Parashat Vayeshev
Odio hacia un hermano
Este Shabat 20 de Kislev de 5785, 21 de diciembre de 2024, se leerá la Parashá de Vayeshev “Y se asentó”, del libro de Bereshit.
Resumen
Se asentó Yaacov en Canaán.
Yosef a los 17 años, acusaba a sus hermanos, ante su padre. Yaacov prefería a Yosef y le hizo una túnica ornamentada; al darse cuenta los hermanos, que Yaacov amaba más a Yosef, lo odiaron. Su odio se incrementó cuando les relató los dos sueños que había tenido: en uno, los atados de las gavillas de sus hermanos lo rodeaban y se inclinaban hacia su gavilla, en el otro: el sol, la luna y once estrellas, se le inclinaban. Ante éste último sueño su padre le reprendió y le preguntó si es que la madre, los hermanos y él se iban a inclinar hacia él. Sin embargo Yaacov guardó en su corazón éste asunto.
Un día cuando fue, enviado por Yaacov, a ver a sus hermanos cómo pastoreaban las ovejas, ellos se habían desplazado a otro lugar de donde debían pastorear y al verlo venir planearon matarlo, pero Rubén, el hermano mayor libró a Yosef de la muerte convenciendo a sus hermanos de no matarlo y que solamente lo arrojaran a la cisterna, con la intención interior de devolverlo después a su padre. Así lo hicieron, le quitaron la túnica y lo metieron en la cisterna vacía del desierto. Se fueron los hermanos a comer. Vieron venir unos comerciantes ishmaelitas por el lugar; como Judá pensaba que iban a matar finalmente a su hermano los convenció de que en lugar de matarlo lo vendieran a los ishmaelitas, para así salvarle la vida. Pero antes habían pasado unos hombres de Midián, quienes habían sacado a Yosef de la cisterna y lo habían vendido a los ishmaelitas. Los ishmaelitas lo llevaron y vendieron a Potifar, cortesano del faraón en Egipto, jefe de mayordomos.
Cuando fue Rubén a la cisterna no encontraron a Yosef, Rubén angustiado rasgó sus vestiduras y les contó a sus hermanos que el chico no estaba, degollaron una oveja y untaron la camisa con su sangre, rasgándola. Le entregaron la túnica a Yaacov para que la identificara, al creer Yaacov que lo había devorado un animal del desierto, rasgó amargamente sus vestiduras y se colocó un saco de luto. A pesar de que sus hijos e hijas trataron de consolarlo, Yaacov dijo que descendería hasta su hijo en duelo.
Judá se casó con una Cananea y tuvo tres hijos: Her, Onán y Shelá. Judá casó a Her con Tamar, pero falleció sin tener descendencia, Judá le dijo a Onán que se casara con Tamar para dar descendencia a su hermano según la costumbre pero a Onán no le gustaba la idea que sus hijos fueran de su hermano y eyaculaba a tierra, esto fue desagradable para Dios y Onán también murió. Judá le pidió a Tamar que esperara a que su tercer hijo, Shelá, creciera para casarse con ella. Pasó mucho tiempo y Judá enviudó.
Un día cuando Tamar supo que Judá pasaría por allí, y había crecido Shelá y no había sido entregada a él como esposa, se quitó sus vestiduras de viuda, se vistió y salió a su encuentro. Como iba con un velo, Judá pensó que era una prostituta y le pidió acostarse con ella, como prenda hasta que le pagara ella le pidió su sello, su cordón y su cayado. Ella quedó embarazada de Judá. Cuando Judá le envió la paga ella había desaparecido.
Después de tres meses le llegó el chisme a Judá que su nuera se había prostituido y estaba embarazada. El ordenó que la mataran pero ella le envió a decir que el padre de su embarazo era el dueño de las prendas, enviando las prendas que él le había dado. Al recibirlo Judá dijo que ella había sido más justa que él, pues él no le había dado a su hijo menor. Ella tuvo mellizos: Paretz y Zaráh.
