Si en vez de haber nacido en el seno de una familia judía que, sin ser muy religiosa, más bien de tradiciones, me crió con todos los principios y valores del judaísmo, con los principios de la Torah y los 10 mandamientos que se basan en el respeto al prójimo, ¿qué pensaría?
Podría ser una defensora de grupos terroristas y podría atacar a un pueblo como el judío, al que orgullosamente pertenezco. De pronto los acusaría de cometer injusticias como lo cree medio mundo contra grupos que atentan contra los principios morales de la civilización de occidente. Me cuesta ponerme en los zapatos del otro para entender por qué nos odian tanto.
¿Por qué nos culpan de tantas cosas malas que han pasado en la historia? que bebimos la sangre de los bebés, que infectamos un acueducto, que matamos a Cristo y otros actos malévolos por los que acusaron injustamente a nuestro pueblo.
¿Si no fuera judía, me atrevería a escribir en las redes todas esas ignominias que escriben los que no son judíos?
¿Marcharía en las calles gritando Free Palestine From the river to the sea?
¿Sería capaz de atropellar a un grupo de personas en un carro solo porque son judíos? ¿O acuchillarlos por el mismo hecho? ¿Solo porque cometieron el pecado de haber nacido judíos?
No creo y no quisiera pensar que podría ser tan mala y falta de valores para tener esos deseos maléficos de acabar con un pueblo sólo porque son judíos, porque profesan otra fe, porque ayudan al mundo a que sea mejor, a que progresen, porque están para ayudar donde otros lo necesiten.
Esa es una pregunta que me surgió de ver tanta injusticia, pero soy orgullosamente judía y seguiré defendiendo la bandera de mi pueblo a través de mis escritos que es lo que sé hacer.