El pasado lunes 17 de abril se realizó el lanzamiento en español del libro “El velo del silencio” del Pastor Jobst Bittner. El evento fue organizado por el pastor Raúl Rubio, la comunidad Yovel, la Asociación Israelita Montefiore y la organización Marcha de la vida Colombia.
El Rabino Iehuda Gitelman compartió unas palabras de bienvenida e introdujo al Pastor Raúl Rubio, organizador del evento y maestro de ceremonias. Natalia Casarotti, madre de un joven asesinado en el festival Nova compartió un poema que escribió durante su visita a Bogotá. El Rabino Alfredo Goldschmidt y el Consul General de Israel, Kobi Valer, compartieron también unas palabras introductorias.
Jobst Bittner, autor del libro, viajo a Bogotá desde una pequeña ciudad universitaria llama Tübingen, donde nació la Marcha de la vida. Bittner fue fundador de esta marcha que congrega miles de personas al rededor del mundo, manteniendo viva la memoria del Holocausto, una labor que es todavía más relevante después del 7 de octubre. “La realidad es que los judíos ya no pueden vivir seguros” afirmó Bittner.
Tübingen es una ciudad con historia de antisemitismo y nazismo. Después de la segunda guerra mundial se mantuvo un silencio sobre lo que había ocurrido durante la Shoa, tratando de mantener oculta esta parte de la historia, escondiendo la culpa y la responsabilidad de los perpetradores.
El Holocausto, dijo Bittner, fue posible por la mayoría silenciosa, pero los nietos empezaron a descubrir la historia de culpa de sus antepasados, a indagar por las historias reales de sus abuelos y a romper este silencio.
Entendieron que no podían borrar la historia y los crímenes de sus abuelos pero sí podían trabajar para que la historia no se repitiera y luchar contra el antisemitismo. De ahí salió la marcha de la vida en el 2007. Los nietos caminaron los pasos de sus ancestros en una marcha de vida en vez de muerte.
Desde entonces la ciudad cambió. Empezaron a enseñar en la universidad la historia del Holocausto y la gente confrontó los crímenes de los ancestros. El museo del centro de la ciudad cuenta cómo se transformó una ciudad nazi a una que lucha contra el antisemitismo.
“Es un privilegio estar en Bogotá y en la sinagoga alemana. Un privilegio que descendientes de nazis puedan visitar y encontrar las palabras que sus antepasados callaron”, señaló el pastor. “Como descendientes de nazis solo podemos pedir perdón y lo mínimo que podemos hacer es contar nuestras historias. “
Bittner llegó a Colombia acompañado de una delegación de hijos, nietos y bisnietos de nazis. Ellos descubrieron la desgarradora verdad de lo que sus antepasados hicieron y tomaron la valerosa decisión de romper el silencio, contar la historia y apoyar al pueblo judío.
Uno de ellos es Stefan Klain quien además de contar su historia personal interpreto varias melodías en hebreo e incluso entonó el Hatikva junto a los presentes.
Felicitamos a todos los organizadores que hicieron posible esta importante visita y permitieron este espacio de reconciliación y solidaridad.