Parashot Behar y Bejukotai
Este Shabat 22 de Iyar de 5783, 13 de mayo de 2023, se leerán dos Parashot: Parashá de Behar: “En el monte” y Parashá de Bejukotay: “En Mis leyes”, últimas del libro de Levítico.
Resumen
Parashat
Behar
Año
Sabático
Se legisla sobre el año Sabático de la tierra, “Shanat Shabatón” –Shanat Shmitá-, dejando que ésta descanse cada séptimo año. Durante ese año, no se debía trabajar la tierra, solamente se podía aprovechar de su producto, en beneficio propio, para los esclavos, trabajadores y residentes. Lo que sobrara, debía ser para los animales y hasta para las fieras.
Se establece también el año 50 llamado Iovel, que empezaba el día de las expiaciones (Iom Kipur), proclamando con el sonido del shofar la libertad en la tierra de Israel para todos sus habitantes. Cada hombre retornaba a su tierra –según su tribu- y a su familia. Durante éste año también se daba descanso a la tierra, no se sembraba ni se cosechaba, solo se podía consumir su producto. Por el cumplimiento de ésta ley, Dios daría el fruto de la tierra del cual se saciaría el poblador y se asentaría en el territorio de Israel con seguridad, sin temor al peligro de hambre durante los años de descanso de la misma.
Aquel que vendiere parte de su territorio, debería poder volverlo a comprar. Pero si no pudiere, alguien de su familia lo redimiría, comprándolo y regresándolo a su dueño original; el valor de la tierra sería acorde con la cantidad de años que fue usufructuada por el comprador. Si aún así no la lograse comprar, por no tener la posibilidad económica, esperaría entonces hasta el año de Iovel, cuando se debería regresar la propiedad a su dueño original o descendencia.
Las casas dentro de la región amurallada podían ser redimidas durante el primer año de su compra, después de lo cual, si no se redimía; la venta quedaba firme y no volvía a su dueño original ni en el año de Iovel. Por otro lado, las ciudades y casas de los Levitas, debían ser liberadas en Iovel.
Se prohibió percibir intereses al prestarle a alguien en la tierra de Israel, fuera extranjero o residente, que hubiere empobrecido. Si alguien de Israel se vendía como esclavo, debía considerársele como asalariado hasta el año de Iovel. Cuando un hebreo era esclavo de un extranjero residente en Israel, debía ser redimido por algún familiar. Recuerda e insiste Dios sobre la prohibición de tener ídolos y el compromiso de consagrar los “Shabatot”.
Parashat Bejukotay
Maldiciones y bendiciones
Dios señala las bendiciones que recibirá el pueblo de Israel por cumplir con las leyes expuestas; en ellas expresa tales como la prosperidad en el campo; se saciarán, caerán vuestros enemigos y se asentarán con seguridad, habrá paz; la presencia de Dios estará entre la población; se multiplicarán y reafirmará Su pacto, siendo El, Dios de Israel e Israel será Su pueblo.
Expone también las consecuencias de no seguir Sus leyes: abolirá Su pacto; sembrará el pánico; la tierra no será fructífera; serán derrotados y dominados por los enemigos; se debilitarán; “añadiré golpe, según tus malos caminos” y si aún persisten en abandonar el sendero, traerá Dios espada sobre el pueblo; habrá hambre; enfermedades; demolerá los lugares de culto; desolará la tierra (de Israel) permitiendo que los enemigos la habiten; los esparcirá entre las naciones; sus ciudades serán destruidas, y si aún el pueblo de Israel continúa desafiando la Ley Divina, Dios castigará un séptuplo por los pecados, dejando inhabitada la tierra hasta que se cumplan los descansos de la tierra que le correspondía mientras vivían allí, no dándole el descanso legislado en su momento; serán perseguidos en otras tierras y sentirán temor.
Confesarán sus injusticias y las de sus padres, al rebelarse contra Dios y El rememorará Su pacto con Yaacov y la tierra abandonada. Advierte, de todos modos, que al estar en la tierra de los enemigos, no exterminará al pueblo, ni abolirá Su pacto, recordándoselo a los que queden.
Se legisla sobre el valor de los votos o promesas y cuánto era la valuación de cada persona. Se explica sobre redenciones y consagraciones, aclarando que ningún ser humano condenado, podrá ser rescatado (redimido).
