2024-12-21 [Num. 1014]


Parashat Vaerá

Primeras plagas sobre Egipto

Este Shabat 3 de Shvat de 5784, 12 de enero de 2024, se leerá la Parashá de Vaierá “Me aparecí”, del libro de Shemot.

Resumen

Staffsnake

Dios le dijo a Moshé que hablara con el pueblo de Israel para explicarle que se había comprometido con sus ancestros Abraham, Itzjak y Yaacov, para sacarlos de Egipto, y les prometió: “os sacaré del agobio egipcio, os libraré de su servidumbre, os redimiré con grandes juicios y os tomaré por Mi pueblo”, sin embargo éstas palabras no fueron escuchadas por el pueblo de Israel debido a la dureza del trabajo con que el Faraón los tenía. Dios ordenó a Moshé ir ante el faraón para hablarle, pero Moshé se sentía impedido por su torpeza al hablar, por ese motivo envió Dios a Moshé junto con su hermano Aarón.

Dios advirtió a Moshé que endurecería el corazón del faraón para que no les permita salir, a pesar de los castigos que le enviaría, con el propósito de que salieran con grandes maravillas, para que los egipcios conozcan que El es Dios, al liberar a los hijos de Israel de en medio de ellos.

Se presentaron Moshé (de ochenta años) y Aarón ante el faraón frente a quien convirtieron el bastón de Aarón en cocodrilo, los magos del faraón convirtieron también sus bastones en cocodrilos, pero el cocodrilo de Aarón se comió a los cocodrilos de los magos, sin embargo se fortaleció el corazón del faraón  negándose a liberar al pueblo.

Se presentaron Moshé y Aarón ante el faraón ordenándole dejar salir al pueblo hebreo para que rindiera culto a Dios en el desierto, tocó Moshé con el bastón las aguas del Río y éstas se volvieron sangre, murieron los peces y no se podía beber el agua, mas los magos del Faraón replicaron la magia y se volvió a endurecer el corazón del faraón no dejando salir a los hebreos.

Una semana más tarde se presentó Moshé nuevamente ante el Faraón y al negarse a dejar salir al pueblo, Aarón tocó con su bastón el agua y de ella salieron muchas ranas, enviando Dios la plaga de ranas en cantidades enormes, pero los magos hicieron lo mismo, una vez más el faraón no permitió salir a los hebreos de Egipto, sin embargo no lograron los magos quitar ésta plaga y rogó el faraón a Moshé para que rogara a Dios sacarlas de sus territorios. Al hacerlo, una vez más el faraón endureció su corazón y no permitió salir al pueblo hebreo.

Se presentó Moshé nuevamente ante el Faraón y golpeando Aarón la tierra con la vara, se propagó la plaga de piojos sobre hombres y bestias, ésta vez los magos dijeron al faraón: “Obra de Dios es ésta”, mas el faraón no los escuchó.

Moshé madrugó para presentarse ante el Faraón, y ante su nueva negativa de no permitir salir al pueblo a rendirle culto y hacer sacrificios a Dios. Sobrevino la siguiente plaga, el territorio de Goshem donde vivían los hebreos no fue atacado por esta calamidad (ni por las siguientes): la invasión en las ciudades de enormes manadas de fieras salvajes, Ante esto el faraón le dijo a Moshé: “¡Id! Sacrificad a vuestro Dios pero en el país”, pero Moshé le dijo que no era correcto ya que iban a sacrificar al ídolo de Egipto, por eso debían sacrificar a tres días de distancia del país. El faraón aceptó con tal de que retirara Dios la plaga de las fieras, así lo hizo Moshé. Al final el faraón endureció nuevamente su corazón y no dejó salir al pueblo.

Envió entonces Dios sobre Egipto la plaga de peste sobre los animales egipcios, muriendo todo el ganado de Egipto, aún así se hizo pesado el corazón del faraón no permitiendo la salida.

Tomaron Moshé y Aarón hollín arrojándolo al cielo y hubo sarna, pústulas en hombres egipcios y animales egipcios, fortaleció Dios el corazón del faraón y no los escuchó.

