2024-11-10 [Num. 1008]


Parashat Trumá

Ofrendas voluntarias

Parashá de Trumá “Ofrenda”, del libro de Shmot.

Resumen

Ark of the covenant

Habla sobre las ofrendas voluntarias, la elaboración de un santuario donde Dios residirá entre el pueblo de Israel. Un arca de madera revestida de oro puro, donde se colocara el Testimonio que Dios iba a entregar. Sobre ésta arca, una tapa de oro donde posaban dos querubines alados, de oro batido a mano, uno a cada lado, sobre los cuales se comunicaría Dios con Moshé. Una mesa de madera cubierta en oro donde se colocara el pan de proposición que debía estar siempre y se describe un candelabro de oro batido a martillo de siete luces.

Le explica Dios a Moshé cómo debía ser la construcción del tabernáculo, con paños de lino entretejido, con dibujo de querubín, y paños de pelos de cabra para recubrir el tabernáculo. Todo esto con colores y medidas exactas. La cobertura de la tienda debía ser de pieles de carnero teñidas de rojo. Las tablas para el tabernáculo, de maderas de acacias recubiertas de oro. Dentro del tabernáculo, sobre cuatro columnas debían colocarse velos de lino fino, púrpura violácea, escarlata y carmesí, con dibujo de querubín, este iba a ser el lugar más sagrado: el Kodesh Hakodashim, donde se colocaría el Arca del Testimonio y el propiciatorio encima. Había un velo que separaba el Santuario del Kodesh Hakodashim y el Propiciatorio, sobre el Arca del Testimonio en el Kodesh Hakodashim.

La mesa del lado de afuera del velo y el candelabro sobre la mesa debía estar en el costado norte. El altar para los sacrificios hecho de madera de acacias con cuernos sobre sus cuatro rincones, recubierto de cobre. El atrio al sur y los veinte postes de cobre alrededor. Para la puerta del atrio una cortina de lino fino con cuatro postes.


Espacios santos a los que no debemos entrar. Comentario de la Parashat Truma por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.

Explicaciones

Éxodo 25:26: “Y le harás cuatro anillas de oro y podrás las anillas en los cuatro ángulos que están en sus cuatro pies”.

Dios ordenó colocar anillas de oro en los cuatro lados del Arca de la Alianza, con el propósito de ser transportada cuando fuere necesario, pero no hubiese contacto físico con esta.

En esta Parashá no se explica la ley de la prohibición de tocar el Arca de la Alianza, pero ya se había establecido la orden “Y cuando haya concluido Aarón y sus hijos de recubrir el Santuario y todos los enseres sacros, al desplazarse el campamento, después de esto, se allegarán los hijos de Kehat para transportar. Pero no habrán de tocar lo sacro, para que no mueran”. Números 4:15.

Esto quiere decir que, aunque solamente los cohanim (sacerdotes), podrían cargar el Arca de la Alianza, ni siquiera ellos debían tocar dicha Arca pues morirían.

También resulta interesante que cuando David era Rey de Israel y muy afamado mundialmente, tenía conciencia del respeto y la ayuda Divina, como vemos en Crónicas I: 14:17 y 15:1 y 2: “Y se extendió la fama de David por todas aquellas tierras e impuso el Señor el temor a David sobre todas las naciones. Y el Rey hizo para sí casas en la ciudad de David y preparó un lugar para el Arca de Dios y le tendió una tienda, entonces dijo David: ‘No deberían llevar el Arca de Dios otros que no sean levitas, porque a ellos escogió el Señor para llevar el Arca de Dios y para ministrar ante él perpetuamente”.

La sabiduría de David le llevó no solo a la creencia en Dios, Su ayuda, sino a respetar las leyes y órdenes entregadas, de ahí que sus victorias y su fama le generaron bienestar a todo el pueblo de Israel.



Ver más explicaciones

Exodo 25:23 al 25: “Y harás una mesa de madera de acacias, dos codos será su longitud y un codo su anchura y un codo y medio su altura y la revestirás de oro puro y le harás a ella una corona de oro en derredor. Le harás un listel de un palmo en derredor”.