Sobre las reglas de esclavitud en la Torá. Comentario de las Parashot Behar y Bejukotay por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.
Explicaciones
Levítico 25:15 y 16: “En relación con el número de años después del Iovel, habrás de comprar de tu prójimo, acorde al número de años de cosechas, él habrá de venderte. Según el mayor número de años habrás de incrementar su precio de compra y según el menor número de años podrás reducir su precio de compra, ya que un número de cosechas él te vende a ti”.
El Rabino Samson Raphael Hirsch explica la negociación de la tierra: “el valor de tal propiedad disminuye progresivamente durante los cincuenta años de Yovel”. Hirsch llama la atención que estos versículos están dirigidos tanto al comprador como al vendedor, para que estén conscientes de la importancia de una negociación honesta de ambos lados y que además al finalizar el período de 50 años de Yovel la tierra deberá volver a su dueño original, conservando así la herencia estipulada desde el principio de los tiempos, de acuerdo con lo que le correspondía a cada tribu y su familia.
El sentido de justicia y honestidad, en la Torah se destaca en diversas áreas, no solamente en el área comercial, sino en el sentido humano y social. Además, se destaca la idea de propiedad de la tierra, siendo el dueño original Dios, Creador del mundo y a quien Dios dio en herencia la tierra correspondiente, en este caso al pueblo de Israel.
Muchas tierras han sido ganadas y perdidas en guerras o en negociaciones, pero la tierra de Israel ha sido estipulada desde un principio al pueblo de Israel, no es negociable. Solamente Dios podría disponer de su pertenencia. Me pregunto ¿Acaso la tierra de Israel que se ha entregado a cambio paz se ha logrado dicha paz?, ¿ya no existe terrorismo contra el pueblo de Israel?, Dios decide cuándo habrá paz y cuándo permite que la violencia persista. Pero la conducta de justicia, honestidad y pertenencia, debe ser mantenida, pues si creemos que la tierra de Israel pertenece al pueblo judío, debemos necesariamente creer en la decisión de Dios.
Ver más explicaciones
Levítico 26:17: “Dirigiré Mi furor hacia vosotros y seréis derrotados ante vuestros enemigos. Os dominarán vuestros adversarios y huiréis sin que nadie os persiga”.
El Rabino Samson Raphael Hirsch explica: “En el pasado, me volví hacia ti para hacer el bien. Ahora pondré mi rostro contra ti por desgracia. Cuando persigas a tus vecinos asaltantes, serás derrotado. Serás dominado por las naciones vecinas que te odian. Ellos te envidiaron por tu prosperidad y te odian por tu manera de vivir totalmente opuestos a ellos mismos. Así, en tu política de defensa y como resultado por alejarte y renegar de Mis leyes, te volverás tan débil que sentirás peligro u hostilidad aún donde no lo hay”.
Cuando se leen los pasajes de la Torah, las historias Bíblicas, se ve cómo Dios estaba al frente del pueblo de Israel protegiendo cada uno de sus pasos. En la época de jueces, cuando el pueblo de Israel empezó a rebelarse contra los preceptos establecidos, Dios se alejaba y permitía que los enemigos hostigaran y vencieran al pueblo de Israel. Otro tanto ocurrió durante la época de Reyes, pero aún había un contacto con Dios que era por medio de los profetas. Finalmente Dios permite que las grandes potencias de aquellas épocas se apoderen del territorio de Israel y lo desplazaran por el mundo entero (de acuerdo a la profecía en Levítico 26:33 y 38).
Todas estas profecías de maldición descritas en éste y demás versículos de éste capítulo se han cumplido y todo por no haber cumplido las leyes de la Torah, por irse a la derecha o a la izquierda, por aflojar y no cumplirlas o por inventar nuevas leyes adheridas a las existentes. Me parece importante destacar, para no terminar con ésta interpretación de manera tan dolorosa que al final del capítulo, Dios retomará su amor hacia el resto del pueblo de Israel que quedare, recordando el pacto con Yaacov (Cap.26:42 en adelante).
Behar: Levítico 25: 12 y 13: “Porque año de Yovel es, consagrado habrá de ser para vosotros, del campo comeréis su producto. En éste año de Yovel habréis de retornar cada uno a su posesión”.
