Parashat Tetzavé
Ungiendo al Cohen
Este Shabat 15 de Adar I de 5784, 24 de febrero de 2024, se leerá la Parashá de Tetzavé “Ordenarás”, del libro de Shemot.
Resumen
En la Parashat Tetzavé, Dios ordena a Moshé ungir a Aarón su hermano y a sus cuatro hijos: Nadav, Avihú, Elhazar e Itamar, como sacerdotes (Cohanim) para que sirvan a Dios.
Les ordena hacer ropajes especiales con túnica, turbante y calzones en lino. El ropaje de Aarón debía estar decorado con pectoral de oro y grabado sobre dos piedras de ónix, los 12 nombres de los hijos de Israel. Además un pectoral cuadrado de cuatro hileras colocando tres piedras preciosas en cada una, según los nombres de las tribus de Israel. Asimismo una diadema de oro puro donde grabará “Kodesh laAdo-nai” (Consagrado a Ado-nai). La Parashá comenta detalladamente los materiales que deberán ser usados en las vestimentas, los colores y el diseño.
Después de esto, se describe cómo será el ceremonial para la unción de los Cohanim y las ofrendas correspondientes. Debía verterles óleo de unción sobre sus cabezas. Los ropajes de Aarón iban a ser heredados por sus hijos cuando Aarón muriera. Este ceremonial con las ofrendas debía ser ley perpetua para los hijos de Israel.
Al final Dios dice que residirá en medio de los hijos de Israel y será para ellos: Dios. Tendrán conocimiento que El es Dios, qué El los sacó de Egipto para residir en medio de ellos. Y firma: Yo Soy Ado-nai tu Dios.
Posteriormente ordena cómo hacer el altar para quemar el incienso y sus materiales. Advierte claramente que no debía ser un incienso profano.
Crisol de interpretaciones: una de las riquezas de la Torá. Comentario de la Parashat Tetzavé por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.
Explicaciones
Éxodo 28:18: “Y La segunda hilera: una turquesa, un zafiro y un diamante”.
Es importante saber que muchos exégetas y analistas de la Torah, han deducido que las bendiciones (que a veces parecerían ser maldiciones), fueron proféticas para los últimos días. Esto basado especialmente en la profecía recibida por Judá, de quien dice que reinará hasta que llegue el Meshiaj.
La segunda hilera del pectoral del juicio que llevaba el Cohen Gadol, tenía las siguientes tres piedras que representaban a las siguientes tres tribus de Israel:
Turquesa: Poderosa energía que defiende de las energías negativas. Confianza, comunicación y seguridad en sí mismo. Claridad mental. De acuerdo con la bendición recibida por Yaacov, es quien recibió la mejor de las bendiciones, le aseguró su reinado para siempre hasta que llegue Shiló (interpretado como el Meshiaj), a él obedecerán los pueblos. Corresponde a la tribu de Judá.
Zafiro: Capacidad de estabilizar y regular las emociones. Según la bendición dada por Yaacov: habitará en la costa de las naves hasta Sidón (sur de Beirut). Corresponde a la tribu de Zebulún.
Diamante: Simboliza la búsqueda de la perfección y el triunfo. La bendición de Yaacov: Robusto, bueno y agradable, se convirtió en servidor. Corresponde a la tribu de Issajar.
Quisiera invitar a los lectores a leer este artículo del Rabino de Aish Hatorah: Noaj Weinberg, sobre los últimos días. Se podrían entender muchas de las bendiciones dadas por Yaacov a sus hijos, futuras tribus de Israel.
Ver más explicaciones
Éxodo 28:17: “Y lo guarnecerás con guarnición de pedrería, cuatro hileras de piedras: hilera de una cornalina, de un topacio y de una esmeralda, será la primera hilera”.
El pectoral del Cohen Hagadol tenía las 12 piedras preciosas que representaban a los 12 hijos de Yaacov (Éxodo 28:21), las 12 tribus de Israel. En este versículo se habla de las tres primeras piedras en la primera hilera, La coralina (en otro versículo se le dice rubí), que le correspondía a Rubén, El topacio que le correspondería a Shimon, y la esmeralda que le correspondería a Levi.