El rabino Marcos Edery trae el concepto de comentaristas inspirados en el Zohar, quienes proponen que ésta mesa es el símbolo material de la vida humana, la interpretación era que el hombre debe crear y producir y la bendición de Dios recaerá solamente frente a los hombres que hacen sus propios esfuerzos y ponen como ejemplo el relato del profeta Elisha (Reyes II 4), el relato de la mujer que había perdido a su marido y había quedado en la pobreza, pidió ayuda al profeta y él le ordenó pedir botellas vacías a sus amigos y vecinos, las cuales llenaría con aceite, y vendería para así generar dinero para su manutención. Ella trabajó tal como el profeta le había dicho y milagrosamente logró llenar la totalidad de los frascos con aceite, no solamente con aceite que ella tenía.

Es tan simple como echar un vistazo al mandamiento que ordena Dios trabajar seis días para descansar el séptimo día. No es posible que una persona que esté sentada sin ningún tipo de esfuerzo llegue a lograr ninguno de sus objetivos de vida, por eso Dios dio manos, piernas y cerebro al hombre, para ser productivo en el campo que lo pueda hacer y así generará su sustento y logrará sus objetivos.



Éxodo 25: 22: “Me reuniré allí contigo y habré de hablar contigo de por sobre el propiciatorio, desde entre los dos querubim que están sobre el Arca de Testimonio, todo lo que habré de ordenarte a ti, para los hijos de Israel”.

El rabino Elisha Coffman coordinador del Midrash Or Hadaar en México, explica que los querubim, quien Dios había ordenado hacer, no eran motivo de culto al ser ordenados en su manufactura por Dios, pero servían para acercarse a Dios.

Un diseño artístico que no caracterice una divinidad no representa una violación de la halajá, siempre y cuando no se le atribuyan dones. Dios hablaba a Moshé desde entre los dos querubim que ordenó hacer para colocarlos encima del propiciatorio donde estaban las tablas de la ley. La imagen podría ser como de dos micrófonos que ayudaban a interpretar dentro de la posibilidad física humana, las palabras Divinas. Los objetos que son útiles, incluyendo juguetería infantil, decoración u otro motivo lejos de culto mientras no representen una divinidad diferente a la de Dios, no están prohibidos de acuerdo a la Halajá.



Éxodo 25:21:  “Colocarás el propiciatorio sobre el Arca por arriba. Cuando en el Arca hayas puesto el testimonio que Yo te habré de dar”.

Ante todo recordar que el propiciatorio –Kaporet- era la tapa sobre el Arca la cual estaba hecha de oro y salían de la misma pieza dos figuras de ángeles querubines uno frente al otro, ésta tapa adecuaba la posibilidad de comunicarse Dios con Moshé. La tapa fue construida para cubrir el Arón –cajón o armario- donde debía ir el Testimonio del pacto entre Dios y el pueblo de Israel por intermedio de Moshé.

Dios ya había hablado con Moshé en la montaña del Sinai, pero era el momento de establecer un contacto permanente y cercano, el cual ocurría una vez al año, en Yom Kipur.

El Arón con el Testimonio y el Kaporet encima, debían ser colocados en la habitación más sagrada del Santuario y posteriormente del Templo de Jerusalem, el Kodesh Hakodashim –Sancto Sanctorum-.

Los exégetas más estudiados al respecto son Rashi y Najmánides, Rashi dice que se trata de una sola pieza, el Arón, el Kaporet y el testimonio, pero Najmánides dice que son piezas independientes y cada uno trae su versión de la importancia de si son o no una pieza o un conjunto compuesto de tres.

Lo cierto es que estos versículos traen varias enseñanzas y ninguna de ellas contradice a las otras.

Para poder conectarse con Dios es necesario tener presente que existe un Pacto entre El y el pueblo de Israel.

Para conocer cuál es el pacto, es necesario estudiar la Torah.

Se debe tratar de seguir las leyes que ordena Dios en la Torah, pues de ellas depende la pureza del pueblo de Israel y su cercanía a Dios.