El Rabino Marcos Edery presentas una interesante explicación: Los alegoristas entienden que el versículo 13 “En éste año de Yovel habréis de retornar cada uno a su posesión”, se está haciendo referencia también al alma y al espíritu de cada persona, a determinada edad: cincuenta años de vida o de actividad. La persona tiene que emprender el camino de regreso hacia sí mismo, para excluir su alma y sus ser de aquellos factores negativos en los cuales hubiera caído.
Yovel, que es el conteo de cincuenta años, cuando en éste período el pueblo de Israel debía dejar en libertad a los esclavos y retornar a las tierras de sus respectivas tribus, dejó de cumplirse cuando el pueblo de Israel fue exiliado de su tierra. Pero los sabios explicaron que el regreso a sus tierras también se trata de un regreso espiritual a las raíces entregadas en la Torah, posesión del pueblo de Israel.
Existen dos tipos de posesiones en la vida: una la material y la otra la espiritual. En la posesión espiritual es el lugar donde se encuentra el amor, la familia, la amistad y especialmente las enseñanzas recibidas. Quiera Dios que las enseñanzas de rectitud, justicia y amor, sean las que lideran nuestras vidas y el propósito de ésta vida. A la edad de 50 años el hombre debería reencontrarse consigo mismo y sus enseñanzas.
Bejukotai, Levítico 26:13 → “Yo Soy Ado-nai vuestro Dios que os saqué de la tierra de Egipto, de ser esclavos para ellos. Quebré las coyunturas de vuestro yugo y os hice andar erguidos”.
El Rabino Samson Raphael Hirsch, explica que Dios nos había liberado del yugo de la esclavitud hacia los egipcios, y aunque estábamos libres para siempre del yugo egipcio, era posible que este yugo fuera reemplazado por otro. Todavía teníamos la tendencia a soportar, como parte del yugo egipcio, el yugo de la esclavitud moral, social y política. Solo con la entrega de la Torah, rompimos verdaderamente con las coyunturas del yugo. Con la entrega de la Torah, también se rompieron los ejes del yugo. Dios por siempre nos permitió mantenernos en pie, y nos garantizó la independencia y la libertad. Al menos nos dio dirección y guía para poder andar erguidos frente a todo. Con el cumplimiento de las mitzvot, obtuvimos autonomía y dignidad, frente a todas las fuerzas sociales y políticas.
Cuando una persona está subyugada a otra persona o a una sociedad, la persona adopta las costumbres y manejos de dicha sociedad, una sociedad racista, segregacionista, idólatra o de costumbres bárbaras, termina asimilando a sus ciudadanos y haciendo ver a ellos que sus costumbres son naturales y son asumidas sumisamente por la población. Esta adopción se va transmitiendo por generaciones. Es muy difícil romper un yugo emocional o social de éste nivel. Solamente cuando la vida cambia de dirección completamente, cuando se obtienen nuevos valores morales, especialmente cuando éstos son más racionales, lógicos, beneficiosos, el rumbo de la vida cambia y nacen generaciones más sanas, verdaderamente libres y democráticas. Las leyes judías tienen que ver con rectitud, justicia, moral e igualdad según la individualidad y características de cada cual. Salían de Egipto espíritus acostumbrados a la carga o yugo de la esclavitud y por momentos se rebelaron durante el paso por el desierto. El pueblo prefería la vida como era en Egipto, no entendían aún el concepto de dignidad y verdadera libertad. Este se empezó a entender a partir de la entrega de la Torah, pero con el paso de los años y las explicaciones que se vinieron dando, se estableció como parte de una identidad, con dignidad, respeto, democracia y justicia, siempre en la tónica de amor al prójimo y respeto a sus propias identidades, sin perder el horizonte de permitir injusticias o ataques físicos o verbales, pues ésta ley de la Torah, también enseño al pueblo de Israel, dentro del marco de justicia, reconocer las injusticias y no aceptarlas ni permitirlas.
Levítico 26:11 → “Y estableceré Mi Tabernáculo entre vosotros; Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis Mi pueblo”.
