“Prefiero ver la estrella judía sobre los tanques israelíes y no cosida sobre la ropa como en 1944”. Imre Kertész.
A veces, decía Carl Von Clausewitz, el ataque en una guerra es la mejor defensa. Este concepto ha sido demostrado en la Guerra de los 6 Días en 1967. Sin embargo, en la Guerra del Kipur en 1973, al no optar por esta consigna y mantener líneas de defensa estáticas (Línea Bar Lev) la guerra desatada por Egipto y Siria resultó muy costosa en material militar y en combatientes.
Entonces cabe la pregunta ¿Qué hacer con los continuos ataques misilísticos que provienen de la Franja de Gaza dominada por las organizaciones terroristas de Hamas, la Jihad Islámica y otras? La respuesta es compleja y difícil de contestar ya que no se sabe si éste es un dilema o solamente un problema.
Decimos “dilema” cuando existe una disyuntiva en que hay que optar entre dos decisiones desagradables. No atacar Gaza implica que millones de seres humanos (judíos, musulmanes, cristianos, drusos, beduinos, etc.) deban vivir, comer, dormir y estudiar en bunkers protegidos de los bombardeos. También muertes humanas y destrozos materiales. Contrariamente atacar al Ente terrorista afincado en Gaza significa movilizar a las fuerzas armadas, a los reservistas y penetrar en zonas civiles ya que los militantes islamistas cobardemente se esconden en hospitales, colegios, hogares familiares y otros centros no militares.
La penetración de los soldados compromete la vida o las mutilaciones de personal de ambos bandos incluidos los daños colaterales de la población civil indefensa. Suponiendo que se logre conquistar el territorio enemigo a un costo impredecible sobreviene todo un proceso de reorganización logística para que los habitantes puedan abastecerse de alimentos, servicios, reconstrucciones y todo lo que hace falta para el funcionamiento poblacional.
“Problema” es una cuestión que se trata de aclarar o resolver utilizando diferentes recursos aplicados a diversas variables. Es una proposición encaminada a averiguar el modo de obtener un resultado en conocimiento de ciertos datos, inclusive cuando el problema es indeterminado y tiene diferentes soluciones. Por lo tanto, el tema es una cuestión de “costo-beneficio” y todos los gobiernos del Estado de Israel han optado por zanjar el “Problema Gaza” postergando el “dilema” que por ahora se considera imposible de solucionar.
Para ello, el primer paso decidido fue la desmilitarización de la Franja de Gaza con cierto consenso de Egipto. A continuación, se ha construido una muralla a lo largo de la frontera para evitar la penetración de elementos hostiles. Luego se ha dado prioridad defensiva a la excepcional Fuerza Aérea que posee el Estado Judío para responder los ataques que provienen desde Gaza. Asimismo, se ha desarrollado un sorprendente mecanismo defensivo basado en los sistemas antimisilísticos que obtienen excelentes resultados en la destrucción de los misiles que lanzan los terroristas.
La “Cúpula de Hierro” (Kipat Barzel) fue implementada por la Empresa Rafael Advanced. Su radar detecta la salida del cohete de la zona enemiga, calcula su trayectoria y posible lugar de impacto. Si comprueba que habrá de caer dentro del campo enemigo, en el mar o en tierra deshabitada se desactiva automáticamente. Si en cambio comprueba que el misil se dirige a lugares habitados o estratégicos se activa la lanzadera que dispara un contramisil y lo destruye en el aire. Si bien el costo monetario es impactante (u$s 50.000.- c/misil) es mucho menor que la utilización del material de guerra y las vidas humanas que se perderían en una confrontación bélica. Calculemos que en el 2021 Hamas disparó más de 1.000 misiles contra Israel y en el 2023 la Jihad lanzó cerca de 500 cohetes ocasionando muy pocas víctimas y daños a edificios gracias a este sistema defensivo.
Actualmente Israel continúa desarrollando sistemas defensivos más sofisticados en sociedad con Estados Unidos y con la India que aspiran a allanar todo tipo de amenaza aérea: aviones, helicópteros, drones (aparatos aéreos no tripulados), misiles hipersónicos y de crucero, etc., que permitirán alcanzar objetivos de larga distancia hasta los 300 kilómetros. Son auspiciosos los antimisiles con láser Lahav Or y Iron Beam que están en pleno desarrollo y activarán lo que ha sido denominado como el “Muro Láser israelí”.
Los “Escudos de David”, como puede verse, defienden la integridad de Israel y la seguridad de sus ciudadanos ante los enemigos vecinos y lejanos que la quieren destruir.