La cornalina debe su nombre a la palabra carne (carnis), ha sido valorada históricamente por sus efectos energéticos y sanadores. Utilizada en diversas culturas antiguas; el budismo la consideró como uno de los siete tesoros de la sabiduría. Se dice que entre sus propiedades tiene que ver con la revitalización de los procesos mentales. El rubí es la piedra más dura después del diamante. Es la piedra de Rubén.
El topacio se caracteriza por su dureza y su variedad de colorido, propiedades y utilidades, pero especialmente por su dureza y durabilidad. Tiene propiedades terapéuticas, asociadas a los estados de ánimo, la creatividad y la abundancia. Según el color, tiene su propiedad más destacada. Es la piedra de Shimón.
La esmeralda Es la piedra verde representante del bienestar y la esperanza. Antiguamente se le atribuían propiedades milagrosas para curar enfermedades. Se le relaciona con el bienestar mental y espiritual. Dicho sea de paso, que Colombia es el mayor productor de esmeraldas. Esta piedra preciosa le correspondería a la tribu de Leví.
Según Abrabanel, los colores de las piedras correspondían a los colores de las banderas de las tribus de Israel y de ahí el surgimiento del origen de las banderas de las naciones.
Éxodo 28:16: “Cuadrado habrá de ser, plegado. Un palmo de longitud y un palmo de anchura”.
El pectoral del juicio debía ser completamente cuadrado, igual de largo que de ancho, y sobre el pectoral, la representación en piedras de las 12 tribus de Israel. Cada tribu con una piedra totalmente diferente a la otra. Cada tribu con una característica diferente a las demás. Sin embargo, todas sobre exactamente sobre el mismo estandarte igual ancho que de alto.
Cada persona, familia, agrupación o pueblo, puede tener características muy diferentes en cuanto a su filosofía de vida, visión de vida, comportamiento, acciones, inclinaciones, etc. pero todas han de estar en el mismo plano de justicia, de igualdad, de derechos y de obligaciones. Todos mirando hacia la Ley Divina que está en la Torah y todos buscando el bien común, la razón la justicia y la verdad.
Exodo 28:15: “Y harás el pectoral de juicio, labor de entretejedor, como la labor del Efod lo habrás de hacer: de oro, de púrpura violácea, de púrpura escarlata, de carmesí y de lino fino de hilo torzal lo habrás de hacer”.
El rabino Avi Geller, profesor en Aish Hatorá, explica: “Pectoral: Se vestía sobre el delantal. Era tejido de lino y 3 colores de lana, con espacios para 12 piedras preciosas ordenadas en 4 filas de 3. Las piedras estaban grabadas con cada uno de los nombres de las Doce Tribus y también tenían los nombres de los patriarcas y las palabras “tribus del Señor” – para contener todas las letras del Alef-Bet.
El pectoral estaba conectado al cinturón del delantal y amarrado con tirantes y cadenas de oro. La parte interior contenía un pergamino inscrito con un nombre cabalístico de Dios, llamado “Urim Vetumim”, que le infundía poderes místicos. Cuando el rey tenía una pregunta concerniente a la nación (tal como: “¿Debemos ir a la guerra?”), el Sumo Sacerdote se paraba enfrente del Santo Sanctorum y preguntaba. Las letras del pectoral se iluminaban en un orden específico y al descifrar el código (¡con análisis computacional, por supuesto!), él recibía la respuesta del Cielo”.
El pectoral del juicio, lo debía llevar Aarón puesto cada vez que entrara al Sancto Sanctorum: Kodesh Hakodashim y posteriormente el que fuese el Cohen Hagadol, incluyendo la época del Templo de Jerusalem: Beit Hamikdash. El pectoral portaba el nombre de los hijos de Israel y se colocaba sobre el corazón del cohen. Sobre el pectoral se ponía el juicio de los Urim y Tumim. Estas herramientas eran utilizadas para conocer la voluntad Divina.
Es incierto el procedimiento que se realizaba para conocer la voluntad de Dios y qué juicios se presentaban ante Él. Hay muchas explicaciones, pero aún la exacta no se ha podido dilucidar. No debe ser casualidad que no hay esclarecimiento al respecto, pero da una señal: la conducta recta, ética, responsable, adherida a la Ley escrita en la Torah da las respuestas correctas. Cada ser humano debe tratar de buscar la justicia y la verdad, o sea, acomodar la conducta a las bases de la Torah y no acomodar la Torah a la conducta.
