El pasado sábado 16 de noviembre, en horas de la noche, manifestantes lanzaron dos bombas lumínicas contra la casa del Primer Ministro Netanyahu en Cesárea.
La tragedia de Israel empieza con las manifestaciones contra el gobierno de Netanyahu muchos meses antes del ataque del 7 de octubre, elegido democráticamente, sin embargo, las izquierdas se negaban a reconocer el derecho de la mayoría de la población. No se quedaron con el derecho a las manifestaciones, también buscaron cualquier manera para involucrar a Netanyahu en delitos que no se lograron comprobar, al puro estilo de las izquierdas en Estados Unidos, Colombia o cualquier otra izquierda en el mundo.
Es derecho de la oposición manifestarse y plantear sus puntos de manera racional, sin embargo, el odio que los líderes de izquierda han sembrado en las mentes y corazones de la oposición abre las puertas a “intifadas” (levantamientos) de nuestro propio pueblo contra nuestros propios líderes.
Las polémicas políticas en Israel datan de la creación del mismo Estado y no es la primera vez que las acciones de las izquierdas han llevado a lugares oscuros e insólitos. Recordando en junio de 1948, recién nacido el Estado de Israel, el Primer Ministro David Ben Gurión, ordenó hundir el barco ALTALENA, frente a las playas de Tel Aviv, que venía con armas para poder defenderse de los vecinos que atacaban a Israel. En este ataque contra el Altalena murieron 16 personas del pueblo de Israel bajo fuego “amigo”.
Las izquierdas de Israel fueron por tiempos defensores de los árabes que habitaban en el territorio antes llamado Judea y posteriormente Palestina, a pesar de los continuos ataques contra la población judía, sin embargo las izquierdas tuvieron su oportunidad de lograr sus objetivos con los acuerdos de Oslo en 1993, firmados entre el gobierno de Israel, PM Itzjak Rabin y el presidente de la OLP Yasser Arafat y como mediador el presidente Bill Clinton de los Estados Unidos, intento fallido que incrementó la violencia en el país.
Después de esto, hubo varios intentos de las izquierdas de acercamientos a los árabes llamados posteriormente palestinos y aceptando por parte de las derechas en otro intento de fortalecer las relaciones, permitiéndoles la entrada para trabajar en Israel, prestándoles espacios para estudios en colegios y universidades, atención médica en los principales hospitales, etc. Llegaron, incluso hoy, a pertenecer al congreso (Kneset) de Israel con varios representantes. (destacando que ellos no cantaban ni cantan el himno de Israel y tampoco se ponían ni se ponen de pie para dicho momento, tampoco, lógicamente, se les llamó a formar parte del ejército de Israel, solamente recibían y reciben hoy, los beneficios de cualquier ciudadano).
Un ejemplo destacado ocurrió en el 2006, cuando el Primer Ministro Ariel Sharon decidió, unilateralmente y a cambio de nada, entregar el territorio de Gaza a los llamados palestinos, con el fin de que se pudieran sentir en su tierra, crecer, desarrollarse, prosperar y de esta manera ser un pueblo con el cual se pudiera convivir pacíficamente. Para ello hubo que sacar a la fuerza a las familias judías que allí residían, muchas lágrimas especialmente de los soldados que tenían tal misión dolorosa. Resultado: otro intento fallido. Israel prestaba sus servicios gratuitos de acueducto y electricidad, mientras recibían en Gaza, fuertes donaciones de muchos países especialmente Estados Unidos y Europa.
El ejército terrorista de Hamas, tuvo la maravillosa oportunidad de organizarse, armarse hasta los dientes, crear túneles “multiusos”, en unos guardar armas, en otros túneles para entrar a Israel a atacar kibutzim o ciudades (lógicamente no a militares sino a ciudadanos), para guardar incluso autos y camionetas. Miles de miles de kilómetros de túneles, se estaban preparando desde hacía unos 15 años.
Pero el pueblo de Israel no es tonto y se daba cuenta de estos desastres que crecían cada vez más. Empezó a crecer la tendencia de derecha entre los ciudadanos, pues veían en ellos la posibilidad de mantenerse fuertes y no permitir las infiltraciones y ataques así de fácil.
Las izquierdas guardan un rencor justificado contra la cantidad de ultraortodoxos que no prestaban servicio militar, que hasta hace un año (hasta el 7 de octubre de 2023), no era tan grave. Era feo, pero no grave. Hoy es grave y feo.
Desde el 2022, cuando Netanyahu subió al poder democráticamente por votación, las izquierdas no pudieron aceptar la derrota y se lanzaron a las calles a manifestaciones que se volvían cada vez más incómodas y después más agresivas. Los terroristas de Hamas aprovecharon los momentos de agresión contra el PM y sus planes dieron fruto: un ataque masivo violento, doloroso e injustificado que cobró la vida de 1200 personas en Israel, violaciones, carbonizados, niños bebés, mujeres, hombres jóvenes viejos, masacrados de la manera más cruel que el hombre hubiese podido ver y 251 secuestrados, de los cuales hoy aún tienen a 101 secuestrados.
Hace más de un año de este inhumano ataque y las izquierdas aún siguen (Aún en plena guerra) sus manifestaciones contra el gobierno al cual culpan de cualquier cosa incluyendo del mismísimo ataque del Hamas y de los terroristas iraníes de Hezbola en el norte de Israel, en el Líbano. Lo culpan de los secuestros y de no “traerlos” a casa, como si tuviera la posibilidad humanade hacerlo.
Lo que han logrado las izquierdas de Israel:
-Polarizar a Israel agresivamente.
-Crear un odio visceral contra las derechas y especialmente contra el PM Netanyahu.
-Dividir en extremos las posiciones políticas dentro del mismo gobierno.
-Desestabilizar tanto al gobierno como a los mismos judíos que viven fuera de Israel.
-Darle “argumentos” a los ya antisemitas fuera de Israel.
-Promover los argumentos anti gobierno de Israel (léase antisemitismo) fuera de Israel.
No es que las extremas izquierdas sean los únicos culpables del antisemitismo fastuoso que crece fuera de Israel, pero sí que han sido un punto determinante para el antisemita ya existente, pero en el closet, que actualmente se siente muy cómodo y apoyado de expresarlo incluso violentamente.