Parashat Devarim
Moshé rememorando
Este Shabat 6 de Av de 5784, 10 de agosto de 2024, se empieza a leer el último libro de la Torah llamado Devarim: “Palabras”, además es el primer Shabat especial: Shabat Jazón: “Shabat de visión”, en el que se recita la profecía de Isaías sobre la destrucción del Templo de Jerusalem, por ser el Shabat anterior a Tishá Beav.
Resumen
Moshé reunió al pueblo de Israel en el mes décimo del año cuarenta de la salida de Egipto, al lado del Jordán con motivo de su despedida, para explicar al pueblo la Torah.
Hizo un recuento histórico de las órdenes Divinas y el recorrido geográfico llevado desde el principio; recordó la orden de Dios de tomar en posesión la tierra de Canaán que había prometido a los patriarcas Abraham, Isaac y a Yaacov, y cómo Moshé había organizado el sistema judicial, social y militar. Les pidió impartir justicia a todos por igual.
Invocó los momentos de conflicto con Dios por la falta de fe y la rebeldía del pueblo, como el momento en que fueron los 12 exploradores a revisar la tierra y al regresar, desanimaron al pueblo a entrar a la tierra, motivo por el cual el pueblo se había rebelado y no quisieron entrar; a consecuencia Dios no les permitió la entrada en ése momento y tuvieron que deambular durante 40 años en el desierto, hasta que los adultos de ésa generación habían fallecido dejando solamente con vida a Caleb y a Yehoshúa de ésta generación, por haberse mantenido fieles a las órdenes de Dios durante todo el tiempo.
Así mismo recordó los momentos de arrepentimiento y fidelidad. Rememoró cómo Dios los había bendecido y protegido y otras veces ajusticiado, según su obrar. Destacó Moshé las recomendaciones de Dios en cuanto a qué territorios se debían tomar y cuáles no; no permitiendo tomar las tierras de Mohán, donde habitaban los descendientes de Lot y Sehir, donde habitan los descendientes de Esav. Tampoco les dio la tierra de Refaím, donde habitaban los Amonitas.
Recordó al pueblo cómo con la ayuda de Dios conquistaron las ciudades, aún las fortificadas. Obteniendo también las ciudades del reino de Hog en el Bashán, del lado oriente del Jordán donde se establecerían, después de la toma completa de la tierra de Canaán, las tribus de Rubén, Gad y la mitad de la tribu de Menashé.
Citó Moshé finalmente a Yehoshúa su seguidor, a quien le había dicho que no temiera, pues Dios luchaba por ellos y él lo sabía, pues había sido testigo de todos los acontecimientos ocurridos.
La justicia social verdadera. Comentario de las Parashat Devarim por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.
Explicaciones
Deuteronomio 1:20 y 21: “Os dije a vosotros: habéis llegado hasta la montaña del Emorí que Ado-nai nuestro dios nos da a nosotros. Mira, ha dado Ado-nai tu Dios ante ti la tierra. Asciende, toma posesión como lo ha hablado Ado-nai, Dios de tus patriarcas, a Ti. No temas ni te quebrantes”.
Moshé está haciendo un recuento de los hechos a los hijos de Israel, después de haber pasado 40 años en el desierto, sobre cómo que su generación anterior que ya había fallecido, se asustó el pueblo en aquél entonces y no quisieron entrar sabiendo que Dios les iba a ayudar en esta tarea. Esta vez ya habían entrado de acuerdo con la orden Divina por medio de Moshé y se habían repartido la tierra, quedando el territorio del Emorí para las tribus de Menashé (parte de ella), Gad y Reuben.
La importancia de este recuento es tener en cuenta en cada generación relatar la historia del pueblo de Israel, sin ella, no se puede encontrar la identidad ni la pertenencia. De acuerdo con la historia, el territorio que hoy se llama Jordania, es un territorio tradicional y legalmente entregado por Dios al pueblo de Israel y sus descendientes.
La historia se desarrolló de tal manera que fue invadido por otros reinos y potencias y pasaron muchos siglos, durante los cuales cambiaron los nombres de los territorios y le fueron entregados a otros pueblos. Israel recuperó parte de su tierra a partir de 1948.
Compare usted con el mapa de Israel hoy.
Ver más explicaciones
Deuteronomio 18 y 19: “Y ordené a vosotros en aquel tiempo todas las cosas que habríais de hacer. Nos desplazamos desde Horeb y anduvimos por todo el desierto, el grande y el temible aquel, que habéis visto por el camino de la montaña del emorí, como había ordenado Ado-nai nuestro Dios a nosotros y nos allegamos hasta Kadesh Barnea”.
