2024-03-19 [Num. 974]


Parashot Aharei Mot y Kedoshim


Este Shabat 8 de Iyar de 5783, 29 de abril de 2023, se leerán dos Parashot: Parashá de Aharei Mot “Después de la muerte”, y Parashá de Kedoshim “Consagrados”, del libro de Vaikrá.

Resumen

Ofrendas

Resumen Parashat Ajarei Mot

Pureza e impureza ritual

Dios le da la instrucción a Moshé de cómo y cuándo debía Aarón entrar al Santuario, su vestimenta y qué sacrificios llevar, para que no muriera. Después le ordena cómo debía ser el sacrificio específico para que expiara por él y su familia, llevando dos machos cabríos, uno para Ado-nai y el otro para Hazazel, éste último se llevaba al desierto. Expiaría entonces en el Santuario, las impurezas y transgresiones de los hijos de Israel. Antes y después de la ofrenda debía sumergirse en la mikveh.

Indica Dios, como ley perpetua por generaciones: el día 10 del séptimo mes (10 de Tishrei Yom Kipur) cuando se debía afligir el ser y guardarse de trabajar, como si fuera Shabat, pues debían todos purificarse de los errores cometidos. La expiación la haría el Cohen que hubiese sido ungido, con su vestimenta de lino.

Los sacrificios que ofrecieran los del pueblo de Israel debían ser obligatoriamente traídos a la Tienda de Reunión, de lo contrario sería truncado éste hombre del seno de su pueblo, con el propósito que no se desvíe hacia otros dioses o espíritus.

Se pronuncia fuertemente Dios con la prohibición de tomar sangre, ya que la vida de la carne está en la sangre. También con respecto a imitar las prácticas idólatras y las costumbres de la tierra de Egipto ni de los cananeos, cumpliendo solamente las leyes y mandamientos de Dios.

Prohíbe Dios el incesto catalogando cuáles son consideradas relaciones incestuosas, prohíbe a su vez relaciones homosexuales y zoofilia, considerándolo depravación y esto impurifica la tierra, con éstas cosas se habían mancillado las naciones que Dios iba a expulsar de la tierra de Canaán. Al final del listado ordena no profanar el Nombre de Dios ofreciendo la descendencia para Molej (ofrendas humanas).

Resumen de Parashat  Kedoshim

Un pueblo santo

Ordena Dios a todo Israel, ser un pueblo Santo, ya que Dios es Santo. Recuerda las leyes de: Honrar a padre y madre, guardar shabat y no hacer ni dirigirse hacia ídolos. Cuando se sacrifiquen las ofrendas hay que comerlas por tarde hasta el día siguiente, el resto hay que quemarlo.

Recordar dejar parte de los sembrados para los necesitados, no robar, no cometer fraude ni mentir en contra del prójimo, no jurar el Nombre de Dios en falso, no engañar, no retener la paga del asalariado ni un día. No maldecir al sordo ni poner obstáculo al ciego y temerás a Dios. No cometer injusticia en el juicio, no favorecer al pobre por el hecho de ser pobre sino con justicia se habrá de obrar. Enfatiza sobre el pecado de difundir difamación (lashón hará: hablar mal y motzi shem rah: calumniar), no ser cómplice. No odiar a tu hermano en tu corazón, pero habrás de reprenderlo, no vengarse ni guardar rencor contra los hijos de tu pueblo y amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mis leyes habrás de observar.

No hacer mezclas de semillas en el campo ni mezclar lino con lana (shatnez). En la tierra de Israel se ejecutará la ley de no comer el fruto de una semilla plantada durante los primeros tres años, al cuarto año se llevará ante Ado-nai y al quinto año se podrá consumir (ley de Orlá).

No practicar la adivinación no hacer corte redondo en la cabellera ni dañar el borde de la barba. No hacerse incisión por un muerto ni tatuarse la piel. No prostituir a la hija, guardar Shabat, no consultar con magos ni hechiceros, respetar y diferenciar a los ancianos, no oprimir a los extranjeros en la tierra que Dios os da. Tener balanzas justas. Observar las leyes que Dios entrega.

Nuevamente enfatiza Dios la orden de no hacer sacrificios a Molej (eran sacrificios humanos) castigando éste delito con furor y pena de muerte; siendo además truncado de su pueblo (Pena de Caret, su alma es truncada del pueblo de Israel) a continuación se establecen las penas para los delitos mencionados, además la pena de muerte o Caret –para ambos- para quien se acueste con mujer casada, hombre con varón, se describen cuáles son las relaciones incestuosas, y la prohibición de copular con animales.

Finalmente Dios advierte distinguir entre el animal puro y el impuro; no encaminarse según las normas de las naciones que está expulsando ante Israel, pues por ésta conducta  los ha repudiado, requiriendo a Israel, ser un pueblo Santo, consagrado a Dios ya que Dios lo distinguió entre todos los demás pueblos, para Sí.


Respetar a los padres y respetar las mitzvot. Comentario de la Parashot Ajarei Mot y Kedoshim por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.

Explicaciones

Levítico 16:14: “Tomará de la sangre del novillo y rociará con su dedo al frente del propiciatorio hacia el este y delante del propiciatorio rociará siete veces, de la sangre, con su dedo”.

El Rav Daniel Baron (abogado y orador del Seminario Discovery de Aish Hatorah), explica que siete es un ciclo clave para reconectarnos con la realidad fundamental. Ciclos de siete, abundan en el judaísmo y empiezan desde la creación (siete días y el séptimo Shabat), las leyes (Shanat Shmitá, séptimo año descanso de la tierra (siete semanas). Shavuot y desde el principio del pueblo hebreo con Abraham, el pacto que hizo con Avimelej cuando le entregó siete corderos por haber cavado siete pozos en el lugar (Beer Sheva). Muchas veces más aparece el número siete en un sentido de completar un ciclo, un descanso. Este sirve para conectarnos con nosotros mismos y valorar nuestra misión en la vida, encontrar la profundidad del sentido de la vida propia.

