Parashat Tzav
Ungiendo al Cohen
Este Shabat 16 de Adar II de 5782, 19 de marzo de 2022, se leerá la Parashá de Tzav: “Ordena” del libro de Vaikrá.
Resumen

Moshé recibe de Dios más instrucciones: El fuego del Altar debía permanecer encendido a perpetuidad; vestimenta de lino para el Cohen cuando debía retirar las cenizas del Altar, que después debía cambiar por otro ropaje al terminar. Aarón y sus hijos debían comer el restante de las ofrendas en forma de panes ácimos, en un lugar sagrado de la Tienda de Reunión. Además explica sobre la ofrenda para el momento del ritual de la consagración del Cohen.
El ritual del sacrifico del Hatat (expiatorio por error) es explicado; y el Asham (expiatorio por culpa), que era considerado sacro entre los sacros, podían ser comidos por cualquier varón de los cohanim en un lugar sagrado.
Se habla sobre sacrificios por agradecimiento, se insiste nuevamente sobre la prohibición de comer las grasas que servían para el ritual del sacrificio (las grasas que rodean los órganos vitales) y la sangre.
La carne que tocare algo impuro no debe ser comida, el que come del sacrificio, estando impuro, ésa persona será truncada de su pueblo; y el que toque algo impuro de ser humano o de animal, y comiere de la carne del sacrificio, será truncado de su pueblo. El sebo prohibido para comer, se permite para cualquier otro tipo de trabajo.
Por orden Divina, congregó Moshé a la asamblea del pueblo de Israel y frente a ellos, purificó con agua y vistió con los ropajes sagrados, a Aarón y a sus hijos, y colocó el pectoral con las piedras preciosas representando las tribus de Israel, puso el turbante sobre su cabeza y la diadema de oro. Con el óleo de unción ungió el Tabernáculo y consagró todo lo que hay en él. Vertió el óleo sobre la cabeza de Aarón ungiéndolo para consagrarlo, haciendo lo mismo posteriormente con sus hijos. Realizó los sacrificios correspondientes, consagrando también con rocío de sangre el Tabernáculo y todo lo que había en él, con el óleo sagrado. Relata sobre el ritual que se realizó para ésta ocasión. Aarón y sus hijos guisaron la carne de la ofrenda y la comieron junto con el pan en la Tienda de Reunión, debieron permanecer en la entrada de la Tienda durante siete días que duraba su investidura.
Formas de agradecer. Comentario de la Parashat Tzav por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.
Explicaciones
Levítico 6:14 “Sobre sartén con aceite habrá de hacerse esponjosa, habrás de traerla bien cocida, oblación desmenuzada en migas, lo acercarás como aroma grato ante Ado-nai”.
Aroma grato ante Ado-nai, significa que el aroma será grato para el hombre y ésta sensación será ante Ado-nai.
Los científicos han explicado que los diversos aromas producen en el hombre sensaciones y emociones. Atracción o repulsión, alarma, cercanía, amor, sensualidad… etc. La fragancia de un alimento preparado, especialmente la fragancia del pan recién hecho trae sensaciones muy positivas y si éstas se relacionan con la Shejiná (Presencia Divina), le otorga relevancia al momento de la ofrenda.
En todos los momentos relacionados con ritual de santidad, entraban a jugar los 5 sentidos, papeles fundamentales. El aroma grato era el más remarcable de los sentidos, varias veces aparece, durante los rituales de ofrendas o de oblación de los sacerdotes, “…aroma grato ante Ado-nai”, aunque varios exégetas, entre ellos Maimónides, expresan ésta idea como una alegoría que representaba la aceptación Divina, el efecto humano frente a Dios durante los servicios es irrefutable.
Ver más explicaciones
Levítico 6:8: “Habrá de separar de ella con su puño, de harina de flor de la oblación y de su aceite y de todo el incienso que está sobre la oblación y lo hará consumir en el Altar, aroma grato, su remembranza ante Ado-nai”.
La palabra Korbán, (ofrenda), tiene su raíz en la palabra karob (cercanía). En general las ofrendas que se hacían era la manera de acercarse a Dios. Cuando una persona carecía de recursos económicos como para llevar una ofrenda de animal grande, lo podía hacer con un animal pequeño como una paloma, y si aún no se le posibilitaba, lo podía hacer con harina y aceite, a lo cual se le agregaba del incienso que había ya sido elaborados en el Tabernáculo por los Cohanim.