Rambán (Najmánides), explica que “…Y ordené a vosotros…”, se refiere a los jueces, con respecto a cómo debían juzgar por igual a todo el pueblo.
El desierto grande y temible que esta generación había constatado en el territorio de los emoritas, ya que la generación anterior, que ya había desaparecido, había tenido que vivir el paso por todo el desierto, el cual se describe en Deuteronomio 8:15, “con culebras, serpientes, escorpiones y tierra de sed…”, donde Dios había protegido al pueblo de todos estos peligros, incluyendo el sacar agua de las rocas.
A veces se da por hecho el bienestar en el que se vive, sin darse cuenta de que cada día Dios salva las vidas proveyendo al hombre de agua, alimentación, ropa y además otros beneficios.
Deuteronomio 1:18: “Y ordené a vosotros en aquél tiempo todas las cosas que habríais de hacer”.
Rashi explica que éstas palabras Moshé las está dirigiendo a los jueces designados a quienes les transmitió y continúa transmitiendo las leyes sobre derechos civiles y derechos penales.
Importante enseñanza en éste versículo: un buen líder es aquel que sabe soltar y delegar. Escoger y entrenar a sus sucesores. Actualmente las democracias del mundo, los pobladores eligen a sus gobernantes, pero es muy importante, cuando un gobernante lo hizo bien, aprender a escuchar sus consejos de quién sería el ideal para seguir sus buenas conductas. Un buen gobernante sabrá transmitir a su sucesor la secuencia de su obra para que sea continuada en bienestar de la población. Un buen sucesor, sabrá recibir las indicaciones correctamente y estudiarlas bien para saber cómo actuar en beneficio del pueblo.
Deuteronomio 1:17: “No habréis de ser condescendientes con conocidos en el juicio. Tanto al pequeño como al grande habréis de escuchar, no habréis de temer por causa de hombre, ya aunque el juicio ante Elo-him es y el caso que os sea difícil, me lo habréis de presentar a mí y yo lo entenderé”.
El rabino Marcos Edery trae las enseñanzas del Midrash Sifrí, que explica que hay que disociar la figura de poder y de la riqueza, con la del sabio y piadoso, no dejándose llevar por la belleza, la riqueza o el poder por encima del hombre sabio y piadoso.
Esta idea justifica la parte del versículo donde dice “no habréis de temer por causa del hombre”, o sea que si por temor a ser destituido o a que se le imponga algún tipo de sanción económica por no haber seguido la “ley del poder o del dinero”. Pero también dice: “… ser condescendientes con conocidos…” esto implica no exactamente una persona rica o poderosa sino alguien con quien se tiene simpatía, podría ser una amistad, o simplemente porque la persona es pobre o débil, se le tiene algún aprecio protector especial. Lo más importante de éste versículo se concentra en la frase que dice “tanto al pequeño como al grande habréis de escuchar”, significa que la investigación debe estar de ambos lados, sin ningún tipo de prejuicio, ni siquiera a favor del sabio y piadoso, porque aún él podría resultar culpable.
Deuteronomio 1:16: “Y ordené a vuestros jueces en aquél tiempo diciendo: Escuchad entre vuestros hermanos y juzgad con equidad entre hombre y entre su hermano y entre su extranjero”.
La ley de derecho Divino la describe el Rabino Marcos Edery explicando los dos conceptos presentes en este versículo: Justicia y equidad. Edery trae la descripción del Rabino Samson Raphael Hirsch, el juicio se refiere al ordenamiento claro entre las personas y los hechos y según el Sanhedrín 7B, juzgar con equidades la búsqueda de un fallo por parte del juez después de haber escuchado, investigado y analizado el asunto. Edery aclara que el judaísmo no acepta juicio si no hay equidad.
En otro orden de las cosas, el versículo dice entre el hombre y sy hermano y su extranjero, ante lo que Hirsch aclara que no debe haber diferencia en un litigio si se trata de dos judíos de nacimiento o si involucra a un converso, el cual debe ser un miembro con igualdad de derechos.
A esta igualdad de derechos, también se debe aplicar en el caso del extranjero no converso que reside en el territorio del pueblo de Israel. Así funciona la justicia hoy.
