Mi hija Aliza Moreno, publicó en su Facebook, que se sentía avergonzada de haberse graduado de la Universidad Hebrea de Jerusalem. La morá del CCH, Jacqueline Szapiro, me lo mostró, ya que yo no entro a Facebook. No podía yo creer que mi hija, la sionista, la que adoraba su profesión y su universidad, estaba escribiendo esto. Entonces me enteré de lo sucedido.
La noticia, había salido publicada el pasado jueves 18 de mayo en “Shalom Israel”, -la cual originalmente había salido en Arutz Sheva-, decía así: “La Universidad Hebrea de Jerusalén se niega a tocar el himno nacional de Israel para no ofender a los invitados y estudiantes árabes”.
Esto sucedió durante el evento de entrega de diplomas a los estudiantes egresados de la Facultad de Humanidades, y la radio del Ejército anunció que esta disposición se debía en “consideración” a estudiantes e invitados árabes que asisten a la ceremonia. Es la segunda vez que sucede esto en la Universidad Hebrea de Jerusalem. La organización sionista “Im Tirtzú”, envió un reclamo a la Universidad señalando la importancia de una institución académica líder en el país que transmite comodidad con la existencia del estado de Israel, según lo expresa la revista Arutz Sheva, traducido para Shalom Israel.
La Universidad Hebrea de Jerusalem fundada en 1925, en el Monte Scopus de Jerusalem, con la presencia de Sir Arthur Balfour, autor de la declaración británica del derecho a los judíos a su tierra en la denominada Palestina (anteriormente Judá e Israel); el poeta nacional del pueblo judío, Jaim Najman Bialik, uno de los mayores influyentes de la lengua hebrea en Israel. Durante la celebración de fundación de la Universidad, pronunció un largo y profundo discurso, y deseo traer parte de éste:
“De este modo nuestro saldo cultural acusa únicamente deudas; un solo déficit, sin crédito. Por lo tanto el pueblo judío del galut se halla en una situación falsa, siendo ante el juicio de la cultura según todos los indicios, un pueblo que trabaja con herramientas y materiales ajenos, que se parece a los foráneos, y a menudo también a sí mismo, un parásito de la cultura, sin individualidad. Un pueblo con amor propio no puede conformarse a la larga con este papel. Cierto día vuelve en sí y dice a sí mismo: ‘Más y mejor me es una sola medida, que es toda mía, que nueve medidas de propiedad disputada. Mejor un pedazo de pan seco, pero en mi casa y sobre mi mesa, que un buey cebado en casa y mesa ajena. Mejor una pequeña Universidad, pero completamente a mi disposición, enteramente mía, erigida por mí desde el fundamento hasta la cima, en vez de templos de la ciencia de cuyas limosnas me he de alimentar y donde mi aporte no es reconocido. ¡Que sea pobre y amarga mi comida como las olivas, pero que pueda saborear una vez el dulce y soberbio gusto del cultivo propio!”.
Bialik veía claramente el orgullo de nuestra identidad, y la imperiosa necesidad de “lo nuestro”. ¿Qué hubiera sentido Bialik si se le hubiese dicho que algún día se dejaría de entonar el himno, enarbolar la bandera, o cualquier señal de judaísmo, identidad o pertenencia, para “no molestar” a quien se le está prestando un servicio educativo?. ¿Usted se puede imaginar que en Colombia se dejara de cantar el himno nacional en una ocasión deportiva, educativa o de cualquier otra índole, para no molestar a cierto público que no ame a Colombia o que no crea que Colombia deba existir?
Es importante recordar, para quienes sufren de pésima memoria histórica, como las autoridades de dicha institución, que la Universidad Hebrea de Jerusalem fue creada como una de las instituciones del Estado de Israel en camino de establecerse…
Wikipedia: - La Universidad Hebrea de Jerusalén (en hebreo, האוניברסיטה העברית בירושלים HaUniversita HaIvrit BeYerushalaim; en árabe: الجامعة العبرية في القدس Al-Jāmi`ah al-`Ibriyyah fil-Quds) es la primera universidad judía en Israel, fundada en 1925 como una de las instituciones del Estado de Israel «en camino» de establecerse como tal.
Durante la fundación, también estuvo presente el profesor Jaim Weizmann, quien dos décadas después sería el primer Presidente del Estado de Israel. También estuvo presente El profesor Albert Einstein quien dictó la primera cátedra en dicha universidad. De Albert Einstein se sabe que sintió que su relación con el pueblo judío era su “relación humana más fuerte”, una que trasciende la religión como así también el antisemitismo que los nazis y sus simpatizantes levantaron en su contra. ¿Y por qué traigo esta frase?, porque cuando se habla de sionismo, de Israel, de identidad, lo primero que me viene a la mente es la bandera de Israel y claro está, los demás símbolos que se relacionan con Israel y el pueblo judío, entre ellos el Himno, el Hatikvah.
¿Qué mensaje están tratando de dar las autoridades que tomaron ésta decisión?, ¿Esconder la identidad del Estado de Israel? ¿Sentirse culpables por ser quienes somos? ¿El himno de Israel ofende a otros?,
Veamos qué dice el himno de Israel que sea ofensivo y por ello se deba evitar en un grado:
Se llama Hatikvah: la esperanza.
Mientras en lo profundo del corazón
Palpite un alma judía,
Y dirigiéndose hacia el Oriente
Un ojo se dirija a Sión.
No se habrá perdido nuestra esperanza;
La esperanza de dos mil años,
De ser un pueblo libre en nuestra tierra:
La tierra de Sión y Jerusalén.
¿Qué podrá ser ofensivo? ¿Será la esperanza?, ¿Nuestra esperanza ofende a estudiantes de nuestra universidad?, ¡si gracias a nuestra esperanza esta Universidad existe! no quiero perderla, de ella vivo. Y si con éste himno alcanzo a dar esperanza a otros pueblos, esperanzas de sus propias vidas, esperanzas de paz, de amor, de éxitos profesionales en el caso de la Universidad, es cuando más quisiera cantar muy fuertemente el Hatikvah.
Mientras tanto, mientras que las autoridades de la Universidad Hebrea de Jerusalem tengan éste pensamiento retrógrado y bastante antisionista, deberían pensar en modificar el nombre de la Universidad también para no ofender a nadie por tener un diploma con ese nombre y ponerle Universidad de Jerusalem o mejor Universidad de Al Quds.