El cementerio judío es un museo vivo que late como un corazón.
Algunos acostumbran a visitar uno o más cementerios judíos antes de Rosh Hashaná y de Yom Kipur para recordar a eruditos, a líderes comunitarios, a familiares, y a amigos. Sin embargo, no suelen tomar fotos y videos de las tumbas y lapidas durante las visitas para compartirlos con amigos y familiares que se encuentran en otras ciudades y en el exterior, lo cual es necesario para extender, reforzar, y salvaguardar la memoria individual, familiar, y colectiva. Tampoco suelen hacer un registro con papel o cámaras del estado de todos los elementos de las lapidas y de las tumbas.
Esos registros gráficos permiten conocer e investigar la identidad de individuos, familias, clanes, y comunidades judías, entre otros.
Esos registros pueden ayudar a conseguir un pasaporte. Eso es, si la lápida está escrita y preservada correctamente, de acuerdo a manuales como el “Rabbinical Commission Guidelines For The Preservation Of Jewish Cemeteries” o “A Guide to Jewish Cemetery Preservation in Western Ukraine”.
La tumba y la lápida correctamente creadas y preservadas pueden permitir completar la historia clínica de una persona que sufre una enfermedad grave, y que urge atención médica, incluyendo un trasplante. También puede permitir rastrear el ADN de una persona viva y de un cadáver tras un evento catastrófico.
Una lápida que puede leerse claramente en hebreo y en otros idiomas permite escribir un tenai (acuerdo prenupcial) y una ketubah (acuerdo nupcial). También permite verificar el get común (acuerdo post-nupcial) y el get condicional que se escribe antes de emprender una actividad y/o un viaje riesgoso para evitar que la esposa sea declarada una “agunah” (mujer encadenada); para que la esposa no sufra un impedimento –especialmente para volver a casarse; para que la esposa no conciba hijas(os) bastardas(os): mamzerim.
Una lápida que exhibe letras legibles y correctas en hebreo y en otros idiomas permite identificar todas las ortografías de los nombres, apodos, apellidos, fechas, y lugares de nacimiento y deceso de una persona, y, en algunos casos, los de sus familiares más cercanos. Esos datos permiten encontrar información valiosa en una variedad de sitios en línea y fuera de línea. (Un chip QR discreto en la lápida puede ligarse directamente a una página web de Geni, de BillionGraves, o a otro sitio multimedia y de realidad mixta.)
Una lápida nítida permite reconocer a los miembros de una misma familia, y de una misma aldea, ciudad, distrito, y país. La lapida precisa permite identificar a miembros de comunidades judías vibrantes que existieron antes de la Segunda Guerra Mundial, que sufrieron eventos traumáticos a finales del siglo 19 y a principios y mediados del siglo 20, y que desaparecieron durante y después de la Shoah.
La lapida exacta permite corroborar información en bases de datos de sobrevivientes y víctimas de la Shoah que aparecen en los registros del Joint Distribution Committe, de HIAS, de Yad Vashem, del United States Holocaust Memorial Museum (USHMM), y de cementerios en otras ciudades, entre otros. Una lápida perfecta permite conocer además la cronología de la inmigración de los judíos a las diferentes ciudades de Colombia, y establecer contactos valiosos con las comunidades que gestaron y criaron a los judíos inmigrantes que fundaron las instituciones y organizaciones judías de Colombia. La buena lapida permite entender la cultura, las liturgias, y los currículos que conservaron y usaron esos inmigrantes para reconstruir sus vidas en Colombia.
Las lapidas correctamente escritas y mantenidas convierten en cementerio en una bait hahayim (casa de los vivos); en un museo dinámico que pueden visitar estudiantes de colegios y universidades, así como judíos de todo el mundo. Un cementerio-museo puede ayudar a crear empleos directos e indirectos sostenibles en todas las kehilot (comunidades) de Colombia.
El tamaño total de la lápida permite saber si la persona falleció en su infancia, juventud, o adultez. Esa información permite establecer programas preventivos de salud física y mental para todos los miembros de todas las kehilot de Colombia. Fotos de toda el área de la tumba desde diferentes ángulos permiten detectar imperfecciones y daños.
Es mi opinión que quienes visitan el cementerio antes de Rosh Hashana y Kipur deben hacer registros gráficos de las tumbas y de las lapidas, y compartir esos registros con otros. Es mi opinión que todas las lapidas deben, en lo posible, aparecer tal como lucieron el día en que fueron vistas y leídas por primera vez: perfectas.