Luego de casi un año y tres elecciones consecutivas sin haber podido constituir un gobierno estable, el Estado de Israel ha conformado una conducción acordada entre Benjamín Netanyahu, el Premier provisional y Presidente del Partido Likud (Unión), y Benny Ganz, Jefe de lo que era la oposición, el Partido Kajol Laban (Azul Blanco).
El Acuerdo confirma que el primer año y medio Netanyahu será Primer Ministro y Ganz Presidente de la Knesset (Parlamento) y Ministro de Relaciones Exteriores, mientras que el segundo año y medio habrán de rotar por el que Ganz pasará a ser el Premier y Netanyahu el Ministro de Exteriores.
Este paso trascendental que ha dado Ganz se cree está fundamentado en el objetivo de evitar una cuarta elección en momentos de angustia del país por el desarrollo a nivel mundial y nacional del azote del “corona-virus” que está incidiendo dramáticamente en tres campos fundamentales como el de la salud pública, la economía estatal y privada y la seguridad de la población.
Era necesario, importante y urgente establecer un Gobierno proactivo para enfrentar estos problemas ya presentes, a fin de cuidar la institucionalidad, la gobernabilidad y la voluntad popular que, en su inmensa mayoría, demandaba la constitución de un gobierno estable y fuerte de unidad nacional.
Es lamentable que estas primordiales premisas no hayan sido comprendidas por los seguidores de Yair Lapid, el otro conductor de Kajol Laban, por lo que el partido se ha dividido quedando en la oposición al nuevo Gobierno, integrado por más de 75 parlamentarios sobre un total de 120 que tendrá el apoyo, además del Partido Likud de Netanyahu y de Joset (Resilencia) de Ganz, de otros partidos nacionalistas, religiosos, laboristas y de la izquierdista Orna Levy.
Deplorable ha sido también el comportamiento político inestable y disruptivo de Avigdor Liberman, líder del Partido Israel Beiteinu (Nuestro Hogar) que nuclea a votantes que han emigrado de Rusia, causante principal de la inestabilidad que el Estado de Israel ha tenido que vivir durante todo este período provisional. Este político minoritario, que ha tratado de manipular al país durante 1 año se ha quedado ahora “sin el pan y sin la torta”.