Parashat Ki Tavó
Maldiciones y bendiciones
Este Shabat 18 de Elil de 5784, 21 de septiembre de 2024, se leerá la Parashá de Ki Tavó “Cuando vengas”, del libro de Devarim. Se lee también la Haftará correspondiente al sexto Shabat de consuelo; el profeta Isaías se expresa sobre el futuro, después de todo mal por el cual el pueblo de Israel ha tenido que pasar: “…Y se encaminarán hacia ti doblegados, los hijos de tus torturadores, y se postrarán a las plantas de tus pies, todos los que te despreciaban, y te llamarán a ti: Ciudad de Ado-nai: Tizón de Él, Consagrado por Israel…”
Resumen
Se ordena la realización de la fiesta de las primicias. Con el cesto de primicias en mano llevándolo al lugar escogido, donde se le entregaba al cohen quien lo colocaba ante el Altar de Dios. Se anunciaba públicamente un reconocimiento sobre cómo Dios les había salvado de la esclavitud de Egipto, concediéndoles ésta tierra; estas frutas y cereales de las cuales había que seleccionar el diezmo colocarlo ante Ado-nai compartirlo y regocijarse con los huérfanos, viudas, conversos y Levitas y siendo consumidos en ése lugar. A Ado-nai se exalta éste día para encaminarse por Sus sendas y observar Sus mandamientos y Ado-nay exalta a su pueblo Israel éste día para que sea para él pueblo peculiar y enaltecerlo sobre todos los pueblos que El ha creado.
Al entrar a la tierra de Israel, la orden era escribir la Torah sobre piedras blanqueadas con cal y explicar la Ley expuesta.
Encomendó Dios a las tribus de Shimón, Leví, Yehudá, Issajar, Yosef y Benjamín, impartir la bendición al pueblo de Israel sobre el monte Guerizim. Quienes estarán de pie sobre la maldición en el monte Eval, serán las tribus de Reubén, Gad, Asher, Zebulun, Dan y Naftalí. Se expone un listado de malas acciones por las que iban a ser maldecidos: hacer esculturas para idolatría, ultrajar a los padres, retroceder la demarcación de territorio de su prójimo, equivocar el camino del ciego, quien desvía el derecho del huérfano, la viuda y el converso, actos sexuales prohibidos, el que acepta soborno para matar una persona, el que golpea a escondidas a su prójimo y quien no afirmare las palabras de la Torah para cumplirla. A continuación un listado de bendiciones por seguir el camino recto y cumplir la Ley: enaltecerá sobre todos los pueblos, prosperidad, hijos sanos, abundancia, bendición al viajar, librarse de enemigos, te pondrá Dios en la cabecera y no atrás, pero no habrás de apartarte ni a la derecha ni a la izquierda, para encaminarte en pos de otros dioses.
Pero recuerda, le advierte Dios al pueblo de Israel, que al no cumplir con la Ley e incurrir en idolatría o cualquier acto ilegal, serían maldecidos con: persecuciones, pobreza, esterilidad, enfermedad, mortandad, ser entregados a otros pueblos, ser despojados del territorio, hambre, demencia, ceguera y confusión en tu corazón junto con otra gran cantidad de maldiciones. Levantará Dios una nación lejana e insolente contra ti y te oprimirá severamente la cual derrumbará tus murallas. Después de muchas angustias, finalmente quedaréis con poca gente, esparciéndote Dios posteriormente por toda la tierra, de un lado a otro y servirás allí otros dioses que no has conocido, en ésas naciones no hallarás sosiego ni reposo.
Convocó Moshé al pueblo y los puso de testigos de las maravillas con las que Dios los había sacado de Egipto, cómo los condujo durante 40 años por el desierto sin que les faltase alimento ni ropa, al ser atacados al llegar, vencieron al enemigo posesionándose de su territorio, donde se iban a establecer la tribu de Ruben, Gad y parte de la tribu de Menashe, al otro lado del Jordán.
¿Escala de valores para las mitzvot?Comentario de la Parashat Ki Tavó por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.
Explicaciones
Deuteronomio 26:20: “Maldecido sea el que se acuesta con la esposa de su padre, ya que ha descubierto el regazo su padre y dirá todo el pueblo: amén”.
El rabino Marcos Edery observa que esta es una de las doce maldiciones están bajo el castigo Divino y no castigo legal humano, ya que se pueden cometer sin que las autoridades humanas lo perciban o lo condenen.
