Todos sabemos que, entre los seres humanos, existen amantes cultos y violentos, leales e infieles, sinceros y falsos, nobles y traidores, platónicos y pragmáticos, y así podríamos seguir ahondando en nuestra especie y determinando infinitas formas de convertirse en amantes.
Lo mismo sucede en el Cercano Oriente (y en el mundo entero) donde los Estados formales y ONG´s informales que son conducidos por hombres (a veces con damas detrás) y mujeres (en ocasiones con varones atrás) surge esta categoría (la de los amantes) en las Relaciones Internacionales que transforman a enemigos, supuestamente eternos, en aliados, socios y también, porque no, en algo parecido a alguno de los tipos de amantes ya descritos.
Es lo que sucede actualmente entre Arabia Saudita (sunita) y el Estado de Israel donde un acérrimo enemigo de ambos, la República Islámica de Irán (chiita), ha logrado esta clase de milagro que estipula que “mi enemigo menos peligroso que mi enemigo más poderoso se convierte en mi amigo” (o aunque sea a corto plazo en un amante). Esta original situación ha derivado en que todo el campo sunita del Cercano Oriente le “cortara los víveres” (armas, misiles, dinero, apoyo, etc.) al Hamas, la Organización terrorista usurpadora de la Franja de Gaza, provocando una parcial distención en la zona sur de Israel.
Asimismo la actual Rusia de Putin, continuadora de algunas políticas heredadas de la antigua URSS (Unión Soviética) que en 1979 invade Afganistán, un país musulmán, del cual se tiene que retirar con bochorno en 1989 gracias a la ayuda otorgada a los muyahidines por los EE.UU, vuelve al Cercano Oriente para salvarle el pellejo a Assad, el Presidente Dictador de Siria, en una alianza inimaginable con la teocracia chiita iraní y el Hezbollah, el emporio terrorista del Líbano; todos ellos con un superabundante prontuario de atentados y asesinatos a sus propios ciudadanos y a objetivos en el extranjero, entre ellos la Embajada de Israel y la AMIA en Argentina. En forma simultánea este indescifrable amorío está logrando conservar cierta estabilidad en la frontera norte del Estado de Israel debido a la sangrienta Guerra Civil y Militar en Siria (2011-2018) y por la anuencia de Rusia, acordada a raíz de las seis visitas realizadas por Netanyahu a Putin en los últimos años.
Tampoco deberá olvidarse el intenso “affaire” triangular que se produjo entre Obama, ex Presidente de los Estados Unidos, Merkel, todavía Canciller de Alemania y Rohani, el pseudo Presidente de Irán que condujo a la firma de un deleznable Memorándum supuestamente anti nuclear (obviando el desarrollo misilístico) por el cual a Irán se le descongelaban 100 mil millones de dólares y la industria alemana les comercializaba productos por otros 100mil millones de euros, acuerdos comerciales que los alemanes tenían preparados con anticipación y que los iraníes utilizaron en forma brillante para doblegar cualquier exigencia de contraprestación o intercambio; es decir recibieron todo sin dar nada a cambio.
Mas no todo es oro lo que brilla ya que, en el Cercano Oriente, estamos tratando con “amantes” no siempre cultos, leales y fieles y es por ello que en las Naciones Unidas siguen atacando a Israel, en la UNESCO prosiguen desconociendo la verdad histórica de Jerusalém, las ONG´s islamistas continúan atentando contra los israelíes y las ONG´s occidentales prosiguen desvirtuando la realidad cotidiana con informes falaces, inicuos comunicados y propiciando el BDS (boicot, desinversión y sanciones) a la única Democracia del Cercano Oriente: Israel.