El pueblo requiere de un líder fiel, ético, justo, sabio y conocedor de la Torah y elegido por Dios, por medio del cual acercará al pueblo a Dios y viceversa.



Exodo 25:17 “Y harás un propiciatorio de oro puro. Dos codos y medio será su longitud y un codo y medio su anchura”.

El Propiciatorio era lo que cubría el Arca en la parte superior, sobre el cual estaban los dos querubines (Kerubin). Tiempo después, sería el lugar más sagrado del Sancto Sanctorum donde Dios se comunicaría con Moshé (Exodo 25:22). El Rabino Marcos Edery explica que solamente Moshé podía hablar con Dios directamente y era éste lugar donde lo hacía. Cuando Aarón debía entrar en Yom Kipur al recinto sagrado, debía quemar incienso antes, de tal manera que el lugar se oscurecía.

Dios con todo su poder infinito e inimaginable para el hombre, puede, sin embargo, comunicarse con quien quiera, cuando quiera y donde quiera, y Aarón no hubiera tenido que quemar el incienso si Dios no quería que lo divisara. Pero hay una enseñanza aquí. Buscar el “lugar” donde está Dios, seguir sus enseñanzas, saber que si no lo vemos ni escuchamos ni lo sentimos, no significa que no está donde debe estar, y que lo que sucede, que está en manos del hombre gracias a su libre albedrío, lo determina finalmente Dios, invisible pero humanamente indescriptible todopoderoso. Pueblos de poco raciocinio, creyeron que al destruir el Templo de Jerusalem, donde el pueblo de Israel iba para llevar sus ofrendas y amar a Dios, iban a derrotar a Dios, como si El fuera el “dios” que solo estaba en un lugar, y que solamente se comunicaba con un solo hombre y en un solo lugar. Solo personas sin la capacidad de deducción e inteligencia podían darse cuenta, que Dios va mucho más allá que la mayor inteligencia, comprensión y bondad que existe en el universo lleno de planetas y seres de otros mundos. Reducirlo a un espacio y pretender destruirlo, me recuerda un refrán en Yidish que dice: “A mench trajt und God Lajt”, que significa: “El hombre piensa y Dios se ríe”. 



Exodo 25:16 “Y pondrás en el Arca, el Testimonio Mio, que yo te habré de dar a ti”.

Abraham Ibn Ezrah explica que el Testimonio eran las dos tablas de la Ley que posteriormente entregó Dios escritas por El mismo, a Moshé. Rashi, indica que no solo eran las Tablas del Pacto sino toda la Torah.

La Torah, o las Tablas de la Ley, son la señal material del pacto, mientras que el Brith Milah es la señal física del pacto que realizó el pueblo de Israel con Dios. No es que se ame la Torah en sí, así como no se ama la circuncisión de un hijo, sino su significado. La Torah es reverenciada en las diversas sinagogas, y el elegido para leer la Torah cada semana es considerado como un honor que se le da. Pero no es a la Torah a la que se le rinde toda esta honra, sino a su contenido y el significado que tiene para el pueblo judío del planeta. Alrededor de la legislación, mitzvot, historias y todo el contenido de la Torah, se formó el pueblo de Israel, y sus palabras han sido evaluadas, estudiadas, explicadas por siglos y siglos, y a pesar de la diversidad de explicaciones que puede tener una frase, el pueblo de Israel es uno, como Dios que es Uno.

Así como el pacto fue entregado a todo el pueblo de Israel, así cada miembro del pueblo de Israel, sea por nacimiento, adopción o conversión son una parte vital del pueblo judío de hoy, y quienes no se sientan hermanos, o desprecien los valores de otros, porque sus análisis o explicaciones sean diferentes o porque sean conversos o cualquier otro motivo, están, sencillamente, despreciando, ni más ni menos, que el Pacto con Dios.



Exodo 25:12 al 15 → “Y fundirás para ella cuatro argollas de oro y las pondrás sobre sus cuatro ángulos: dos argollas sobre uno de sus costados y dos argollas sobre su otro costado. Y harás varales de madera de acacias y los revestirás de oro. E insertarás los varales en las argollas que están sobre los costados del Arca, para portar el arca con ellos. En las argollas del Arca, permanecerán los varales, no serán quitados de ella”.

