Parashat Metzorá
Pureza e impureza ritual
El próximo Shabat, 12 de Nisan de 5784, 20 de abril de 2024, se leerá la Parashá de Metzorá “Que rige”, del libro de Vaikrá. Este Shabat es también Shabat Hagadol, correspondiente al Shabat anterior a la festividad de Pesaj, Es tan importante este Shabat que este día el rabino dirige un sermón especial en la sinagoga durante el servicio de Shabat en la mañana. En Shabat Hagadol, durante la Haftará se lee al profeta Malají 3:4 al 24, en donde Dios le pide al pueblo de Israel que regrese a Él, “Pues Yo Ado-nai no he cambiado y vosotros, hijos de Yaacov, no habéis sido exterminados”.
Resumen
Se presenta la ley para el leproso que se ha curado y el ritual de purificación, después del cual podrá reintegrarse al campamento, llevando la ofrenda de expiación por error.
Manda Dios con respecto a la ley de afección en las paredes de las casas, para el momento en que estén habitando en Canaán, debían ser observadas por el cohen quien dispondría qué debía hacerse y en qué momento declara la casa pura nuevamente, hasta entonces no se debía habitar en ella. En caso de perseverar la afección en la pared, debían sacar las piedras afectadas de la pared y llevarlas fuera de la ciudad a un lugar impuro, renovando la casa con nuevas piedras y argamasa. En caso extremo de volver la plaga a las paredes, la casa debía ser demolida y las piedras echadas fuera de la ciudad, para reconstruirla nuevamente con nuevas piedras en su totalidad. La ropa de los residentes y visitantes debían ser lavadas por completo.
Se dictaminan las leyes sobre flujo corporal y cómo purificar al hombre que lo padece. Después de siete días de curar su flujo deberá lavar su ropa y su cuerpo en aguas surgentes, llevando posteriormente la ofrenda correspondiente. Sobre el flujo de sangre de la mujer, después del cual dejará pasar siete días y será considerada pura, llevando dos palominos a la Tienda de Reunión como ofrenda. Tanto el hombre como la mujer en estado de impureza no debían estar en contacto con otras personas ni objetos, para no volverlos impuros, hasta el día de su purificación. Cuando un hombre y una mujer mantuvieren relaciones sexuales, deberán lavarse posteriormente para purificarse.
Influencia de padres a hijos y de hijos a padres. Comentario de la Parashat Metzorá por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.
Explicaciones
Levítico, 14:14 “Tomará el Cohen de la sangre del Asham (ofrenda por expiación de culpa) y la pondrá el Cohen sobre el lóbulo de la oreja del que purifica -derecha- y sobre el pulgar de la mano -derecha- y sobre el pulgar de su pie -derecho-“.
El Rabino Menahem Rapoport (Viena, Italia, siglo XV) explica sobre el lugar donde se coloca la sangre de la ofrenda, lo cual representaba el pacto con Dios, en la oreja, como aceptación de la palabrea escuchada, en el dedo de la mano, aceptando la acción a tomar, y en el pie, aceptando el camino a transitar.
Un estudio sobre la audición llevado a cabo por la Universidad de California en Los Ángeles y la UA (Universidad de Arizona) determinó que, al contrario de lo que se piensa, el oído derecho escucha distinto que el izquierdo. Está relacionado con los hemisferios del cerebro. Los sonidos captados por el oído izquierdo son procesados por el hemisferio derecho y viceversa. Dado que el hemisferio derecho del cerebro se encarga de la elaboración de la información no verbal del sonido, como tono, intensidad y timbre, es lógica la preponderancia del oído izquierdo cuando se escucha música o sonidos. El oído derecho es más eficaz en detectar estímulos de voz y sonidos que nos transmiten información. En la mayoría de las ocasiones, es el oído dominante.
Con la anterior información queda más clara la escogencia Divina del oído derecho para marcar con sangre de la ofrenda a la persona que está purificándose por sus culpas, las cuales serán corregidas al estudiar, escuchar y entender la ley de la Torah.
Dios permita lucidez para entender la Torah y escoger el camino correcto por el beneficio propio.
Ver más explicaciones
Levítico, 14:12 : “Habrá de tomar el cohen uno de los corderos y lo ofrecerácomo Asham, junto con el log de aceite y los levantará en elevación ante Ado-nai”.
El Rabino y periodista Rav Shraga Simmons, explica (tomado de Aishlatino.com): “Debemos diferenciar entre mitología griega y judaísmo. Los sacrificios paganos servían para apaciguar dioses finitos que tenían control sobre cierto aspecto limitado de la existencia. Cada dios necesitaba algo distinto y los humanos podían evitar la ira de los dioses dándoles lo que necesitaban.
En el Judaísmo las ofrendas no son para Dios. Él no las necesita. Dios es todopoderoso, y ya posee todo. En cambio, las ofrendas son para nosotros. Nos enseñan a tomar lo físico (el cuerpo) y santificarlo.
