2024-12-21 [Num. 1014]


Parashat Vaigash

Yaacov revive

Este Shabat 4 de Tevet de 5785, 4 de enero de 2025, se leerá la Parashá de Vaigash: “Y se acercó”, del libro de Bereshit.

Resumen

Joseph brothers

En la Parashá anterior Yosef quería detener a su hermano Benjamín acusándolo de robar su copa de plata.

Judá se acercó a Yosef y hablándole de corazón le rogó por su hermano Benjamín explicándole que si regresaban sin Benjamín, su padre pasaría su ancianidad sufriendo hasta que muriera, ya que el otro hermano de Benjamín, hijo de la mujer amada de su padre, había muerto; le suplicó que lo dejara a él en su lugar, para que su padre pudiera estar con su hijo Benjamín, ya que Judá no podría soportar presenciar el sufrimiento de su padre.

Yosef no aguantó más, e hizo retirar a todo el mundo excepto a sus hermanos, elevó su voz en llanto, tanto así que le escucharon los egipcios en el palacio del faraón. Descubrió ante sus hermanos su identidad y preguntó de nuevo por su padre. Sus hermanos quedaron mudos, perplejos, les habló dulcemente explicándoles que no debían pelearse más entre ellos, por haberlo vendido a Egipto, pues era Dios quien lo había enviado ahí, para poder salvarlos en los años de sequía, les pidió que trajeran al padre a vivir allí a Goshen, cerca de él, pues quedaban cinco años de hambre, los abrazó y lloró sobre ellos. El faraón escuchó que habían venido los hermanos de Yosef y le pareció bien, ofreciéndole que se viniera su familia a vivir con todas las comodidades a Egipto. Les dio para el camino provisiones, animales, carruajes, mudas y dinero.

Cuando llegaron a donde Yaacov le anunciaron que Yosef vivía y gobernaba sobre toda la tierra de Egipto, cuenta la Torah que se detuvo el corazón de Yaacov pues no les creyó. Se reanimó el espíritu de Yaacov y dijo: “¡suficiente! Todavía Yosef mi hijo está vivo y lo veré antes que yo muera”.


Yosef, un personaje de admirar. Comentario de la Parashat Miketz por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.

Explicaciones

Génesis 45:3: “Dijo Yosef a sus hermanos: ¡Yo soy Yosef! ¿Vive mi padre aún? Mas no pudieron sus hermanos responderle ya que se turbaron ante su presencia”.

Abrabanel explica que Yosef ya sabía que su padre vivía, pues sus hermanos se lo habían dicho, pero lo hizo así para disipar la tensión del momento que vivían sus hermanos al saber la noticia.

Siento que era una manera de iniciar una charla más familiar, no de un personaje de alto rango con unos extranjeros que venían de compras sino de un hermano, que, aunque resentido, al fin, era el hermano. No era que Yosef esperara una respuesta, ya que la tenía, esperaba una reacción de sus hermanos como hermanos que eran y la obtuvo. 



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Génesis 45:2: “Elevó su voz en llanto y oyeron los egipcios y oyeron en el palacio de Paró”.

El Rabino Samson Raphael Hirsch explica que esta era una señal de la alta posición que ocupaba Yosef en el gobierno egipcio. oda la tierra, toda la corte real, participa en un evento del que no se sabe nada excepto que Yosef había roto a llorar en voz alta. 

A pesar de que Yosef había ordenado a todos los presentes, excepto a sus hermanos, salir del salón, los egipcios y la corte real se habían enterado, podría ser porque había roto en llanto elevando su voz. Sin embargo, es común, como explica Hirsch, que cada detalle de la vida privada de personalidades se hace conocido entre el público, aunque trate de esconderlo. En el caso de Yosef, jugó a favor de Yosef, porque más adelante cuando llega la familia de Yosef, el Faraón ya sabía lo importante que era la familia para Yosef.

A pesar de tantos años de separación de su familia y del maltrato de sus hermanos, el apego familiar, por lado y lado superó cualquier rencor pasado.



Génesis 44:34: “Pues, ¿Cómo ascenderé a mi padre y el mozo no está conmigo?, no sea que vea yo el sufrimiento que podrá sobrevenir a mi padre”.

