ND: Martha Wolff es una periodista, escritora y conferencista internacional, amiga de nuestro querido columnista Víctor Zajdenberg, quien ha publicado éste artículo en VisÁvis y nos lo ha enviado para Hashavúa.
Estoy harta del antisemitismo adictivo de los que necesitan pertenecer al partido del odio.
Estoy harta que los antisemitas pidan perdón cuando las instancias centrales los apuntan en su discriminación.
Harta de tener que dar explicaciones de por qué soy judía, sionista y argentina.
Estoy harta de explicar lo que pasó en la Shoá y el conflicto de Medio Oriente.
Harta de escuchar, pregonar, publicar que somos asesinos, inhumanos y condenables.
Estoy harta de ser amable con quien nunca lo será conmigo porque es racista.
Harta de que la ignorancia sea caldo de cultivo para levanta falsas banderas.
Estoy hasta del doble juego diplomático de abrazo con Israel y por otras alianzas conspirativas.
Harta de leer las noticias de declaraciones genocidas que no son más que teóricos del fracaso.
Estoy harta de ver y escuchar a frustrados líderes acusar para sumarse a grupos de ataque sin futuro.
Estoy harta de levantar mi voz, mi escritura, la historia de mi familia que no conocí por haber sido asesinada por ser judía.
Harta de publicar mis crónicas a los ciegos, los sordos y los detractores del progreso y la capacidad de entender más allá de los intereses partidarios.
Estoy harta de los veredictos internacionales que responden a intereses con falta total de humanismo.
Estoy harta que el poder del petróleo sea la sangre que alimente a los países en decadencia.
Harta que el mundo por un lado admire la tecnología y la ciencia israelí para su usufructo y por otra parte vote en contra en las Naciones Unidas a ese país.
Estoy harta de las amenazas, los cohetes, la palabra desproporcionalidad cuando se es un teórico de su realidad y su verdad.
Estoy harta de levantarme todos los días para enterarme que como judía no puedo serlo sin a diario alguna agresión, acusación, señalamiento que ocurra localmente y en el mundo.
Harta de no ser un ser con una historia en su árbol genealógico que no haya padecido por ser judío.
Estoy hasta y digo BASTA. Nosotros encontramos gobernantes para cuidar a su pueblo, que propuso la paz y que inventó un cielo artificial de cobertura antimisiles para vivir y sobrevivir.
¡Estoy harta!