Se trata en lo posible de recomendar aquí en Hashavúa películas, obras, libros o series que sean de algún interés para ustedes los lectores. Hay una serie que no pensamos recomendar, o lo otro sería crear una sección llamada “Ni se le ocurra perder el tiempo con esto”. Aunque la polémica es sana, lo cierto es que a veces puede ser destructiva e incluso tóxica. La serie trata el tema del travestismo y homosexualidad desde edades tempranas.

Dentro del marco del judaísmo ortodoxo, es adecuado aclarar que la homosexualidad no está prohibida, aunque ningún rabino ortodoxo va a celebrar una ceremonia de casamiento religiosos entre dos homosexuales. Mientras que el travestismo sí está claramente prohibido: “No deberá haber atuendo de hombre sobre mujer ni deberá vestir el hombre prenda de mujer, ya que abominación de Ado-nai tu Dios, es todo el que practica esto”. (Deuteronomio 22:5)

¿Por qué homosexualidad sí, pero travestismo no?

De acuerdo con estudios realizados por profesionales de la salud la homosexualidad está causada por factores biológicos, cognitivos y/o ambientales.

Factores genéticos

En un estudio publicado en la revista Sience en el 2019, se concluyó que no existe un gen único que determine la homosexualidad, son que son varios genes que hacen que se produzca atracción hacia personas del mismo sexo. Sin embargo, no es necesariamente la genética el factor que influye en esta condición, sino otros factores como el entorno, la personalidad y las vivencias.

La mayoría de los científicos no creen que un gen determine la orientación sexual.

Factores cognitivos

Estudios demuestran que la orientación sexual puede ser el resultado de la interacción entre factores cognitivos, ambientales y biológicos. Sin embargo, de acuerdo con la AAP (Asociación Americana de Psiquiatría) no está relacionada con trastornos mentales, problemas emocionales o sociales.

Factores ambientales

Las circunstancias ambientales son significativas para la consolidación en la orientación sexual. La orientación sexual puede estar influenciada por las estructuras culturales y sociales que lo han hecho ver como adecuado o inadecuado.

Como resultado el factor sexual lo determinará finalmente el individuo, pero para ello es importante que tenga un desarrollo consciente y maduro para ello, no determinado por un grupo social o ambiental, sino por un trabajo de conocerse a sí mismo, para ello se requiere de una edad física mínima de desarrollo de cuerpo y mente.

El travestismo es un trastorno

En tanto que el travestismo es un trastorno que se da cuando una persona experimenta excitación sexual intensa y recurrente al travestirse. La necesidad de travestirse causa angustia o deterioro de la vida diaria.

Por otro lado, el travestismo, no solamente afecta a la persona que sufre de este trastorno, sino que podría hacer que personas del mismo sexo se sientan atraídas equivocadamente por el travesti y resulte un golpe emocional fuerte al darse cuenta del verdadero género del travesti. Y esto es lo que la Torah quiere evitar.

Para el trastorno de travestismo se acude a tratamientos de sicología o grupos de apoyo, no requiere de tratamiento con drogas.

Con respecto a la homosexualidad una palabra más: hoy hay una concepción equivocada en el área de la educación, se trata de la información que algunos estamentos gubernamentales o instituciones educativas da a los menores de edad en este campo, como ejercicios sexuales sugeridos e incluso se abre la puerta a la posibilidad de someter a menores de edad a operaciones de cambio de género.

Si bien es cierto que un menor debe conocer temas de sexualidad y debe aprender a aceptar y ser inclusivos con personas que resultaron ser finalmente homosexuales, no es correcto, a mi manera de ver, exponer a niños ante la posibilidad de que su sexo puede estar orgánicamente equivocado y enfrentarlos a situaciones homosexuales para decidir si es hombre o mujer. Esto principalmente confunde y puede alterar la posibilidad de decisión propia cuando su cuerpo se haya desarrollado y se encuentra en estado de absoluta madurez.

No se necesita ser un gran científico para darse cuenta que estos trabajos sugeridos por algunos gobiernos son insanos y pueden depravar la mente de un niño, por las razones expuestas más arriba. Una cosa es aceptar a todos los individuos como son, otra es inducirlos a ser.

Dejemos a los niños crecer como son y cuando decidan por ellos mismos cuando sean adultos, dejarlos ser y guiarlos para ser gente de bien en el marco de la sociedad.