El concepto de impureza ritual, conocido como Tamei en hebreo, es bastante amplio bajo el espectro de nuestra sagrada Halajá. Dentro de dicho espectro se encuentran las Halajot establecidas para nuestros Cohanim, tanto para no quedar ritualmente impuros como para aquellos casos en los cuales les está permitido hacerlo. En la Parashá de esta semana, la de Emor, la Torá nos dice: “Habla a los sacerdotes, los hijos de Aarón, y diles a ellos: Que ninguno se contamine de una persona muerta...” (Lev 21:1). La pregunta que nos guía en esta ocasión es; a saber, ¿cuáles son la Halajot para los Cohanim en este caso? Es más; si hoy en día todos estamos ritualmente impuros, ¿por qué estas leyes siguen en pie para los Cohanim?
El hecho de entrar en contacto con un Meit, un muerto, hace que una persona se convierta Tamei inmediatamente. Hoy en día, debido a que el Templo no está en pie, todos nos encontramos en un momento de impureza permanente aun cuando temporal; sin embargo, a pesar de ello, sigue siendo prohibido para los Cohanim contaminarse ritualmente por medio de un Meit. De acuerdo al Sefer HaJinuj, en la Mitzvá 263, el motivo se debe a que los Cohanim fueron escogidos por Dios para llevar a cabo una labor sagrada en el Templo; es decir, fueron escogidos por Dios para servir a Dios siendo los intermediarios entre el pueblo y el Todopoderoso, es por ello que aun cuando todo el pueblo esté circunstancialmente impuro, aún cuando no haya Templo en servicio, les está prohibido a ellos permanentemente contaminarse con un Meit.
Ahora bien, de acuerdo al Talmud en la Masejta de Kidushin 29a y 35b, la prohibición sólo es para los hombres Cohanim. Aquellas mujeres que son descendientes directas de Aarón no tienen ninguna prohibición al respecto. De acuerdo a nuestros sabios, la Torá hace énfasis al decir: “Habla a los Cohanim, los hijos de Aarón, y dile a ellos...”. Dicho énfasis recae en los hombres más no en las mujeres. Esto nos da a entender que el linaje sacerdotal en el judaísmo es otorgado por línea paterna y no materna porque los escogidos para las labores fueron los hombres, no las mujeres. De acuerdo al Shuljan Aruj en Yoreh Deah 373:1 al igual que en la Masejta de Yebamot 114a, esto implica que los niños Cohanim tampoco se pueden contaminar con un Meit; es decir, la prohibición es para todo hombre Cohen desde que nace hasta que muere.
Bajo este concepto, es importante agregar que si un Cohen tiene un hijo con una mujer prohibida para él, el niño de esa unión no es Cohen y por consiguiente no hay ningún inconveniente si se vuelve Tamei por medio de un Meit. A su vez, de acuerdo al Ben Ish Jai (Rabí Yosef Jaim de Bagdad) en su obra Od Yosef Jai, el Cohen que formó parte de esa unión pierde su Cohanut; vale decir, no puede decir Birkat HaCohanim, recibir un Pidión HaBen, o ser llamado en la primera Aliyah, aún cuando la mujer de esa unión fallezca o él se divorcie de ella, por ende tampoco hay ninguna prohibición para él en este caso. De acuerdo al Ben Ish Jai es necesario que aquel a quien se le quitó la Cohanut haga un Neder, una promesa, frente al Beit Din local para que su estatus sea restablecido, entonces y sólo entonces el Cohen tendría las prohibiciones relacionadas con un cadáver al igual que podrá llevar a cabo las otras Mitzvot que le habían sido suspendidas.
La prohibición frente a un Meit para un Cohen incluye tocarlo, cargarlo o estar bajo el mismo techo. Esto, a su vez, implica que un Cohen no puede estar en el mismo cuarto que un Meit. En el caso en que haya un cadáver en el mismo edificio en donde se encuentra un Cohen pero en otra habitación, es factible que el Cohen se pueda quedar en el edificio dependiendo de varios aspectos. Si las puertas donde está el Cohen y el cadáver están cerradas o no, la posición en que se encuentren las bisagras de las puertas y si el cadáver va a pasar por el cuarto donde se encuentra el Cohen, son aspectos a considerar para permitir que un Cohen se encuentre en un mismo edificio que un Meit. De acuerdo a la mayoría de Poskim, esta prohibición no aplica a edificios de apartamentos.
En el intento de evitar que los Cohanim se contaminen por medio de un muerto hay varias edificaciones que resultan problemáticas por las diferentes particularidades que involucran en su diario devenir; por ejemplo, una casa funeraria, un museo que contenga esqueletos humanos u otros restos humanos, un avión que tenga un féretro en él y un hospital. El caso del hospital nos trae aquellas excepciones bajo las cuales un Cohen puede llegar a quedar Tamei; obviamente, si el Cohen necesita tratamientos o procedimientos médicos está permitido, de hecho es obligatorio, que vaya a un hospital, igualmente puede ir a un hospital para visitar a un ser querido o respetado.
Otra instancia en la cual un Cohen se puede volver Tamei al entrar en contacto con un Meit es cuando un pariente directo fallece. De acuerdo a la Halajá, un pariente directo es el padre, la madre, hijo o hija, esposa, hermano paterno y hermana paterna que nunca se haya casado. Empero, el Mejaber en Yoreh Deah 373:6 establece que si un pariente directo del Cohen es enterrado incompleto; es decir, ha sido enterrado sin alguno de sus miembros, le es prohibido volverse Tamei por este. De cualquier forma; después del entierro, un Cohen no puede visitar la tumba de un pariente directo en forma tal que se vuelva Tamei, es por ello que parientes cercanos de un Cohen son enterrados al borde del cementerio.
En relación con los cementerios, un Cohen no puede ingresar en ellos a menos que se encuentre a cuatro cubitos, aproximadamente 1.82 metros, de las tumbas y siempre debe mantener esta distancia ente él y la tumba o el féretro. Esto aplica a todo espacio abierto más no a cerrados como ya se anotó anteriormente. Así mismo, un Cohen no se puede caminar bajo un árbol cuyas ramas también se extienden sobre una tumba. En el caso en que haya una pared construida alrededor de una tumba, un cadáver o un cementerio, el Cohen se debe mantener aproximadamente a 30 centímetros de la tumba.
Las restricciones para los Cohanim son exclusivamente para cadáveres judíos y por ende está permitido que un Cohen vaya a un cementerio no judío o esté cerca a un Meit no judío; sin embargo, el Shuljan Aruj en Yoreh Deah 372:2 nos enseña que no es nuestra costumbre hacer esto. El caso que puede surgir para esto es una amistad con un no judío que ha fallecido o el entierro de un padre no judío cuyo hijo es judío. En ambos casos es permisible que el Cohen entre en contacto con un cadáver; es decir, se levanten las restricciones de estar bajo un mismo techo que un Meit. Esto nos regresa a la prohibición de visitar museos en donde se encuentren restos humanos. Cuando hablamos de museos de ciencia natural donde los restos humanos que se encuentran no son judíos o no hay manera absoluta de verificar que son judíos, no hay ningún inconveniente; sin embargo, aquellos que siguen la opinión más estricta de la ley se abstienen de ello.