Moshé extendió su mano con su vara hacia el cielo e hizo llover Dios sobre Egipto piedras enormes de granizo, mezclado con fuego, por el que murieron animales y hombres que no estuvieran bajo techo. Solamente en la comarca de Goshen donde vivían los hijos de Israel, no pasó nada. El lino y la cebada fueron totalmente dañados. El faraón mandó a llamar a Moshé y a Aarón y les dijo: “soy culpable ésta vez, Ado-nai es el Justo, implorad a Dios”, se terminó la plaga, pero al terminar ésta, volvió el faraón a ser culpable haciendo su corazón pesado y no liberando a los hijos de Israel.


La fuerza de Moshé. Comentario de la Parashat Vaera por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.

Explicaciones

Éxodo 6:20: “Tomó Amram a Yojebed, hermana de su padre, para él como esposa. Dio a luz para él a Aarón y a Moshé. Y los años de vida de Amram fueron ciento treinta y siete años”.

La Torá especificará más adelante la prohibición de casarse con una tía por parte de padre o de madre (Levítico 12 y 13). Hay que aclarar que una serie de leyes que no se cumplían relatadas en las historias de la Torah sucedieron antes de ser legisladas, por ejemplo, la esposa de Abraham era su hermana por parte de padre mas no de madre. Otro ejemplo sería, cuando Abraham ofreció carne y beber leche a los tres visitantes en el desierto, (la legislación de separar carne de leche es una exégesis rabínica basada en una frase que aparece varias veces en la Torah).

Las explicaciones al respecto de la prohibición de casarse con una tía, en la Torah es porque es considerada como si fuera su propio padre o su propia madre. Esto enseña que la consideración de la pareja en matrimonio es como si fueran una sola persona.

Casarse con una tía genéticamente compatible, (hermana de padre o de madre), hoy se sabe que podría tener una condición genética degenerativa y como mínimo, aumenta la posibilidad de enfermedades hereditarias. Hoy la ciencia lo explica.

Las leyes Divinas en la Torah, aun aquellas que todavía no tienen explicación, la tienen, y a medida que avanzan las investigaciones, la ciencia las va descubriendo poco a poco.



Ver más explicaciones

Exodo 6:19: “Y los hijos de Merarí: Mahlí y Mushí. Estas son las familias de los Levitas según sus linajes”.

Del tercer hijo de Leví: Merarí, no se comenta mucho en la Torah, ni en el Tanaj, solamente se habla de su poca prolífera descendencia, esto a pesar de su importante función, encargado del transporte y cuidado de los componentes estructurales del Tabernáculo.

La Torah se detiene a puntualizar más sobre uno de los tres hijos de Levi: Kehat, ya que de él descendieron personajes que marcaron historia futura en el pueblo de Israel. Tanto Guershon como Merarí ellos mismos trabajaron hombro a hombro con su hermano Kehat con el tema del Tabernáculo y fueron mencionados con los nombres de sus hijos, pero no se desarrolla una historia detallada como se hace con Kehat, de quien desciende Moshé (abuelo de Mosh



Exodo 6:18: “Y los hijos de Kehat: Amram, Itzhar, Jebrón y Uziel Y los años de la vida de Kehat fueron ciento treinta y tres años”.

En éste capítulo se empieza con el conteo de los hijos de Yaacov, se nombran a los dos primeros hijos: Rubén y Shimón, contando el nombre de sus hijos (nietos de Yaacov). Cuando llega al tercer hijo: Leví, la Torah se detiene para narrar detalles algunas historias más puntuales de hijos y nietos (bisnietos de Yaacov). Y no es extraño, ya que de éstos personajes y más puntualmente de Kehat, descienden los dos personajes más centrales de la historia judía, Moshé y Aarón, hijos de Amram y Yojeved, nietos de Kehat, bisnietos de Yaacov. En éste capítulo hasta se cuenta el nombre de la esposa de Aarón y los 4 hijos que tuvo con ella (tataranietos de Yaacov).

Se ve que el personaje a destacar es Levi y su importante descendencia, sin embargo por respeto a los dos hermanos mayores se los menciona antes que a Levi.

El respeto al prójimo ha sido una de las esencias que se aprenden desde la Torah y son traídas muchas veces en el Talmud, recalcando el cuidado que se debe tener con respecto al honor del prójimo. En Pirkei Avot leemos: “¿Quién será honrado?, el quién honra a los demás” (4:1).



