Entrevista con el rabino Eliahu Birnbaum
D.A.R: ¿Cuál es la realidad histórica de los Anusim y los Bnei Anusim?
R.E.B: Por lo general, hay quienes piensan que el tema de los Anusim (marranos, conversos, etc.) es un tema histórico. Es decir, un tema que se encuentra solo entro de las paginas de los libros de historia. En mi trabajo, he descubierto, dos temas principales. En primer lugar, que los Anusim y en especial los Bnei Anusim, son un tema vigente. A pesar, que han pasado más de 500 desde la expulsión de los judíos de España y Portugal, es un tema vigente y latente. Sin embargo, hoy en día, no hay Anusim, ni “marranos” como tal. Es decir, no existen personas que vivan su judaísmo de una forma oculta -criptojudaísmo-; pero, si existen los Bnei Anusim, que son los descendientes de los Anusim -los forzados- que saben que sus raíces son estas, que tienen identidad y ancestros judíos sefardís. Incluso que su genética y sus apellidos están vinculados a familias de Anusim.
Así que, los Anusim no solo son una realidad histórica, sino que, también una realidad existente. Entonces, son los descendientes de los Anusim, los Bnei Anusim -hijos de los forzados- quienes siguen en boga. La otra sorpresa que me encontré hace algún tiempo y que, además, es muy interesante, es que este tema es desconocido por parte del pueblo de Israel. Ni dentro de Israel, ni en la diáspora -Galut-. Este tema se estudia, pero muy poco. Por ejemplo: no hay un museo ni en Israel, ni en el mundo, que cuente la historia de estos Anusim (hasta ahora la Fundación Hispano Judía de Madrid, dirigida por David Hatchuel está proyectando uno) y, que rescate esos momentos que los judíos vivieron en la expulsión y luego en la inquisición, a pesar, de que estos momentos fueron cruciales en la historia del pueblo de Israel. Asimismo, yo creo que esa falta de conocimiento por parte del pueblo judío, sobre la realidad histórica de los Anusim, debe ser corregida en nuestros días.
D.A.R: ¿Cómo llegó usted al tema de los Bnei Anusim?
R.E.B: Hace más de 20 años, cuando empecé a recibir cartas y correos electrónicos de personas que se presentaban como descendientes de Anusim y buscaban ayuda para retornar o regresar al pueblo de Israel. Al principio, pensé que eran casos solitarios, pero luego me encontré con que se trataba de decenas, hasta centenares de casos unidos entre si por este pasado común y el mismo deseo de retornar al pueblo judío.
Además, son personas y comunidades que se encuentran alrededor del mundo, que han mantenido una identidad y costumbres judías. Así que, empecé a estudiar el tema desde le punto de vista histórico, también visite los lugares donde están estos Bnei Anusim. Desde la famosa comunidad de Belmonte, en Tras Os Montes en Portugal, que, de hecho, es la única comunidad de Anusim, que se mantuvo como comunidad, hasta encuentros con individuos en España, Portugal, Colombia, Brasil y otros lugares, donde históricamente llegaron familias de Anusim.
Una de las características de los Bnei Anusim, es que se trata de una realidad individual. No encontramos en el mundo judíos, comunidades de Bnei Anusim, únicamente la de Belmonte, porque era una aldea pequeña, se ocultaron entre las montañas y mantuvieron su identidad a través de los años. De resto, encontramos personas o familias que mantuvieron las tradiciones de sus ancestros y saben que vienen de familias de Anusim.
D.A.R: ¿Cuál es la importancia del retorno al pueblo judío por parte de los Bnei Anusim?
R.E.B: La importancia del tema está basada en dos conceptos: Respeto y Responsabilidad. Por un lado, tenemos que tener respeto por los sentimientos de los Bnei Anusim, también por su identidad, historia personal que cada persona, familia o grupo cuenta sobre su pasado. Así que, si una persona viene a nosotros, y nos dice que se considera un Bnei Anusim, creo que lo que se debe hacer primero es estar atento a escuchar su relato tanto personal como familiar y eso es respeto.
