Parashat Beshalaj
Dificultades en el desierto
Este Shabat 17 de Shvat de 5784, 27 de enero de 2024, se leerá Parashat Beshalaj: “Y envió”, del libro de Shemot. Esta Parashá corresponde al relato en el que el pueblo de Israel cantó –Shirá- después de la partición del Mar Rojo, por eso se llama también Shabat Shirá.
Resumen
Salió el pueblo de Israel de Egipto, llevando Moshé, los restos de Yosef, tal como se le había jurado. Los condujo Dios por el desierto, de día con una columna de humo y de noche con una columna de fuego; acamparon junto al mar.
Dios advirtió a Moshé que volvería a endurecer el corazón del Faraón para que persiguiera a Israel y así fue. Salió el Faraón con su ejército para perseguir y traer de vuelta a sus esclavos, temía quedarse sin mano de obra.
Acercándose el ejército egipcio, Israel temió y reclamó a Moshé por haberlos sacado de Egipto para morir, Moshé les habló para tranquilizarlos. Dios colocó la columna de humo entre Israel y el ejército del faraón, no permitiendo que se acercaran al pueblo de Israel toda la noche, durante la cual, después de que Moshé extendiera sus manos hacia el mar, las cuales se abrieron formando dos paredes y el piso seco, y siendo aún de noche, pasó el pueblo de Israel hasta el otro lado. Dios dañó las ruedas de los carruajes de los egipcios para que se les hiciera más pesado el viaje y éstos al entrar al agua en persecución de Israel, que ya estaba del otro lado del mar, Dios cerró las aguas ahogándose cada uno de los egipcios perseguidores y salvando Ado-nai a Israel.
Después de esto, al ver la gigantesca maravilla hecha por Dios, Moshé y los hijos de Israel elevaron un canto a Ado-nai en el cual relata el poder con el que Dios los salvó e hizo ahogar a los enemigos y la alegría de entrar posteriormente a la tierra de Su heredad. También salió la profetiza Miriam (hermana de Moshé) con las mujeres de Israel con panderos para cantar y bailar para Dios.
Tras tres días de caminata sin agua, llegaron a Marah, donde las aguas eran amargas, El pueblo reclamó a Moshé y éste rogó a Dios quien le mostró un madero que al tirarlo a las aguas se endulzaron pudiendo beberlas. En ése lugar Dios implantó “Ley y derecho”, para que hicieran lo recto y cumplan Sus Leyes.
Dos meses después, acampando en el desierto del Sin, se quejaron ante Moshé y Aarón que tenían hambre, que en Egipto había carne y pan para comer. Dios envió entonces en la noche codornices para comer y en la mañana envió un alimento parecido a la semilla de cilantro blanco, que sabía a una hojuela de miel, más tarde lo llamaron maná. Debían recoger una porción por persona al día, si dejaban para el otro día se podría. Pero el sexto día (viernes) recogían doble maná para no recoger en Shabat y en Shabat no se pudría lo que habían guardado, así mismo ordenó Dios que lo que se tenga que guisar para el sábado, debía hacerse el viernes en la tarde, pues Shabat había que descansar y consagrar a Dios.
A la gente le costaba mucho obedecer las instrucciones que Dios les enviaba. Los hijos de Israel comieron maná durante los 40 años de peregrinación por el desierto hasta que llegaron a la tierra de Canaán.
Llegaron a Refidim donde no había agua y el pueblo se quejó agresivamente ante Moshé, por esto Dios le ordenó, juntar a algunos ancianos de Israel y con su vara debía golpear una roca de la cual saldría agua, y así fue. En ese mismo lugar Israel fue atacado por los Amalecitas, Moshé, Aarón y Hur subieron a la cima de una colina donde oraron a Dios, mientras que Moshé elevaba sus manos. Para que no las bajara, Aarón y Hur se colocaron a lado y lado de Moshé para sostenérselas, venciendo Yoshúa al frente de Israel a Amalek y su pueblo.
¿Vivir sencillo o acumular riqueza? Comentario de la Parashat Beshalaj por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.