Estos casos de maldiciones se basan en un intento de proteger ética y moralmente a la sociedad, para que no llegue al camino de la corrupción aceptada. Un delito que deja de serlo y se repite, se convierte en parte natural de la sociedad, produce un ramaje que hace que se desvíe la virtud, la bondad y la misma humanidad. Sociedades desviadas con este tipo de conductas tienen el destino de la desaparición, porque Dios, actúa a Su manera y no permite finalmente que su mundo se convierta en el núcleo del mal. El hombre de mente limpia y racional es el que prevalece y la sociedad de conducta limpia es la que prevalece.
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Deuteronomio 26:17 al 19: “A Ado-nai has exaltado el día de hoy, para que sea para ti Dios y para encaminarte por sus sendas y para observar sus fueros y sus mandamientos y sus leyes y para obedecer su mandato. Y Ado-nai te ha exaltado el día de hoy para que seas para Él, pueblo peculiar, como Él te ha hablado a ti y para observar todos sus mandamientos. Y para enaltecerte sobre todos los pueblos que Él ha creado, en loa, en fama y en gloria y para que seas pueblo consagrado para Ado-nai tu Dios, como Él ha hablado”.
Estos tres versículos, son un compromiso de amor entre Dios y el pueblo de Israel, en los que el pueblo de Israel se está comprometiendo a cumplir las leyes Divinas y Dios se compromete a acoger al pueblo de Israel como “Am Segulá”: Su pueblo especial entre todos los pueblos que él ha creado.
El rabino Marcos Edery explica que el compromiso del pueblo de Israel es aceptar y acatar la Torah junto con las interpretaciones rabínicas elevando el Nombre de Dios por encima de todo. En cuanto al compromiso de Dios con el pueblo de Israel Edery analiza la frase de Rashi que dice que “si el pueblo se hace distinguir de los demás pueblos le pertenecerá a Dios, de lo contrario pertenecerán a Nabucodonosor y sus compinches, y lo exiliará de la tierra de la santidad”. A esta frase, explica Edery que el pueblo de Israel debe separase de los pueblos idólatras y de la práctica de normas corruptas que están enunciadas en la Torah.
El compromiso del pueblo judío empieza por estudiar y conocer la ley de la Torah, seguido de las interpretaciones de los sabios a través de las épocas. Muchos judíos se han desinteresado por sus raíces y las enseñanzas ancestrales, en tanto que miembros de otros pueblos se han interesado en acercarse al conocimiento y práctica de la ley Divina. Este hecho de la realidad deja un precedente que se debería analizar y llegar a una conclusión sabia.
Deuteronomio 26:16 à “El día este, Ado-nai tu Dios, te ordena cumplir los fueros éstos y las leyes. Habrás de cuidarlos y de cumplirlos con todo tu corazón y con todo tu ser”.
Rambán (Najmánides), explica que éste día Dios había terminado de complementar todas las leyes con o sin explicación y que a partir de ese momento el pueblo se debía comprometer a cumplirlas.
En éste versículo se pueden tomar dos puntos importantes: primero, que antes de la existencia de la redacción de la ley, la vida se encaminaba de acuerdo a la lógica humana, limitante humana y a criterio humano, a veces acertado otras veces no. Pero al tener en claro la halajá expuesta, el hombre ya sabría cómo actuar y el manejo adecuado de la conducta humana. Lo que enseña que cometer errores por ignorancia, son errores, pero se pueden corregir, cometer transgresiones frente a la ley conocida, son transgresiones punibles.
El otro punto interesante es la ley de cumplir las halajot con todo el corazón y con todo tu ser. Esto implica que hay que investigar las razones y las consecuencias, dando pie una vez más a la puerta abierta de la investigación (también científica) y a la filosofía dentro de lo planteado en la Torah. Especialmente sabiendo que todo lo expuesto tiene sentido y tiene una razón de ser, hay que investigar las razones, pero cumplir de todas maneras para no cometer errores por ignorancia.,
Explicación
Deuteronomio 26:15: “Observa desde Tu sagrada morada. Desde los cielos y bendice a tu pueblo, a Israel y a la tierra que nos has dado a nosotros, así como lo has prometido a nuestros patriarcas: tierra que fluye leche y miel”.