El otro tema, que justifica el apoyo a estas personas, es la responsabilidad del pueblo de Israel hacia nuestros hermanos, pues los Anusim, fueron parte del pueblo judío. Solo que tuvieron que ocultar su judaísmo, pero, esto no quiere decir que dejaron de ser judíos. Y, no quiere decir que no se sintieran y transmitieran a sus hijos el judaísmo; por lo tanto, creo que nuestra responsabilidad moral, religiosa y nacional es ayudar a parte de nuestro pueblo (que fueron parte de la familia, pero fueron alejados) a retornar a nuestra familia. Es como un hermano que se separa y se pierde de la familia y cuando hay una señal de vida, debemos ayudarle a regresar.
D.A.R: ¿Qué proceso se les debe hacer a estos Bnei Anusim?
R.E.B: En general, es difícil dar una sola normativa en este caso, pues depende mucho de los individuos y familias, y la continuidad maternal, es decir, que se pueda comprobar por línea maternal esa descendencia judía. De igual manera, conozco decenas o centenares de personas que luego de 500 años, lograron demostrar, por medio de un árbol genealógico la filialidad con el judaísmo. Desde que los archivos de la inquisición fueron abiertos, esto favoreció mucho para poder llegar a los orígenes perdidos, pues una persona puede investigar su continuidad familiar y encontrar los nombres de sus ancestros y unirlos al árbol genealógico familiar. Por lo general, estas personas que logran demostrar esto, no van a necesitar de una conversión común, sino de lo que se llama “retorno a la familia”, la cual, es una ceremonia diferente, pues no es un cambio total -una conversión- sino un retorno.
Sin embargo, otras personas que alegan tener descendencia judía no lo pueden demostrar. Suelen tener relatos familiares, pero no pueden demostrar esa conexión al judaísmo, así que, si se requiere una conversión formal y ordinaria. Pero, aún cuando se hace una conversión normal a Bnei Anusim, debe hacerse con mucha sensibilidad y respeto, y, que no haya la sensación de que son personas de fuera del pueblo judío, sino que son personas que son ya parte de la familia, pero que se requiere hacer una reconversión, como corrección histórica y religiosa para volver a aceptarlos en el pueblo judío.
D.A.R: ¿Cuáles son los retos a futuro del pueblo judío e Israel con respecto a los Bnei Anusim?
R.E.B: En general, creo que el pueblo judío y el Estado de Israel, aun no conocen esta realidad de estos Bnei Anusim, y si la conocen, la conocen muy poco. Y, además no hay un vínculo cercano entre las personas del pueblo judío y los Bnei Anusim. Se debería instituir una vía entre los descendientes de Anusim con Israel y el pueblo judío, que pueda tener una visa de entrada a Israel, que les permita visitar, estudiar y permanecer en Israel -sin referirme a Alià-Ahora bien, el primer problema entonces, es que el tema no es conocido, entonces el principal desafío es que este tema sea conocido, teniendo en cuenta de que es una realidad mundial. Y, es fundamental establecer normas para que exista un vínculo con los Bnei Anusim.
D.A.R: ¿Qué apreciaciones tiene sobre las comunidades emergentes que no son Bnei Anusim?
R.E.B: Nos encontramos hoy en día en un mundo que acostumbramos a categorizar como posmoderno. Un mundo en el cual, no existe solo el modernismo como tal, sino también, una sensibilidad espiritual especial, la búsqueda de significado, de las raíces y de mi propio yo. Así que, mucho de lo que pasa en el mundo judío, es parte de los procesos que vivimos con el mundo posmoderno. Desde, la búsqueda de los Bnei Anusim de sus raíces, hasta la realidad de “las comunidades emergentes”, que hasta hace algún tiempo eran parte de otra religión, por lo general, del mundo cristiano; y, en algún momento deciden dejar este mundo y acercarse al Tanaj -la biblia hebrea-, y del Tanaj a la fe judía, y de esta, al judaísmo; y del judaísmo al pueblo judío, para terminar con la conversión.
El mundo moderno está viviendo procesos espirituales, donde también hay búsquedas. Yo creo, que las comunidades emergentes buscan judaísmo. Comenzaron con la biblia hebrea y, esto se convirtió en el punto de partida al camino que quieren seguir. A día de hoy, existen centenares de comunidades judías, particularmente en América, desde Estados Unidos a Brasil. En Centroamérica y en Suramérica existen estas comunidades judías que emergen de las raíces hebreas y conviven como judíos, a pesar, que algunos aún no se han convertido oficialmente. Su fe es judía, su vida diaria y sin duda este proceso es algo que debemos tanto comprender como respetar e integrar luego al pueblo judío.