Quiera Dios que cada persona tenga la claridad para hacer lo correcto, aún en contra de su visión personal.
Exodo 28:13 y 14 → “Y harás engastes de oro. Y dos cadenas de oro puro, cual cenefa las harás, labor de trenzado. Y pondrás las cadenas trenzadas sobre los engastes”.
Muchos sabios se dedican a describir las vestimentas y especialmente los accesorios que estaban diseñados para el Cohen, los cuales estaban íntimamente relacionados con el pueblo de Israel, como el pectoral con las piedras preciosas por ejemplo. Pero es interesante el detalle minucioso que describe la vestimenta sacerdotal durante casi toda la Parashá. Los sabios quisieron comparar los accesorios con la manera de rezar del gran sacerdote, con la representación del pueblo en ellos, y también cómo cada pieza utilizada y descrita se comparaba con las cualidades humanas que debe tener el sacerdote y el pueblo de Israel.
La profesora Nehama Leibovich en su libro “Reflexiones sobre la Parashá”, trae parte del extensos comentario de Rabí Isaac ben Moises “Arama”, en su libro de Hakedat Moshé, donde después de comparar los accesorios con las cualidades humanas, expone que “Del mismo modo que un hombre puede ser identificado por su exterior, sea civil, militar, religioso, etc., nuestro interior y nuestros dones espirituales, pueden conocerse por la observación de nuestras acciones visibles”. El exégeta trae un ejemplo que aparece en Tehilim y dice: “Te has revestido de gloria y majestad” (Tehilim 104:1).
La importancia que se le da a la vestimenta y cada uno de los detalles que la componen es la manera Divina de expresar que el hombre debe cuidar su apariencia meticulosamente al igual que su interior, de aquello que se vista a ello debe estar comprometida su ética y moralidad. Si su ropaje corresponde al de un abogado, aunque no lleve la toga puesta, ese es su ropaje y su accionar ante la vida debe corresponder tal como si estuviese siempre en su ropaje.
Exodo 28, 9 al 12 → “Tomarás dos piedras de ónix y grabarás sobre ellas los nombres de los hijos de Israel. Seis de sus nombres sobre una piedra y los nombres de los seis restantes sobre la otra piedra, por orden de su nacimiento. Obra de tallista en piedra; grabados de sello, habrás de grabar las dos piedras con los nombres de los hijos de Israel, circundadas por engaste de oro las harás. Y pondrás las dos piedras sobre las cintas del efod, piedras de remembranza para los hijos de Israel. Portará Aarón sus nombres ante Ado-nai, sobre sus dos hombros, por remembranza”.
El Rabino Menajem Rapoport explica que “… sobre sus dos hombros, por remembranza…” quiere decir que aquellas piedras harán que Aarón recuerde siempre en su pensamiento y en sus oraciones a los hijos de Israel, fijando permanentemente en ellos su pensamiento y ello lo preparará para recibir la profecía concerniente a los asuntos de los hijos de Israel.
Pero en estos versículos también se expresa “piedras de remembranza para los hijos de Israel”, o sea que los hijos de Israel también debían tener presente que Aarón estaba frente a Dios con sus oraciones y se hacía cargo de ellas en nombre de los hijos de Israel, el pueblo de Israel debía saber que Aarón “llevaba sobre sus dos hombros” (literalmente), la carga positiva o negativa de la conducta de los hijos de Israel (ver imagen).
No solamente el acusado (culpable o inocente), será responsable de su culpabilidad o será inocente ante el juez, sino que el juez será responsable de investigar a fondo para encontrar la verdad del acusado, sabiendo que en sus hombros descansa el juicio, que aunque humano, Dios es el Juez Supremo que juzga al juez.
Cada ser humano deberá finalmente atestiguar ante el Eterno, y El sabrá si obró con justicia o no, si el culpable pagó su deuda en la tierra o si su condena será agravada frente a la Shejiná, si el juez hizo lo que estaba en sus manos para encontrar la verdad o falló según sus sentimientos, pues los juicios Divinos son eternos y no terrenales. Como se dice en idioma político: “El que la hace la paga”, y el precio ante Dios, así como la compensación, son eternos.