Como parte del recuento que Moshé hace al pueblo de Israel, retoma los compromisos del pueblo de Israel que adquirió con Dios, que incluyen no solo con los presentes sino también con las futuras generaciones, como parte del pacto. Esta es una de las frases que se deben decir a Dios, al destacar y reconocer que la persona ha cumplido con su parte del pacto al cumplir las órdenes y leyes entregadas al pueblo de Israel y especialmente las expresadas en los versículos anteriores que incluye la siguiente proyección: al traer Dios al pueblo de Israel a esta tierra que fluye leche y miel (26:9), y el pueblo ha cumplido con la ley de traer la primicia de los frutos (26:19), el pueblo se regocijó y compartido su alimento con su familia, con el Leví y con el forastero residente, al huérfano y a la viuda (29:11 y 12). Después de reconocer haber obrado de acuerdo a estas leyes, se le ruega a Dios por el fruto de la tierra y sus beneficios.
Es interesante que en ésta ocasión se reconoce el cumplimiento de la ley con respecto a la tierra y en beneficio de todo necesitado, entonces se le pide a Dios por una buena tierra. Es como si cada halajá estuviera segmentada diferentemente unas de otras. DE tal manera que si cumplo con las leyes de la tierra, me beneficiará la bendición de Dios con buenas tierras y fructíferas. Si Aparto mi diezmo para darle al necesitado de todo lo que gane, me beneficiará económicamente. Si doy de comer al hambriento, estaré provisto siempre de alimento… etc. Es como si fuera una ley retributiva casi científica, por cada acción se obtiene una reacción.
La eterna sabiduría de Dios que a través de la Torah se aprende, es una fórmula inequívocamente científica más allá del conociendo y análisis del hombre.
Deuteronomio 26:14: “No he comido, estando doliente de ello, ni he apartado de ellos en estado impuro y no he dado de ello para difunto. He aceptado el mandato de Ado-nai mi Dios: he hecho como todo lo que me has ordenado”.
El Rabino Alfredo Goldschmidt, basado en la explicación de Rashi expresa que “Estando doliente de ello”, se refiere a la abstención que ha tenido por la prohibición de comer antes de haber dado el maser, el diezmo, que comprometía ante la Ley de Dios, antes de ser consumido u obtener ganancia alguna de su producto, había ya dado al Levi, al forastero que habita en medio de Israel, al huérfano y a la viuda y después de ello debía llevar ante Dios la ofrenda del producto para ser consumido en ese lugar. Además de llevarlo, debía verbalizar su acción.
Esta orden es correcta, porque hace evidente el cumplimiento de la orden Divina a manera de auto conciencia y también frente a otras personas del pueblo de Israel, en éste caso, los Cohanim.
Se aprende de éste episodio que la verdad, la justicia y los actos correctos hay que decirlos y relevarlos, la inocencia hay que demostrarla.
Deuteronomio 26:13 → “Declararás ante Ado-nai tu Dios: He escombrado las ofrendas sacras de la casa, y en efecto se lo he dado al Levi y al forastero, al huérfano y a la viuda, según toda tu ordenanza, que me has ordenado No me he desviado de tus preceptos”.
Esta ley está registrada dos veces seguidas en dos versículos continuos, ley que ya había sido considerada sacra (sagrada) anteriormente y aparece en el libro de Levítico 27:30. En éste versículo hace referencia qué hacer con el diezmo tomado de la cosecha, debía ser entregada al Leví, al forastero (al converso), al huérfano y a la viuda.
La protección a estos cuatro tipos de personas consideradas vulnerables, ha sido una ley mencionada también en profetas y otros líderes guías del pueblo de Israel. Las ofrendas han sido reemplazadas por Tefilá (oración), y tzedaká (caridad), sin embargo la sensación y el mensaje emitido es un mensaje de protección física y (alimento) y moral (amparo). El judaísmo ha presentado leyes con respecto a ésta protección que están reguladas en el Shuljan Aruj, pero es clave entender que éste tipo de “ofrendas” son sagradas, o sea, no se pueden esquivar, ignorar o desechar, en ninguna época y en ningún lugar. Se aplican a los vulnerables de nuestro pueblo como a los vulnerables del mundo, siendo todo el mundo creación Divina. Teniendo en cuento que la caridad de debe dar de adentro hacia afuera, o sea, primero a los personajes mencionados que pertenecen a nuestra familia, a nuestro pueblo y después a los pueblos donde vivimos, y a los pueblos del mundo.
Deuteronomio 26:12 → “Cuando hayas concluido de apartar todo el diezmo de tu cosecha, en el año tercero: año del diezmo, y se lo hubieras dado al Leví, al forastero, al huérfano y a la viuda, para que coman en tus ciudades y se sacien”.