Exodo 6:16 y 17: “Estos son los nombres de los hijos de Levi según sus linajes: Guershon, Kehat y Merarí. Los hijos de Guershon: Livni y Shimhi según sus familias”.

De acuerdo al capítulo 23 de Crónicas I, los Levitas fueron repartidos en lo que respecta al servicio Divino y empezaban su labor a partir de los 30 años de edad. El Rey David también los dispuso para realizar trabajo de liderazgo como magistrados y jueces. Además porteros de la Casa de Dios (Aún no existía el templo de Jerusalem, sino eran los que guardaban y cuidaban el recinto sagrado donde se encontraba la Torá), Cantantes dedicados a la alabanza de Dios y tocaban instrumentos creados por el mismo Rey David. El oficio en general consistía en estar a las órdenes de Aarón y su descendencia, quienes fueron consagrados como Sacerdotes hasta hoy.

Es interesante que después de tantos siglos se pueda saber quiénes son descendientes de levitas y quiénes de los levitas son descendientes de Aarón el Sumo Sacerdote. Quiera dios que pronto, en nuestros días, podamos restituir el servicio oficial de los levitas y de los Cohanim con la llegada del Meshiaj.



Exodo 6:16 “Y éstos son los nombres de los hijos de Leví, según sus linajes: Guershon, Kehat y Merarí y los años de vida de Leví ciento treintaisiete años”.

Este capítulo se dedica exclusivamente a la lectura de la descendencia de Levi, a pesar de que antepone la descendencia de Rubén y de Shimón. A la descendencia de Leví se refiere como el linaje, dando prestigio a dicho linaje, ya que iban a ser los sacerdotes del pueblo de Israel, sin embargo, al principio del capítulo se menciona la descendencia de Rubén el primogénito y de Shimón el segundo hijo de Yaacov, siendo Rubén el hijo primogénito y Shimón, mayor que Leví.

Esto enseña el respeto a los hermanos mayores, y el kavod que merecen, aún si su comportamiento no es del todo limpio, como lo fue el de Rubén cuando se acostó con la sierva de Lea, su mujer y mujer de Yaacov, pues a pesar de que los Leví iban a ser la tribu más importante jerárquicamente del pueblo de Israel (hasta hoy), no por ello, se iba a poner por debajo la calidad de hermanos mayores.

Dios se expresa del pueblo de Israel como su hijo primogénito (Exodo 4:22), hay pueblos que honran al pueblo de Israel, al Estado de Israel y a los judíos, como los hermanos mayores que son. Ellos serán hallados meritorios, de acuerdo a la tradición de la Torah.



Exodo 6:15 “Y los hijos de Shimón: Iemuel y Iamin y Ohad y Iajin y Tsohar y Shaúl hijo de la canaanita. Estas son las familias de Shimón”.

El nombre de Iemuel significa días de Dios, éste personaje aparece también en Números 267:12 pero con otro nombre: Nemuel, además en este versículo aparece como hijo de Shimon, pero solamente mencionan a Iamín y a Iajín, no sabemos por qué desaparecen los otros nombres en éste versículo. También Iemuel, aparece en Crónicas I, 4:24, donde aparece Iemuel nuevamente con el nombre de Nemuel, aparecen los hijos: Iamín, Iariv, Zerah y Shaúl. Parece que Iarij y Zerah no fueron mencionados en ésta presentación.

Estos datos curiosos, nos muestran que algunas veces los nombres cambiaban, desaparecían o aparecían otros. Algunas veces vemos en la Torah cambios de nombres como el de Iosef, a quien el faraón le renombra como Safnat Paneaj. O como Oshea Bin Nun a quien Moshé renombro como Yehoshúa, a Sarai se la renombró como Sara, a Abram como Abraham, entre otros. El cambio de estos nombres produjo cambios en sus vidas y sus destinos, y es por eso que es costumbre judía agregar o cambiar el nombre de una persona, cuando su vida corre peligro. La desaparición de nombres podría deberse a muerte y la aparición de nombres podría deberse a nacimientos.



Exodo 6:14 → “Estos son los cabeza de familia de sus casas paternas. Los hijos de Ruben primogénito de Israel: Janoj y Falú, Jetzron y Jarmí. Estas son las familias de Rubén”.

