“¡Soy José!-dijo a sus hermanos. ¿Vive mi padre todavía?” Génesis 45.
José en su laberinto
Han pasado 22 años, y José ahora Virrey de Egipto reconoce a sus hermanos. Ellos no a él, ya que era un muchacho cuando lo vendieron a una caravana de Ismaelitas. Sus hermanos vienen a Egipto a comprar comida por motivo de una hambruna feroz que azota la tierra.
Siente que el destino lo alcanza. El pasado vuelve. Siempre vuelve.
La pregunta de difícil respuesta
Mi madre Aida K. de Daitch me repetía constantemente que debíamos aceptar a cada persona como es. Es decir "aceptar y respetar aún sin entender". Cuando alguien no responde a nuestras expectativas, intentar considerar que tal vez no sabía o no pudo o se equivocó. Pero 22 años siguen siendo mucho tiempo para no reflexionar, ¡arrepentirse e intentar buscar a un hermano!
Los sueños se cumplen
Los hermanos se prosternan ante José, como él predijo en sus sueños. Queda claro que no mentía, todo es de Hashem. También de alguna manera se inicia el descenso de los hebreos a Egipto y también un poco más adelante se cumplirá la profecía que deberán sufrir y pasar esclavitud en la tierra de los faraones.
Todo encastra a la perfección, y los misterios hasta el límite de la comprensión humana se van develando.
Vaiygash
En este capítulo de la Torá José al ver que su hermano Ieudá lo enfrenta y arriesga su vida por Biniamin, no puede contenerse más. Y toda la mascarada, prueba o para otros una especie de castigo se derrumba como un castillo de arena.
José les revela su identidad, y ellos quedan en shock, atónitos, avergonzados, con terror. Él cambia su argumentación, Hashem lo envío como avanzada para traerlos a Mitzraim y ofrecerles tierra y acogida y cierto grado de confort.
Obvio el amor vence al enojo, al resentimiento y al odio, y todo termina en abrazos y un llanto torrencial.
El mensaje encriptado. Final
Reverberar sobre el silencio de los hermanos, una especie de ausencia o indiferencia aparente luego de cometido la venta nos deja ciertas dudas. Pero hay rabinos que esbozan algunas explicaciones sobre el tema.
Para concluir, en opinión del autor, la historia del reencuentro de José con sus hermanos contiene un mensaje encriptado y podría ser el siguiente: José había logrado casi todo lo que cualquier persona puede aspirar en su vida: cargo y poder, mujer e hijos. Posición, autoridad, reconocimiento y autosuficiencia. Pero no estaba completo hasta que volvió a reunirse con sus hermanos (aquí el nudo de la historia).
Y continuando esta línea de pensamiento, todo judío de cualquier posición y nivel social necesita de su familia y de sus hermanos. El vivir en familia y en comunidad siempre nos trae en ocasiones ciertos dolores de cabeza, pero la máxima siempre nos alcanza. El idishkait o judaísmo es una religión, una conducta y una moral, donde todo adquiere pleno sentido, el estudio de Torá, las mitzvot, los shabatot y las festividades si se realizan en familia. En conjunto. En contraposición de aquellos que prefieren u optan por alejarse o ubicarse en el portal de los outsiders por la razón que fuese. Esto es contrario al espíritu de la Torá.
Como sentencia el Rey David en el salmo 133: "Que bueno y que agradable es cuando los hermanos moran juntos".