Explicaciones
Éxodo 14:14: “Ado-nai regirá la batalla por vosotros y vosotros habréis de sumiros en silencio”.
El Rabino Menahem Rapoport explica esta frase de Dios al pueblo de Israel: “No continuéis con vuestras quejas para que los egipcios no crean que no confiáis en Dios”.
Los judíos se viven quejando siempre, es un hecho histórico. Razones: políticas, religiosas, sociales, humanas, etc. Cualquier es un buen motivo. Pero cuando Israel está en Guerra y Dios decide ayudarle, hay que callar las quejas, no sea que los demás pueblos vean que al pueblo de Israel le falta creencia en Dios, que está presente y finalmente envía la ayuda.
Más allá de lo que crean los demás pueblos, es la fe que nos une al pueblo de Israel, a cada uno de los de Israel le duele cada muerto, cada herido, cada secuestrado, porque es una sola alma, un solo sentimiento, a cada uno se le arrebató un ser querido, aunque ni lo conozca personalmente, cada soldado caído es un hijo que cayó en guerra. Esta unión de alma procura la Shejiná, la presencia Divina y Su ayuda. Y cada judío quedará en silencio y comprenderá.
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Éxodo 14:13: “Dijo Moshé al pueblo: No temáis, permaneced erguidos y presenciad la salvación de Ado-nai, lo que va a hacer para vosotros hoy, pues como habéis visto a los egipcios hoy, no volveréis a verlos más por siempre”.
Ya Dios había advertido a Moshé que, el Faraón los perseguiría y allí se manifestaría Su Gloria (Ex. 14:4), sin embargo, no describe la Torah en qué momento había advertido al pueblo de esta decisión Divina, de ahí, el temor del pueblo y su exaltación al decir, en su angustia cuando vieron acercarse el ejército egipcio: “¿Nos trajiste a morir en el desierto?” (14:11). Inmediatamente Moshé trata de tranquilizar al pueblo contándole finalmente que verían otro milagro de Dios.
El temor por algo que se puede prever es un desorden o trastorno de ansiedad. Éste es difícil de manejar, hay que hacer tratamientos. El temor a lo imprevisto, es normal y se trabaja más fácil, por eso fue inteligente de Moshé no haber advertido al pueblo que Dios les ayudaría, sino que el pueblo, después de su angustia, al escuchar las palabras de Moshé, aunque estaban naturalmente nerviosos, esperaron y tuvieron la paciencia de estar en silencio frente al milagro Divino que se venía y que posteriormente presenciaron.
Además el pueblo de Israel que ha sido asediado durante el transcurso de la historia, aprendió hoy a manejar los “ataques”, imprevistos, sin temor, con fortaleza y seguridad, sabiendo (aunque algunos no entienden) que Dios le acompaña dándole fuerzas para enfrentar y manejar las situaciones.
Éxodo 14:12: “Ciertamente ésta es la cosa que te habíamos hablado a ti en Egipto diciendo ¡déjanos! ¡Vamos a servir a los egipcios! Pues es mejor para nosotros servir a los egipcios antes que morir en el desierto”.
Ibn Ezrah, explica que aunque no está escrito textualmente pero parecería ser que esa reacción la tuvo el pueblo de Israel cuando no quisieron escuchar a Moshé (Éxodo 6:9).
En el capítulo 6 de Éxodo, Dios revela a Moshé su plan de llevar al pueblo de Israel por el desierto hasta la tierra prometida, lo cual Moshé presenta al pueblo de Israel, pero el pueblo estaba tan oprimido que no quiso escuchar las palabras de Moshé. Seguramente la contestación del pueblo fue esta que se muestra en éste versículo.
No escuchar es haber oído pero no creer lo que se dice. Durante la estadía en el desierto es cierto que tuvieron que pasar por momentos muy difíciles y esos momentosd los llevó a duidar de la palabra de Moshé varias veces, incluso a pesar de haber visto los milagros con los que Dios los sacó de Egipto y los salvó varias veces durante el paso por el desierto, incluso de ataques como el del pueblo de Amalec.