Dios bendijo a Yosef en todo lo que hacía y en casa de Potifar todo prosperó, llegando a manejarlo todo. Yosef era muy bien parecido y la esposa de Potifar quiso acostarse con él, al negarse él, pues lo consideraba un pecado ante Dios, ella lo presionó agarrándolo de la ropa, él se sacó la camisa para poder huir, ella enojada le contó a Potifar que el hebreo que había traído la había tratado de violar y ella gritó por lo que él huyó dejando su ropa allí, Potifar furioso lo envió a la cárcel.
Bendijo Dios a Yosef también en la cárcel, haciendo que el alcalde de la prisión dejara a Yosef a cargo de todo lo que los presos hacían en la cárcel. El copero y el panadero del faraón fueron enviados a la cárcel, donde también estaba Yosef. Ambos tuvieron un sueño, que contaron a Yosef, quien les dijo que la interpretación era de Dios.
Cada uno le contó su sueño y Yosef les interpretó correctamente su significado y su futuro. Al copero quien iba a ser juzgado inocente y restituido a su puesto, le rogó que abogara por él ante el faraón pues había sido encarcelado siendo inocente. Pero el copero se olvidó de Yosef.
La negativa de Yosef. Comentario de la Parashat Vayeshev por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.
Explicaciones
Génesis 37:20: “Y ahora venid, matémosle y arrojémosle en alguna de las cisternas y diremos: Una fiera salvaje le ha devorado. Y veremos qué serán sus sueños”.
El Rabino Marcos Edery, explica que esta frase “Qué serán sus sueños”, son una burla a lo que ellos habían entendido con los sueños de Yosef, pues al non estar vivo el hermano no resultarían ser ciertos sus sueños. Edery agrega: que los proyectos de los hombres son muchos, pero los designios de Dios son los que se afirman.
En Yidish sería: “A mentch trajt und God lajt” (el hombre planifica y Dios se ríe). Más adelante la historia cuenta que no matan a su hermano, entre Rubén y Jehuda le salvan la vida. Es sacado de la cisterna por unos comerciantes y vendido en Egipto donde al final termina siendo el virrey de Egipto. Años más tarde cuando se enfrentan con Yosef, Yosef los acusa de haberlo vendido, en realidad es una acusación suave porque lo que ellos querían era asesinarlo, mas no lo vendieron, ellos ni siquiera supieron dónde estaba todo ese tiempo. Tampoco fue que lo buscaron.
La nobleza de Yosef es usual en el alma del pueblo judío, fácilmente el pueblo judío perdona los inmensos daños que ha sufrido, solo se requiere de un sincero pedido de perdón. Aunque los pueblos volvieran a tratar de dañar al pueblo de Israel, Israel vuelve a perdonar si siente que la petición de perdón es sincera (aunque sea momentánea).
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Génesis 37:19: “Dijeron el uno al otro: He aquí, el hombre de los sueños, aquél que está viniendo”.
Seforno explica que el tono con que lo dicen los hermanos unos a otros, era la manera de acusarlo entre ellos como el hombre que les relataba los sueños solo para enfurecerlos.
Los hermanos, utilizan la técnica psicológica de hablar a las espaldas de Yosef, a manera de confabulación -lashón hará-, así encendían los ánimos de odio entre ellos mismos contra Yosef. La manera como se expresa en la Torah la palabra contra su hermano es, en una escala menor pero igualmente venenosa, la técnica de encender los ánimos de los ignorantes en contra de otra persona, hasta convencerla que hay que hacerle daño, utilizada por algunos gobernantes a su población o la manera de instrumentar que tienen algunos dirigentes para sembrar el odio o acrecentarlo con un fin político que suele ser devastador.
Dios proteja a Israel de los difamadores, tanto como de los que atacan directamente. Dios acabe con el mal en este hermoso planeta que creó.
Génesis 37:19: “Dijeron el uno al otro: he aquí, el hombre de los sueños aquél, está viniendo”.
Esta reacción de los hermanos de Yosef cuando lo ven venir destapa las emociones de sus hermanos. Rav Yehonatan Gefen, miembro del Jerusalem Kollel, y tomando su explicación descrita en Aish Hatorah, explica que dos veces se enojaron los hermanos con Yosef, la primera vez cuando tuvo los sueños de las gavillas por lo que lo odiaron y la segunda vez cuando tuvo el suelo de las once estrellas y en esta ocasión lo envidiaron.