La palabra en hebreo Korban, que la Torá utiliza para describir las ofrendas de animales, no significa simplemente sacrificio (en el sentido de dar algo), ni tampoco simplemente ofrenda (en el sentido de llevar regalos a los dioses). En cambio, korban significa "acercarse". Es decir, ayuda a una persona a acercarse a Dios.
En el Templo, tomábamos las partes del animal y las elevábamos en el altar de Dios. Esto es una declaración personal, un intento por elevar nuestros recursos materiales a un nivel más alto – de dirigirlos al servicio de Dios”.
La conducta humana pasa por el filtro de lo físico y de lo emocional. Cuando el hombre se esfuerza por dirigir su conducta de acuerdo a la sabiduría Divina, a la lógica y a la inteligencia, se va acercando cada vez más a la verdad de la vida, sin embargo Dios acepta que el hombre comete errores y puede ser impulsivo. El ideal no es ser perfecto, es casi imposible, el ideal es ir perfeccionando.
Levítico, 14:11 → “Y el Cohen que purifica, hará que el hombre que se purifica esté de pie, así como los sacrificios, ante Ado-nai, en la entrada de la Tienda de Reunión”.
Los sabios traen varias explicaciones con respecto a estar de pie ante la presencia de Dios o en los momentos en los que se recita alguna oración de santificación a Dios, como por ejemplo la kedushá. De acuerdo a los sabios del Talmud, cuando se reza se debe permanecer como los ángeles. Los ángeles están a aun nivel espiritual más alto que los hombres y físicamente la manera de conseguir la altura máxima de cada ser humano, es cuando se está de pie y con las piernas juntas. Esta es la manera simbólica para dirigirse a Dios.
En éste versículo, el hombre que estaba por purificarse, ya se había lavado, lavado sus vestiduras, rasurado el cabello de su cuerpo, y todas las órdenes previas a la purificación que el Cohen le había ordenado realizar. Ahora estaba puro y sincero frente a la Shejiná, a la Presencia Divina.
Se puede orar a Dios en cualquier postura, el rey David oraba a Dios aún estando postrado en la cama. Lo válido es el sentimiento, la fe y la emoción de la oración, sin embargo, cuando se va a enaltecer o a santificar (Kidush o Kedushá) el Nombre de Dios, la posición correcta, es de pie. Es la postura máxima de respeto y honorabilidad que se rinde a Dios. Piense que si usted va a recibir la visita de un rey o de un presidente, o si va a entrar a la presencia de un rey o de un presidente, usted se pondrá de pie, no lo saludará sentado.
Es importante reconocer la honra que merece Dios durante nuestras oraciones, y al hacerlo tener la postura de pie como corresponde a la máxima autoridad existente en el mundo.
Levítico, 14:9 → “Y ocurrirá que en el día séptimo, rasurará todo su pelo: su cabeza, su barba, sus cejas, y todo su pelo habrá de rasurarse. Lavará sus ropas y lavará su cuerpo en el agua y quedará puro”.
Hemos comentado anteriormente que la enfermedad de lepra se producía como castigo al haber hablado mal de alguien, recordando cómo Dios había castigado con lepra a Miriam la hermana de Moshé por haber hablado mal de la esposa de Moshé. De hecho, es de la única enfermedad que se menciona en la Torah durante la travesía por el desierto, y es que el daño que puede hacer una mala lengua, puede llegar a la destrucción total de toda una comunidad. Recordemos también el relato de los 12 espías cuando llegaron con palabras exageradas que asustaron a la gente y finalmente la mortandad fue alta.
El rabino Aharón Shlezinger explica que después de haber sido recluido el individuo por su lepra, debe someterse a varias acciones de purificación para reincorporarse a la vida comunitaria, entre ellas las que se mencionan en este versículo. Y al respecto dice: “En la jerga popular, en referencia a aquel que dice lo que desea sin ningún tipo de reparo, utilizamos la expresión ‘ese hombre no tiene pelos en la lengua’. Es porque los pelos o vellosidades interiores, como las que hay en las fosas nasales, actúan como filtro, no permitiendo el ingreso al organismo de elementos perjudiciales. Asimismo, estas vellosidades, impiden la salida de elementos que deben permanecer en el interior. Recíprocamente, si el sujeto de nuestro caso hubiera pensado antes de hablar, filtrando sus palabras, midiendo si son propicias para ser escuchadas, quizá hubiera visto que no son certeras, y se abstendría de decirlas, en otras palabras, no las filtró…”.
Es importante saber medir lo que se dice, cuándo se dice y de quién se dice, las palabras mal medidas son causa de dolor innecesario, son causa de destrucción. Es necesario testificar para salvar a un inocente, o encerrar a un culpable para que no siga haciendo daño, pero no es necesario hablar mal de una persona cuando ni siquiera se requiere. Lashón Hará, es uno de los pecados más fáciles de caer y más importantes de evitar.
Quiera Dios darnos claridad de mente de cuándo es necesario hablar de una persona, con el fin de proteger y cuándo no hablar de una persona porque solo haremos un daño.