Exodo 28:9 → “Tomarás dos piedras de ónix y grabarás sobre ellas todos los nombres de los hijos de Israel”.
El Rabino Menahem Rapoport, nos hace ver que en ésta piedra serán grabados los nombres de los hijos de Yaacov, no lo s de las tribus, lo que significa que aparecerá también el nombre de Leví y el nombre de Yosef, desaparecido de ésta inscripción, los nombres de los hijos de Yosef: Efraím y Menashe.
El moré Shaúl Correa, recuerda comenta: “A lo largo de la historia, los sabios han atribuido a las piedras preciosas poderes especiales en lo material y espiritual. Rabeinu Bahaya en su comentario de Éxodo 28 dice: Que no exista ninguna gema que no derive su poder de lo Alto. En relación a ese mismo poder el Midrash (Génesis Raba 14) establece que cuando llueve "Todo es bendecido; y las gemas sienten y reciben el poder enviado por Hashem desde lo más alto". –Tomado de Tarbut Sefarad-
Bajo ésta lupa, la piedra de ónix (Shojam), sobre la cual se inscribirían los nombres de los hijos de Israel, le correspondió también como piedra a la tribu de Yosef. El moré Correa agrega sobre ésta piedra: “Se le entregó a la tribu de Yosef, esta gema tiene la habilidad de hacer que otros perciban la belleza de quien la usa. Fue adjudicada a Yosef por su capacidad de ver y percibir. Tenía una memoria fenomenal, en parte por que resistió a la tentación de acostarse con la mujer de su amo, era sabio, tenía el don de la elocuencia tal como se evidencia en la interpretación de los sueños del Faraón. Poseía el don de la profecía y podía anticipar el futuro. Esta gema añade memoria, calma el corazón y aviva los ojos, incrementa la sabiduría y el amor por el estudio por la Torah”.
El mundo animal, vegetal y mineral, son todo creación Divina y nada es realmente inútil o inservible, todo tiene una función, sea física o sea espiritual. Lo importante es que saber que Dios protector, está a nuestro lado y nuestra conducta de moralidad y justicia, tal como lo enseña la Ley judía, es un acercamiento a Dios para que toda su creación nos rodee de bienestar.
Exodo 28:6 → “Y habrán de hacer el efod de oro, de púrpura violácea y de púrpura escarlata, de carmesí y de lino fino de hilo torzal, obra de entretejedor”.
El rabino Itzjak Haramá, en su obra Akedat Itzjak, explica que el efod era usado no solamente por el pueblo de Israel sino por sacerdotes idólatras que le atribuían poderes mágicos. Por eso el Cohen Gadol utilizaba el efod en la parte posterior del cuerpo, queriendo indicar con eso un desprecio por las costumbres paganas, que había que erradicar en forma práctica. Basado en esta opinión el rabino Ashlej (Moshé Alshij) infiere que eso quiere decir que aún las fuerzas externas negativas, que operan sobre el ser humano, deben ser unidas a las fuerzas de santidad que operan dentro del ser humano, para que todo apunte hacia la Unicidad y para que el ser humano pueda vivir a pesar de su dualismo. El moré Daniel Domb, explica que el efod tenía la propiedad de perdonar los pecados referentes a la idolatría. Y como explica el Kli Iakar (Rabí Shlomo Efraim ben Aaron Luntchitz): "su ubicación, sobre el corazón, resalta la dependencia sentimental para poder concretar ese perdón e insinúa que los pecados, específicamente en idolatría, dependen de la intención", la acción es el paso final. Uno puede cometer idolatría con el pensamiento, con el corazón y ése hecho termina siendo más difícil de subsanar ya que es un sentimiento a veces latente, pero permanece toda la vida.