El Rabino Samson Raphael Hirsch explica que estos varales no eran simplemente para ser transportada el Arca, ya que nunca debían ser removidos. Eran una parte esencial y simbólica de la estructura del Arca. La importancia de los varales del Arca afirma la prohibición de nunca ser removidos, a diferencia de otros muebles del Santuario. Al dejarlos puestos, éstos varales daban contra la cortina que cubría el Arca embombándola y así, la gente que se acercaba, pero no podían entrar, sabían de la existencia del Arca. El mandato de que los varales nunca se retiren del Arca, establece desde el principio y para siempre la verdad de que ésta Torá y su misión no están confinadas al suelo sobre el que se asentaron el Santuario y el Templo. La presencia constante de los varales testifica que la Torah de Dios no está ligada ni depende de ningún lugar en particular.

Los varales del Arca no se retiraban según mandato Divino, porque así evitaban tocar el Arca los levitas, al cargarla, pues al colocar los varales existía la posibilidad de tocarla y que muriesen tal como sucedió cuando el Arca era llevada por el Rey David hacia Jerusalem, se iba a resbalar y alguien –Uzza- la quiso sostener, para que no cayera, pero al hacerlo la tocó y murió (Shmuel II, 6:6). Es difícil pensar que Dios hubiese querido que muriera alguien por tratar de proteger algo tan sagrado como era el Arca que contenía las Tablas de la Ley, pero si se piensa detenidamente, es importante, vencer la lógica y tratar de compenetrarse con los valores Divinos, los cuales son inimaginablemente superiores a los del hombre. Todo tiene un motivo y una razón de ser, es misión del hombre estudiar y aprender, para descubrir lo que hay en el fondo de los designios Divinos. No porque no se sepa, o no se entienda, significa que no tiene una naturaleza o un motivo con un foin generoso y bondadoso, como la misma vida que Dios nos ha dado.



Exodo 25:7 → “Piedras de ónix y piedras de engaste para el efod y el pectoral”.

El rabino Marcos Edery trae la opinión del rabino Isaac Ben Yehuda Abarbanel, quien explica que esos materiales seguramente eran adquiridos por el pueblo de Israel de los pueblos y tribus que circundaban al campamento de los hijos de Israel, durante su travesía por Sinai, ya que no sería razonable pensar que todos estos materiales fueron traidos por los hijos de Israel de Egipto, tal como se expresa en algunos Midrashim.

Efectivamente cuando los hebreos salieron de Egipto, pidieron a sus vecinos oro, plata y vestimentas, pero no se hablaba de piedras preciosas ni de ningún tipo de piedras. El engaste para las piedras sí se pudo haber hecho con oro o plata. Aparte de la oinión de Abrabanel podría pernsarse tambien que como hubo una mezcla numerosa de personas que no eran del pueblo de Israel, que se sumaron a los israelitas al salir de Egipto, podría ser, con mayor razón, que ellos tenían dichas piedras que fueron utilizadas para el pectoral y otras prendas del Cohen. Este grupo de gente se mezcló con el pueblo de Israel y fueron parte del pueblo de Israel, aceptados sin ningún “pero”, y además eran totalmente partícipes de toda la historia posterior sin que merecieran una mención de diferenciación en ningún momento en la Torah. De ahí se aprende a que cuando hay personas que voluntariamente desean unirse al pueblo de Israel, no se debe hacer ningún tipo de distinción entre ellos y los que nacieron judíos.



Exodo 25:9 → “Conforme con todo lo que Yo te hago ver a ti, la forma del Tabernáculo y la forma de todos sus enseres, y así habréis de hacer”.

Rashbam (Rabbi Shmuel ben Meir 1085–1158, Troyes, Francia – Nieto de Rashi) explica Que Moshé percibió en visión lo que sería la construcción del Tabernáculo y la confección de sus múltiples componentes. Rashi, basado en el Talmud explica que la frase “Y así habréis de hacer”, se refiere al futuro, cuando hubiere que recomponer algunos elementos del Mishkan o cuando hubiere que construir un Templo estable.