En la revista Kesher de Jabad de Uruguay, explica “El calendario hebreo está establecido de acuerdo a un ciclo de siete años. El séptimo año es conocido como el año de Shemitá (año sabático), durante el cual la tierra se deja ociosa y no se hace ningún trabajo en los campos. En el primer, segundo, cuarto y quinto año del ciclo de seis años, los agricultores tienen que separar el “primer diezmo” (maaser rishón) destinado a la tribu de Levi, y el “segundo diezmo” (maaser shení) se trae a Jerusalén para ser consumido allí. En el tercer y sexto año, se da el “diezmo del pobre” (maaser aní) en lugar del segundo diezmo”.
Se marca importancia de éste tercer año de diezmo que se entregaba a los necesitados se resalta en la Torah como el término de un ciclo de siete años siendo el séptimo año: Shanat Shmita, que se daba descanso a la tierra solo se podía recoger en el lugar de manera personal.
De éste ciclo de 7 años cada año se separaba el maaser (diezmo). El primer diezmo o maaser Rishon, que se realizaba anualmente, consistía en el 10% de los frutos de la tierra obtenidos el cual era entregado al Levi, de ésta décima parte se separaba una décima parte que era para el Cohen Gadol llamada trumat maaser.
El maaser Shení o segundo diezmo se realizaba los años 1,2,4 y 5. Se separaba el 10% de los frutos que quedaban después de haber separado el 10% para los Levitas y el Cohen, y eran consumidos (por sus propietarios y familias) en Jerusalem, por todos, no solo los levitas y los Cohanim.
El maaser aní o tercer diezmo se realizaba en los años 3 y 6. Éste se repartía a los necesitados, a los huérfanos, viudas y forasteros residentes (o conversos). Correspondí, al igual que el maaser shení al 10% de lo que quedaba después de separar el maaser del Leví.
Recién se festejaba y se agradecía a Dios y se recibí bendición Divina, después de haber entregado el primer maaser que se entregaba a los necesitados.
Este procedimiento enseña que todos y cada uno de nuestros miembros del pueblo debemos ser inclusivos y nadie debe quedarse sin comer ni desprotegido, sólo de ésta manera se cumple con la mentalidad y enseñanzas del pueblo judío.
Deuteronomio 26:8 → "Y nos sacó Ado-nai de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con gran genialidad, con signos instructivos y prodigiosos castigos".
El escritor y moré norteamericano Nesanel Safran explica en Aish Laitno "¿Cómo podemos alcanzar la libertad interior? La Hagadá, nuestro libreto de la noche de Pesaj, relata como Dios redimió a los judíos de Egipto. La Hagadá repetidamente afirma: 'Fuimos esclavos del Faraón en Egipto, pero Dios nos sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido'. El primer ingrediente de la libertad verdadera es reconocer la acción de Dios en nuestras vidas. En ésta afirmación está implícito el reconocimiento de Su cuidado directo y de Su participación en nuestras vidas".
Cuando se sale de un encierro, y no se sabe por qué y por quién se ha salido, es probable que la amenaza de volver a vivirlo esté siempre presente. Es como tener la llave de una cadena, si no se sabe cómo se abrió la cadena, ¿cómo podríamos volver a abrirla si es que nuevamente se nos ata con ella?, El pueblo judío ha tenido que pasar por muchas cadenas, muchas prisiones, muchos problemas, muchos "sin salida". Para Dios no existe el concepto de "Sin salida", y es por eso que Dios es nuestra llave que nos libera de muchas circunstancias históricas dolorosas. Mucha gente reconoce el poder de Dios y sabe que cuando se reconoce, es el primer paso. Esto lleva a actuar de manera humana y correcta y con confianza en Dios. Cuando se actúa de manera correcta, se recibe la bendición de Dios, ¿Cómo?, cuando una persona se siente segura y confiada de la ayuda Divina, se tiene la fuerza y la energía para luchar por el objetivo y lograrlo. El moré Safran trae el siguiente relato:
"Cuando los judíos estaban parados frente al mar con los egipcios a sus espaldas, muchos de ellos pensaron que el fin había llegado. Dios le dijo a Moisés que ordenara a la gente continuar adelante y que Él iba a separar el mar para ellos. Un hombre, Najshón ben Aminadav, tuvo el valor de saltar al mar. Solamente cuando el agua alcanzó la nariz de Najshón, el mar se separó. ¿De dónde sacó Najshón el valor de saltar al mar? Los milagros de las plagas y el Éxodo habían convencido a Najshón que Dios interviene por su bienestar".