El Rabino Marcos Edery expone la extrañeza de muchos de los sabios intérpretes de la Torah, que se preguntaron por qué hay una interrupción aparentemente abrupta del relato, --apareciendo de repente la presentación de la genealogía de Ruben, Shimón y Leví hasta el nacimiento de Aarón y Moshé, hijos y nietos-, hasta la genealogía de Aarón y Moshé. Explica Edery que los exegetas se basaron en Midrashim y toma la opinión de Rashbam especialmente quien expone sobre cómo la Torah va presentando los nombres de los descendientes de los personajes y sus descendencias a través de toda la Torah incluyendo el Tanaj. Edery concluye que la finalidad de ´peste relato es elevar el rango de Moshé y Aarón como hombres importantes que hicieron historia de Israel en aquellas épocas. Resalta también el rabino Edery que hay que notar que a pesar de que estaban en condiciones de esclavitud y angustia, Dios situaba al pueblo de Israel en un alto peldaño concient4s de su estirpe a pesar de éstos hechos por tanto tiempo.

No es de extrañar, entonces, que a pesar del paso de años y siglos, de eventos históricos crudos, desalojados de nuestra tierra por tanto tiempo, el pueblo de Israel aún sabe quiénes son descendientes de los sacerdotes, -Cohanim- quienes son descendientes de la tribu de Levi y quiénes son del resto de las tribus de Israel. Es parte de la identidad del pueblo de Israel y la prueba de la supervivencia.



Exodo 6:10 y 11 → "Habló Adonai a Moshé diciendo: Allégate y habla a Paró, rey de Egipto, para que libere a los hijos de Israel de su tierra".

El rabino Samson Raphael Hirsch explica que una vez más Moshe fue confrontado con su completa insuficiencia. Y estando aun dolorosamente afectado por esta experiencia, de haber hablado con el pueblo de Israel y no le habían escuchado, Dios lo llamó de nuevo para ir con su mensaje a faraón.

En verdad es extraño, que después que su propio pueblo no escuchara a Moshé, Dios le enviara con la orden de liberar a todo un pueblo, ni más ni menos que al faraón de Egipto. Además debía presentarse Moshé ante este personaje supremamente malvado, y lleno de orgullo y poder, un personaje que no dudó en ordenar asesinar a bebés en el rio Nilo y que no escuchaba a nadie más que a su propia razón. Seguramente era una manera de hacerle entender a Moshé y a las generaciones posteriores incluyendo la generación actual, que no hay nada que Dios no pueda lograr. Aún al más obstinado y cruel de los personajes Dios puede doblegar y castigar, salvando incluso a un pueblo que tiene dudas de la existencia Divina. Se pasan por momentos muy duros y difíciles, incluso crueles, pero al final se logra el objetivo Divino y éste es sobre la salvación del pueblo de Israel.

Moshé fue un hombre muy valiente que a pesar de sus dudas al principio, aceptó el yugo de la tremenda misión que tenía. Es importante tener fe e Dios y saber que los gobernantes que tenemos en Israel, son misioneros de Dios aunque ellos mismos no se diesen cuenta. No hay nada que sea imposible de hacer para dios ni nada ocurre sin el conocimiento y  consentimiento de Dios. Los humanos no siempre lo podemos entender y el sufrimiento ciega al hombre, tal como ocurrió al pueblo de Israel debido al sufrimiento de su esclavitud.



Exodo 6:12 → “Habló Moshé ante Ado-nai diciendo: He aquí que los hijos de Israel no me han escuchado a mí y ¿cómo habrá de escucharme el Faraón? Pues yo soy obstruido de labios”.

ERabino Samson Raphael Hirsch explica que la frase “obstruido de labios: haral sefataim”,que la frase denota más que una torpeza de expresión, la palabra haral se refiere a alguien que no tiene el control de la facultad con la que está dotado de manera natural. Es como si Moshé estuviera diciendo: Incluso si puedo superar la torpeza de mis órganos vocales, todavía carecen de la potencia real de la palabra, las palabras correctas me fallan.