De esto se puede determinar que el paso por la vida no es fácil, pero con una conducta ética, de amor, sabiduría, justicia y todo lo que la Torah enseña, se llega a donde Dios tiene previsto para los justos y los rectos, no únicamente para el pueblo judío, sino para todo el mundo. Es importante aprender a afrontar y enfrentar los momentos difíciles de la vida y superarlos, de la manera más inteligente y de acuerdo a las enseñanzas.
Exodo 14:9: “Los persiguieron los Egipcios y los alcanzaron, acampados junto al mar, todos los caballos y los carros de Parhó, sus jinetes y su ejército cerca de Pi Ajirot, frente a Bahal Tzefon”.
Los alcanzaron quiere decir, que los podían visualizar, estaban relativamente cerca. Aquí es donde viene a jugar el papel de la fe, tener de frente el peligro irremediable de un lado y de otro lado el mar, no había escape humano que se pudiera producir. Por eso el pueblo se asusta mucho y enfrentará a Moshé, reacción totalmente humana, pero sin considerar el prodigio que podía venir de Dios.
La lógica se escapaba de la mente humana del pueblo de Israel, se sintieron desprotegidos, no consideraron los milagros que había hecho Dios en Egipto, la razón les hubiera indicado que si los salvó Dios de Egipto, ¿por qué habría de hacerlos morir a manos de su ejército ahora?
Muchas veces el miedo no permite ver a la razón, aunque es una condición enteramente humana, pero es muy importante sobreponerse e intentar entender el destino del pueblo judío, el destino del pueblo de Israel, jamás el pueblo de Israel será borrado de la tierra, está destinado a ser luz para las naciones, está destinado a regresar a la tierra que Dios le entregó, está destinado a sobrevivir a todo. Ojalá que cuando llegue el momento, cada uno tenga la tranquilidad para poder ver la realidad.
Exodo 14:8 → “Y fortaleció Ado-nai el corazón de Paró, rey de Egipto, y partió en persecución, n pos de los hijos de Israel, y los hijos de Israel salían con poderío triunfante”.
El rabino Marcos Edery traduce: Poderío triunfante, “Yad Rama”, que literalmente significa mano en alto.
El Rabino Samson Raphael Hirsch explica: Se rebeló contra el rey. Yad Rama, entonces, significa independencia completa, donde uno no depende de nadie. Ese era el estatus legal que Pharoh le dio a la gente a su partida. No salieron como esclavos a los que se les había concedido tres días de licencia. Los arrojó por completo, y salieron "Con una mano alta". Se habían vuelto independientes.
Más allá que una victoria era el sabor de la libertad, después de todos los sufrimientos que tuvieron que padecer durante los años de esclavitud, que comenzaron realmente durante el gobierno del Faraón que estaba en el poder en la época que nación Moshé y finalizaban después de que el país de Egipto había quedado casi en cenizas.
La sensación de libertad, a veces se convierte en libertinaje, sin reglas ni leyes que les limiten, tal vez por eso que a muchos del pueblo de Israel que salieron, posteriormente, “renegaban” de su incómoda situación en el desierto e incluso, se les ocurrió la idea de hacer un ídolo mientras Moshé estaba eb la cima del monte recibiendo la instrucción Divina.
Libertad no significa hacer lo que da la gana, sino muy por el contrario, la libertad debe tener la capacidad de desarrollar la propia inteligencia para reconocer entre el bien y el mal, lo correcto e incorrecto y actuar de manera que dicha acción sea en beneficio propio, de la familia, y de la comunidad en la que se vive, sea la comunidad judía o la comunidad del país donde se reside.
Exodo 14:6 y 7 → “Enganchó su carro y a su pueblo tomó con él. Tomó él seiscientos carros escogidos, además de todo carro de Egipto y oficiales sobre todos ellos”.
El Rabino Samson Raphael Hirsch explica que el Faraón tomó a todo su ejército bajo su mando que él mismo en persona dirigiría. Los carros que escogió no eran carros de transporte, eran carruajes, pues su objetivo principal era alcanzar lo más pronto posible a los hebreos, por eso llevó tantos vehículos como le era posible para transportar a sus tropas.