El entendimiento y la fe obra lo que los humanos llamamos milagros, pero son ayudas Divinas. Entendamos la Presencia Divina (Shejiná), obremos con justicia, luchemos por ella, por nuestra salvación y así, con la ayuda de Dios el pueblo de Israel saldrá de cualquier cadena en la cual esté encerrado.
Deuteronomio 26:10 y 11 “Y ahora he aquí que he traído la primicia del fruto de la tierra, que me has dado a mí, Ado-nai. Lo colocarás ante Ado-nai tu Dios y te prosternarás ante Ado-nai tu Dios. Te habrás de regocijar con todo lo bueno que te ha dado a ti Ado-nai tu Dios, y a tu familia. Tú y el Leví y el forastero que está en medio de ti”.
Esta ley, que se trataba de llevar al Templo de Jerusalem las primicias de los frutos que daba la tierra que Dios había concedido al pueblo de Israel. Era una ley que se aplicaba a todo el mundo, fuese judío o residente en la tierra de Israel. –La palabra Guer, puede ser tomada en algunos textos como gente no judía que residía en Israel y debía también cumplir con las leyes de la Torah por habitar en la Tierra Sagrada o podía referirse a quienes se había convertido al judaísmo y vivían junto al resto del pueblo, quienes lógicamente tenían que asumir la legislación judía en su totalidad-. Interesante es que la orden establecía que la alegría del festejo y el agradecimiento a Dios, se debía compartir tanto con los guerim –sean residentes no judíos o conversos- como con los levitas, que no tenían tierras ni llevaban por ende ofrendas de las primicias al Templo de Jerusalem, pero recibían los beneficios de los productos.
Esto enseña que la gratitud a Dios se debe realizar de manera festiva compartiendo con los que habitan con el pueblo de Israel, pues ellos se benefician directa o indirectamente de ello.
Si se analizara las bondades que cada ser humano recibe en la vida, finalizarían dándose cuenta que todo fue gracias a la bondad Divina; solo hace falta la capacidad intelectual para llegar a ése aspecto.
Pero también éstos versículos enseñan que las alegrías hay que agradecerlas y compartirlas con quienes le rodean, se encuentren o no beneficiados con estas.
Deuteronomio 26:9 → “Nos trajo a éste lugar y nos concedió la tierra ésta: Tierra que fluye leche y miel”.
Es indescriptible la cantidad de ideas sabias que se han desprendido de éste versículo que también aparece en Exodo 3:8. Uno de los aspectos más interesantes de precisamente éste versículo es la expresión, no solamente de traer al pueblo de Israel a ese lugar sino además haberle Dios concedido ésa tierra, lo que significa que es de pertenencia perpetua para el pueblo de Israel. Por eso pensé conveniente traer palabras del profeta Jeremías, -entre otros profetas que tocaron positivamente el mismo tema- ya que la historia, que nos presenta el hecho de haber vivido por siglos en la Tierra de Israel, que más tarde se le renombró Palestina, al ser expropiados de ésta tierra y exiliados a otros países, posteriormente dispersarse por todo el mundo y actualmente retorna a su nombre de Israel, a partir de 1948 con la creación del Estado de Israel.
El Rabino Jaim Kramer trae las palabras del profeta Jeremías: “He aquí que vienen días en que ya no dirán: ‘El Señor que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto’, sino ‘El Señor que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del Norte y de todas las demás tierras adonde los había arrojado’. Pues los volveré a traer a su propia tierra, que les di a sus padres” (Jeremías 16:14).
Continúa relatando el Rabino Kramer y aquí la alegoría de tierra de leche y miel: Los capítulos 30-31 del Libro de Jeremías hablan de un maravilloso futuro, cuando Israel volverá a la Tierra y a Dios, recibiendo bendiciones y abundancia mucho mayores que bajo el rey Salomón. Todas las enfermedades serán curadas, todos los pecados serán perdonados y la opresión desaparecerá para siempre. La paz reinará para todos en la Tierra.
Se trata de la época mesiánica, y los momentos de paz, sabiduría y amor que envolverán a éste mundo, no solamente a Israel, época en la que se reconocerá a Dios y Su palabra. Que tengamos todos el mérito de vivir ésa época.