Yehuda, el hermano, el tercer hijo de Yaacov con Leah, rogó al Virrey de Egipto, Yosef, -a quien no había aún reconocido-, para que no dejara como prisionero a Benjamín, el otro hijo de Rajel la mujer amada de su padre Yaacov, quien había sido injustamente acusado de robo. Yehuda estaba dispuesto a sacrificar su propia vida para evitarle el sufrimiento a su padre Yaacov. Esta conmovedora postura de Yehuda, ablandó el corazón de Yosef, no solamente hacia Yehuda sino hacia todos sus hermanos.

Yosef había sufrido durante muchos años, especialmente pensando que habían sido sus propios hermanos quienes lo habían vendido (que no fue así), y por los momentos felices y muchos años de infelicidad en la cárcel. Su resentimiento se desvaneció cuando vio a su hermano Yehuda hablar desde el corazón y con sentimiento de amor.

Las palabras sinceras que salen del corazón son capaces de derrumbar muros creados por el dolor, son capaces de hacer reflexionar al hombre inteligente y cambiar de rumbo una situación que hubiera sido tremendamente penosa y que además hubiera también hecho cambiar totalmente el rumbo de la historia.



Génesis 44:33: “Y ahora, permanezca por favor, tu servidor en lugar del mozo como esclavo para mi señor, pero que el mozo ascienda con sus hermanos”.

Yehuda, hermano de Benjamín, le explica a Yosef, -quien creía que era un gobernante egipcio-, relatándole toda la historia de la desaparición del hermano Yosef y el dolor del padre y cómo sería doble su dolor si dejaban preso a Benjamín hermano de Yosef (por parte de madre), por el robo, por eso se ofrece él en vez de Benjamín, para evitarle tal sufrimiento al padre.

El Rabino e historiador Ken Spiro trae la opinión de Maimónides quien dice que el arrepentimiento se produce en dos pasos: primero: reconocer el error, segundo, comprometerse a no volverlo a hacer, sin embargo la prueba verdadera de ello es cuando se presenta la misma situación y no repite el error.

Para los hermanos de Yosef, hubiera sido mejor quitarse el peso de encima de tener a Benjamín a quien el padre quería más que a los demás hermanos, sin embargo, se puede ver a través de la historia el arrepentimiento de ellos cuando discuten sobre el hecho que había ocurrido con Yosef,. Pero la prueba la pasó realmente Yehuda, al ofrecerse a quedar como esclavo o prisionero en lugar de Benjamín.

Yosef los quiso probar, y después de ello, cuando vio cómo sus hermanos estaban arrepentidos y más aún con la posición de Yehuda, su actuar frente a ellos cambió, probablemente también entendió que sus hermanos no le habían vendido y que su padre no sabía cuál había sido su destino, pues pensaba que había sido devorado por un animal, probablemente entendió entonces, por qué ni sus hermanos ni su padre habían ido a buscarle posteriormente.

Yehuda no solamente se ofreció como suplente de Benjamín sino que aprovechó para relatar toda la historia tal como fue, así clarificando algunas cosas y acciones que tal vez Yosef desconocía.

Esto enseña que siempre hay que relatar el hecho completamente para poder acertar al juicio. También enseña que los errores, por graves que sean, se pueden corregir.



Génesis 44:32: “Pues tu servidor ha salido fiador por el mozo frente a mi padre diciendo: Si no te lo trajere hasta ti habré pecado para mi padre por todos los días”.

Un pensamiento antes de entrar a explicar éste versículo. No hay claridad entre varios exégetas que acusan a los hermanos de Yosef de haberlo vendido, y eso se ha enseñado durante siglos, sin embargo si se lee el texto con cuidado, se ve que no es así. En la Parashá anterior ocurrió lo siguiente. Los hermanos deseaban matar a su hermano Yosef, de eso eran culpables, el deseo de matar. Muchas veces una persona quisiera matar a alguien pero no lo hace, lo que significa que logró superar su lado animal y pasional por la razón.

