó elaborar una serpiente en cobre que al verla los afectados sobrevivían.

Levantaron campamento hasta llegar finalmente a Arnón, en la frontera entre Mohab y Emorí, de allí hasta el pozo –Beher- donde se habían reunido para que Dios les diera agua, entonces Israel entonó una canción de alabanza.

Envió Israel mensajeros a Sihón rey de los Emoritas pero éstos atacaron, Israel viéndose obligado a defenderse los vencieron tomando sus tierras y ciudades y se asentó Israel en todas las ciudades del Emorí. Se dirigieron por el camino de Bashán, pero salió el rey de Bashan para atacar a Israel, Ado-nay  dijo a Moshé: “no le temas pues en tu mano lo he entregado”. Lo batieron a él y a todo su pueblo tomando posesión de todo su territorio. Acampó Israel en las llanuras de Mohab al otro lado del río Jordán –Yardén- a la altura de Jericó.


La finalización de un periodo de liderazgo. Comentario de la Parashat Jukat por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.

Explicaciones

Éxodo 19:13: “Todo el que tocare un cadáver de ser humano que muriere y no se purificare, el Tabernáculo de Ado-nai él ha mancillado y será truncada la persona aquella de Israel, ya que agua de aspersión no fue rociada sobre él, impuro será, todavía su impureza está en él”.

Rashi explica que ésta ley se aplicaba a quienes entraban al recinto Sagrado. Antiguamente para purificarse debían ser rociados con una mezcla de agua pura y las cenizas de una vaca roja, tal como se explica al principio de ésta Parashá.

Hoy en día no existe el Templo de Jerusalem, no hay pecado en no estar totalmente purificado, excepto por el baño ritual que realiza la mujer después de su periodo menstrual, el cual no requiere de las cenizas de la vaca roja sino únicamente agras purificadoras de la mikve, del río o del mar.

Durante muchos años dejó de existir la vaca roja, pero los rabinos ortodoxos en Israel se preocuparon por ir preparándose para la época de la llegada del Meshiaj cuando será reconstruido el Templo de Jerusalem, por éste motivo, en el 2018, anunció el Instituto del Templo que finalmente se logró obtener la genética y nacimiento de una vaca totalmente roja, que desde el 2015 estaban trabajando en dicho proyecto.

El rabino Chaim Richman, director del Instituto, afirmó que, si no se había logrado tener una vaca roja en más de 2000 años, era porque aún no era el momento. 

¿Será que se acerca el momento?



Ver más explicaciones

Exodo 19:12: sobre la persona que esté en contacto con un cadáver de humano y las aguas de purificación hechas con las cenizas de una vaca roja.  “Mas él deberá purificarse con ella, en el día tercero y en el día séptimo y quedará puro; mas si no se purificare en el día tercero y en el día séptimo, no podrá quedar puro”.

La vaca roja (Pará adumá) totalmente no ha existido desde hace más de dos milenios, los rabinos han establecido que si tiene más de dos pelos que no son totalmente rojos, ya no sirve para el proceso de purificación. De esta manera, de acuerdo a la tradición judía ortodoxa, no existe ni un judío que sea totalmente puro. En Israel, el Instituto del Templo, se ha dedicado a realizar estudios genéticos y pruebas para lograrlo, mediante la crianza de éstas especies de vacas y en 2018 anunciaron que finalmente nació la primera Pará Adumá, (el 18 de agosto).

La pureza de una persona se necesitaría para poder acercarse al Templo de Jerusalem, el cual aún no ha sido reconstruido, pero el nacimiento de la vaca roja anunciada por el Instituto, trae el cumplimiento de la promesa de la reconstrucción del Templo de Jerusalem, según la tradición de los sabios del talmud.



Exodo 19:16 “Y todo el que tocare, sobre la fas del campo, el cadáver de persona muerta por espada o el muerto, o un hueso de persona o un sepulcro, habrá de permanecer impuro siete días”.

La halajá ordena, por respeto al fallecido, o a su familia, enterrar inmediatamente el cuerpo de la persona, sea quien fuere la persona. Pero ¿Qué hacer si se encuentra un cadáver en el campo?, a pesar de que la halajá sanciona tocar el cuerpo muerto de una persona, así sea u hueso, dejándola impura por siete días con las respectivas restricciones, un hombre debe esforzarse en enterrar el cadáver lo antes posible (o el hueso encontrado), aunque se impurifique y deba someterse durante 7 días posteriores a todas las restricciones. Este es un ejemplo que la Ley judía enseña la piedad por encima de la halajá y por encima de la tranquilidad personal.



