Generalmente, el objetivo de los colegios judíos en la diáspora es la preservación de la identidad cultural y religiosa de los niños y la salvaguarda del futuro judío de los jóvenes de la comunidad. Sin embargo, en no pocas comunidades a lo largo y ancho del mundo asistimos a un fenómeno particular que es el de "colegios judíos con alumnos gentiles".
A pesar de la importancia de la educación judía en un colegio hebreo, la mayoría de los niños judíos de la diáspora no asisten a este tipo de establecimiento tanto sea porque este no se encuentra en la cercanía de su sitio de residencia o porque no se trata de un factor que ejerza atracción alguna ni para el niño ni para sus padres. Por lo general, existe relación entre el grado de acercamiento al judaísmo y el envío del niño a una institución educativa comunitaria y viceversa, a mayor desconexión del judaísmo menor posibilidad de que el niño asista a un colegio hebreo. Por supuesto que esto refleja también la situación de los matrimonios mixtos, en los cuales es muy común que se envíe a los niños a colegios "neutrales" que les permita a estos escoger por sí mismos su identidad una vez que crezcan.
Solo un 12% de los niños judíos norteamericanos estudian en un colegio hebreo, mientras que en Toronto el porcentaje alcanza el 50%, en México el 90%, en Sudáfrica entre un 85% y un 90%, en Francia un 30% y en Inglaterra un 65%. Los guarismos que se registran en los Estados Unidos son aun más bajos si se extrae a los ortodoxos del cálculo, entonces, solamente entre un 3% y un 4% de los chicos no ortodoxos asisten a un colegio judío.
A pesar del bajo índice de asistencia a colegios judíos, las diferentes investigaciones apuntan a que estos son el modo más significativo de promover la continuidad de la pertenencia en el seno de niños y jóvenes. De acuerdo con diferentes estudios, un joven que estudió en un colegio judío tiene una probabilidad mucho mayor de casarse en el futuro con una pareja de su mismo origen. Otros modelos educativos tales como colegios judíos dominicales no demostraron ser suficientemente efectivos a la hora de evitar matrimonios mixtos. Por este motivo, las comunidades llevan a cabo ingentes esfuerzos en aras de mantener los colegios judíos, incluso al precio de incluir en las filas del alumnado niños gentiles.
Colegios judíos que incluyen en sus filas alumnos gentiles existen en diferentes partes del mundo tales como Casablanca - Marruecos, Trieste y Turín - Italia, Cali, Barranquilla y Medellín - Colombia, Liverpool - Inglaterra, Panamá, Salónica y Atenas - Grecia, La Paz - Bolivia, Asunción del Paraguay, Kingston - Jamaica, Recife - Brasil, Monterrey – México, Sofía – Bulgaria y otras localidades. No se trata de un fenómeno único sino de una situación que cobra mayor ímpetu en los últimos años. Parece que es necesario comprender la lógica o la falta de lógica que reina en esta compleja realidad en la que estudian juntos tanto niños judíos como gentiles con el objetivo de reforzar la identidad judía de los primeros y, quizás también la de los últimos.
Los colegios judíos con alumnado gentil se dividen en diferentes categorías: existen colegios en los que la mayoría del alumnado es judío empero en virtud del escaso número de niños comunitarios y en virtud de la necesidad de aumentar el número de alumnos por clase o de incrementar el presupuesto disponible se incorpora un número pequeño de alumnos gentiles a sus filas. Otros colegios se vieron ante la posibilidad de tener que cerrar definitivamente sus puertas en virtud del bajo número de alumnos judíos o mantenerlos abiertos al precio de albergar un alumnado mayoritariamente no judío y optaron por hacerlo. Otros colegios judíos fueron fundados inicialmente con el cometido de difundir los valores judíos entre los gentiles.
Por lo general, estos colegios obedecen a una necesidad comunitaria, a veces la comunidad marca por objetivo la educación de los judíos y a veces la de los gentiles para de esa manera contribuir con la sociedad general elevando el nivel académico en el seno de los alumnos del país, mejorar el mundo y evitar un posible futuro antisemitismo ya que los alumnos gentiles conocen por medio de estos colegios tanto los valores del judaísmo como a sus compañeros de clase judíos. De todas maneras, ambos enfoques resultan ser igualmente válidos ya que según la opinión de muchas de las comunidades judías todo colegio judío garantiza la preservación de la existencia judía tanto si se trata de un colegio que incluye gentiles o de uno que no abre sus puertas fuera de la comunidad.
A los efectos de que comprendamos el fenómeno, paso a exponer diferentes modelos de colegio judío. En el colegio de la comunidad judía de Trieste – Italia, hay hoy unos 60 alumnos que estudian hasta quinto de escuela. Por la mañana, al inicio de la jornada lectiva, los alumnos rezan juntos una versión abreviada de la plegaria de Shajarit de un libro de oraciones hebreo, recitando los pasajes de "Baruj SheAmar", "Ashrei", "Shemá Israel", la "Amidá" y para finalizar "Aleinu Leshabeaj". Sin embargo, algunos de los niños que recitan el rezo judío los días domingo rezan en la iglesia la plegaria cristiana por tratarse de hijos de familias católicas que asisten a un colegio hebreo en virtud del nivel académico y de los valores que en este imperan y no por tratarse de personas de fe mosaica. Treinta de los sesenta alumnos del colegio son judíos y entre estos algunos son hijos de madre judía y otros hijos de padre judío. Para la comunidad, la existencia del colegio genera un déficit anual de medio millón de euros, pero cuando conversé con los dirigentes comunitarios ellos se mostraron convencidos que esta es la mejor forma de preservar la identidad de sus niños y temen que si lo cierran la comunidad carecerá de futuro. Uno de los líderes comunitarios me dijo: "si no vamos a tener presupuesto cerraremos primero la sinagoga mas no el colegio, pues de éste depende el futuro comunitario".
