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Judaísmo  - Lugares

Ricardo Angoso

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Por Ricardo Angoso
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Noticia de los cementerios judíos de Bratislava

2018-01-17

Cementerio  eslovaquia

Hay dos grandes cementerios judíos en la capital de Eslovaquia, Bratislava, que te recomendamos visitar, ya que ambos están muy cerca el uno del otro y porque están muy bien conservados, organizados y relativamente céntricos. En primer lugar, está el cementerio ortodoxo de Bratislava que, según las páginas oficiales de la comunidad judía eslovaca, “es uno de los cementerios judíos más grandes de Eslovaquia. Contiene más de 7.000 tumbas. El cementerio fue establecido por la comunidad judía de la ciudad en 1845, y después de 1873 fue utilizado por la comunidad judía ortodoxa”.

La misma página sigue informando que “Después de décadas de abandono, la comunidad judía de Bratislava está rehabilitando gradualmente el complejo, que se utiliza hasta el día de hoy como un cementerio para nuestra comunidad. Muchas personalidades importantes de la vida judía de Bratislava, incluyendo los rabinos Ketav Sofer (1815-1871) y Shevet Sofer (1842-1906), están enterrados aquí. La capilla del cementerio, construida en 1928-1929 a partir de los diseños de los arquitectos Fridrich Weinwurm e Ignác Vécsei, es un ejemplo importante de la arquitectura entre guerras en Eslovaquia”.

En cuanto al segundo, que está andando a apenas unos metros del otro, es el Neolog y fue establecido por la comunidad del mismo nombre en 1873,  fundada en 1872. El cementerio tiene cerca de 2.000 sepulcros y es mantenido por la comunidad judía de Bratislava. Como el otro reseñado antes, está en perfecto estado de conservación y revista.

“Hay muchas personalidades importantes de la cultura eslovaco-judía enterradas aquí, incluyendo los arquitectos Eugen Bárkány (1885-1967) y Artur Szalatnai-Slatinský (1891-1961). Una capilla del cementerio con una placa conmemorativa a los soldados que cayeron en la Primera Guerra Mundial es parte del complejo”, sigue señalando la página web ya citada de la comunidad eslovaca.

En lo que respecta a la vida judía de Eslovaquia, hay que reseñar que las primeras noticias que tenemos del establecimiento de los judíos en estas tierras datan del siglo XV pero siempre con un número bastante modesto y sin llegar a la importancia sobre el total de la población que hubo en países como Hungría, Polonia o Rumania, las tres naciones con más hebreos de Europa del Este antes de la Segunda Guerra Mundial.

El Holocausto truncó la vida judía de esta comunidad, tal como anotamos en este artículo recogido en unas páginas sobre la cuestión: “Independizada Eslovaquia en 1938, el Monseñor Jozef Tiso se convirtió en Presidente y Secretario General del Partido del Pueblo Eslovaco tras la muerte de Andrej Hlinka, siendo el líder de la Guardia Hlinka (fascista), Vojtech Tuka, designado Primer Ministro. Al frente del Ministerio del Interior fue nombrado una personalidad muy antisemita más próxima al nacionalsocialismo que al fascismo, Sano Mach, que en seguida empezó a copiar el modelo antijudío de Alemania”. 

Y sigue este relato señalando las primeras medidas antihebreas: “Al estallar la Segunda Guerra Mundial una de las primeras medidas del Ministro Sano Mach fue crear el 28 de Julio de 1940 la Oficina Central para la Economía (UHU) que expropió a las empresas pertenecientes a los judíos y los expulsó de la administración pública. Como en otros países se obligó a los hebreos a estar representados por el Consejo Judío Eslovaco (UZ). Apenas se notaron más cambios a lo largo de todo un año hasta que en Septiembre de 1941 se aprobó el Código Judío que obligaba a los judíos a llevar la Estrella de David amarilla en la vestimenta y a trabajar en labores ciudadanas. Entre las nuevas prohibiciones estaba el acceso a lugares públicos como parques, teatros o jugar al fútbol, también se los presionaba para que se marchasen al extranjero. La Guardia Hlinka no se abstuvo de realizar actos violentos contra ciudadanos judíos, como boicots y amenazas”.