Deuteronomio 1:13 al 15 → “Traed para vosotros: hombres sabios e inteligentes y conocidos de vuestras tribus y los asignaré a vuestras cabezas. Me respondisteis y me dijisteis: Es buena la cosa que has hablado, para hacer. Y tomé los jefes de vuestras tribus; hombres sabios y conocidos y los asigné jefes sobre vosotros; jefes de millares, jefes de cientos, jefes de cincuentenas y jefes de decenas y alguaciles para vuestras tribus”.
Nótese que anteriormente habían sido nombrados jefes de tribus a personas que se consideraban cabezas de sus clanes y prosapias (Números 1:4), o sea que habían sido elegidos por ellos mismos, debido, seguramente a su carisma o a su liderazgo. En ésta ocasión los cabecillas o jefes fueron elegidos por ser conocidos entre sus prosapias y sus tribus, pero además tenían una condición: debían ser hombres sabios. Ya habían aprendido la lección, al permitir elegir simplemente cabecillas o jefes que el pueblo distinguía por su carisma, o valentía o cualquier otro rasgo de carácter, ésta vez el pueblo estuvo de acuerdo elegir a sus líderes con la condición de sabiduría.
Esto debe enseñar a futuras generaciones y en especial hoy, cuando las democracias permiten la elección popular de sus gobernantes, no se fijen solamente si los rasgos de los líderes son promesas generalmente difíciles de cumplir, o elegirlos por su carismática palabra, su apariencia, su fortaleza, etc., importante estudiarlas plataformas de planes que presenta y evaluar si realmente son viables, posibles e inteligentes, su deseo de hacer mejor al país o al lugar que ha de representar, si es una persona de valores morales y espirituales, y en base a ello, votar por el gobernante escogido.
Deuteronomio 1:11 → “Ado-nai, Dios de vuestros patriarcas, añada sobre vosotros, tanto como vosotros, mil veces, y os bendiga a vosotros, como ha hablado a vuestro respecto”.
El Rabino Marcos Edery trae la explicación del profesor David Zvi Hoffman (1843-1921, nació en Verbó Slovakia, bajo el imperio Austriaco, profesor en varias Yeshivot, filósofo, historiador y profesor de lengus orientales, logrando su doctorado en Berlin Alemania. Obtuvo una importante formación rabínica con grandes maestros. Fue profesor en el Colegio de Samson Raphael Hirsch en Frankfurt. Posteriormente entró al seminario rabínico de Berlin, donde fue director. Autoridad en Halajá): “Tras mencionar el incremento notable del pueblo de Israel, Moshé va a decir que no pudo soportar las impertinencias de éste pueblo. Por ello cree oportuno aclarar que no se siente molesto por el incremento notable del pueblo, a quien ha cuidado “como el ayo al lactante, como el pastor a sus ovejas”. Invoca para él todas las bendiciones de Dios a los patriarcas respecto a su descendencia”.
Creo que es un estilo de hablar de tal manera que quiso decir “a pesar de las molestias que me han causado y que han crecido con el crecimiento del pueblo, que no sea motivo de acciones de mal hacia vosotros, sino por el contrario, que sigan creciendo mil veces más y Dios les siga dando bendiciones tal como lo había prometido a los patriarcas”.
De esto se aprende que el pueblo puede llegar a ser pesado para sus gobernantes o dirigentes espirituales, cuando no siguen las reglas o las leyes de justicia de la Torah, sin embargo no por ello merecen ningún mal, solo hay que saber cómo corregir los caminos y siempre desear bendición por parte de sus dirigentes. Un buen dirigente, debe amar y bendecir a su pueblo, tratar de que siga una conducta recta, perseguidor de la verdad, especialmente si es un pueblo bendecido por Dios, como el pueblo de Israel.
Deuteronomio 1:4 y 5 → “Después que él hubo batido a Sijón rey del Emorí, quien estaba asentado en Jeshbón y a Hog, Rey del Bashán, que estaba asentado en Hashtarot, en Edrehí. Ayende el Yardén, en la tierra de Moav, quiso explicar Moshé la Torah ésta, diciendo”.
R. Saadia Gaón (Saadías ben Yosef al-Fayumi, Egipto, 892 – Babilonia, 942, Rabino, filósofo y exégeta del período de los geonim) y S.D. Luzzato (Shmuel David Luzzato EL SHADAL (Trieste- Italia - 1800-1865, ediciones bíblicas, trabajos gramaticales y contribuyó al estudio de la litúrgica sinagogal), están de acuerdo en que Estas victorias de Israel sobre estos dos reyes, cuya comarca pasó a ser parte de la Tierra de Promisión, sirvió de estímulo para la ulterior conquista del resto de la misma.
