El Consejo de los Derechos Humanos de la Organización de la Naciones Unidas (CDHONU) se ha transformado en una verdadera cueva de timadores y falseadores de los hechos más elementales que suceden en este lamentable mundo que estamos viviendo.
24 integrantes de esta cueva (CDHONU) de Ali Babá (ONU) han votado contra el Estado Judío de Israel por el último ataque artero y desproporcionado recibido por Israel, realizado por la organización terrorista Hamas, que en el año 2007 se apoderó brutalmente de la Franja de Gaza y esclavizó a sus habitantes. Debe decirse con todas las letras que estos 24 timadores del CDHONU votaron a favor del agresor, del victimario, de los criminales del Hamas y contra el agredido, la víctima y los defensores de sus habitantes civiles que tuvieron que vivir durante 11 días en refugios para no ser asesinados por los 4.300 misiles y cohetes disparados por Hamas.
Este Consejo llamado inexplicablemente de Derechos Humanos, dependiente de las también inexplicables Naciones Unidas, parece estar formado solo para promover condenas contra el Estado Judío y como vil tapadera, alguna que otra condena adicional como para disimular. Desde 2006 hasta 2021, en 15 años emitieron 95 condenas contra Israel; ninguna contra países en los que todos los días despedazan los derechos humanos de sus habitantes como China, Turquía, Arabia Saudita, Sudán, etc. y apenas poquísimas contra Venezuela (2) e Irán (11).
Lo inaudito es que ésta cueva que vota contra Israel, la única Democracia del Medio Oriente, está integrada por dictaduras como Venezuela con miles de venezolanos desaparecidos, torturados, muertos y 5 millones de emigrados con un 80% de su población en peligro de morir, además, por inanición. También la integran estados fallidos donde no existe la ley ni el orden para los pueblos sometidos a la esclavitud (entre ellas la sexual y de la niñez) de las numerosas bandas criminales armadas como Somalia, Eritrea, Libia, Costa de Marfil, Burkina Faso, etc. (ver Google).
Además la constituyen países autoritarios, totalitarios, integristas y comunistas que habremos de enumerar a algunos solamente como por ejemplo Cuba, un gobierno comunista que ha perseguido y asesinado, a lo largo de su larga existencia, a los disidentes (Huber Matos), opositores (decenas de miles), a los cristianos (Valladares), a los gais y lesbianas, etc., con 3 millones de exiliados y refugiados, muchos de ellos muertos en el mar ahogados o en la boca ventral de los tiburones en su desesperada búsqueda de libertad. China, cuyo presidente Xi Jinping se ha autoerigido como vitalicio con una ley votada por “unanimidad”, tiene sojuzgado al Tíbet destruyendo cientos de sus templos ancestrales, subyuga a los uigures en campos de concentración y se encamina al sometimiento de Hong Kong quebrando el acuerdo de “un país, dos sistemas”, firmado con Gran Bretaña. Su antecesor Mao Tse Tung todavía le debe a la humanidad los 80 millones de chinos asesinados en aras al colectivismo marxista leninista.
Turquía, el país encapsulado en no reconocer el genocidio de 1 millón y medio de armenios, hoy tiene encarcelados a todos sus opositores, profesores, periodistas y ha destruido y denigrado la herencia de Mustafá Kemal Atatürk, fundador de la Turquía moderna.
Fue lamentable el voto dado por países amigos de Israel como Argentina, que tuvo 2 ataques terroristas, México agobiado por los narcotraficantes y Rusia que sufrió atentados chechenos.