“Sed firmes y guardaos para mejores días”. Virgilio
El triunfo electoral de Donald Trump en los Estados Unidos implica cambios fundamentales de la Administración Biden, en la economía nacional y global, en lo social y en el campo de las Relaciones Internacionales.
Seremos breves en lo económico: suba de aranceles diferenciados, recortes de impuestos que incluyan a la clase media, fomento a la producción de petróleo y gas y revisión comercial con México y China.
En lo social promoverá un cambio en los programas de educación en temas como la orientación sexual e ideología del género y volverá a rechazar la inmigración ilegal. Tampoco demostrará interés en las normas de las emisiones de gases y en el cambio climático; seguramente habrá de derogar el “Green New Deal”.
En su política internacional ya ha mencionado que hará todo lo necesario para terminar con las 2 grandes guerras existentes: la de Ucrania-Rusia y la de Israel-Hamas.
Para la primera requeriría la participación activa de Vladimir Putin, Presidente de la Federación Rusa y de Volodimir Zelensky, Presidente de Ucrania. Las posiciones actuales son extremas: Zelensky exige el retiro absoluto de toda la geografía ucraniana y Putin no solo se niega a tal reclamo sino además piensa en proseguir con la guerra de desgaste actual que, sostiene, es favorable a Rusia. Putin exigiría, como mínimo, el Donbass completo junto a Crimea y Sebastopol.
Si EE.UU le cortara a Ucrania los “víveres” financieros (USD 200 mil millones hasta la fecha) y las provisiones armamentísticas la Unión Europea (UE) debería sustituirlas en momentos de grave crisis económica y política de Alemania, el motor de Europa. ¿Podrá concretarlo?
En el caso que la UE retire también su apoyo a Ucrania Zelensky, o algún otro que lo sustituya, deberá negociar un cese de fuego muy favorable a Putin quien se quedaría con los territorios conquistados y la expresa prohibición de ingresar en la Alianza Atlántica (OTAN).
Ya lo dijo Trump: “Este muchacho (Zelensky) es un gran vendedor; cada vez que viene se lleva USD 100 mil millones”.
Con referencia al Medio Oriente (MO) se supone que Trump brindaría un total apoyo al Estado de Israel para que éste finalice su misión de acabar con los terroristas de Hamas y Hezbollah. Un objetivo común de EE.UU e Israel sería limitar el poder de la teocrática Irán; en principio con sanciones que produzcan condiciones para que la oposición iraní pueda descabezar el régimen terrorista de Jamenei y su Guardia Revolucionaria. Si fuera necesaria una acción preventiva más contundente a los intereses petrolíferos y nucleares de Irán se verificará en el momento oportuno como, desde hace tiempo, lo requiere Benjamín Netanyahu, Premier de Israel.
Se considera que la relación Trump-Netanyahu será buena y permitiría la posibilidad de ampliar los “Acuerdos de Abraham” y tratar de implementar el inconcluso “Plan del Siglo” con la Autoridad Nacional Palestina de Mahmud Abbas. Todos los israelíes recuerdan el reconocimiento de Trump a Jerusalem como Capital del Estado Judío y las Alturas del Golán como parte integral de Israel.