Nada nuevo pero peligroso
La elección de Gabriel Boric como presidente de Chile, marca un nuevo jalón o peldaño, con el cual los judíos de la diáspora tendremos que lidiar. Una nueva generación de jóvenes dirigentes que se han formado en universidades o sindicatos, que están plagados e infiltrados desde hace décadas de pro-palestinos, sean profesores o alumnos, que, bajo el paraguas del conflicto árabe-israelí, pueden expresar sus inclinaciones antisemitas sin ser tildados como racistas.
Los pro-palestinos siempre apuestan a futuro, que hoy es nuestro presente, y ellos saben que, aunque los hebreos somos poco numerosos, hay ciertos prejuicios y muy fuertes en contra nuestra, atávicos, y que pueden ser aprovechados para fogonear odio. En este caso, bajo la excusa del supuesto o real sufrimiento de los palestinos.
Izquierda y musulmanes. La alianza
Vivimos en un mundo cambiante. Lleno de conflictos, pletórico de confusión, con el valor de la familia tradicional en franco retroceso. Muchas desigualdades y problemas sociales y económicos de difícil resolución (desocupación, robotización del trabajo, y precariedad laboral, precaria salud y grupos marginados y excluidos). A esto se agrega la crisis ambiental global, el aumento de la temperatura del planeta, la deforestación y la contaminación de los mares. También la droga que ha avanzado e inundado las sociedades, haciendo estragos urbi et orbi (expresión que implica a la ciudad y al mundo).
La pandemia real o supuesta del coronavirus, y un enfrentamiento generacional entre padres e hijos, estos últimos, dispuestos a rebelarse y cambiar los códigos y buscar nuevos paradigmas, ya que los anteriores ya no sirven.
No sorprende el auge de estos movimientos contestatarios, que buscan supuestamente un mundo con mayor justicia y libertades, pero que en muchos casos terminan en eventos y manifestaciones donde eclosiona la violencia.
El antisemitismo. El Santo Grial
El antisemitismo clásico de la tradicional derecha católica y neonazi, ha cedido terreno, frente a un poderoso empuje de una izquierda violenta, que tiene que buscar nuevas razones para poder captar voluntades y votos. Luego de la caída de lo que era la URSS, y el derrumbe del muro de Berlín, se requieren nuevos argumentos, modelos o causas, para poder movilizar a las masas frustradas y resentidas.
De aquí, que, encontramos, un nuevo matrimonio de conveniencia entre una izquierda atea y los musulmanes que se dicen creyentes y seguidores del profeta. De esta inusual sociedad, todos obtienen rédito, y la ponzoña se esparce sin límite.
Boric ¿un nuevo Chávez? Final
Solo el tiempo nos dirá como se comportará este hombre al asumir la presidencia de Chile, si se moderara, o por el contrario profundizará su postura y sus expresiones contrarias a Israel, que al final de cuentas terminan atizando el odio contra los judíos. No olvidemos que la cabeza y las bases se alimentan mutuamente en este tópico, donde hay una mezcla de intereses, compromisos, y rasgos ideológicos muy particulares.
Como decimos en criollo: "hay que ver que se trae bajo el poncho". Como se dice en el glosario criollo, esperemos que sea un cambio y palabras de moderación y entendimiento. O, por el contrario, temer que no sea un cuchillo filoso para poder filetearnos en lonjas, y un nuevo peligro que tendrá que enfrentar el pueblo judío y en particular la castigada comunidad hebrea de Chile. Un peligro más, de los muchos a los que somos sometidos en nuestra historia milenaria.