Parashat Shabat Jol Hamoed Pesaj
Trece atributos Divinos
Parashá de Shabat Jol Hamoed de Pesaj, cuando Shabat cae en uno de los días intermedios de Pesaj; desde Éxodo 33:12 hasta 34:26. El Maftir leerá Números 18:19 al 25. Y la Haftará será Ezequiel 37:1 al 14. Se acostumbra a leer “El Cantar de los Cantares”: Shir Hashirim, compuesto por el Rey Salomón.
Resumen
Moshé le pide a Dios que le permita conocer Sus caminos, que acompañe durante todo el camino a Su pueblo y que le permita ver Su Gloria; Dios le promete hacer pasar toda Su bondad ante Moshé proclamando Su Nombre, pero Su Presencia no se la podría mostrar pues no podría sobrevivir. Lo pondría en la grieta de una roca y pasaría por encima de Moshé quien podría ver detrás de Dios.
Le ordenó tallar dos piedras y subir solo al monte Sinai, donde Dios cumplió su promesa. Al pasar dijo: (los trece atributos Divinos) “Ado-nai Ado-nai, Dios misericordioso y clemente, tardo en la ira magnánimo en la benevolencia y en la verdad. Mantiene la benevolencia para miles de generaciones, perdona la iniquidad y la rebeldía y el error; pero absolver del todo, no absuelve, hace recordar la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación”
Después de esto Dios le dijo a Moshé que iba a los pueblos que vivían en la tierra a donde los conducía, pero Israel debía comprometerse a no pactar con ellos, pues serían como trampa para Israel. Debía destruir toda la idolatría de la tierra donde iban a vivir.
Dentro del pacto, Dios también le prohíbe hacer ídolos, ordena celebrar Pesaj durante siete días en Aviv, durante los cuales hay que comer matzá para recordar que Dios los sacó de Egipto. Todo primogénito animal debía ser consagrado a Dios y todo primogénito de Israel hay que redimir, no trabajar en Shabat, celebrar Shavuot y presentarse ante Dios tres veces al año, traer las primicias a la Casa de Dios y no cocer el cabrito en la leche de su madre.
Momentos para aferrarnos a la fe y la esperanza. Comentario de la Parashat Shabat Pesaj por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.
Explicaciones
Éxodo 33:13: “Y ahora, si he hallado gracia en tus ojos, hazme conocer, te ruego, tus caminos y que yo te conozca, para que pueda yo hallar gracia ante tus ojos; pues es manifiesto para ti que tu pueblo es esta nación”.
Este versículo de la Torah que se acostumbra a leer en Jol Hamoed Pesaj, tiene un significado muy especial, se trata de un líder máximo en búsqueda de Dios, de su significado y su acercamiento, en beneficio de su pueblo Israel. Dios que ha escogido y ha hecho sobrevivir al pueblo de Israel hasta el día de hoy, ¿qué vio Dios en el pueblo de Israel? ¿Qué quiere Dios del pueblo de Israel?, la respuesta se halla en Deuteronomio 10, a partir del versículo 12, en el cual Dios pide entendimiento y cumplimiento de las leyes que nos ha entregado.
Muchos sabios y eruditos tanto judíos como no judíos, han llegado a la conclusión de un estado de inteligencia mayor que el promedio, sin embargo, sea cierto o no, no es eso lo que Dios quiere del pueblo de Israel. Lo que Dios quiere, está contenido en el Shemá Israel y sus dos siguientes párrafos, para lo cual invito al lector a leerlos en el idioma que mejor maneje. En resumen: Los 10 mandamientos, que contienen la creencia en Él y en las leyes que ha entregado pues estas son para la supervivencia frente a las vicisitudes de la vida. O sea, la palabra clave es: ENTENDIMIENTO.
Cuando Dios envió a Moshé a avisar al pueblo que los iba a sacar de Egipto, el pueblo lo ENTENDIÓ sin necesidad de muestras mágicas ni milagros. Posteriormente su entendimiento aflojaba debido al sufrimiento previo, pero al final comprendieron la Shejiná, la Presencia Divina.