Los más grandes rabinos pensadores y analistas judíos reconocen el hecho de que una persona puede tener conducta pecaminosa, y es humano. Lo importante es estar consciente que la fuerza del mal, o la inclinación a la idolatría, se pueden resolver a través del pensamiento, el entendimiento y el raciocinio, llevando a la acción a pesar de lo emocional, y siempre Dios perdona cuando hay corrección en la acción. La lucha entre el bien y el mal siempre está presente en la humanidad, muchas veces el mal no se reconoce como mal, lo equivocado no se reconoce como equivocación, la injusticia como tal. Por medio del estudio de la Torah y el entendimiento, es el camino para llegar a la verdad y retirar el velo que no permite dilucidar. El mal existe y hay que saber que debe estar a nuestras espaldas, debemos dejarlo atrás, pues borrarlo, no se puede borrar.
Exodo 28:6 y 7 → “Y habrán de hacer el efod de oro, de púrpura violácea y de púrpura escarlata, de carmesí y de lino fino de hilo torzal, obra de entretejedor. Dos cintas por sobre los hombros prendidas tendrá en sus dos extremos y habrá de ser unido”.
El Rabino Marcos Edery trae la opinión sobre el tema de las cintas que unían el Efod al pectoral explicando: “Como quiera que el efod estaba unido por tos cintas que pasaban sobre los hombros del Cohen y unían el efod al חשן "Joshen" -pectoral-, el comentarista Alshej infiere que quiere decir que aun las fuerzas "externas" (negativas), que operan sobre el ser humano, deben ser unidas a las fuerzas de santidad que operan dentro del ser humano, para que todo apunte hacia la Unicidad y para que el ser humano pueda vivir a pesar de su dualismo.
El Efod cubría el ropaje de la espalda. Hay insinuaciones en el Tanaj que el Efod era una costumbre pagana que se utilizaba para idolatría, -aparece en diversos capítulos de Jueces 8:27; 17:5; 18:7-. Eso explica el comentario de Ashlej. Por otra parte el Efod también fue utilizado desde tempranas épocas para el culto Divino, tal como lo hacía Shmuel cuando era niño –Shmuel Alef 2:18-. Era utilizado por el sacerdote como parte del ropaje, en la espalda, tal vez para mostrar que llevamos en nuestras espaldas la carga de nuestra inclinación –o la de nuestros antepasados, o la de nuestros semejantes- hacia lo que nos aleja de Dios, y saber llevarlo de tal manera que fuese utilizado para el servicio Divino dentro de los parámetros de la Torah. También podría ser que aún los hermanos que se desvían siguen conectados con el resto del pueblo de Israel, y hay que tenerlos en cuenta.
No es extraño ver cómo diversos lineamientos de judíos no se aceptan unos a otros, por razones religiosas, políticas, filosóficas, etc, hay que aprender a convivir con todos aunque pensemos diferente y les consideremos una carga.
*1: Cordón de lino que unía el pectoral y el efod
*2: Lo que se colocaba en la espalda el Cohen que debía estar unido con cordones con el pectoral colgados de los hombros
*3: como trenzado o retorcido
Traducción de Hirsch: “La cinta para su correa, será tejida con ella: oro, azul cielo, lana púrpura, lana del escarlata y lino torcido en el hilo de seis capas”.
El Rabino Samson Raphael Hirsch explica: La palabra “Jeshev”, (con la que principia el versículo) significa literalmente unirse, pero de tal manera que aunque están unidas las partes pueden verse separadas. Esto es lo que diferencia las palabras “Jeshev” de “Jabar”, que denota completa combinación. De esta manera, dentro de este contexto, “Jeshev” denota también combinación de pensamientos y cálculo (ajuste de cuentas). El cíngulo, entonces es la banda que une temporalmente los dos lados mientras se tienen puestos.
Habíamos explicado anteriormente que el efod que estaba atrás del Cohen, era una costumbre idólatra que se había colocado en la espalda del Cohen Gadol como un despreciativo, sin embargo en éste versículo lo traen unidos los dos, el pectoral y el efod, por un lazo de lino fino y materiales preciosos. Podría ser una manera de indicar que aunque llevemos a nuestras espaldas acciones reprobables, no las podremos quitar totalmente de encima pero pueden ser parte de nuestra corrección y transformación a una persona de sabiduría y de justicia. Tener en cuenta los errores y transgresiones pero dejarlos atrás transformándolos en una persona correcta.