Rubén, fue el primero en salvarle inicialmente la vida, tratando de guiar la rabia de sus hermanos hacia otro fin, manejando la situación para que en vez de derramar sangre, le metieran al pozo, así ellos se sentirían aliviados en su injustificado odio, y su intención era devolverle a su padre (Génesis 37:22).

Ellos se sentaron lejos para comer, solo escuchaban los gritos de Yosef pidiendo auxilio (Génesis 42:21). Posteriormente vieron desde lejos a los Ishmaelitas, y como Yehuda pensaba que finalmente lo iban a matar, fue el segundo hermano que quiso salvar a su hermano proponiendo que mejor lo vendieran a los Ishmaelitas, de esta manera le salvaría la vida (Génesis 37:26) y a él sí le escucharon sus hermanos, o sea que a Rubén no le iban a hacer caso (Génesis 37:27).

A Yosef lo sacaron del pozo unos hombres midianitas que lo vendieron a los Ishmaelitas (Génesis 37:28), cuando Rubén llego a la cisterna y no lo vio, rasgó sus vestiduras, o sea que no estaban cerca de la cisterna, no supieron que había sido retirado de ella y que había sido vendido (Génesis 37:29).

Los hermanos decidieron untar en sangre la camisa de Yosef, pues no sabían el destino del muchacho y no sabrían qué explicarle al papá.

La culpa que ellos sentían era que habían escuchado los gritos de Yosef y no le ayudaron (Génesis 42:21).

Finalmente todos pensaban que había muerto (Génesis 42:22).

Ahora bien, Yehuda especialmente se sentía supremamente responsable de Binyamin, el hermano por parte de madre también de Yosef, ya que a Yosef lo había descuidado, y n o estaba dispuesto, hasta con su libertad y su vida, a dejar a Binyamin en Egipto, por eso, mas adelante veremos que se ofrece en lugar de él.

Finalmente los hermanos y especialmente Yehuda, aceptan el hecho que el padre ama más a los hijos de Rajel que a ellos y sus vidas no se frustra por ello, pues para ellos la felicidad y tranquilidad de su padre es primordial.

El epílogo que veo en ésta historia, es que la envidia puede empujar a desear hasta la muerte de un ser cercano, pero el raciocinio por encima de la pasión permite vivir y encontrar el bien y la felicidad.

Quiera Dios tener la capacidad de sobreponer la razón e inteligencia, la bondad y humanismo por encima del odio, envidia y todas esas características que terminan por destrozar a todos y jamás son constructivas.



Génesis 44:31 “Ocurrirá que cuando vea que no está el mozo, él morirá y habrán hecho descender, tus servidores, la ancianidad de tu servidor, nuestro padre, con pena al sepulcro”.

Yehuda hace un recuento de los hechos al hombre más importante después del Faraón (que en verdad era Yosef pero Yehuda no lo sabía, no lo había reconocido), para rogarle que entregara al hijo menor de su padre, a Benjamín, en búsqueda de la vedad, la justicia y de la piedad por parte del virrey de Egipto. Además la seriedad y firmeza de Yehuda quien le había explicado que había hecho un juramento a su padre de regresarlo con vida, y había ofrecido, por ello, su persona en vez de la de Benjamín.

Yehuda, vocero de sus hermanos y de la causa, apuesta por la sinceridad y pone su hombro por el bienestar de su padre. Su personalidad recta, es ejemplo de dignidad y de poner frente a los asuntos. De Yehuda, desciende el pueblo judío de hoy, los yehudim.



Génesis 44:30 “Y ahora, cuando viniera yo hasta mi padre, tu servidor, y el mozo no estuviere con nosotros, ¡y su vida está atada a su vida!”.

Abrabanel (Isaac Ben Yehuda Abarbanel o Abrabanel, Lisboa, Portugal 1437-1508) explica ésta expresión entendiendo que su vida (la vida de su padre Yaacov), está atada a su vida (la de Benjamín), representa dos cuerpos siendo una sola alma.