En Salmos 136:17, se habla de la derrota de estos dos reyes “gigantes” -Sijón y Hog- lo que ha marcado un hito crucial en la historia del pueblo de Israel. Cuando el salmista hace una suerte de “recuento” de las maravillas de Dios y Sus hechos trascendentales, le agradece Su infinita Bondad, ya que El ha derrotado a estos grandes y poderosos soberanos, concediéndonos sus tierras.
Una vez que ya estaban en la tierra prometida Moshé recuerda al pueblo de Israel por las dificultades que tuvieron que pasar y cómo Dios les había hecho ganar la guerra a poderosos reyes y pueblos como estos dos. Era la manera como tenían que entender que Dios les había acompañado en dificultades y ahora debían seguir entendiendo que Dios iba a ser su fuerza y su conciencia para permanecer en ella, para merecerla.
Reconocer que la fuerza interna y los logros por los cuales se ha luchado, provienen de una fuerza y energía Divina que hizo posible aquello, y el reconocerlo hace que sea merecedor de dicho logro, es por eso que el siguiente versículo hablará de cómo Moshé en seguida habló al pueblo de la Torah.
Deuteronomio 1:7 → “¡Trasladaos! Y desplazaos y allegad hasta la montaña del Emorí y hacia todos los territorios aledaños, en la Harabá, en la montaña en la tierra baja y en el Néguev y en el litoral, la tierra del cananeo y el Lebanón hasta el río grande, el río Perat”.
El rabino Marcos Edery, explica la geografía: “Moshé establece con precisión desde un principio, los límites del país que pertenecerá a los hijos de Israel. El país contenido en estos límites, es en realidad más amplio que el que han recibido los hijos de Israel, ya que incluye todo el territorio de Transjordania, hasta la ribera del río Eufrates. En realidad los hijos de Israel habían anexado solamente parte de dicho territorio (Números 32).
De acuerdo con nuestra tradición, éste cambio se habría producido después del episodio de los exploradores (Números 14), mencionado por Moshé en Deuteronomio 1:34 y ss.
Nuestra tradición también afirma que en un futuro por venir, el territorio de la Tierra de Promisión se ampliará y abarcará los territorios de Edom, Moav y de Amón (Isaías 11:14).
El regreso del pueblo de Israel a su tierra, desde 1948, es algo sin parangón histórico en alguna otra cultura, la misma supervivencia del pueblo de Israel, de los judíos, sigue siendo algo milagroso, tal vez muchos de los mismos judíos no se han dado cuenta de ello. La negación del mundo ante este hecho de inconfundible procedencia Divina, corresponde solamente a mentes cortas, que padecen de una grave Hipertimesia. Pero no solamente la Tierra será la respuesta a dicha ceguera u olvido, ni solamente el progreso científico en cada campo, será la respuesta al rechazo y a la negación. Según nuestros sabios, que ya habían predicho los momentos que hemos vivido, todos reconocerán la Shejiná y todos deberán honrar a Dios. Este será un mundo no muy diferente, pero la maldad humana será vencida por el amor y la inteligencia. Quiera Dios que esto sea muy pronto, porque el dolor que deja el terror, es profundo y muy difícil de soportar.
Deuteronomio 1:9 à “Y yo os había manifestado en aquél tiempo diciendo: ‘No voy a poder, yo solo, soportaros a vosotros’”.
El Rabino David Zvi Hofmann –Verbó 1843-Berlín 1921- explica que ésta terminología aparece en Exodo 18:18, cuando Itroh el suegro de Moshé, le hace ver que él solo no podría con toda la carga de juzgar al pueblo, y Moshé aceptó la idea de su suegro de organizar gente que le ayudara a juzgar al pueblo. Entonces Moshé considera necesario repetir aquí el consejo que recibió de Itroh.
A pesar de que realmente no se menciona que éstas hubieran sido palabras de Moshé al pueblo de Israel, pero con el solo hecho de haber seguido el consejo de Itroh, se ve que Moshé tomó en consideración sus palabras y aceptó, según su sabio consejo, y ahora asumiendo para sí mismo éstas palabras. Es una demostración de respeto y humildad hacia su suegro, además de ser una lección a futuro, que aplicaría, tal como veremos en los versículos más adelante.