De esta manera se puede entender cuando el Rabino autor de Hizekuni (Hezekiah ben Manoah, siglo XIII Exegeta francés: comentario cabalístico de la Torah), explica que las siete salpicaduras de sangre delante del propiciatorio, simbolizan la expiación por los profundos errores del pueblo, cerrando así el círculo para empezar nuevamente una existencia más sana.



Ver más explicaciones

Levítico 19:8: sobre la ofrenda ante Ado-nay que se traía y se debía comer máximo hasta el día siguiente. Se prohibía comerlo al tercer día. “Y todo el que lo comiere, con su iniquidad habrá de cargar, pues lo sacro ante Ado-nay él ha profanado y será truncada la persona aquella de su pueblo”.

El Rabino Samson Raphael Hirsch, explica la importancia de comer la ofrenda a más tradar al día siguiente de haberla ofrecido y preparado. Esta ofrenda representa la cercanía del hombre que lo ofrecía con Dios, limitando ése momento a ése propósito sagrado. Dejarlo para después era una manera de despreciar el momento elegido para estar con Dios, y no era posible purificarse de éste actuar, pero no iba a volver a pertenecer su alma al pueblo de Israel. Es la típica justicia Divina y no por manos del hombre, lo que está denominado como Caret.

Si ajustáramos ésta escena en la vida diaria, para lograr entender la esencia o el objetivo de dicha orden, es como si se fijara una cita con la máxima autoridad de un país, en un día específico, de mutuo acuerdo entre el citado y la autoridad y el citado, no asistiera el día de la cita sino que apareciera dos días más tarde. De hecho, Dios es flexible y permite que aún un día más tarde, se pudiera cumplir con dicha Mitzvá. Llegarle tarde a Dios es un desafío y una grosería, lo cual no merece un castigo punitivo pero si un alejamiento.

Esto se aplica a las leyes relativas a la relación Hombre Dios.



Ajarei mot 16:12 “Tomará un incensario lleno de brazas de fuego del Altar de ante Ado-nai y sus dos puños llenará de esencias en polvo para el incienso y lo traerá al interior del velo”.

Anteriormente habíamos explicado en Hashavúa las características químicas de las esencias que se utilizaban en el Altar de sacrificios que actuaban sobre la parte física y la emotiva (Hashavúa del 26 de mayo de 2020, Parashat Ki tizá, Exodo 30: 35 y 36). Recordemos que dichos elementos que componían el incienso tenían elementos curativos tanto física como espiritualmente. Aarón acababa de perder a sus dos hijos que había perecido al entrar al Sancto Sanctorum con fuegos profanos. Es de esperarse que Aarón y sus hijos estuviesen profundamente tristes. Pero El Cohen Hagadol no podía realizar un servicio de expiación por otras personas si tenía esos sentimientos de dolor en su espíritu, y aunque no se había quejado ante Dios, sí le había hecho notar a su hermano Moshé que no estaba en condiciones ni de comer la ofrenda correspondiente. De ahí que Dios le ordena lo del incienso el cual debía “expiar” por él y por su familia (no por el pueblo ésta vez). De esta manera, no es que Aarón dejara de sufrir, sino que tendría la tranquilidad para ordenar sus ideas y hacer el duelo aceptando la realidad.

El dolor no hay que evitarlo pero sí encausarlo, para que la realidad sea vista tal como es y no delegar culpas a quien no corresponde. Que Dios nos dé siempre la claridad de mente y tranquilidad epiritual para enfrentar los momentos difíciles de la vida.



Ajarei Mot- Levítico 16:11 → “Acercará Aarón su novillo expiatorio por él y por su familia e inmolará su novillo expiatorio”.

El Rabino Samson Raphael Hirsch trae el comentario de la Mishná Yoma 41b que dice que ésta segunda ofrenda incluye a todos los Cohanim. Pero antes debe confesar el Cohen Gadol por sí mismo y sacrificar el novillo expiatorio: este es el requisito previo para alguien que trabaja en el campo de Dios, cultivando los corazones y las mentes de las personas. Si quiere liberarse de todos los pecados, debe renunciar a vivir solo para sí mismo; debe voluntariamente entregar todo su ser espiritual y sensual al afilado cuchillo de la santificación de Dios. Este compromiso se expresa simbólicamente a través del acto del sacrificio expiatorio.

El Cohen Gadol tenía un papel simbólico de mucho sacrificio personal, dedicando su vida entera a la expiación de los pecados suyos, de su familia, de su tribu y del pueblo de Israel y recibiendo todo tipo de ofrendas del pueblo para disponer de ellas tal como la ley indicaba. Hirsch expone que entregaba voluntariamente todo su ser espiritual y sensual al proceso de la ofrenda y santificación de Dios, pero no todo momento era así.

El Cohen podía casarse y tener hijos, no tenía restricciones que sobrepasaran su condición humana. Tenía su hogar y su vida, aunque su mayor dedicación era la del trabajo en el Mishkan y también durante la existencia del Templo de Jerusalem. Los sucesores tenían vidas regulares, y eran nombrados Cohen Gadol a una edad avanzada, porque eran siempre descendientes del que representaba dicho oficio. El resto de los Cohanim, tenían una vida normal salvo algunas restricciones –hasta hoy- por ejemplo no casarse con una mujer divorciada, o no entrar a un cementerio.

Cuando se menciona en el Talmud que hasta al Cohen Gadol se le castigaba si hubiese cometido un delito, indica que tenían una vida social igualitaria con el resto del pueblo de Israel.