Dice claramente que enganchó su carruaje y a su pueblo tomó con él. Dice también que escogió trecientos carros, como para su ejército, de los que habla Hirsch, pero además llevó de todo carro que había en Egipto, ¿Para qué? Pienso que era con la intención de ir rápidamente, con el ejército, atraparlos y cuando llegara en resto de carruajes, para devolverlos a Egipto. No solamente su ejército llevó, también el pueblo llevó con él. El ejército pereció bajo las aguas y probablemente el pueblo regresó a sus lugares, pues iban más atrás.
Éxodo 14:5 → “Le fue anunciado al Rey de Egipto que había huido el pueblo y se trastocó el corazón del Faraón y de sus servidores por el pueblo. Dijeron ellos: ¿Qué es esto lo que hemos hecho? Pues hemos liberado a Israel de servirnos”.
El Rabino Samson Raphael Hirsch explica que la palabra Baraj –había huido- debe referirse a la vuelta de la gente, y el significado de nuestro verso es el siguiente: se informó al Pharoh que la gente había huido del poder de “Baal Zefon”, cuyo terror habían impedido la entrada de la gente en el desierto y enviado a ellos huyendo de regreso a la tierra de Egipto con pánico. En esto, Pharoh vio la derrota de la deidad que hasta entonces había estado liderando a Israel. Pharoh ahora lamentaba su decisión de liberar a la gente de su servicio, una decisión que ahora consideraba apresuradamente hecha, en la que se había visto obligado por su creencia en la omnipotencia de esta deidad.
Pienso que así como Dios había endurecido anteriormente el corazón del faraón para que al negarse a dejar salir al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, para imponerle al Faraón y a los egipcios los castigos que merecían, de la misma manera, hizo tornar Dios el corazón en éste momento del Faraón, pero, ya que al salir a perseguirlo más adelante, se verá cómo el faraón y su ejército mueren ahogados en el mar que se abre al pasar los hebreos y se cierra al entrar dicho ejército. Este sirvió para que otros pueblos supieran de éste relato y temieran al el paso del pueblo de Israel.
Exodo 14: 1 y 2 → “Habló Ado-nai a Moshé diciendo: Habla a los hijos de Israel y que vuelvan y acampen delante de Pi-Hajirot, entre Migdol y entre el mar, delante de Bahal Tzefon; frente a él acamparéis, junto al mar”.
El rabino Marcos Edery presenta varias explicaciones para éste desvío que ordenó Dios al pueblo de Israel, principalmente de Abrabanel, que dice: “Por lo tanto, la conquista de la tierra de Canaán por los hijos de Israel, es una consecuencia directa de la milagrosa salida de Egipto que incluye, por supuesto, el aniquilamiento de parte del ejército egipcio, comandado por su rey y el consiguiente efecto desmoralizador que ello causa entre los pobladores de la tierra de Canaán”.
Este desvío causó, tal como la Tora lo expresa en los siguientes versículos, que el Rey de Egipto viera debilidad en el pueblo de Israel y aprovechara, dentro de su maldad, para perseguirlo y tratar de devolverlo a Egipto. Esta, entonces, era una trampa mortal que Dios estaba poniendo al rey de Egipto y su poderoso ejército. Esta trampa, dio como consecuencia, el fortalecimiento de la fe del pueblo de Israel (ver versículo 31 del mismo capítulo) y el temor de los pobladores de Canaán donde debían entrar por orden Divina. Esta fe, no dio la suficiente fuerza al pueblo de Israel, el cual se desmoronó posteriormente con la posición cobarde de algunos miembros de la congregación liderados por Koraj; esta fuerza de fe se retoma años más tarde cuando entran a Canaán. Sin embargo atemorizó de tal manera a los Cananeos, que su fama de estar acompañados por Dios, perduró hasta 40 años más tarde, cuando entran liderados por Jehoshúa Bin Nun.