Exodo 19:14 y 15 “Esta es la ley: Cuando un hombre muriere en una tienda, todo el que entrare a la tienda, y todo lo que haya en la tienda habrá de ser impuro durante siete días. Y toda vasija destapada (que no tuviere tapadera cerrada con hilaza sobre ella) impura será”.

Abraham Ibn Ezrah: (Toledo España - 1089-1164, comentarista de la Torah, matemático, médico, famoso por sus conocimientos lingüísticos y dominio de la gramática) Explica que la palabra tienda se refiere a la vivienda tal como correspondía durante su peregrinación en el desierto. Hoy ésta ley se aplica a todas las viviendas.

De acuerdo a la Fundación Humedades Bogotá, ¿Qué pasa con los cuerpos de los fallecidos? “Estos restos se descomponen mediante un proceso de mineralización, y de no ser tratados correctamente se producen olores ofensivos, generándose emisiones de gases contaminantes a la atmósfera y polución en los cuerpos de agua por lixiviados de agentes patógenos, creando un deterioro irreversible que los muertos, en la inocencia propia de su carencia de vida y conciencia, no pueden evitar”. (Lulú Moreno 2013).

Es por éste motivo, la ley de la Torah decreta un lapso de 7 días para descontaminar el ambiente, objetos y las personas que estuvieron presentes en el mismo salón donde está el cuerpo fallecido. En el versículo siguiente, aclaran que la contaminación de las vasijas se produce solo cuando están cerradas. Hoy, los cuerpos de los difuntos, antes de ser enterrados, son aseados por la Jebra Kadisha correspondiente, vestidos con una bata blanca y acomodados en un féretro. De esta manera se evita en parte la contaminación ambiental anterior al entierro. Sin embargo, los Cohanim, tienen prohibido estar en el recinto donde el fallecido se encuentra. Leyes de purificación emitidas por la Torah, conservaban la salud física y mental del pueblo, hasta el día de hoy, cuando la ciencia ha llegado a plantear aspectos que ya estaban escritos desde que Dios lo formuló en el desierto, ya más de 3 mil años atrás.



Exodo 19:29 y 10 → “Recogerá un hombre puro, la ceniza de la vaca y la depositará en las afueras del campamento en lugar puro; y será para la asamblea de los hijos de Israel por custodia, para agua de aspersión, para purificación es. Y habrá de lavar, el que recoja la ceniza de la vaca sus ropas y permanecerá impuro hasta el atardecer y será para los hijos de Israel y para el forastero que morare con ellos, por ley eterna”.

El Rabino Tuvia SerberRav de Chabad de la plata argentina, explica: El funcionamiento de la purificación a través de la Vaca Roja consiste en que una persona ritualmente pura, debe salpicar agua mezclada con las cenizas de la Vaca Roja sobre la persona ritualmente impura. La persona impura, se purificaba, y la persona pura, se impurificaba. Esto es lo que es tan incomprensible. Si el agua con las cenizas sirven para purificar a alguien impuro, ¿cómo, al mismo tiempo, van a impurificar a alguien puro? De aquí extraemos una enseñanza fundamental: a veces debemos dejar de lado nuestros intereses personales para ayudar al prójimo. Aún si eso va en detrimento de nuestra propia situación (material y aún espiritual), debemos sacrificarnos por el prójimo.

La explicación del rabino Serber es muy clara, a esto solo cabe agregar que muchas veces para ayudar a otra persona a corregir su camino, debemos tomar ciertos riesgos que nos pueden complicar, pero cuando logramos ayudar al otro, nuestro problema se convierte en nuestro propio crecimiento ayudándonos a retomar con más claridad nuestra propia vida.



Exodo 19:11 → “El que tocare un cadáver de cualquier ser humano, habrá de permanecer impuro siete días”.