Yaacov tenía dos hijos de Rajel la mujer que amaba, Yosef a quien creía muerto y Benjamín, su hijo menor, de quien no se separaba por temor a perder lo que le quedaba de su amada esposa. Cuando supuso la muerte de Yosef, su vida era como si estuviera estancada y lo que la retenía en la tierra era la presencia de Benjamín. Yehuda, también pensaba que Yosef había muerto (Gén. 44:20) y si no regresaba con su hijo Benjamín, su padre Yaacov no lo soportaría y moriría, por eso Yehuda relató detalladamente al vicefaraón – sin saber que era Yosef - sobre el dolor de su padre, apelando a su sentido de compasión y arriesgándose a ser encarcelado, antes que entregar al hijo amado de su padre 

Este dramático episodio de la historia familiar de Yosef y la relación con sus hermanos, deja ver que muchas veces cuando un hermano pelea con otro, se enfrentan, y creen que hay odio, a veces dejan llevar sus iras hasta el fondo y las consecuencias pueden llegar a ser desastrosas. Finalmente el arrepentimiento viene cuando ya es demasiado tarde. Se pierde la oportunidad de disfrutar la familia, la protección, la compañía, el amor… y todo aquello que da significado al sentido real de la vida. El dolor y las peleas entre hermanos son asuntos que suelen suceder, pero el daño de dejarlo llevar al fondo y permitir al sentimiento de odio que obre, es un error que hace más daño que beneficio.

Quiera Dios que cada persona tenga la visión y la inteligencia de manejar sus asuntos or



Génesis 45:1 → “Y no pudo Yosef contenerse ante todos los que estaban de pie cerca de él y exclamó: ¡Haced salir a toda persona de junto a mí!. Y no estuvo presente nadie con él cuando se dio a conocer Yosef a sus hermanos”.

El Rabino Samson Raphael Hirsch explica que hasta ése momento, por la enorme cantidad de gente y compradores a su alrededor, había podido controlar sus emociones y ahora él no se podía contener más.

Yosef estaba muy emocionado, ya había llorado a escondidas anteriormente y tenía muchas ganas de presentarse ante sus hermanos quienes no le habían  reconocido, pero no quería frente a la gente extraña, pues era un momento familiar.  A pesar del dolor que sentía contra sus hermanos, sentía una fuerza familiar imposible de controlar.

Uno de los valores que ha heredado el pueblo judío a través de generaciones y generaciones, que lo lleva en los genes, es el valor de la familia, sin importar las circunstancias que le rodeen o lo mal que alguien se hubiese portado con otro. Un hermano es un hermano. Puede haber disgustos, pero en el fondo el amor que los une es más poderoso. Muchas veces sucede que una pelea o un disgusto, separa a algunas familias por mucho tiempo, aún con razones totalmente justificadas, pero el sentimiento de apego está por dentro y se lleva hasta el final. Los hermanos envidiaban profundamente a Yosef, y Yosef les tenía mucho rencor, pero vemos en éste episodio, cómo éstos hermanos al final se abrazan y lloran. El amor venció. Igualmente ocurrió con el encuentro entre Yaacov y Esav después de muchos años de separados y el odio que Esav tenía contra su hermano.

Ojalá el mundo haga ver a los hermanos del pueblo de Israel, el lazo de unión fraternal que existe, y ojalá algún día se conviertan ésos odios y ésas agresiones en amor y en abrazos con lágrimas de fraternidad.



Génesis 44:28 → Relatan los hermanos de Yosef sobre lo que dijo su padre: “Mas uno salió de conmigo y me dije: devorar, ha sido devorado, Y no lo vi, hasta ahora”.

Ante este versículo aparece la pregunta: ¿Por qué Yosef, que amaba tanto a su padre, no le anuncia que está vivo?, ¿Por qué en los años de sequía y hambre, mientras que Yosef disfrutaba de su alta posición en Egipto, no le hace saber a su padre que le puede ayudar?, si pensaba que su padre había muerto, ¿Qué tanto rencor tenía contra sus hermanos como para permitir que murieran de hambre y sed?. Por qué Yaacov no busca a su hijo del cual no sabe si está vivo o muerto? “… yo no lo vi hasta ahora”, da a pensar que existía para Yaacov la posibilidad de vida de Yosef, realmente no había visto su cadáver ni sus restos para darle sepultura. Muchos son los eruditos de la Torah que se formulan estas preguntas y dan respuestas a ellas. Aquí dos de estas.