Yosef inocentemente les había relatado a sus hermanos que en su sueño las gavillas de sus ellos se inclinaban hacia las gavillas de Yosef. Ellos solo vieron el lado de servicio hacia el hermano y por eso lo odiaron. Ya estaban resentidos por el amor que su padre Yaacov le demostraba a su hijo Yosef y no tuvieron la claridad de ver más allá de este sueño. Pero en éste sueño mostraba que los hermanos también tenían gavillas, ellos también serían, según su sueño, poseedores de sustento material.
En el segundo sueño, que fue cuando lo envidiaron, en su sueño las once estrellas se inclinaban a Yosef, y tampoco tuvieron la capacidad mental de descubrir en ese sueño que ellos brillarían en el cielo, en el espacio espiritual. No eran piedras ni huecos negros, eran estrellas.
Hay dos caminos que el hombre puede tomar en la vida, uno es el de renegar de lo que se posee o no, negar la posibilidad de ser espiritualmente grande fijándose el mal que es estar al servicio de otra persona, en resumen, autoanularse y colocarse en un plano de inferioridad. Claramente esto permite que la confianza en sí mismo no crezca y se formen grandes muros de resentimiento y por consiguiente reacciones violentas en muchos de los casos.
El otro camino es tratar de hallar la luz en el espacio aparentemente oscuro, saber que cada ser humano puede brillar esté donde esté y en cualquier situación que se encuentre. Esto es superioridad espiritual, o como lo diría el Dr. Daniel Goleman (creador de la teoría de inteligencia emocional), la empatía y la actitud ante la vida es lo que permite salir adelante y obtener el éxito buscado.
Que Dios permita que cada uno encuentre su propia luz y brille en beneficio de los demás y de sí mismo.
Génesis 37:15: “Le encontró un hombre y he aquí que estaba extraviado en el campo, le preguntó el hombre diciendo: ¿Qué buscas?
El Rabino Marcos Edery explica que Yosef se había extraviado en el campo pues estaba buscando a sus hermanos en los lugares de pastoreo.
Lo encuentra un hombre, quien se ve que estaba familiarizado con la zona y los transeúntes que por allí pasaban o pastoreaban y por la actitud desubicada de Yosef se da cuenta que estaba buscando algo por eso le pregunta ¿Qué buscas? Y no ¿A quién buscas?
Lo interesante de éste versículo es el interés del hombre, que no siendo ni familiar ni amigo ni nadie de la tribu de Yaacov, se acerca para ayudar a Yosef. Esto trae dos enseñanzas importantes: el extraviado siembre encontrará alguien o algo que le indique el camino correcto, sin ser necesariamente alguien de la misma tribu. La otra enseñanza es que Dios envía ayuda por diversas maneras y por diversos medios y esto es muy importante reconocerlo, porque no parecería ser una casualidad que ése hombre que gua a Yosef, en un campo tan absolutamente amplio, estuviese en ese preciso momento en ese preciso lugar, para ayudarlo. A encontrar su destino. Ahora bien, si Yosef no hubiese encontrado a sus hermanos, éstos no hubiesen planeado mal alguno para él en ese momento, no hubiera sido conducido a Egipto, no hubiera sido vendido a un personaje importaste, no hubiera ido a la cárcel, no hubiera terminado siendo el hombre más importante de Egipto después del Faraón. Como se ve claramente en toda la historia de Yosef, parece una vida planificada de principio a fin, desde el alma Divina, para que terminara el pueblo de Israel finalmente viviendo en Egipto y dios los hubiese podido sacar de esa esclavitud cuatrocientos veinte años más tarde, para conducirlos a la tierra que Dios les había entregado, la tierra de Israel.
En resumen, gracias a que éste hombre le preguntó a Yosef, ¿Qué buscas?, por ello, el pueblo judío de hoy, sabe exactamente cuál es su posición en este planeta y en todos los tiempos.
Génesis 37:18: “Le divisaron desde lejos y antes que se acercara a ellos conspiraron contra él para matarle”.