De este análisis se puede sacar en conclusión que la Presencia Divina, que acompaña al pueblo de Israel durante toda su historia, se ve debilitada ante el pueblo cuando está débil espiritualmente, cuando abandona los caminos de justicia, de fe, de amor a la verdad, de la Torah, cuando no se da cuenta que sí se puede pues Dios está al lado. Y entender que cualquier victoria es una consecuencia de la Shejiná o Presencia de Dios. Es la única manera de entender por qué tantos misiles lanzados a Israel no han logrado destruir a Israel. El enemigo, que no cree en realidad el poder de Dios, y se lanza contra Israel, después de ver que no ha logrado destruirlo, así como se lanzó el rey de Egipto, recibirá su golpe por testarudo y malvado. Todo eso a pesar de la mala información, de la injusticia evidente o de cualquier otra cosa.
Exodo 14:3 → “Y dirá Paró con respecto a los hijos de Israel: extraviados están ellos en la comarca, el desierto los ha encerrado”.
El rabino Marcos Edery trae la explicación basada en Abrabanel que plantea que el pensamiento del faraón es simple, ya que los hijos de Israel habían llegado a la localidad de Etam Sita, en el confín del desierto, cuando ellos retroceden hacia Baal Tsefon, él entiende que no les queda ninguna salida ya que no es frecuente que un esclavo regrese hacia su lugar de cautiverio, a menos que no tenga ninguna otra opción.
Dios utilizó estrategia para que el faraón pensara que los hebreos estaban encerrados y así se fortalecería su corazón contra este pueblo lanzándose a su persecución, cuando vendría la “estocada final” contra Egipto y su gobernante.
Para Dios hubiera sido más fácil simplemente mandarle la muerte o alguna otra plaga que acabara de destruir al faraón malvado y esclavero, y a su pueblo que le acompañaba contra Israel, sin embargo, Dios prefirió utilizar un movimiento estratégico para que el pueblo definitivamente viera la maldad persecutoria del faraón y no se compadeciera de él posteriormente. De paso, enseñó que es mucho mejor la utilización de una estrategia de inteligencia que la directa destrucción de la maldad. Porque por medio de la estrategia los ojos pueden percibir el mal al cual hay que acabar, puesto que en algunas ocasiones podrían convertirse en “mártires”, acabados por la fuerza.
Exodo 14:4 ➙ “Y fortaleceré el corazón del faraón y él partirá en persecución en pos de ellos*1. Y será manifiesta Mi gloria sobre el faraón y sobre todo su ejército. Y habrán de saber los egipcios que Yo Soy Ado-nai. Y ellos*2 hicieron así.
*1: Del pueblo de Israel
*2: El pueblo de Israel
El Dr. Yitzhak Calafi trae el análisis de Maimónides el cual concluye que el hombre es libre de acción y pensamiento, pero llega un momento en el que el mismo hombre que ha optado por la perversión moral ya no puede revertir su voluntad, él mismo ha perdido la libertad. El endurecimiento del corazón del faraón constituyó una consecuencia de su perversidad, si bien Dios usó dicha situación para liberar paulatinamente a Israel de Egipto.
Dios fortaleció el corazón del Faraón, no es que lo hizo cambiar de parecer. El hombre que se entrena a la maldad, podría tener la disposición y fuerza para retornar al camino del bien, por eso tomo la frase que trae el Dr. Calafi del libro de Ezequiel 18:23 ““¿Acaso deseo Yo que muera el impío, dice Dios el Eterno, ciertamente lo que deseo es que retorne de sus caminos y que viva”. Sin embargo el Faraón, aún sabiendo el mal que estaba haciendo y sabiendo que Moshé venía en nombre de Dios, no quiso, por voluntad propia permitir al pueblo de Israel salir. Cuando las plagas ya eran demasiado fuertes, entonces el faraón temió, no porque se hubiese vuelto bondadoso sino porque temió por el daño que se le podía venir y allí es cuando Dios fortaleció el corazón del faraón; al fortalecer Dios el corazón del faraón. Dios ya había advertido a Moshé que por la maldad empleada en contra del pueblo de Israel, sacaría a Su pueblo de Egipto con grandes portentos, para que Dios fuera reconocido como único y verdadero, además lo hacía para cumplir la promesa hecha a los patriarcas, Abraham, Itzhak y Yaacov. Esta promesa aún está vigente hoy.