En Sarajevo comenzó la 1ª. GM y ésta se desencadenó debido a un hecho puntual: el atentado y asesinato del heredero del Imperio Austrohúngaro, el Archiduque Francisco Fernando.
Kiev, Capital de Ucrania, está hoy en una nueva situación de los “juegos de guerra” que pueden desencadenar hechos mortíferos incalculables. La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), conscientemente, aprovechó las debilidades de la Rusia pos soviética para ir lentamente rodeando las fronteras de la Federación Rusa hasta que Vladimir Putin, una vez reestablecido su poderío político y militar, dijera: “Basta, hasta aquí llegaron”.
Geopolíticamente se entienden ambas posturas: la OTAN fue ocupando los espacios vacíos de Europa Oriental que la URSS había abandonado a partir de 1989/91; pero la Nueva Rusia, una vez fortalecida de la mano de Putin, exige frenar el avance incontenible al que la Alianza Atlántica estaba acostumbrada. Desde Estonia, Letonia y Lituania en el norte y Polonia, Hungría y Rumania en el oeste, la OTAN había establecido sus fuerzas armadas en un proceso de paulatino encierro, en las tierras que siempre Rusia consideró como su patio externo.
Lo que no se explica son las posiciones casi suicidas del equipo del Presidente de Ucrania Volodimir Zelenski. Cuando su Canciller Dimitri Kuleba se enfrenta a Rusia diciendo que la decisión de ingresar a la OTAN depende únicamente de su país y de los 30 Estados miembros de la Alianza, demuestra una ignorancia y una ceguera descomunal al no ver que Ucrania está rodeada por más de 100.000 soldados rusos abastecidos con todo tipo de armamento. Tampoco escucha lo que declaró el vocero del Gobierno ruso, Dimitri Peskov: “La OTAN no es una paloma de la paz, sino una herramienta de confrontación”.
Además Zelenski no debería dejar de escuchar cuando Putin recalca que Ucrania es una “línea roja”, conociendo la envergadura geopolítica de su poderoso vecino, la Federación Rusa. El Sr. Zelenski ya no es un simple actor pues, una vez elegido Presidente de su país, ha pasado a ser un conductor; ha dejado de ser un artista para tratar de ser un estadista, lo que hasta ahora parece no haberlo entendido (NdelR).
Varios analistas de Relaciones Internacionales, algunos de ellos de la Universidad de Stanford, anticipan que Rusia tiene preparada una fuerza apabullante de operaciones conjuntas que podrían conseguir rápidamente la rendición de Ucrania y con ello unir a Rusia con Crimea por tierra.
Las advertencias de Rusia son muy claras: “Ucrania nunca se convertirá en miembro de la OTAN”. Sergei Lavrov, Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia aseguró que ésta cuestión es “innegociable” y los “convenios de seguridad” que la OTAN debe darle a Rusia tendrán que ser por escrito.
Ucrania debería tomar un camino totalmente diferente sabiendo que nadie vendrá en su ayuda si prosigue con este programa de “confrontación”. Solo habrá que observar lo sucedido en Siria en 2011 y lo que acaba de suceder en Afganistán (2021) para saber que EE.UU y menos Europa vendrán a socorrerla. El Presidente Zelenski debería saber que casi el 50% del abastecimiento energético de Europa lo provee Rusia y su corte traería consecuencias inimaginables a la población europea.
Por si esto fuera poco se debería dar a conocer el resto de las exigencias de Rusia, las que podrían ser negociadas con más tiempo: Finlandia y Suecia no deberían tampoco ingresar a la OTAN y Georgia, al igual que Ucrania, nunca deberían pertenecer a la Alianza Atlántica.
Ucrania tiene opciones distintas para encaminar sus relaciones europeas tomando como ejemplo a países prósperos como Austria y Suiza, sin pertenecer a ningún grupo hegemónico militar.