2024-04-26 [Num. 980]


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Artículos  - Comunidad Colombiana

Iosef Almanza ben Abraham Abinu

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Por Iosef Almanza ben Abraham Abinu
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Una historia de valor

2015-05-15

Magen david

En una calurosa tarde,  en los corredores de una universidad en la costa, mientras esperábamos  una clase de semiología médica,  me encuentro con dos compañeros y nos entretuvimos hablando acerca de temas espirituales. Ellos pertenecían  a una comunidad judía y dadas nuestras diferencias  conceptuales y el nivel del diálogo, además del interés que vieron en mí, me invitan a visitar a su Rabino. Intimidado por la perspectiva de esta reunión, evité el contacto, lo que significó atrasar mi proceso en varios años.  

Hice un muy veloz paso por el mesianismo al que  no me acoplé. Un gran amigo que comercializa libros me comenta que intentó por todos los medios tocar las puertas en las sinagogas tradicionales encontrando evasivas. No quise correr la misma suerte y esto me llevó a caminar independientemente. 

Comencé a estudiar y en muchas ocasiones recurrí al Rabino que tenía más a la mano: el Rabino internet. Esto me llevó a un océano de conocimientos, pero con olas de 30 metros y mi confusión fue enorme.  

Corría el año 2002 y comenté con una paciente sobre mis inquietudes acerca del judaísmo. Ella demostró interés en ayudarme  y me consiguió un tratado de estudio de la Torah que me ayudaría a resolver mis dudas. El impacto sobre mis sentimientos fue indescriptible y desde ese momento construí  rieles que cada vez avanzaron  más rápido en mi interés sobre el judaísmo. 

Mucho tiempo después contacté a un Rabino. Intercambiamos algunas palabras y coincidimos en empezar a estudiar junto con algunos miembros de mi promoción. En ese momento llevaba 2 años de autoestudio de Torah, y celebraba Shabbat con 2 hojas bajadas de internet las cuales aún conservo. Hoy me sonrío cuando las veo.  

Meses después de este primer contacto, tuve  otro encuentro con un Rabino que  vino desde Israel a un procedimiento quirúrgico  y tuve que apoyarlo en su proceso de recuperación. Solo hablaba hebreo y árabe. Había sido el gran Rabino de Argelia y vivía en una ciudad de Israel. Pero el día en que se devolvía, al despedirse, observa mis libros de estudio y a  pesar de su delicado estado de salud,  los toma y a través del traductor que lo acompañaba y me motiva a estudiarlos con mucha profundidad. Con un gesto de sus manos a nivel de sus ojos  me dice “Aplica sus enseñanzas en tu carrera y en tu vida y verás todo desde una nueva perspectiva”. Al final  me invita a su casa en Israel. En ese momento le pregunto al traductor: ¿Un gentil en la casa de un Rabino? ¿Y en Israel?  Hoy, sinceramente pienso que el Rabino no vino a un proceso médico, sino que Hashem lo puso en mi camino para ayudarme a resolver mis inquietudes. 

Más adelante mis hijos y yo procedimos a circuncidarnos. Sabíamos que esto era necesario para entrar en el pacto. 

Nuevamente mi amigo el de los libros, me comenta que si me interesa un proceso de conversión al judaísmo que se realizaría 3 meses después en Cartagena. Acepto el reto y comienzo a prepararme. Consigo sidur, talit, tefilim. Llega el Rabino desde Miami y el Beit Din lo completan dos miembros de la comunidad de Cali. Primera pregunta, primera rajada. Estaba que me devolvía para Bogotá. Mi esposa me detiene e insiste que continuemos. Después de cuatro largos días, culminamos felizmente nuestro proceso en la Jupá.

Iniciando esta  etapa definitiva en mi vida, regreso a Bogotá y a menos de 24 horas, comienza un verdadero suplicio al enterarnos que para el Estado de Israel  esta  conversión no tenía ningún valor. En ese momento me conformé pensando que por lo menos  había un Rabino en todo el mundo que nos reconocía como judíos.

Así, buscando respuestas,  empezamos a interrelacionarnos con otros correligionarios y a comenzar lo que es ahora el gran proceso Colombiano.  

Meses después  iniciamos una sede al noroccidente de Bogotá. Firmo el contrato de arrendamiento  contra la voluntad de mi esposa que intuía que esfuerzos enormes serían necesarios y deseaba protegerme, a su manera de ver las cosas.  Vemos la necesidad de un Sefer Torah y por intermedio de nuestro Rabino en Miami lo conseguimos.  Fiesta total. Un año después de haber llegado el primer Sefer,  tuvimos que salir del local que teníamos arrendado en el sur. Esto llevó a trasladarnos al primer piso de donde vivo. Donde hoy funcionamos en el barrio Ciudad Jardín sur. Es un sitio modesto pero con las puertas abiertas a todos.  La mayoría de nuestros comunitarios son personas de clase media, cuyo principal interés es estudiar y mejorar.  Con el paso del tiempo la convivencia se transformó en un verdadero  reality. Discusiones, amores, sin sabores, abrazos,  que pienso que es el diario vivir de cuando se está en comunidad. También sentimos el efecto acordeón: la comunidad a veces crece, a veces decrece dependiendo de la Aliá y otras circunstancias. 

Esta etapa de estabilización dura 3 años, donde con un esfuerzo titánico algunos de nuestros miembros envían a sus hijos a Israel donde se encuentran hoy. Ninguno de los nuestros  ha regresado.     

Hasta que llega la fecha de Septiembre de 2013. Seis comunidades nos reunimos a conformar  la primera organización de comunidades emergentes. Se realiza un gran shabbaton para lo cual nuestra comunidad, la chiquitica del sur, tiene una participación bastante dinámica. Se contacta a un grupo Israelí (Shavei) que nos trae a un  Rabino excepcional con esposa a bordo.  

A pesar de todo lo agradecidos que podemos estar por lo que hemos recibido, entendimos que para cumplir integralmente necesitábamos una Mikve. En el mes de agosto de 2014 esta pasó la prueba cuando el Beit Din, a la cabeza del Rabino Palty de México, la utilizó para el proceso de conversión de 46 nuevos miembros de diferentes ciudades del país. 

Pero a nuestra comunidad llega un gran plus: un Sefer Torá completamente nuevo gracias a HaKadosh  Baruj Hu y a la intervención desde Israel del equipo de Shavei Israel con nuestro Rabino Shimon Yoshua y del Rabino Eliahu Birnbaum y su director Michael Freund.  En principio cometí la imprudencia de negociar un Sefer por internet y al ser revisado en Israel se encontró que estaba completamente pasul. Se recuperó el dinero y se consiguió  el nuevo totalmente kosher.  Ufff, que salvada.  No sé cuántos Ufffs me faltan  pero han sido bastantes.

Soy un hombre pleno con lo recibido. De la hojita y media inicial del shabbat con que empecé, a tener ahora 2 seferim Tora, mikve, comunidad. ¿Qué más puedo pedir?  

Esta etapa de mi vida ha sido vertiginosa y apasionante. Gracias a Hakadosh Baruj Hu por habernos hecho retornar después de cientos de años en el exilio del alma. Gracias a los sabios Rabinos que con verdadera visión telescópica entienden lo que apenas es la muestra de una verdadera avalancha de retornantes que surgen de toda nuestra geografía.  Gracias  a esos grandes seres que pertenecen a las comunidades tradicionales y que sin esperar nada a cambio nos montan en el arca del retorno. Y gracias a una cantidad de personas,  bastante extrañas como yo, que me acompañan y apoyan en todo lo que mi lóbulo temporal dice. 



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