Durante la premiación de los Oscar Awards el pasado domingo 2 de marzo, se hizo entrega del premio al mejor documental a la película “No Other Land”, entre cuyos directores se encuentra el teóricamente judío “Yuval Abraham”. Documental que muestran an Israel como el demonio y a los palestinos de Cisjordania como los angelitos.
Muchos estuvieron impactados con que un “judío ashquenazí”, fuese uno de los directores de un documental que lleva a Israel a la ya tradicional trampa de la mentira o tergiversación de la verdad a través de hurgar en los sentimientos, mostrando a Israel como el que roba tierras a los pobrecitos palestinos, les estalla sus casas para apoderarse de territorios que se convierten en centros militares, etc.
Abraham es uno de esos hijos de familias mixtas entre judíos y musulmanes que en realidad no saben dónde, qué, quién, por qué, cuándo o cómo y finalmente deciden encuadrarse en algún aspecto conveniente. Lógicamente en el marco del maravilloso cine de Hollywood y otros sucesos artísticos, enfocados en lo que se ve en la superficie más que en lo que la realidad presenta, porque eso es lo que vende.
A él (que seguramente lo sabe), no le interesa que los terroristas asesinos islámicos, cada vez que cometen un atentado contra Israel en el que muere gente civil incluyendo niños, se envuelven en enormes cinturones de dinamita se explotan a sí mismos para matar a cuanto judío pueda en Israel, o que acuchillan a gente civil que caminan inocentemente por las calles y estos asesinos infames son premiadas sus orgullosas familias por sus jefes islamistas con fortunas y casas que, en castigo, Israel avisará para que desalojen y derrumbarlas. Lógicamente eso dañaría su presentación (por eso no lo muestran en el documental).
Israel Bacher, el Cónsul General de Israel en Los Ángeles dijo en X “Si Hollywood quiere ver un documental palestino, les recomiendo que vean los cientos de horas en las que los palestinos se documentaron asesinando a familias enteras, secuestrando a ancianos y bebés y cometiendo todos los crímenes contra la humanidad”.
Pero es que Yuval, nacido en Beer Sheva, no es el primer “judío” en esta localidad que trabaja escupiendo en su propio plato, de allí también tenemos algunos personajes como Dorón Buchovze, acusado hace el domingo 2 de marzo de realizar tareas para Irán y ofrecer vender información sobre el centro de investigación nuclear en Dimona.
Tenemos cada personaje en nuestras filas…
Cada uno tiene derecho a pensar lo que quiera y opinar lo que desee, lo que no hay derecho es a obrar en contra de su propio pueblo y especialmente si su actividad hace daño profundo e injusto. No hay derecho que se trastorne la historia tal como es. Y lo que está de moda: convertir en “santo” al demonio y “demonizar” al inocente. Hace falta tener dos centímetros de inteligencia para tener la claridad de ver la historia y la verdad.