De acuerdo a Rav Benji Levi en su comentario en Aish Hatorá, trae la explicación de Rashi, quien denota que la palabra “alma” solamente aparece con respecto a la ofrenda de harina, que era la ofrenda de la gente más pobre del pueblo de Israel, y éste esfuerzo de traer la ofrenda es considerado como si estuviera entregando su alma.
El esfuerzo de acercarse a Dios, es lo que realmente vale, pues la intención hace que la conducta sea pura o impura. Puede suceder que una persona practique las leyes judías de manera rígida, pero que se olvide el aspecto humano, que rechace a otras personas por no pensar como él o por no practicar como él lo hace. El caso contrario también, puede que una persona ame a Dios a su manera y critique la manera ortodoxa de hacerlo. En resumen, cuando una persona se siente cerca a Dios y actúa de forma pensando en el bienestar humano, es el camino correcto, es el camino por el que Dios ha tratado de conducir al hombre, valores como respeto, pensar en la dignidad del otro, pensar en la ayuda al otro, ser justo, reconocer entre el bien y el mal, ser correcto y dar amor, es el camino que va conduciendo hacia Dios. Cada cual según su posibilidad, ya sea física, material o de carácter.
Levítico 6:11 → “Todo varón de los hijos de Aarón habrá de comerla, ley perpetua para vuestras generaciones, de los sacrificios consumidos por el fuego ante Adonai, todo el que tocare en ellos, habrá de consagrarse”.
De los cinco tipos de korbanot (ofrenda) que existían, tres de ellos no tenían que ver con culpas y eran voluntarios: Olá, Minjá y Shelamim. En éste versículo se está hablando de la ofrenda de Shelamim, que viene de la palabra Shalom y tenía que ver con que quien la traía estaba en paz y compartiendo su felicidad y agradecimiento con Dios. Con la ofrenda de Olá, se pedía purificación con respecto a los malos pensamientos. Con la ofrenda de Minjá, se recuerda al profeta Elias quien rogó a Dios demostrar Su Presencia ante todos, tanto al pueblo de paganos como al pueblo de Israel (Talmud b. Berajot 6B), se puede determinar que es un ruego a Dios, sin estar involucrado un pecado personal. En tanto que la ofrenda de Shelamim, no es ni un ruego ni una petición, simplemente se trata del deseo de compartir con Dios la tranquilidad, la alegría y agradecerle por lo que se es y se tiene. Esto lo hace sagrado entre lo sagrado para Dios.
Se aprende que el agradecimiento debe ser directamente hacia el benefactor, aunque se comparta con otra gente.
Levítico 6:10 → “No habrá de ser cocida en leudo, es su porción que Yo les he dado de mis sacrificios, sacra entre las ofrendas sacras es ella, cual sacrificio expiatorio por el error y cual sacrificio expiatorio por culpa”.
El Rabino Marcos Edery, explica que ésta ofrenda que se ofrecía a Dios por parte de los Cohanim y que ellos debían comer parte de ella, era la más sagrada, “sacra entre las sacras”, la mayor en santidad de tosas las ofrendas y ésta correspondía al pecado de culpa. Continúa Edery trayendo palabras de los sabios quienes concluyen que las personas que después de haber pecado, retornan sinceramente a Dios, ocupan un lugar más elevado que las personas que siempre han sido justas, ya que las que retornan a Dios deben hacer un esfuerzo más sublime para actuar con rectitud, que las personas que siempre lo han hecho.
Aarón había cometido un error, con o sin culpa, manufacturando el becerro de oro, que era considerado el pecado más relevante en ése momento, mientras Moshé estaba en las alturas del monte Sinaí con Dios. Sin embargo veremos que Aarón, en su arrepentimiento y su conducta moderada totalmente, llega a tener el rango sacerdotal más alto, merecedor de consumir, junto con sus hijos, parte de la ofrenda más sagrada que se le ofrecía a Dios.
Esta actitud es un camino socio-sicológico para dar la oportunidad a cada persona que comete un delito, piense que es un ser humano perfecto con la capacidad de reflexionar y corregir su conducta. Quienes lo logran sinceramente, merecen el respeto y la aceptación de la comunidad, más que cualquier otro justo de la comunidad.
Levítico 6:7 al 9 à “Y ésta es la ley que rige para la oblación (ofrenda de Minjá), la habrán de acercar los hijos de Aarón ante Ado-nai, al frente del Altar. Habrá de separar de ella con su puño, de la harina de flor de la oblación (Minjá), y de su aceite y de todo el incienso que está sobre la oblación (Minjá), y lo hará consumir en el Altar, aroma grato, su remembranza ante Ado-nai. Y lo que sobrare de ella, lo habrán de comer Aarón y sus hijos, en forma de panes ácimos (Matzot) habrá de ser comida, en un lugar sacro: en el Atrio de la Tienda de Reunión habrán de comerla”.