Recuerdo que hace unos años visité el colegio judío de la ciudad colombiana de Cali. Allí estudiaban unos doscientos niños, la mitad de los cuales eran judíos y los demás gentiles tanto cristianos como carentes de denominación religiosa. La jornada de estudios comenzaba con el rezo de Shajarit para todo el alumnado como parte de las obligaciones lectivas. Debo admitir que si bien no existe prohibición halájica de que un niño no judío recite plegarias judías me pareció que esta práctica implica una falta ética para con los gentiles y afecta negativamente la identidad judía de los niños de la comunidad. No veo razón alguna para obligar a un gentil a recitar plegarias judías, empero más aún, el rezo es parte de la identidad judía por lo que considero que si un niño judío ve que su compañero gentil reza lo mismo que él a pesar de pertenecer a otra religión resulta que las diferencias entre judíos y no judíos se desdibujan lo cual puede actuar en detrimento de la identidad del niño comunitario.
El colegio "King David" de la ciudad inglesa de Liverpool es sin duda alguna una escuela judía. La única religión impartida en esa institución es la judía, posee una sinagoga, los niños estudian en hebreo y celebran el día de la independencia del Estado de Israel. Sin embargo, la mitad de los 247 alumnos de la institución son musulmanes. La mayoría de los padres musulmanes de estos niños son sumamente apegados a su tradición religiosa y muchas de las alumnas visten en el colegio judío el vestido musulmán tradicional, el hijhab. Los alumnos musulmanes dicen que les agrada o aman el espíritu del colegio judío e incluso les gusta la comida kosher que allí se sirve y se adapta a los requerimientos dietéticos del islam (halal). Para mi sorpresa, decenas de alumnos musulmanes eligen usar kipá sobre sus cabezas durante la jornada escolar. Al iniciar el día la maestra Shoshana dice "Boker Tov" (Buenos días) en hebreo, y entonces, Iosef, Ahmad, James y Fátima responden: "Boker Tov morá Shoshana"(Buenos días, maestra Shoshana). A continuación, todos los alumnos del colegio, judíos, musulmanes, algunos pocos cristianos y sikhs recitan el "Shemá Israel" al unísono.
El colegio "King David" no fue establecido como un foro de cooperación y amistad interreligiosa. Desde su fundación en 1865 todos sus alumnos fueron judíos hasta el final de la década del cincuenta. En cierto momento, a las autoridades del colegio se les presentó el dilema: incorporar alumnos gentiles o cerrar las puertas de la institución.
El mes pasado visité la comunidad judía de Quito – Ecuador donde asistí como invitado al colegio israelita Albert Einstein. Este instituto ofrece un modelo único de escuela judía floreciente en un país eminentemente católico con una comunidad judía muy pequeña. La comunidad cuenta con unos quinientos miembros mientras que al colegio asisten unos setecientos alumnos de los cuales únicamente treinta son judíos. El Albert Einstein es considerado el mejor colegio del país. A la entrada del edificio se puede leer, con letras visibles y notorias: "Somos una institución educativa arreligiosa establecida por la comunidad israelita de Ecuador, basada en los valores universales de la cultura judía… nuestro objetivo educativo es formar jóvenes poseedores de pensamiento crítico y valores morales, munidos del conocimiento y las herramientas que les permitan triunfar en un mundo cambiante. Creemos en los valores humanistas de la cultura judía… creemos en el valor del Hombre sin relación a su color de piel, raza, credo religioso o estatus económico".
El colegio Einstein abrió sus puertas a alumnos gentiles desde su misma fundación y estos siempre representaron su amplia mayoría (en la actualidad, el 95% del alumnado). Casi que en todo salón de clase hay alumnos judíos, católicos, protestantes, evangélicos, bahaís y agnósticos que estudian en una atmósfera de armonía y enriquecimiento mutuo. Desde sus inicios, la comunidad judía estableció este colegio con el objetivo de influir en la sociedad general. Otro tanto pude ver al visitar el colegio "Hilel" en la ciudad de Kingston – Jamaica. Allí estudian unos ochocientos alumnos gentiles junto a unos veinte judíos. Este colegio fue establecido hace décadas por iniciativa del rabino comunitario con la clara intención de educar a no judíos como forma de contribución comunitaria a la sociedad jamaiquina.
El colegio judío de Quito es definido como arreligioso. Allí el judaísmo se aprende como cultura de modo tal que cada alumno puede sentirse a gusto aunque detente otra fe. Según el programa curricular, todos los alumnos tienen clases de cultura judía desde el nivel preescolar hasta el final de la secundaria. Los contenidos se enfocan en la historia judía, las tradiciones, las fiestas judías y la actualidad del Medio Oriente. Esto ayuda a los alumnos judíos a conformar su identidad y a los gentiles a comprender los orígenes judíos de la cultura occidental. En el colegio se estudia hebreo como materia obligatoria hasta primero de secundaria y a partir de ese momento cada alumno puede escoger la segunda lengua que desee aprender, de modo tal, que es dable encontrar musulmanes que escogen aprender hebreo por poseer parientes que desean visitar Palestina y judíos que escogen estudiar alemán para, en un futuro, poder desarrollar actividad comercial en Europa.