Los hermanos de Yosef estaban planeando rápidamente cómo matar a su hermano Yosef. A pesar que ellos no lo mataron ni siquiera fueron ellos quienes lo vendieron, pero la sola idea del plan para matarlo, fueron considerados por los grandes exégetas como culpables, también así en el momento de su futuro reencuentro con Yosef, se sentían culpables, a excepción de Rubén y de Yehudá, quienes intentaron salvarle la vida, en su momento.
No es la primera vez en la historia de nuestros patriarcas que un hermano quiere asesinar a otro. Lo vimos en la historia e Esav, quien había jurado matar a su hermano Yaacov cuando su padre Itzjak falleciera, sin embargo, la historia mostró otro aspecto, después de 20 años de separación, y Esav se lanzaba a matarlo, pero en su encuentro, se abrazaron y lloraron.
Así sucederá con la historia de Yosef, al final la fuerza del amor fraternal supera el odio, y el deseo de asesinar.
Que al final de los días, Dios recuerde a los hermanos semitas, musulmanes y judíos que son hermanos y el instinto fraternal supere al odio que existe y el deseo de asesinar a su hermano Israel.
Génesis 37:12 al 14 → “Fueron sus hermanos a pastorear las ovejas de su padre en Shejem. Dijo Israel a Yosef: Ciertamente tus hermanos están pastoreando en Shejem. Ve y te enviaré hacia ellos. Y le dijo: Heme aquí. Le dijo: Ve ahora y mira la paz de tus hermanos y la integridad de las ovejas y tráeme al regreso alguna palabra”.
Para mayor comprensión del texto, la siguiente es la traducción por parte del Rabino Samson Raphael Hirsch:
“Sus hermanos se fueron a cuidar las ovejas de su padre en Shehem. Israel le dijo a Yosef: ¿No están tus hermanos cuidando las ovejas en Shehem? ven, te enviaré a ellos. Yosef le dijo: ya estoy. Entonces Israel le dice: ve, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y repórtame. Lo envió desde el valle de Hebrón, y llegó a Shehem”.
Hay un tinte de duda en Yaacov sobre dónde estarían sus hijos con las ovejas. También sospechaba que tal vez estuviesen peleando entre ellos o con otra gente (ya había antecedentes), de ahí la pregunta si estaban bien y si había paz en ellos. También vemos en éstos versículos, que Yosef no acompañaba a sus hermanos en la labor de pastorear las ovejas. Tal vez porque era menor que ellos o tal vez porque lo tenía sobreprotegido, no podemos saberlo a ciencia cierta. Lo que sí está claro, es que lo tenía separado de alguna manera de sus hermanos y lo tenía más cerca que al resto de los hermanos.
Analizando la posición de Yaacov. Realmente Yaacov amaba a más a Yosef que al resto de sus hijos y lo demostró una y otra vez. Yaacov veía en Yosef algo que no está descrito en la Torah. Podía o no estar equivocado. Pero lo que no previó Yaacov, era el dolor que esto causaba a sus otros hijos y hacia dónde dirigían sus acciones por ésta causa.
Con respecto a la reacción de los hermanos hay que recordar el episodio de Caín, cuando Dios recibió la ofrenda de Abel, y no la de Caín, quien estaba enojado y dolido, Dios le dijo: “¿Por qué estás enojado y por qué ha decaído tu semblante?, ciertamente si has de hacer el bien, te erguirás, pero si no hicieres el bien, el pecado yace a la puerta, hacia ti dirige su deseo, pero tú lo habrás de dominar”.
Veremos posteriormente, cuál fue la actitud de cada hermano. Dos de ellos superaron el dolor y se controlaron.
Es de sabios, no dar a un hijo más que a otro, para no causar dichos sentimientos que llevan a la irracionalidad en algunos casos de espíritus débiles. Pero no por ello no reconocer las capacidades individuales de cada uno. El padre que reconoce esto, debe manejar la situación entre hermanos para que no surjan celos y acciones ante los celos.
Dios nos enseña que los celos y la envidia son armas peligrosas que terminan haciendo más daño a quien actúa irracionalmente por ello. Importante encausar dichos sentimientos, porque el bienestar vendrá después.