D.A.R: ¿Cómo cree que este importante tema debe tratarse dentro del pueblo judío y de qué forma aporta su labor y experiencia en esto?
R.E.B: Mi sueño es que la búsqueda, el encuentro y el apoyo de los Bnei Anusim, las comunidades emergentes y de otros grupos que consideramos que son descendientes del pueblo judío, no sea solo una labor de individuos -como yo- o de instituciones, en este caso, Ohr Torah -que dirijo en este ámbito- entonces que no solo sea iniciativa privada, sino que el pueblo judío y el Estado de Israel como tal, comprendan esta realidad y puedan entonces ir en su búsqueda y apoyar a estas comunidades.
A pesar de que Israel tiene más de 70 años de existencia, aun se vive con una mentalidad de la diáspora, es decir, esa mentalidad que nos enseñó a vivir en juderías o guetos y se hacía por elección propia (claro que no me refiero a los guetos de la época de la Segunda Guerra Mundial). En Europa, así como, en el norte de África, existían estos barrios judíos e incluso en Israel esto se replicó. Entonces, esta mentalidad cerrada -identidad diaspórica- y esa tendencia a encerrarnos no permite ver que tenemos diferentes círculos y la grandeza del pueblo judío. Y, tenemos que trabajar con los diferentes círculos del pueblo y dentro de estos círculos, están también, los Bnei Anusim, los conversos y las comunidades emergentes. Entonces, mi expectativa es que Israel comprenda y acepte esta realidad.
D.A.R: ¿Cómo es el tema de las conversiones en la actualidad por parte del Estado de Israel y, ¿cómo deberían ser?
R.E.B: El tema de las conversiones, sin duda es hoy en día, un tema central dentro del pueblo judío. La conversión sin duda es uno de los temas más relevantes en Israel y en la diáspora, porque en el Estado de Israel, viven más de medio millón de personas que son ciudadanos israelíes, pero, no son judíos según la Halajá -la definición religiosa- del Estado de Israel. Y, esto genera una gran tensión social en Israel, pues son ciudadanos, van al ejército, se sienten judíos, etc. Pero, cuando llega, por ejemplo, el momento de casarse en Israel, no pueden casarse, porque no tienen el status de judíos, según la Halajá. Esto es muy complejo que más de 500.000 personas deban salir de su país para tener matrimonios validos por la ley.
En Israel el único casamiento o matrimonio que existe es el religioso, que luego se transforma también en civil (porque no existe la figura del matrimonio civil). Ahora bien, este tema se solucionaría por medio de las conversiones, para acercar a la mayoría de personas posibles al judaísmo, enseñarles los conceptos básicos y que sean parte del pueblo de Israel, también desde el punto de vista halájico. El mismo problema, tenemos también en la diáspora, pues no existe una sola comunidad que no este preocupada por el status de sus miembros. Hay comunidades con mucha asimilación, con niños en las escuelas que son hijos de padre judío y madre no judía, también comunidades que hacen conversiones conservadoras o reformistas. Así que, en la actualidad el pueblo judío, no es homogéneo, y nunca lo fue.
También, alrededor de la pregunta de: ¿Quién es judío? Hay una cantidad de definiciones. Yo soy de los rabinos que creen que una de las formas de unificar y fortificar al pueblo judío es por medio de las conversiones. Aunque, hay rabinos y comunidades que ven en la conversión un peligro para el pueblo de Israel. Sin embargo, para mi es en cambio, una forma de unificar y fortalecer demográfica, espiritual e identitaria del pueblo judío.
La unión de las almas judías y conversas es aquí y ahora, y lo bonito es que cuando una persona se convierte se transforma inmediatamente en judío, no continúa siendo un Guer -converso- toda su vida. Desde que la persona sale de la Mikveh -baño ritual- ya sale con su alma judía. Así que unificamos las almas de los judíos por nacimiento -del vientre de una madre judía-, con la de los que nacen luego de pasar por las aguas de la Mikveh. Así que, eso es lo especial de la conversión, que hoy en día ya unificamos a estas almas de nuestro pueblo. El resultado es el mismo, todos vamos a ser judíos de la misma y manera y debemos respetarnos siempre y en todo momento.