El Ramban –Najmánides- explica que Yosef no podía contactar a su padre hasta que sus sueños –los de Yosef- se hicieran realidad. Yaacov y sus hijos tenían que bajar a Egipto y prosternarse ante Yosef, de esta manera sería vindicado ante su padre y hermanos. Rabi Ioel Bin Nun, -Profesor de la Escuela Normal Hertzog, afiliado a la Yeshivat Har Etzion- pregunta al revés: ¿Por qué Yaacov no trató de investigar sobre Yosef? Los sabios dicen que él pensaba que estaba muerto, pero al parecer pensó Yaacov que si existía alguna posibilidad de que Yosef estuviera vivo, para poder librarlo del odio de sus hermanos era mejor que estuviese separado de ellos, así como fueron separados Isaac de Ishmael y Yaacov de Esav. Yosef pensaba que su padre no quiso buscarlo por ese motivo, recién Yosef se entera que su padre pensaba que él estaba muerto cuando escuchó a sus hermanos hablar entre ellos.

Muchas veces se debe enfrentar en la vida circunstancias difíciles con respecto a malas relaciones con familiares cercanos. La experiencia que la Torah enseña que se precisa establecer una distancia racional cuando esto sucede. No es necesario esperar a que la “adrenalina”, odios, rabias, celos, etc., causen daños a veces irreparables, hay que tener la inteligencia para saber cuándo hay que dar un paso de alejamiento, para buscar la paz en la familia. A veces las distancias deben ser mayores, otras veces con un pequeño alejamiento basta, pero definitivamente esto es mejor que tratar de imponer una relación de manera forzosa, lo cual puede dar como resultado momentos muy dolorosos y hasta peligrosos.

Que Dios nos de la capacidad de prever estas situaciones para manejarlas antes de tener que recurrir a operaciones dolorosas.



Génesis 44:29  “Si habréis de tomar también a éste de con  mi presencia y le sucediere accidente mortal, haréis descender mi ancianidad con sufrimiento al sepulcro”.

Los Rabinos Noaj Weinberg y Rav Yaacov Salomonen una extensa e interesante composición sobre el amor en el judaísmo, en su artículo titulado “El poder del amor”, explican el alcance del amor fraternal y de los padres e hijos. Explica el artículo que Dios nos ordena amara a nuestro prójimo y parecería que a veces es muy difícil y hasta imposible, sin embargo lo es. Definen el amor como “el place emocional que experimenta un ser humano cuando entiende y se enfoca en las virtudes de otro ser humano”. La forma como vemos a otro ser humano está totalmente bajo nuestro control. Según el concepto occidental, el amor es algo espontáneo que puede o no ocurrir, no hay explicación lógica ni esfuerzo; sin embargo en la visión judía se puede aprender a amar y de hecho es un deber enseñar a amar especialmente a nuestros hijos. La visión judía consiste en enfocarse en las virtudes de la otra persona, no es casualidad y por eso son muy raros los casos de abandono de hijos.

Los hermanos de Yosef, si bien no fueron los culpables directos de su secuestro y venta para ser revendido en Egipto, fueron culpables de irresponsabilidad, porque sintieron envidia y odio, y no tenían la capacidad de ver en su hermano su virtud y amarlo como se debía amar a un hermano –en este caso-. Ahora Yaacov les estaba enseñando, al hacerlos responsables del hermano menor de Yosef: de Benjamín y con ello les estaba enseñando a amar. Ellos trabajaron este concepto que el padre les estaba transmitiendo y lo aprendieron muy bien.

De este relato se aprende que nunca es tarde ni se está impedido para aprender a amar y la responsabilidad del amor, ni aunque se hubiese odiado. Siempre se puede y se debe aprender a amar. Que Dios nos de la mente y el corazón para aprender a reconocer de nuestros amigos, podres hijos y hermanos sus virtudes y amarlos como Dios lo ordena y como Yaacov enseñó a sus hijos.