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Éxodo 33:13: “Y ahora, si he hallado gracia en Tus ojos, hazme conocer, te ruego, Tus caminos y que yo te conozca para que pueda yo hallar gracia ante Tus ojos. Pues es manifiesto para Ti, que Tu pueblo es esta nación”.
El Rabino Noaj Weinberg Z”L, fundador de Aish Hatorah, explica en su artículo “Mitzvah 4: amar a Dios”: “Amar a Dios es una mitzvah constante. En un aspecto esto es fácil de hacer, ya que todo lo referente a Dios es virtuoso. Sin embargo, el desafío es que todo depende del grado de conocimiento que tengamos.
La Torah plantea tres caminos principales para desarrollar el amor a Dios: "Amarás a Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus posesiones" (Deuteronomio 6:5).
Para poder seguir los sabios caminos de Dios, hay que conocerlo y para conocerlo hay que estudiarlo a través de la lectura de la Torah. Al conocerlo, se le ama, así como se ama a los padres, hermanos o amigos del alma, es estar conscientes de el motivo de nuestra existencia, ¿Por qué existimos?, ¿Para qué?, ¿qué fue antes?, ¿Hacia dónde vamos?, o sea el origen y el fin. A medida que se va entendiendo a Dios, el amor es más fácil de encontrarlo y con el amor, la sabiduría, el conocimiento, la inteligencia y la continuidad, se va estructurando la identidad y el propósito.
Quiera Dios mostrarnos el camino de Su conocimiento para llegar a la sabiduría que da luz y sentido a la vida.
Exodo 33:13 → “Y ahora, si he hallado gracia en tus ojos, hazme conocer, te ruego, tus caminos y que yo te conozca para que pueda yo hallar gracia ante tus ojos, Pues es manifiesto para ti que tu pueblo es ésta nación”.
Este ruego de Moshé que hizo a Dios, también lo oró siglos después el rey David, tal como aparece en Tehilim (Salmos) Cap. 25: “…Ado-nai, hazme conocer Tus caminos; enséñame Tus sendas. Encamíname en Tu verdad y enséñame, pues Tú eres el Dios de mi salvación…”. ¿Por qué le pidió Moshé a Dios conocer Sus caminos?, ¿Por qué le rogó David a Dios conocer Sus caminos?, ¿Por qué rezamos hoy le rogamos a Dios conocer Sus caminos?
Los caminos de Dios son caminos de justicia y bondad, amor al prójimo, Ley, caridad, amor a Dios. ¿Cómo se ama a Dios?, obedeciendo Su Ley, la cual está establecida en beneficio del hombre: justicia, caridad, amor al prójimo… y las leyes que tienen que ver directamente con ofrecimientos a Dios, éstas refuerzan nuestra identidad como pueblo de Israel, Am Segulá: cumplir con Shabat, alimentación Kasher, leyes de Nidá (pureza familiar), el pacto del Brith Milá, y celebraciones de festividades, entre otras legales de justicia.
Acababa de pasar el hecho del becerro de oro y el pueblo había sido duramente castigado por ello. Moshé, como dirigente el pueblo, vio la necesidad de conocer exactamente las características Divinas para poder ser el líder perfecto del pueblo de Israel, lo cual debería ser el ideal de cualquier líder. Posteriormente Dios no le da la “clave” para la perfección, pues el hombre debía llegar a ella a través de la experiencia y de la buena voluntad. Que cada uno vea en su interior, en su alma, el camino correcto para poder llegar a la verdad por medio de la justicia, el amor y la sabiduría, sabiendo que no todo en la vida tiene una respuesta en el momento, recién la respuesta se trasluce cuando transcurre el tiempo y se reconocen finalmente las respuestas.
Jag Sameaj a todos.
Exodo 12:21 → “Convocó Moshé a todos los ancianos de Israel y les dijo a ellos: Apartad y tomad para vosotros ovejas para vuestras familias y sacrificad el Pesaj”.
En el libro de Iov –Job- 12:12 dice: “La sabiduría está en los viejos y el entendimiento es fruto de los días largos”. En el transcurso del relato de la Torah, se puede observar varias veces el llamado a la presencia de los ancianos. Según Abravanel, Dios le está indicando a Moshé que la Revelación Divina solo puede ser transmitida por personas sabias del pueblo de Israel, de esta manera, el rabino Marcos Edery explica que la palabra zaken (anciano), es usada en realidad en el sentido de los Sabios de Israel.