(Nota: El autor del texto tradujo la palabrea Minjá como oblación y la palabra Matzot como panes ácimos).
Esta ofrenda, que no era llevada por Aarón sino por sus hijos y era la más sencilla de todas, pero es la primera que se menciona en éste capítulo, después de describir cómo debía ser hecho y manejado el Altar de ofrendas. Algunos sabios adjudican ésta ofrenda de Minjá a las personas pobres, pero me parece que ésta ofrenda era muy relevante, ya que es la primera en mencionarse y por lo que representa. Nótese que la llama ofrenda de remembranza, y ¿Qué rememora ésta ofrenda de Matzá?, pues la salida de los hebreos de Egipto. Hoy la tefilá de la tarde se llama Minjá, como ésta ofrenda, y se realiza todos los días, y creo que es un llamado a recordar la salida de Egipto cada día de nuestras vidas, pues sin ése recuerdo, se pierde la raíz de nuestra identidad como pueblo de Israel, de ahí la relevancia. Y creo que está diseñada con materiales no costosos, no porque sea para los pobres, sino porque debe ser de libre acceso a todo el pueblo de Israel por igual.
Levítico 6:4 → “Se despojará de sus vestiduras y vestirá otros ropajes y habrá de sacar las cenizas afuera del campamento, a un lugar puro”.
Según Rashi, ésta no era una obligación sino una recomendación.
El Cohen debía cambiar sus vestiduras cuando estaba frente al pueblo, diferentes a las que utilizaba cuando realizaba las ofrendas y diferentes a las que utilizaba a las que utilizaba para salir a sacar las cenizas. Este versículo enseña la importancia de vestir adecuadamente según la ocasión. Es costumbre de antaño, para las fiestas que aparecen en la Torah, Pesaj, Shavuot, Sucot, Rosh Hashaná y Shabat, utilizar ropas apropiadas y bien presentadas, a diferencia de Yom Kipur cuando se recomienda utilizar ropaje blanco que demuestra humildad ante la presencia Divina. Pésaj no es una festividad comunitaria sino más bien familiar, pero aún así, el ropaje debe ser acorde con el significado de la celebración, la fiesta de la libertad y de la formación como pueblo.
Levítico 6:6 → “Un fuego perpetuo habrá de arder sobre el Altar, no habrá de apagarse”.
De la Biblioteca de Chabad, en Likutei Sijot volumen I del capítulo de Tzav, se explica que según el Talmud Yerushalmi la expresión “Fuego perpetuo”, indicaba que aún en Shabat debía permanecer encendido. Según el rabino Rami Pavolotky, El Ner Tamid –luz perpetua- que estaba en el interior del Mishkán, es símbolo de la Torah, de la enseñanza. La luz que irradia se asemeja a la luz que emana de la Torah. Estudiarla nos ilumina, alumbra el camino de la vida. Rashi en su comentario sobre el Esh Tamid, -fuego perpetuo- que ardía sobre el altar, dice que estaba ubicado en el recinto exterior del Mishkán. Este fuego servía como base para el fuego que quemaba los sacrificios. Debía arder siempre, por lo que los cohanim tenían que alimentarlo cada mañana con nuevos leños. El Ner Tamid se encendía con el Esh Tamid, o sea que el fuego que simbolizaba la luz eterna que irradia la Torá y que ilumina el camino de los que la estudian, debía ser encendido desde un fuego que se ubicaba en la parte exterior del Mishkán, junto al altar de los sacrificios.
Esto nos trae una hermosa enseñanza: Ner Tamid, es el fuego de la parte más interna a la cual solamente los cohanim tenían acceso, representa la luz de la sabiduría y del amor de la Torah, el cual siempre estaba encendido. El Esh Tamid, el fuego exterior que estaba al lado del Altar de sacrificios debía ser encendido diariamente, tomando el fuego del Ner Tamid para encender este. El Esh Tamid lo podía ver cada persona del pueblo, incluyendo los extranjeros, conversos, grandes y chicos. El fuego exterior de una persona, la sabiduría, la luz, la bondad, debe ser alimentado por la luz del interior, que es la luz de la Torah, de la enseñanza Divina, de la verdad y de la justicia. Esto es lo que nos trae respuestas sobre la vida y nos ilumina el camino permitiéndonos dilucidar entre lo que es correco o no, lo que es justo o no, entre el bien y el mal.
Que Dios permita que podamos tener el fuego de nuestras almas siempre encendido con el fuego de la Torah que nos entregó Dios