Génesis 37:11 → “Le envidiaron sus hermanos, mas su padre aguardó la cosa”.
El sabio portugués Isaac Ben Yehuda Abrabanel (1437-1508), explica que anteriormente los hermanos odiaban a Yosef por sus sueños vanidosos, pero en éste momento lo empiezan a envidiar porque finalmente creyeron que sus sueños encerraban un mensaje Divino.
De acuerdo al rabino ortodoxo Zelig Pliskin (escritor, conferencista y autor de más de 25 libros, es conocido como Zaidy Zelig –abuelo Zelig-). Trae varias frases al respecto que se encuentran en el Talmud y palabras de sabios. Esta frase de Mesilot trae una respuesta clara sobre la envidia de los hermanos de Yosef: “La envidia proviene de la insensatez y de la falta de comprensión. Cuando se siente envidia de alguien, no se gana absolutamente nada ni se le causa perjuicio alguno a la persona que se envidia. El único que sale perdiendo es quien envidia. Hay gente cuya necedad es tan pronunciada, que cada vez que ven a alguien del que saben que ha tenido buena suerte, se sienten dolidos y padecen sufrimientos. Están tan apesadumbrados por lo que los otros han logrado, que llegan a no experimentar placer alguno por lo que ellos mismos poseen”. (Mesilas Yeshorim, Cap. 11).
En el caso de los hermanos de Yosef, realmente intentaron más adelante hacerle daño, en un intento de evitar el bien que presagiaba. Algunas veces la envidia es inevitable, pero una persona inteligente, logra reenfocar o reencausar ese dolor de varias maneras, pero siempre teniendo en cuenta que siempre habrá gente con mayor o peor suerte o bienestar, y mientras Dios da salud, casa, comida y ropa, se debe estar conforme y agradecido. Una persona puede y debe tratar de llegar a mejores metas, pero no frustrarse no entristecerse, porque el bienestar o no de otra gente. Cada persona tiene una misión en la vida y lo que hay que intentar lograr, es llegar al entendimiento y la superación espiritual.
Génesis 37:10 → “Se lo contó a s padre y a sus hermanos y le reprendió su padre y le dijo: ¿Qué es este sueño que has soñado? ¿Acaso venir habremos de venir, yo y tu madre y tus hermanos para prosternarnos ante ti a tierra?”.
Explica Rashi: su padre le reprendió ya que Yosef atraía sobre sí más odio por parte de sus hermanos. Rabino Marcos Edery basado en Rashi agrega: “Tu madre ya está muerta, y como ella no puede venir a prosternarse, eso indicaría que todo el sueño es vano. Sin embargo la intención de Yaacov era serenar a sus hijos para que aminoraran sus celos hacia Yosef”.
Yaacov pretende dar una importante lección a Yosef, a veces la inocencia de una persona hace, que por medio de su sinceridad, la gente a su alrededor sienta envidia y de allí al odio y la venganza, lo cual es un límite fácil de pasar. No es necesario mentir cuando se tiene una cualidad o se va a decir algo que engrandece o da importancia a lo propio, pero es necesario tratar de imaginar lo que pueden otras personas sentir al respecto de lo que uno habla o dice. Una persona puede comentar que ganó una gran fortuna, y estará feliz de ello. Gente inteligente a su alrededor puede compartir esa alegría, especialmente si es una alegría que beneficia al que escucha la buena nueva. Pero relatar éste hecho frente a alguien que tiene hambre y pobreza, es un error humano. Tal vez lo correcto sería, en vez de relatar el bien que ha tenido, compartir con la gente alrededor el beneficio que de esto puede resultarles. En el caso de Yosef, hubiese convenido que Yosef contara a su padre a solas. Tal vez hubiese convenido que Yosef, si sabía lo que podía significar éste sueño, lo compartiría con sus hermanos de una manera incluyente, diciéndoles los beneficios que ellos tendrían. Si Yosef no hubiera visto los beneficios en su relato, no debía haber mencionado sus sueños a sus hermanos. Hasta un hermano puede sentirse apocado frente a otro hermano y generar malestar.