Los ancianos elegidos por Moshé, que le acompañaban en los momentos que se debía transmitir algo al resto del pueblo de Israel, eran como los maestros. Un buen maestro debe tener el conocimiento reunido claramente, la capacidad de análisis gracias a su experiencia y la posibilidad de transmitirlo a sus alumnos. Estas tres características reunidas en los ancianos elegidos por Moshé, fueron de tal éxito, que mucho tiempo más tarde fueron 70 ancianos quienes tradujeron la Torah al griego, llevados de Jerusalem a Egipto por el Emperador Ptolomero Filadelfo, éstos fueron enviado por el que era Cohen Hagadol en aquel entonces Eliezer. -Esta versión llamada Septuaginta (150 AEC), fue conservada por el cristianismo y se considera la más exacta. Los judíos posteriormente conservaron la traducción realizada por Aquiles el converso, discípulo de Rabi Eliezer y Rabi Yehoshúa, compañero de Rabi Akiva-.
Son muchos los ejemplos a lo largo de la historia judía, especialmente la historia antigua, en los que los educadores y protagonistas eran los ancianos, de lo que debemos aprender, que una enseñanza transmitida por un anciano, es tan valiosa como el tesoro más preciado. Se habla de sabiduría y prudencia, de saber llegar a la gente. Que Dios nos de la capacidad de valorar las enseñanzas de nuestros ancianos, para una vida sabia y congruente.
Exodo 33:12 → “Dijo Moshé a Ado-nai: Mira, Tú me dices, haz ascender a éste pueblo; y Tú no me has hecho saber a quién enviarás conmigo. Y Tú me habías dicho: te distingo por nombre y también has hallado gracia en Mis ojos”.
El rabino Samson Raphael Hirsch, explica “Dios prometió que enviaría un angel al frente para que puedan tomar posesión de la tierra, pero impuso a Moshe toda la tarea de conducir al pueblo y guiarlo a este objetivo -y más allá. Él por lo tanto dejó a Moshe enteramente con sus propios recursos, con sus poderes innatos del intelecto y de la acción. Esto indica, que creemos, en la declaración de Moshe: “Tú me dices haz ascender a éste pueblo y Tú no me has hecho saber a quién enviarás conmigo”. Tú de hecho me has dicho que se va a enviar delante de mí un ángel, para superar las fuerzas que se oponen a nosotros desde fuera, pero no me has dicho a quién vas a enviar conmigo, que me ayude a impulsar a la gente a partir de ahora en adelante. Me has dejado así valerme por mí mismo”.
Dios envía a cada hombre el talento y la posibilidad de hacer y decir lo que se proponga. Hay que recordar que Moshé era incapaz ni siquiera de hablar con el Faraón, por lo cual Dios tuvo que ayudarlo y convencerlo, posteriormente podía dirigir a todo el pueblo y hasta legislarlo, hablarle, etc. Al principio, lo cual eran los primeros pasos del pueblo de Israel, Dios envió un ángel para que acompañar al pueblo durante la salida de Egipto incluyendo la estadía en el desierto. Poco a poco, permitió que Moshé, von las capacidades adquiridas liderara al pueblo. Dios dotó de libre albedrío al hombre, para que utilizara su fuerza y sus dones para el bien y para la justicia. Una campaña tan impresionante como lo era el sacar a 600.000 personas con sus familias de un imperio como el de Egipto, no era cualquier bicoca, en adelante el hombre sabría que hasta la persona más introvertida puede entrenar y relucir sus dones hasta límites indescriptibles, y con justicia y rectitud y la ayuda -imperceptible humanamente- de Dios, se logran los objetivos.
Que aprendamos de la salida de Egipto, que la ayuda de Dios está presente a pesar de no percibirla por las limitaciones humanas, y entrenar el esfuerzo en desarrollar las carencias que tenemos con objetivos de justicia. Pesaj Kasher Vesameaj.