Se esta manera se podría deducir, que la lógica para que en esta Parashá se explique cada detalle por pequeño que sea, los colores, los materiales, las distancias etc. Ha sido de esta manera con el objetivo de que cuando se tenga que reconstruir el Templo de Jerusalem, -que ojalá sea pronto- se tenga la noción de cómo debe hacerse exactamente, especialmente con qué espíritu debe trabajarse.



Exodo 25:10  “Habrán de hacer ellos un arca de madera de acacias, dos codos y medio será su longitud y un codo y medio será su anchura y un codo y medio será su altura”.

El Rabino Marcos Edery presenta una profunda e interesante explicación basada en el pensamiento de Rabi Abraham Sabbah en su obra Tseror Hamor (Portugal 1508): “El primer elemento a construir en el Mishkán será el  Arón –arca- por ser la misma el lugar donde quedarán depositadas las tablas de la Torah. Así como la luz había sido la primera creación (Génesis 1) también el arón que albergará la Torah, que es la luz espiritual que nos ilumina: "Torah Or", será la primera construcción en el Mishkán.

Llama la atención, desde el punto de vista gramatical, que el mandato de la construcción del Aron, es enunciado en plural "vehasu" -habrán de hacer -, a diferencia de la "Menorah" -candelabro o la mesa que había en el Mishkán, queriendo -alegóricamente- indicar que la Torah no es patrimonio ni posesión de ningún individuo ni de ningún grupo selecto. La Torah pertenece a todos los seres humanos del mundo que quisieran tenerla. Por último, las medidas de la superficie del Arca contienen codos y fracciones de codos, queriendo indicar también alegóricamente que, el estudio y conocimiento de la Torah, no se puede nunca llegar a lograr en soledad, siempre estaremos solamente en una fracción del conocimiento a lo sumo en una mitad, de ahí la necesidad de vivir la Torah en grupos de personas que se complementan. Esto nos da una necesidad de dimensión de modestia y de no perfección. Todos nosotros tendremos deficiencias en el campo de lo intelectual y de lo moral. Estas deficiencias sólo pueden ser corregidas cuando nuestro prójimo está claramente incluido en nuestra moral y acciones.

Muchas veces, se le permite al raciocinio dejarse llevar por inclinaciones materialistas, sepratistas, excluyentes y segregacionistas. Es importante reconocer que todos los seres humanos son creación Divina. Con el paso del tiempo, algunos grupos se separaron por condiciones geográficas y se agruparon por parecidos étnicos o territoriales. Algunos grupos crearon sus propias condiciones culturales y de creencias. Muchos de ellos se separaron de la idea original del monoteísmo, la creencia en Dios. Dentro de los grupos mayoritarios de diversas religiones, se pueden encontrar valores morales de gran altura, amor a la vida y sabiduría. Partiendo de la visión judía, personas bondadosas han sido premiados por el judaísmo –Yad Vashem- dentro de la misma visión judía, personas que se han convencido de los valores y creencias judías, han adoptado por pertenecer al pueblo judío, al pueblo de Israel, son vistas como tzedakim –justos-, y a ellos debemos acogerlos, no solo dentro del marco del estudio de la Torah, también dentro de nuestros corazones y dentro de nuestros espacios. Ellos compartirán su amor y deberían ser parte fundamental de nuestras comunidades, aunque tengan sus propias comunidades. Así como los Ashkenazim tienen su propia comunidad, los sefaradím su propia comunidad, que se diferencian en diferentes culturas pero la misma creencia, los grupos llamados judíos emergentes en sus propias comunidades, según nuestra ley, nuestra visión, deberían  ser parte de nuestras comunidades.

Puede ser que no le guste. Pero está escrito y es parte de la sabiduría de la Torah entregada por Dios al pueblo de Israel. ¿Pertenece usted a este pueblo? Acepte la ley tal cual se nos entregó.