Génesis 37:8 → “Le dijeron sus hermanos: ¿Acaso reinar habrás de reinar sobre nosotros? O gobernar ¿habrás de gobernarnos? Y siguieron odiándole aún más por sus sueños y por sus palabras”.
Abrabanel expresa que la reacción de los hermanos se debe al temor de la grandeza futura de Yosef en el seno de la propia familia; por ello lo odiaron más, mpor sus sueños y por sus palabras. La explicación que trae Rav Samson Raphael Hirsch: explica que es interesante que los sueños de Yosef se referían a gavillas del campo siendo que no eran agricultores; ellos eran pastores. Su destino como nación de agricultores estaba en su futuro lejano. Parece que Yaacov les había comentado que en el futuro, serían agricultores en su tierra, la tierra que Dios les había prometido, entonces los hermanos pensaron que tal vez Yosef sería el Rey sobre ellos algún día y les pondría reglamentos, aún desde ya. Querían decirle que algo así no iba a ocurrir ni siquiera en sus sueños. Y de esta manera lo odiaron aún más, no solo por la naturaleza de su sueño, sino por su imprudencia de contárselos a ellos.
Según la Dra. En psiquiatría Graciela Moreschi, explica que la envidia es uno de los sentimientos más antipáticos y negados que produce una reacción de dolor y enojo que lleva a intentar destruir lo que el otro tiene cuando es algo que la persona no ha logrado. Un sentimiento ante los logros de otra persona es de admiración, la diferencia entre envidia y admiración es que la admiración es estimulante y productiva. La envidia puede llegar hasta el asesinato.
Yosef era un jovencito y dentro de su inocencia, no sabía medir el grado de envidia que podía causar a sus hermanos mayores. Sus hermanos estaban enojados porque sabían que en los sueños de Yosef había profecía. Aquí hay dos factores: el manejo de la palabra y la expresión que hace que produzca envidia a otros y el manejo de la información por parte de quien no logra lo que desea, conduciendo a envidia en vez de admiración. Quien admira sabe que los logros ajenos pueden beneficiarle también, se necesita de una personalidad sencilla, humilde y sabia. Quien envidia no ha logrado madurar su personalidad al grado de la inteligencia emocional.
Podemos ver gobernantes que “odian” a Israel y sus logros, siendo un país no agresivo más allá de su propia defensa, se podría concluir que este odio es la raíz de la envidia que ocasiona el antisemitismo dando como resultado los boicots, sanciones, etc. Esperamos que los gobernantes de los países tengan la madurez y humildad para reconocer la grandeza de Israel. Israel ha dedicado sus logros al beneficio de la humanidad, no los ha guardado para sí mismos alardeando de ellos.
Génesis 37:9 → “Soñó más, otro sueño y se lo contó a sus hermanos, dijo: he aquí, he soñado otro sueño más y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se prosternaban ante mí”.
Ramban –Najmánides- explica: En el primer sueño, Yosef había visto una escena terrenal, mientras que la escena en el segundo sueño, ocurre en el cielo. Como es usual en los sueños, este sueño parece representar lo imposible, ya que el sol, la luna y las estrellas nunca pueden aparecer juntos. Sin embargo, los hermanos temerosos, no hablan ni interpretan.
Cuando Yosef relató a sus hermanos la primera vez su sueño, ellos se enojaron con él porque pensaron que sus sueños indicaban que ellos serían sus servidores. Esta vez, Yosef, veía que se trataba de algo más allá que la servidumbre de sus hermanos y como eran mayores que él, probablemente pensó que ellos podían ayudarle a entender este sueño enfocado hacia otra dimensión o tiempo, por eso les relató este otro sueño. Los hermanos eran mayores, pero no tenía las capacidades de Yosef, y por este sueño le odiaron más aún. Incluso su padre, se sorprende, pero finalmente lo deja pensando y analizando. Dios le regaló este sueño a Yosef y sabía que generaciones posteriores verían en este sueño algo que ni Yosef pudo descifrar en ese momento. El sol, la luna y once estrellas se pueden ver al mismo tiempo, las puede ver Dios y las puede ver quien viaja al espacio o quien lo estudia, no es imposible. Dios sabe la interpretación de este sueño y en algún momento lo sabrá el mundo.