El rabino Marcos Edery trae las palabras del rabino Abraham Ibn Ezrah, aclarando el contenido de este versículo: No habréis de temer la carencia en un futuro ya que Mi Gloria mora con vosotros y no se asemeja a la persona que repudia morar todo el tiempo en el mismo lugar. Además cuando os halléis exiliados en tierra de vuestros enemigos Mi Gloria residirá entre vosotros y Yo seré vuestro Dios y vosotros Mi pueblo, porque por eso os he liberado de la tierra de Egipto.
El rabino Samson Raphael Hirsch, explica: La presencia de Dios no habita con individuos aislados, sino frente a miles. Porque Dios habita sólo en una multitud de personas que le obedece libremente. Mi Santuario representa Mi presencia en la tierra, y voy a colocar Mi Santuario en medio de tu nación. Y aunque seas un pueblo numeroso, Por mis leyes, que es el camino de vuestros esfuerzos, y mis Mitzvot –actos de bien- iluminaré vuestras mentes, sensibilizaré vuestras almas, y dirigiré vuestras acciones. Por lo tanto, no faltará armonía entre vuestras vidas y Mi Presencia, expresada por Mi esencia, y mi voluntad, no encontrará nada repelente en vosotros.
Muchas veces el hombre no “siente” la Shejiná (Presencia Divina), los actos malvados de los hombres, que terminan haciendo daños a otros hombres, o los penosos y dolorosos momentos en que la naturaleza de la tierra castiga vidas humanas, hacen pensar que Dios no existe o que es malvado. La Shejiná está siempre. Se trata de una reacción a una acción. Caminar por la vida de acuerdo a las Mitzvot y las leyes que Dios enseña a través de la Torah, permite iluminar las mentes de tal manera que nos da las armas de defensa. No significa que la maldad deja de existir o los desastres de la naturaleza dejan de existir o que no afectan a los creyentes. Significa que nos enseña cómo realizarnos, cómo obrar, cómo manejar las acciones que nos permitirán protegernos y proteger a nuestros seres queridos. Quiera dios que nos ilumine a todos con su sabiduría y nos sirva de defensa contra todo mal en el mundo.
Behar 25:9➙“Y proclamarás con el toque de shofar en el mes séptimo, en el día diez del mes, en el día de las expiaciones habréis de proclamar con el shofar en toda vuestra tierra”.
El Zohar explica
que el toque del Shofar
no tiene que ver con el sonido simplemente, también está relacionado con la
conciencia. Rav Shimón bar Yojái dice que la
persona que toque el Shofar,
al igual que aquellos que escuchen el sonido, deben inyectar una conciencia
específica. Por ello, Rav Shimón dice que uno tiene que reconocer y estar
consciente de qué se trata el sonido del Shofar
y cuál es su propósito. Si no estamos conscientes del tipo de energía que se
está manifestando en ese momento dado, el sonido por sí sólo no logra su
propósito, aunque sea el sonido correcto en el momento correcto. La conexión
está en el saber,
esto es lo que activa la energía. El propósito es eliminar la
energía-inteligencia negativa que viene a merodear de vez en cuando.
Rav Shraga Simmons explica en Aish Hatorah que el Shofar que está compuesto de tres sonidos, Tekiá: un sonido largo, el sonido de la coronación del Rey, nuestro Dios, Rey del Universo quien nos entrega Su Torah en beneficio nuestro y no de El. Shevarim: tres sonidos medianos cuando le imploramos a Dios, es como el grito en sollozos del corazón hacia Dios y Truá: nueve sonidos cortos, como un despertar de la conciencia hacia nuestra verdad, de quiénes somos en realidad y hacia dónde nos dirigimos sinceramente.
Los sonidos del Shofar son característicos de Rosh Hashaná, sin embargo en éste versículo se habla claramente de Yom Kipur, el 10 de Tishrei. Los rabinos establecieron que en Yom Kipur solamente se hace sonar el Shofar al finalizar el día sagrado. Sin embargo, el haber escuchado el Shofar durante Rosh Hashaná, el trabajo de la conciencia se realizó y en Yom Kipur, Dios establece la sinceridad del corazón de cada cual,
Dios quiera que este nuevo año, Dios escuche los sollozos de los sufrientes de todas las épocas, las lágrimas de su pueblo afligido durante tanto tiempo, recapacitemos ante nuestra conducta errónea y cuando llegue el momento, tengamos claridad de pensamiento y un compromiso con la vida, con el pueblo de Israel y con Dios.