2024-11-22 [Num. 1010]


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Judaísmo  - Festividades

Marlene Himerlfarb

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Por Marlene Himerlfarb
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Colaboradora de los periódicos, El Correo, El Mundo, suplemento dominical El Colombiano, (Medellín), suplemento dominical Estravagario del Periódico el pueblo, (Cali) Revista Carrusel, Elenco y suplemento dominical de El Tiempo, directora de la biblioteca del Colegio Unibán en Apartadó, profesora de literatura infantil en el jardín infantil Consentidos, directora y editora de la revista Hamerkaz, colaboradora de Hashavúa, guión y montaje de obras de teatro en el Beit Avot Participación en la Feria Internacional del Libro en Bogotá, 2017 y 2018 Obras publicadas: historias encontradas 2.004, cuento infantil Elephantus 1/ 2016 y Elephantus 2 en el 2018

Seder en pijama

2020-04-13

Pesaj5

La religión judía se basa mucho en el recuerdo. Cada año recordamos cada una de las fiestas que fueron celebradas por nuestros antepasados. Cada festividad  tiene su fecha y cuando llega, se festeja para recordar, para no olvidar. Para tener presentes las costumbres y tradiciones de nuestro pueblo y hacer que las próximas generaciones las sigan cumpliendo. Esa es la forma de preservar y hacer respetar nuestra cultura.

En Pesaj, celebramos todos los años la salida y liberación de la esclavitud de los judíos en Egipto. Hacemos los Sedarim que son las dos comidas principales donde colocamos el plato de Pesaj, la Keará con varios símbolos que nos recuerdan tanto las tristezas, como las alegrías que constituyen esta fiesta. La tristeza es la esclavitud que vivieron los judíos y el paso por el desierto durante 40 años hasta poder llegar a la Tierra Prometida. La alegría es la liberación de la esclavitud y la llegada a la Tierra Prometida.

Se come huevo con sal como recuerdo de las lágrimas que derramaron los judíos. Se come matzá, pan ácimo que no tiene levadura y  por eso no leuda, para recordar cuando cayó maná del cielo. El maror, hierbas amargas, recuerda el sufrimiento. 

Se toman 4 copas de vino a lo largo de la comida y se pone una copa llena sobre la mesa para la visita del profeta Elihau Anavi. 

De una de las copas sacamos una gota de vino con el dedo meñique y recitamos cada una de las plagas para recordar, botar y que no vuelva a suceder.

La fiesta de Pesaj se considera como un orden. Por eso la comida se llama Seder que en hebreo significa orden. Antes de iniciar esta semana de celebración se acostumbra a hacer un orden y limpieza en la casa y recoger hasta el último pedacito de jamétz para que no quede ningún rastro hasta que termine esta festividad. Se acostumbra quemar el último pedazo de pan que queda y a “vender” el jametz por si quedara algo en un rincón.

De una de las matzot que se sirven en la bonita y organizada mesa de Pesaj, se saca un pedazo, el afikoman y se esconde para que los niños la busquen y se gana un premio el que la encuentre. 

Se entonan algunas canciones, entre ellas, El Cabrito y todos recitamos en coro el Má Nishtaná. Por qué esta noche es diferente a las demás noches? Y se va respondiendo a cada pregunta cantada. 

El orden que se sigue es el de la lectura de la Hagadá. Este año cambió un poco el orden. El Seder fue diferente. En Israel como de costumbre se celebra un solo Seder, pero en la diáspora se acostumbran a hacer 2.    

Este año todo fue diferente. De pronto se rompió el seder, el orden, y todo cambió. Desde los tiempos bíblicos había anunciada una pandemia. 26:20 Isaías: “Ve pueblo mío, entra en tu casa y cierra tras de ti tus puertas. Escóndete un poco hasta que pase la ira del Señor”. Los comentarios de la pandemia son…. que los chinos…. que las premoniciones…. que la ley Divina…. que la naturaleza necesitaba descansar. Todas son preguntas y respuestas válidas, como el Má nishtaná. Cada uno se arma su propia teoría, pero lo único cierto es que estamos todos “encuarentenados” por culpa de un bichito insignificante de tamaño, pero que tiene corona. 

La cuarentena coincide un poco con los 40 años que pasaron los judíos en el desierto, parece que por no portarse muy bien. Practicaron la idolatría y renegaron de la fe judía. 

Este año la fiesta de Pesaj fue diferente a todas las demás. El Seder también lo fue. Gracias a la tecnología muchas familias alrededor del mundo pudieron reunirse y celebrar un Seder al estilo moderno. Zoom permitió reunir a los miembros de cada familia y celebrar en conjunto. Lo mismo sucedió con los Sedarim comunitarios. Fue un Seder en pijama. No hubo que ponerse grandes atuendos, pero si llenarnos de espiritualidad y regocijo por poder celebrar una vez más la libertad, aunque esta vez en cuarentena. 

Otra innovación fue que tuvimos una plaga más que había que botarla con todas las anteriores, en una servilleta gota por gota y es la del corona virus. Necesitamos que salga de nuestras vidas y que podamos salir airosos de esta cuarentena y volver a ser libres.

Este año también cambió la forma de recibir a Elihau, pues al abrir la puerta lo recomendable era dejarle unos guantes para que no se contaminara del virus y poder recibirlo como se merece en su visita anual.

A través de estas palabras quiero desearles a todos un feliz Pesaj. 



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