A pesar de haber recibido la orden Divina, Moshé no pensó que Dios le iba a guiar o a posibilitar el hablar con el Faraón, ya se tratara de una imposibilidad física o una incapacidad de explicar verbalmente la idea, además venía frustrado pues había sentido que el pueblo de Israel no le había hecho caso cuando le había anunciado la Presencia Divina que venía con las promesas de liberación y redención. Moshé no comprendió que el pueblo no le había escuchado por otro motivo: el pueblo estaba cansado físicamente y agotado espiritualmente por culpa de la dureza de la servidumbre con la que los egipcios lo sometían. El pueblo recién se iba a dar cuenta cuando vieran los milagros que posteriormente enviaría Dios, y vieran que las cosas no eran normales. Inclusive ante el castigo de las primeras plagas a Egipto, el pueblo de Israel no creía en Moshé, ya que el faraón había mandado a endurecer el trabajo y sus fuerzas físicas y espirituales se hallaban sumergidas en el dolor y la tristeza. Durante las últimas plagas, tuvieron un respiro, un descanso y en ese momento abrieron sus ojos y se dieron cuanta de Moshé el profeta y mensajero de Dios. También veremos que el faraón no creyó en Moshé, hasta la última plaga.

Nuestra condición humana nos impide muchas veces ver los movimientos Divinos y los resultados finales. Ellos se encuentran en las palabras de los profetas, en las palabras de Moshé y de Yaacov. Los humanos somos limitados y no tenemos la capacidad, muchas veces, de creer en ellos. Nos limitamos a ver lo que sentimos en el momento. No logramos ver que la maldad está en manos de los malvados, de los fanáticos que tratan de manipular la vida de los demás, y hasta el mundo entero. Aquellos que no ven una posibilidad de luz en el futuro, sepan que hay esperanza de un porvenir maravilloso, en un mundo donde el mal va a ser castigado con justicia, un mundo en el que la naturaleza no se dañará, la sabiduría con bondad persistirá y la Shejiná estará. El mundo podrá ver con sus ojos la Bondad Divina y la vida será de paz y desarrollo. Solo transmito por este medio lo que los profetas pronostican.


Exodo 6:13  “Habló Ado-nai a Moshé y a Aarón y los designó ante los hijos de Israel y ante el Faraón, Rey de Egipto, para sacar a los hijos de Israel de la tierra de Egipto”.

El Rabino Itzjak ben Moshé HaRamá, autor de Hakedat Itzjak, explica que al quedar designados por Dios, haría que fuesen recibidos y respetados por el pueblo de Israel y por el Faraón. Por su parte, el Rabino Samson Raphael Hirsch lo ve desde otra perspectiva. Para Hirsch Dios hasta ahora había hablado suavemente con Moshe y le había indicado cómo él podría enfrentar las situaciones especialmente con el pueblo de Israel, pero ahora se trataba de una orden directa, en la que si podía o no, si tenía o no las capacidades, no importaba, solamente debía obedecer y punto.

Moshé tenía dos misiones y una, la primera, era la de convencer al pueblo de Israel de irse de Egipto, era el destino que Dios tenía preparado para el pueblo de Israel que le favorecería y le formaría con todos los derechos y beneficios de ello. Era una postura difícil para Moshé y una decisión complicada para el pueblo, Moshé debía utilizar sus capacidades personales en las que él mismo no creía, debía convencer a todo un pueblo, de desarraigarse de una tierra donde habían vivido mal o bien durante más de 400 años. Ya para enfrentar al Faraón iba acompañado de Aarón su hermano y no debía convencer, solo seguir las órdenes de Dios. He aquí la diferencia entre voluntad y designio.

Va a llegar el día en el que venga el Meshíaj, y dé las instrucciones a todo el pueblo de Israel, tal como Dios lo ordenará. El mundo lo comprenderá y el pueblo de Israel regresará al lugar asignado por Dios. Habrá entonces justicia en el mundo, no habrá más odio y guerras, lo que dará cabida a la ciencia para desarrollarse como debe. La vida será diferente, la paz no será un sueño irreal, la verdad saldrá a flote, la corrupción será destapada, las malas intenciones también. Y todos los humanos debemos estar preparados para ese momento, porque sin importar la religión, color o ninguna condición más que el alma, la gente de bien prevalecerá, y la gente de mal, no sobrevivirá. Está escrito en nuestra tradición profética.