“Oficialmente el 26 de Marzo de 1942 empezó la deportación de los judíos eslovacos hacia Alemania, lo hicieron 999 mujeres en un tren hacia el campo de exterminio de Auschwitz. Al mes siguiente los deportados eran 20.000. Hasta Junio de 1942 un total de 52.000 judíos de Eslovaquia fueron deportados y asesinados en su mayoría, aunque muchos participaron en la ampliación de Auschwitz II-Birkenau”, sigue contando este artículo. 

Pero, inesperadamente, las deportaciones se detuvieron por un tiempo hasta que, unos meses después, "en 1944, se produjo durante el verano el Levantamiento Nacional Eslovaco, una rebelión para sacar a Eslovaquia del Eje que terminó fracasando por el mayor apoyo al Gobierno de Tiso y la intervención alemana para disolverlo. Más de 5.000 ejecuciones se efectuaron a manos de los alemanes y de los eslovacos tisistas. Una vez desbaratado tal intento, Hitler para que Tiso le agredeciera a él su ayuda tras haber sofocado la sublevación, reclamó que Eslovaquia entregase a todos sus judíos. El Gobierno esta vez no pudo negarse. La Guardia Hlinka -cuerpo fascista colaborador de los nazis en la “solución final”- y otras milicias eslovavas detuvieron 12.600 judíos que fueron enviados a los campos de Auschwitz y Theresienstadt para morir. Durante los últimos meses de la ocupación alemana de Eslovaquia, en colaboración con la Guardia Hlinka, se eliminó a los últimos judíos”.

En total, al finalizar la guerra había muerto asesinados en los campos de concentración, los guetos o en las ciudades eslovacas 71.000 judíos, lo que significa aproximadamente un 90% de la población total que había en Eslovaquia, uno de los porcentajes más altos de toda la Europa del Este, revelando un alto grado de colaboración de miles de eslovacos en la maquinaría nazi que perpetró estos crímenes.

Por cierto, muy cerca de estos dos cementerios se encuentra el Mausoleo de Chatam Sofer, en el lugar donde anteriormente estaba el Viejo Cementerio Judío. Este Mausoleo, según leo en unas páginas de viajes por Eslovaquia (https://travel.sygic.com/#/?map=4,49.21042,16.56738&type=poi) es el lugar de sepultura y un monumento conmemorativo a la figura de Moisés Sofer, un prominente rabino ortodoxo del siglo XIX. Fue construido en el lugar donde estaba un cementerio judío del siglo XVII en Bratislava, Eslovaquia. El cementerio histórico fue destruido en su mayoría con la construcción de un túnel para carretera bajo el castillo de Bratislava en 1943, pero las negociaciones con el clero eslovaco permitieron que una importante fracción del cementerio que contiene las tumbas de los rabinos se conservara encerrado en el hormigón. En 2002 un monumento moderno fue erigido sobre el lugar y se abrió parcialmente al público”. Consultar estas páginas y acercaros hasta el mismo, se encuentra muy cerca de ambos cementerios y merece la pena.

Sobre el patrimonio judío, hemos encontrado esta nota en una página web acerca del estado de los cementerios de este país que me parece muy gráfica e ilustrativa sobre la cuestión: “693 cementerios judíos identificados se han conservado en Eslovaquia. Desafortunadamente, muchos de ellos han sido profanados y vandalizados. Las piedras sepulcrales han sido a menudo robadas por personas sin escrúpulos, y la paz de los muertos ha sido perturbada por vándalos que han sucumbido a historias ingenuas sobre los tesoros enterrados en tumbas judías”.

Dirección de los cementerios:

  • Cementerio Ortodoxo - Zizkova, 36
  • Cementerio Neolog - Zizkova, 50
  • De domingo a jueves: de 8.00 a las 16.00 - Fiestas judías, cerrado.



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