Los Anshé Jeneset Hagdolá –Miembros de la Gran Asamblea durante el segundo Templo de Jerusalem- instituyeron el Kadish y posteriormente dentro del Shuljan Aruj –Siglo XV- aparece legislado y reglamentado  entre el Rabino Yosef Caro y el Rabino Moshé Isserles –El Ramá-. El Ramá estableció que por los padres se debía pronunciar durante 11 meses. Su razonamiento fue que dado que 12 meses en Guehenna –lugar donde van las almas para expiar los malos actos cometidos- es el máximo castigo para los “pecadores”, uno no quiere asumir que a los padres fallecidos se le ha asignado la pena máxima. Finalmente el alma va al Gan Eden -literalmente Jardín del Edén- después de ser purificada en Guehenna. Pero Gan Eden es visto como otra fase transitoria; habrá una resurrección física después de lo cual, las almas residirán en un estado espiritual en el Olam HaBa (literalmente, el Mundo Venidero).

El Rabino Dr. Barry Leff, en su ensayo “Jewish views of the afterlife” comenta que inmediatamente después de la muerte hay un período conocido como Hibbut HaKever. Durante este período el alma se confunde, se rezaga en todo el cuerpo y trata de volver a su casa y estar con sus seres queridos. Después de esto hay un período máximo de 12 meses en el Guehinom –Guehenna-.

Basada en estas explicaciones se puede ver que lo que impurifica a la persona por el contacto con un muerto, no es el cuerpo, ya que el cuerpo es el polvo que se descompone y con lavarse sería suficiente. Se trata de algo que queda impregnado en la persona que lo toca: el alma. El alma que aún no quisiera desprenderse de la tierra, de sus seres amados. Y por eso la tradición permite un período de siete días llamado Shive o Shivah, durante el cual el alma de la persona está con todos sus parientes, hasta que pasa a un plano diferente. La impureza, sería como una “sobrecarga” de alma, el alma de la persona y la del fallecido que le acompaña, junto con sus virtudes y defectos, lo que corresponde al alma. Esa impureza no le hace daño al alma del ser viviente, pero su alma está mezclada en ese momento con otra alma que no le pertenece, incluyendo sus buenas y malas acciones.

Los textos cabalísticos judíos se explayan en este tema, que es imposible plantear esto aquí, pero invito a los interesados a leer obras del rabino Dr. Barry Leff actualmente o textos antiguos como los del rabino Moshé Isserles, El Ramá.



Exodo 19:13  “Todo el que tocare un cadáver de persona que muriere y no se purificare, El Tabernáculo de Ado-nai ha mancillado y será truncada la persona aquella de Israel, ya que agua de aspersión no fue rociada sobre él; impuro será, todavía su impureza está en él”.

Según Chabad La Torah exige el uso de las cenizas de la pará adumá –vaca roja- sólo para aquellos que se han vuelto impuros por haber estado en contacto con un cadáver. Esta mitzvá fue entregada a Israel en Rosh Jodesh Nisán, en el segundo año luego de haber salido de Egipto —día en que el Tabernáculo fue erigido y puesto en uso por primera vez—. Además, esta mitzvá también fue dada para servir como medio de expiación por el incidente del becerro de oro.

Cuando Dios se reconcilió con el pueblo de Israel y ordenó construir el Tabernáculo para que El pudiera morar entre ellos, les entregó esta mitzvá para que eliminaran todo rastro de impureza e idolatría que había quedado impregnado en ellos luego de este episodio. De esta forma, las cenizas de la vaca roja también logran la purificación por el grave pecado de idolatría -Avodá Zará-, que confiere el mismo grado de impureza ritual que el contacto con los muertos -para que no quede ninguna huella de él en el alma del judío-.

Para la adecuada purificación al estar en contacto con un cadáver humano, uno de los elementos utilizados eran las cenizas de una vaca roja sacrificada. La vaca roja ha sido por siglos la búsqueda de los grandes rabinos en Israel, la cual debe ser completamente roja, todos sus pelos deben ser rojos, además de algunas otras condiciones. Sin ella, cuando llegue el Meshíaj y se reconstruya el Templo de Jerusalem por tercera vez, no se podría ser lo suficientemente puro como para entrar al Templo.

En la historia del pueblo judío se habla de la existencia de solamente 9 vacas rojas y la décima nacerá, según la tradición Jasídica, cuando sea el momento de la llegada del Meshíaj.

En el 2015, al parecer, se anunció el nacimiento de una vaca roja en Israel, pero no tengo más información al respecto.

Ojalá pronto con la llegada del Meshiaj, y la purificación de los hombres tanto en sentido físico como en sentido moral y espiritual, se establezca la paz en el mundo, el desarrollo de la ciencia, y el conocimiento de Dios, tal como las escrituras proféticas han indicado.